Las últimas encuestas situaron al líder del Partido de los Trabajadores, Lula de Silva, por delante de Jair Bolsonaro, presidente de derecha en ejercicio en la ronda final de las elecciones presidenciales en Brasil. Si Lula gana, será un regreso dramático del expresidente después de haber sido encarcelado por presunta corrupción bajo el anterior régimen de derecha de Temer; y posteriormente liberado y autorizado a concurrir de nuevo como candidato presidencial. La victoria de Lula significará que el Partido de los Trabajadores ha recuperado la presidencia después de perderla cuando la última dirigente del PT Dilma Rousseff, fue destituida por un Congreso de derecha en un «golpe suave» en 2016.
La victoria del «Trump Tropical» Bolsonaro en 2018 tuvo lugar debido ante todo a la desilusión de sectores de la clase trabajadora con el Partido de los Trabajadores y el éxito de la campaña de los medios de comunicación que afirmaba que el PT era corrupto. Después del colapso de los precios de productos básicos como materias primas y la agricultura en 2014, la economía entró en recesión. La culpa de ello y de la la corrupción recayeron en el Partido de los Trabajadores. Pero la experiencia de la crisis del COVID con Bolsonaro, en la que más de 750.000 brasileños murieron, ha sido tan abrasadora que, aparte de su base entre cristianos evangélicos y empresarios mezquinos, parece que suficientes brasileños se han alejado de él y que regresará Lula, a pesar de su historial pasado, con la esperanza de algo mejor.
Quienquiera que gane, ¿qué pasará con la economía de Brasil? La economía se ha estado recuperando lentamente de la crisis del COVID, apoyándose en el aumento de los precios de los productos básicos durante el último año. Pero la historia económico a largo plazo de Brasil, especialmente desde la Gran Recesión, es una desaceleración del crecimiento del PIB
Producto interno bruto
PIB
El PIB es un índice de la riqueza total producida en un territorio dado, estimada sobre la base de la suma de los valores añadidos.
y la productividad, el aumento de la deuda
Deuda
Deuda multilateral La que es debida al Banco Mundial, al FMI, a los bancos de desarrollo regionales como el Banco Africano de Desarrollo y a otras organizaciones multilaterales como el Fondo Europeo de Desarrollo.
Deuda privada Préstamos contraídos por prestatarios privados sea cual sea el prestador.
Deuda pública Conjunto de préstamos contraídos por prestatarios públicos. Reescalonamiento. Modificación de los términos de una deuda, por ejemplo modificando los vencimientos o en relación al pago de lo principal y/o de los intereses.
privada y pública y, sobre todo, de aumento de la desigualdad extrema en la riqueza y los ingresos.
La montaña rusa económica de la última década se refleja en el ranking de Brasil entre las economías más grandes del mundo. Entre 2010 y 2014, Brasil ocupó el séptimo lugar. En 2020, cayó al 12º lugar. Y en 2021 cayó al 13º, según Austin Rating. La tasa de crecimiento tendencial ha estado cayendo.
Y Brasil tiene casi el mayor índice de desigualdad de ingresos del mundo.
El expresidente Lula lo dijo de manera más dramática: «En Brasil, 33 millones de personas no tienen suficiente para comer», escribió en Twitter. «En el pasado nos las arreglamos para sacar a Brasil del mapa mundial del hambre. Pero el hambre ha vuelto».
¿Puede Lula volver a cambiar esta situación? Si el historial pasado de Lula indica algo, las perspectivas serían mixtas. Hay un excelente análisis del rendimiento económico de las administraciones anteriores del PT del economista marxista brasileño Adalmir Marquetti y sus colegas. Así es como resumen el impacto de las administraciones anteriores de PT: «Los gobiernos del PT combinaron elementos de desarrollismo y neoliberalismo en un modelo contradictorio, organizando una gran coalición política de trabajadores y capitalistas que permitió expandir el salario real y reducir la pobreza y la desigualdad, manteniendo al mismo tiempo las ganancias de los capitales productivos y financieros. La disminución de la rentabilidad después de la crisis de 2008 rompió la coalición de clases construida durante la administración de Lula. El gobierno de Dilma Rousseff adoptó una serie de estímulos fiscales para la acumulación de capital privado con un escaso crecimiento económico. Después de su reelección, el gobierno implementó un programa de austeridad que resultó en tasas de crecimiento negativas. Con la profundización de la crisis económica y sin apoyo político, Rousseff fue retirada del poder».
