A fines de octubre de 2006, Nicholas Stern, consejero económico del gobierno británico envió al Primer Ministro Tony Blair un informe de 500 páginas sobre los efectos del cambio climático en curso y los medios para combatirlo. En su informe, Nicholas Stern afirma: «El cambio climático va a deteriorar las condiciones elementales de vida de la población de todo el planeta -acceso al agua, producción de alimentos, salud y medio ambiente» [1]. De manera implícita, el diagnóstico contenido en el informe constituye una condena de las políticas aplicadas por el FMI
FMI
Fondo monetario internacional
El FMI nace, el mismo día que la Banca mundial, con la firma de los acuerdos de Bretton Woods. En su origen el rol del FMI era defender el nuevo sistema de cambios fijos instaurado.
A la finalisación de estos acuerdos (1971), el FMI es mantenido y se transforma paulatinamente en el gendarme y el bombero del capitalismo mundialisado : gendarme cuando impone los programas de ajuste estructural ; bombero cuando interviene financiaramente para sostener los países tocados por una crisis financiera.
Su modo de decisión es el mismo que el del Banco mundial y se basa sobre una repartición del derecho de voto en proporción a los aportes de cotisación de los países miembros. Estatutariamente es necesario el 85% de los votos para modificar la Carta del FMI (los EE.UU. poseen una minoria de bloqueo dado a que posees el 16,75 % de voces). Cinco países dominan : Los EE.UU. (16,75 %), el Japon ( 6,23 %), la Alemania (5,81%), Francia (4,29 %), y Gran Bretaña (4,29%). Los otros 177 Estados miembros estan divididos en grupos dirigidos, cada vez, por un país. El grupo más importante (6,57%) esta dirigido por Belgica. El grupo menos importante (1,55% de voces) precidido por el Gabon (países africanos).
Su capital está compuesto del aporte en divisas fuertes (y en monedas locales) de los países miembros. En función de este aporte, cada miembro se ve favorecido con Derechos Especiales de Giro (DEG) que son de hecho activos monetarios intercambiables libre e inmediatamente contra divisas de un tercer país. El uso de estos DEG corresponde a una política llamada de estabilización a corto plazo de la economía, destinada a reducir el déficit presupuestario de los países y a limitar el crecimiento de la masa monetaria. Esta estabilización constituye frecuentemente la primera fase de intervención del FMI en los países endeudados. Pero el FMI considera que en adelante es tarea suya (tras el primer choque petrolero de 1974-1975) actuar sobre la base productiva de las economías del Tercer Mundo reestructurando sus sectores internos; se trata de una política de ajuste a más largo plazo de la economía. Lo mismo sucede con los países llamados en transición hacia una economía de mercado. (Norel y Saint-Alary, 1992, p. 83).
Sitio web :
y el Banco Mundial
Banco mundial
Creado en 1944 en Bretton Woods en el marco del nuevo sistema monetario internacional, el Banco posee un capital aportado por los países miembros (189 miembros el año 2017) a los cuales da préstamos en el mercado internacional de capitales. El Banco financia proyectos sectoriales, públicos o privados, con destino a los países del Tercer Mundo y a los países antes llamados socialistas. Se compone de las siguientes tres filiales.
Mas...
, del que Nicholas Stern fue economista jefe [2]. El presente artículo confronta el informe Stern con las posiciones adoptadas por los principales dirigentes del Banco Mundial, del FMI y del gobierno de Washington, a lo largo de los últimos quince años. También retoma el informe que el Banco Mundial consagró en el 2006 a las catástrofes naturales. El Banco Mundial publicó un análisis que contradice lo que había afirmado hasta entonces. Intenta, como discurso, limitar la crisis de credibilidad que lo afecta pero sin abandonar en absoluto su orientación a favor de todo al mercado y su adhesión al modelo productivista destructor de los seres humanos y el medio ambiente. En cuanto al informe Stern, si bien contiene juicios muy interesantes, ni siquiera alcanza a esbozar una alternativa al modelo productivista y a la búsqueda frenética del crecimiento.