Marquetti et al argumentan que la disminución de la rentabilidad después de la crisis de 2008 jugó un papel clave en la ruptura de la coalición política organizada bajo el liderazgo de Lula, abriendo las posibilidades del golpe suave de 2016. Eso se debe a que las tasas de inversión y crecimiento del PIB estuvieron fuertemente asociadas con la tasa de ganancias en Brasil entre 2000 y 2016.
Entre 2003 y 2007, la tasa de ganancias aumentó a pesar de la disminución de la participación de las ganancias debido a un aumento de la utilización de la capacidad y de la productividad potencial del capital. Entre 2007 y 2015, la tasa de ganancias disminuyó debido a un aumento de la participación de los salarios y a una caída en la productividad potencial del capital. En 2010, el último año del gobierno Lula, la tasa de ganancias seguía siendo más alta que a principios de la década del 2000. Sin embargo, la tendencia a largo plazo de la tasa de ganancias comenzó a disminuir después de 2010, al terminar el auge de los precios de los productos básicos a nivel mundial. «La disminución simultánea de la tasa de ganancias y de la rentabilidad financiera fue el comienzo del fin de la coalición de clases construida por el gobierno Lula».
El gobierno Rousseff recurrió a las políticas neoliberales para intentar superar la disminución del crecimiento asociado con la caída de las tasas de ganancias del capital brasileño. Rousseff buscó un acercamiento a los sectores de la burguesía, contrariamente a su promesa durante la campaña electoral. Las primeras medidas fiscales, anunciadas en enero de 2015, restringieron el acceso de los trabajadores al seguro de desempleo y cambiaron las normativas de algunos beneficios de la seguridad social. Hubo una reducción del gasto fiscal; la inversión del gobierno federal disminuyó un 32 por ciento en 2015.
El gobierno capituló ante la opresión de las grandes empresas brasileñas, expresada en su boletín de julio de 2016 (Instituto de Investigación para el Desarrollo Industrial, un grupo de expertos vinculado a la gran industria brasileña, «Sin ganancias, sin inversiones» (IEDI, 2016). La política económica neoliberal adoptada aumentó el desempleo y redujo el salario real. Pero esta capitulación no salvó a Rousseff de su juicio político por el Congreso y la formación de un gobierno de derecha.
Este es el peligro que se avecina para una nueva administración de Lula. No tendrá mayoría en el Congreso y se enfrentará a una feroz campaña mediática. Y parece que Bolsonaro ha consolidado una coalición de derechas basada en capas pequeño-burguesas religiosas y enloquecidas, y una clase media alta antagónica, particularmente en las grandes ciudades del sur; mientras Lula confia en una clase obrera algo desilusionada.
La recuperación económica del año pasado también ha reforzado el apoyo a la coalición Bolsonaro, ya que el desempleo oficial ha caído a su nivel más bajo en casi siete años (aunque todavía está por encima de los niveles anteriores a la Gran Recesión de 2008-9).
La inflación Inflación Subida acumulativa del conjunto de los precios (por ejemplo, una subida del precio del petróleo, que conlleva luego un reajuste de los salarios al alza, luego la subida de otros precios, etc.). también está cayendo, pero sigue muy por encima de los niveles previos a la pandemia
La economía brasileña se expandió un 3,2 % interanual en el segundo trimestre de 2022, recuperándose de la predicción de 1,7 % tres meses antes y superando las previsiones del mercado de un aumento del 2,8 %. Pero es poco probable que esta modesta recuperación dure hasta 2023 a medida que la economía mundial se dirige a una nueva recesión de la que Brasil no puede escapar.
A menudo se informa que el sector público de Brasil tiene la mayor deuda con el PIB entre todas las economías emergentes. Pero lo que es más importante, la deuda del sector privado (en porcentaje del PIB) está ahora en un máximo histórico.
Deuda del sector privado con respecto al PIB (%)
Con el aumento rápido de las tasas de interés globales, esto está destinado a pesar mucho sobre las empresas brasileñas y su capacidad para expandir la inversión de manera rentable
El FMI
FMI
Fondo monetario internacional
El FMI nace, el mismo día que la Banca mundial, con la firma de los acuerdos de Bretton Woods. En su origen el rol del FMI era defender el nuevo sistema de cambios fijos instaurado.
A la finalisación de estos acuerdos (1971), el FMI es mantenido y se transforma paulatinamente en el gendarme y el bombero del capitalismo mundialisado : gendarme cuando impone los programas de ajuste estructural ; bombero cuando interviene financiaramente para sostener los países tocados por una crisis financiera.
Su modo de decisión es el mismo que el del Banco mundial y se basa sobre una repartición del derecho de voto en proporción a los aportes de cotisación de los países miembros. Estatutariamente es necesario el 85% de los votos para modificar la Carta del FMI (los EE.UU. poseen una minoria de bloqueo dado a que posees el 16,75 % de voces). Cinco países dominan : Los EE.UU. (16,75 %), el Japon ( 6,23 %), la Alemania (5,81%), Francia (4,29 %), y Gran Bretaña (4,29%). Los otros 177 Estados miembros estan divididos en grupos dirigidos, cada vez, por un país. El grupo más importante (6,57%) esta dirigido por Belgica. El grupo menos importante (1,55% de voces) precidido por el Gabon (países africanos).
Su capital está compuesto del aporte en divisas fuertes (y en monedas locales) de los países miembros. En función de este aporte, cada miembro se ve favorecido con Derechos Especiales de Giro (DEG) que son de hecho activos monetarios intercambiables libre e inmediatamente contra divisas de un tercer país. El uso de estos DEG corresponde a una política llamada de estabilización a corto plazo de la economía, destinada a reducir el déficit presupuestario de los países y a limitar el crecimiento de la masa monetaria. Esta estabilización constituye frecuentemente la primera fase de intervención del FMI en los países endeudados. Pero el FMI considera que en adelante es tarea suya (tras el primer choque petrolero de 1974-1975) actuar sobre la base productiva de las economías del Tercer Mundo reestructurando sus sectores internos; se trata de una política de ajuste a más largo plazo de la economía. Lo mismo sucede con los países llamados en transición hacia una economía de mercado. (Norel y Saint-Alary, 1992, p. 83).
Sitio web :
prevé un crecimiento del PIB real de solo el 1 % para Brasil el próximo año. Al mismo tiempo, más de la mitad de la población de Brasil se mantiene por debajo de un ingreso mensual per capita de 560 reales. Para reducir este nivel de pobreza a menos del 25 % se requeriría un crecimiento de la productividad cuatro veces más rápida que la tasa actual. Y no hay perspectivas de eso bajo el capitalismo en Brasil.
Eso se debe a que la rentabilidad del capital brasileño es baja y sigue siendo baja. La rentabilidad del sector capitalista dominante de Brasil ha estado en un declive secular, imponiendo una continua presión a la baja sobre la inversión y el crecimiento, por citar otra vez el informe de la asociación industrial brasileña: «sin ganancias, sin inversión».
Fuente: Penn World Tables, autor
Como han demostrado Marquetti et al, la rentabilidad del sector capitalista de Brasil es clave para el crecimiento de la inversión y la producción. El capitalismo brasileño quedará atrapado en un futuro de bajo crecimiento y baja inversión con una continua parálisis política y económica. Y eso incluso sin una nueva recesión global que nuble el horizonte.
es un reconocido economista marxista británico, que ha trabajado 30 años en la City londinense como analista económico y publica el blog The Next Recession.
11 de septiembre, por Michael Roberts
EE.UU
Jackson Hole: Navegar sin rumbo y con una vía de agua4 de septiembre, por Michael Roberts
5 de agosto, por Michael Roberts
3 de julio, por Michael Roberts
Global
El desastre de la deuda que se avecina19 de junio, por Michael Roberts
12 de junio, por Michael Roberts
Global
Las tasas suben, la economía baja15 de mayo, por Michael Roberts
8 de mayo, por Michael Roberts
24 de abril, por Michael Roberts
17 de abril, por Michael Roberts