Cambio de posiciones de los dirigentes del Banco Mundial
Mientras que numerosas voces llaman la atención desde comienzos de los años ’70 sobre los peligros de un crecimiento sin límites y del consiguiente agotamiento de los recursos naturales, los dirigentes del Banco Mundial y del FMI afirmaban hasta hace poco que no había ningún peligro para la Tierra.
Lawrence Summers, economista jefe y vicepresidente del Banco desde 1991 a 1996 y a continuación secretario de Estado del Tesoro durante la presidencia de William Clinton, declaraba en 1991: “No hay (...) límites a la capacidad de absorción del planeta capaces de bloquearnos en un futuro previsible. El riesgo de un apocalipsis debido a un calentamiento global o a toda otra causa es inexistente. La idea de que el mundo corre hacia su perdición es profundamente falsa. También es un profundo error pensar que deberíamos imponer límites al crecimiento debido a los límites naturales; es además una idea cuyo costo social sería asombroso si alguna vez se llegase a aplicar” [3].
En una carta dirigida al semanario británico The Economist, publicada el 30 de mayo de 1992, escribía que según su parecer, e incluso tomando el escenario más pesimista: «Esgrimir el espectro de nuestros nietos empobrecidos si no enfrentamos los problemas globales del medio ambiente es pura demagogia». Agregaba: «El argumento según el cual nuestras obligaciones morales respecto de las generaciones futuras exige un tratamiento especial de las inversiones medioambientales es estúpido» [4].
Las posturas adoptadas por Lawrence Summers causaron un verdadero clamor de indignación en la época y, cinco años más tarde, en 1997, Nicholas Stern (futuro economista principal del Banco) lo escribió en el libro auspiciado por el Banco para describir su primer medio siglo de existencia: “El compromiso del Banco en el dominio del medio ambiente ha sido puesto en duda por algunas personas después de la publicación, a fines de 1991, por la revista The Economist de extractos de una nota de servicio interno escrita por Lawrence Summers, a la sazón economista jefe. La nota de servicio interno sugería la posibilidad de que los temas de medio ambiente fuesen sobreestimados en lo que se refiere a los países en desarrollo; esos países podrían reducir sus costos marginales comerciando o tolerando sustancias contaminantes» [5].
En completa oposición con las tranquilizadoras declaraciones de Lawrence Summers, citadas más arriba, prediciendo que el calentamiento global no reduciría el crecimiento más que un 0,1% por año en el curso de los dos próximos siglos, Nicholas Stern afirma en 2006: «El informe estima que si no actuamos, los costos y los riesgos del cambio climático en conjunto representarán el equivalente de una pérdida de por lo menos el 5% del PNB
Producto nacional bruto
PNB
El PNB expresa la riqueza producida por una nación, en oposición a un territorio dado. Comprende los ingresos de los ciudadanos de esta nación que viven en el extranjero.
mundial cada año, actualmente y para siempre. Si se toma en consideración un abanico más amplio de los riesgos y de los impactos, las estimaciones de las pérdidas podrían alcanzar hasta el 20 % del PNB o más”. Es una desmentida áspera pero tardía de las afirmaciones de Lawrence Summers.
Las afirmaciones del tipo de las de Lawrence Summers no constituyen un fenómeno aislado: reflejan la posición dominante del gobierno de Washington en relación con las decisiones del Banco Mundial y del FMI. Estas posiciones, que niegan que el modelo productivista cause graves daños al medio ambiente, y que también niegan que un cambio climático esté en curso, han sido expresadas por Washington al menos hasta hace poco.
Los numerosos discursos de Anne Krueger, economista jefe del Banco Mundial durante el mandato de Ronald Reagan y, más tarde número dos del FMI desde el 2000 a 2006, aportan la prueba. En uno de ellos, pronunciado el 18 de junio de 2003 con ocasión del 7º Foro Económico Internacional de San Petersburgo, Anne Krueger declaraba: «Tomemos esta inquietud inmemorial de que un crecimiento rápido va a agotar los recursos de combustible y que si ello se produce, el crecimiento tendrá una parada neta. Las reservas de petróleo son más importantes hoy que en 1950. En esa época, se estimaba que las reservas mundiales de petróleo se agotarían en 1970. El pronóstico no se cumplió. Hoy, las reservas conocidas pueden durar 40 años con la tasa actual de consumo. No hay duda que cuando lleguemos a 2040, la investigación y el desarrollo habrán tenido nuevos avances en la producción y la utilización de la energía”.
Esta afirmación está en contradicción con todos los resultados de investigaciones sobre las reservas de petróleo. Desde el comienzo de los años ’90, el volumen de nuevos yacimientos es inferior a la progresión del consumo [6].
Anne Krueger continuó diciendo: «Tampoco causamos daños irreparables al medio ambiente. Es claro que después de una fase inicial de degradación el crecimiento económico lleva a continuación a una fase de mejora. El punto crítico, a partir del cual la gente elige invertir en la prevención de la polución y la limpieza de las zonas contaminadas, se sitúa alrededor de 5 000 dólares de Producto Interior Bruto (PIB
Producto interno bruto
PIB
El PIB es un índice de la riqueza total producida en un territorio dado, estimada sobre la base de la suma de los valores añadidos.
) por habitante».
Este último parágrafo contiene dos errores (mentiras) manifiestos. Primero, los hechos demuestran que se han causado daños irreparables al medio ambiente. Segundo, no es cierto que después de “una fase inicial de degradación” del medio ambiente, “el crecimiento económico lleva a continuación a una fase de mejora”. Los países más industrializados han superado hace tiempo los 5 000 dólares de PIB por habitante [7] y sin embargo, la mayoría de ellos continúan con una política que implica un aumento de la polución.
Hubo que esperar las consecuencias del huracán Katrina de agosto de 2005 para que la Casa Blanca comenzara, con desgano, a reconocer la evidencia.
El CADTM, así como otros movimientos, no ha esperado una catástrofe como la que golpeó a Nueva Orleáns para reprochar al Banco Mundial y al FMI las políticas que han favorecido el cambio climático y que han debilitado la capacidad de los países en desarrollo para hacer frente a las calamidades naturales. El CADTM denunció la promoción hecha por el Banco Mundial y el FMI de políticas que favorecen la deforestación y el desarrollo de megaproyectos energéticos destructores del medio ambiente [8].
Del mismo modo, pidió al Banco Mundial abandonar el apoyo a los proyectos destructores de las protecciones naturales de las costas tales como los manglares que amortiguan los efectos de tipo maremoto (tsunami) [9]. El CADTM ha exigido igualmente que el Banco Mundial suspenda sus préstamos en el sector de las industrias extractivas. Finalmente el CADTM ha criticado la decisión tomada por la Conferencia de Río de 1992 de confiar al Banco Mundial la gestión de un fondo mundial de protección al medio ambiente. Eso lleva sin duda a confiar al zorro el cuidado de las gallinas.
El cambio de dirección iniciado por el Banco
Sin la menor autocrítica, el Banco Mundial publicó en abril de 2006 un informe consagrado a las catástrofes naturales. Su autor, Ronald Parker, escribe: «Hay un aumento de las catástrofes relacionadas a la degradación del medio ambiente a lo largo y a lo ancho de todo el planeta» [10].
Mientras que la cantidad de terremotos permanece casi constante, la cantidad y la amplitud de las catástrofes naturales relacionadas al clima están en fuerte aumento: de un promedio anual de 100 en 1975, pasaron a más de 400 en el año 2005. El Banco reconoce que el calentamiento global, la deforestación y la erosión del suelo han aumentado la vulnerabilidad de regiones enteras. El Banco estima que los países en desarrollo sufrieron daños de al menos 30.000 millones de dólares por año. Como lo declara Lester Brown, director del Earth Policy Institute: «Ese Informe resalta que, aunque continuemos calificando a las catástrofes como “naturales”, ellas son a veces claramente de origen humano» [11].
El informe de Nicholas Stern sobre el calentamiento global
Nicholas Stern es bien claro: los países menos industrializados, aunque menos responsables del calentamiento global, serán los más afectados: «Todos los países serán afectados. Los más vulnerables -los países y poblaciones más pobres- sufrirán más y más temprano, aunque hayan contribuido mucho menos al cambio climático». Agrega, en completa contradicción con la filosofía de los partidarios de la mundialización neoliberal, que: “El cambio climático es el fracaso más grande del mercado que el mundo haya conocido e interactúa con las otras imperfecciones del mercado”.
Dicho esto, Nicholas Stern no propone en absoluto alternativas al modelo productivista y al mercado capitalista. Al contrario, su informe tiene por objeto hacer sonar las campanas de alarma a fin de que fondos suficientes sean consagrados a los gastos de reconversión industrial y de protección del medio ambiente, de tal manera de permitir la continuación de este crecimiento ciego. Afirma que la humanidad puede ser al mismo tiempo “verde” y “pro-crecimiento” (“green and growth”)
Explica que el mercado de la protección del medio ambiente va a ofrecer un nuevo nicho de mercado al sector privado para obtener beneficios. Y para coronar todo ello, explica que dado que los PED contaminan menos que los países industrializados, sufriendo al mismo tiempo más los efectos del calentamiento global, podrán vender a los países ricos derechos para seguir contaminando. Con las ganancias provenientes de la venta de los derechos, podrán financiar la reparación de los daños sufridos por su población.
Conclusión
Una vez más, los partidarios del modelo productivista dominante han comenzado por negar la existencia de un problema crucial, en este caso el de los daños medioambientales y del calentamiento global, y han continuado promoviendo con fuerza políticas que agravarían la situación. Más tarde, cuando la situación se tornó insostenible, lanzaron la primicia en los medios internacionales publicando un informe sobre el tema, intentando otorgar crédito a la idea de que las instituciones internacionales y los gobiernos de los países más industrializados han tomado conciencia de ese grave problema, de hecho voluntariamente ocultado durante decenios. En resumidas cuentas, los defensores del sistema actual hacen creer que el sistema está en condiciones de aportar una solución al problema del cuál es la causa fundamental, permitiendo así su propia perpetuación. Es urgente comprender que la sola solución justa y duradera pasa justamente por el cuestionamiento de este sistema capitalista productivista, estructuralmente generador de daños medioambientales y de desigualdades galopantes.
Enero 2007
Traducido por Guillermo Parodi. Revisado por Griselda Pinero.
[1] Nicholas STERN, STERN REVIEW: The Economics of Climate Change, octobre 2006. Todas las referencias al Informe Stern en el presente artículo provienen de las conclusiones del mismo. Es posible acceder al Informe completo en el sitio Internet del gobierno británico.
[2] Nicholas Stern fue economista jefe y vicepresidente del Banco Mundial de 2000 a 2003.
[3] Lawrence Summers, con ocasión de la asamblea anual del Banco Mundial y del FMI en Bangkok en 1991, entrevista con Kirsten Garrett, «Background Briefing», Australian Broadcasting Company, second programme.
[4] «Summers on Sustainable Growth», carta de Lawrence Summers a The Economist, 30 de mayo de 1992.
[5] Nicholas Stern y Francisco Ferreira in Kapur, Devesh, Lewis, John P., Webb, Richard. 1997. The World Bank, Its First Half Century, Volume 2: Perspectives, p. 566.
[6] En Alternatives économiques, n° 239, septiembre de 2005
[7] El PIB por habitante sobrepasa los 20 000 dólares en los países de América del Norte, Europa occidental, Japón, Australia y Nueva Zelanda.
[8] Ver especialmente, Eric Toussaint, Deuda externa en el Tercer Mundo: las finanzas contra los pueblos, Nueva Sociedad-CADTM-CSAPN, 1998, capitulo 9.
[9] Damien Millet y Eric Toussaint, Los Tsunamis de la deuda, Icaria - Intermon, Barcelona, 2006
[10] Citado en el Financial Times, 22-23 de abril de 2006.
[11] Citado en el Financial Times, 22-23 de abril de 2006.
doctor en Ciencias políticas de la Universidad de Lieja y de la Universidad de París VIII, es el portavoz del CADTM internacional y es miembro del Consejo Científico de ATTAC Francia.
Es autor de diversos libros, entre ellos: Banco Mundial. Una historia crítica, El Viejo Topo, 2022 Capitulación entre adultos. Grecia 2015: Una alternativa era posible, El Viejo Topo, Barcelona, 2020; Sistema Deuda. Historia de las deudas soberanas y su repudio, Icaria Editorial, Barcelona 2018; Bancocracia Icaria Editorial, Barcelona 2015; Una mirada al retrovisor: el neoliberalismo desde sus orígenes hasta la actualidad, Icaria, 2010; La Deuda o la Vida (escrito junto con Damien Millet) Icaria, Barcelona, 2011; La crisis global, El Viejo Topo, Barcelona, 2010; La bolsa o la vida: las finanzas contra los pueblos, Gakoa, 2002. Ha sido miembro de la Comisión de Auditoria Integral del Crédito (CAIC) del Ecuador en 2007-2011.
Coordinó los trabajos de la Comisión de la Verdad Sobre la Deuda, creada por la presidente del Parlamento griego. Esta comisión funcionó, con el auspicio del Parlamento, entre abril y octubre de 2015. El nuevo presidente del Parlamento griego anunció su disolución el 12 de noviembre de 2015.
Cuando el presidente Joe Biden afirma que EEUU nunca ha denunciado ninguna deuda, es una mentira para convencer a la gente de que no hay alternativa a un mal acuerdo bipartidista
Techo de deuda de EEUU: El repudio de deudas por el presidente Franklin Roosevelt, algo que ni se menciona28 de mayo, por Eric Toussaint
Serie
La Deuda en América Latina y el Caribe (1ra parte)25 de mayo, por Eric Toussaint , Julio C. Gambina , Maria Elena Saludas , Héctor Torres
25 de mayo, por Eric Toussaint , Sushovan Dhar
Argentina
Ley Belga sobre los “Fondos Buitre”8 de mayo, por Eric Toussaint , Radio Cut
Chile
Presentación del libro: “Banco Mundial - Una historia crítica”24 de abril, por Eric Toussaint , Pablo Abufom
ENTREVISTA A ÉRIC TOUSSAINT EN EL MEDIO ARGENTINO ’CANAL ABIERTO’
“Deuda odiosa”: Cómo y por qué se debe repudiar el acuerdo con el FMI18 de abril, por Eric Toussaint , Canal Abierto , Diego Leonoff
Revista crisis
El mundo en crisis / Hay vida fuera del fondo6 de abril, por Eric Toussaint , Marco Teruggi , Mario Santucho
6 de abril, por Eric Toussaint , Somos Radio AM 530 , Daniel Tognetti , Raúl «Rulo» Dellatorre , Amado Boudou , Valentina Castro , Noemí Brenta
Chile
Charla crisis del capitalismo y lucha contra las deudas ilegítimas5 de abril, por Eric Toussaint , Maria Elena Saludas
ENTREVISTA RADIOFÓNICA EN ARGENTINA
Éric Toussaint: “Es tiempo de suspender el pago inicial del acuerdo con el FMI”1ro de abril, por Eric Toussaint