16 de julio de 2015 por Yorgos Mitralias
El funesto lunes, 13 de julio de 2015, puede tener un solo precedente. El también funesto 4 de agosto de 1014 del Partido Socialdemócrata alemán en el Parlamento de Berlín, que supuso el principio de la tragedia del siglo XX. Una tragedia cuyas consecuencias aún se dejan sentir hoy…
Y hoy, como entonces, todo este desastre estuvo precedido por decenas, cientos de promesas de fidelidad a los valores del socialismo, al No inquebrantable que los socialistas iban a dirigir a los chantajes de la derecha, del capital y de los burgueses. «Nunca más la guerra», prometieron entonces. «No me convertiré en un nuevo Papadimos», nos decían ayer.
Pero, he aquí, nuestros buenos burócratas han cedido a las presiones: Votaron entonces créditos de guerra y han consentido hoy la transformación de Grecia en colonia de la deuda
Deuda
Deuda multilateral La que es debida al Banco Mundial, al FMI, a los bancos de desarrollo regionales como el Banco Africano de Desarrollo y a otras organizaciones multilaterales como el Fondo Europeo de Desarrollo.
Deuda privada Préstamos contraídos por prestatarios privados sea cual sea el prestador.
Deuda pública Conjunto de préstamos contraídos por prestatarios públicos. Reescalonamiento. Modificación de los términos de una deuda, por ejemplo modificando los vencimientos o en relación al pago de lo principal y/o de los intereses.
. Naturalmente, mientras afirman que «se ha evitado lo peor» y mientras prometen que muy pronto van a volver al buen camino.
Evidentemente, sabemos que el devenir de los acontecimientos ha sido otro. No sólo no han vuelto sobre sus pasos… socialistas, sino que se han alejado cada vez más deprisa de sus raíces, para llegar finalmente a cruzar el Rubicón de clase y transformarse en buenos y leales gestores del sistema capitalista y de su… barbarie.
Pero, atención. La deriva de los burócratas hacia su total envilecimiento y la completa traición de sus aspiraciones juveniles tiene su lógica implacable. Para alcanzar su infamia actual, la socialdemocracia ha tenido que no sólo limpiar sus filas de los impenitentes de las «líneas rojas» de su pasado, sino que ¡también ha tenido que exterminarlos! En efecto, fue un líder y ministro el Bluthund (perro ensangrentado) Noske quien disparó el cañón contra los barrios obreros de las ciudades alemanas, quien inundó de sangre la revuelta de Spartakus Bund, asesinó a Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht y… preparó el terreno para la aparición y el triunfo final del monstruo nazionalsocialista.
¿Y ahora? ¿Será verdad que todo esto no son más que viejas historias que ya no proceden en nuestra época «postmoderna»? Si creemos lo que va a pasar tras la firma del infame acuerdo de Bruselas, no osaremos afirmar que la historia no se repite. La cabeza de Zoé y Lafazanis [1] ya no es pedida por sus enemigos habituales de clase, sino también y sobre todo por sus camaradas de ayer. Y desgraciadamente, son estos últimos los que se distinguen por un odio feroz a la manera de los diversos Noske que plagan la historia de la socialdemocracia de estos últimos cien años…
Entonces atención, porque la historia no se repite siempre como farsa, sino también como tragedia. Como entonces, pueden también hoy producirse, y ya se han producido, cosas que en la víspera parecían simplemente imposibles e impensables. Cosas que sobrepasan el entendimiento humano, como por ejemplo que es posible que los camaradas de ayer puedan hacer frente común con sus enemigos de clase para reprimir a los «románticos impenitentes» que persisten en decir que «¡el burro no vuela! [2] Y lo peor es que ya entrevemos en el Gobierno y en Syriza varias mediocridades burocráticas que parecen proponer ya su candidatura para convertirse mañana en clones del ’Bluthund’ Noske…
Sabemos que la mayor parte de la gente de izquierda de buena fe no puede ni explicarse qué pasa, ni digerir de un día para otro la «traición» de sus camaradas. Su confusión está justificada y es comprensible. Por cierto, ¿no fue el propio Lenin quien, varios días después del funesto 4 de agosto de 1914, se negaba a creer que su buen amigo Kautsky y su partido habían votado los créditos de guerra y seguía considerando «falsos» y productos del Estado Mayor Alemán los ejemplares del diario del SPD que elogiaban la participación de los socialdemócratas en la «Unión Sagrada» y la primera carnicería mundial?...
Sin embargo, hoy como entonces, lo que está en juego es de tal importancia histórica que nos obliga a salir lo antes posible de nuestra perplejidad y de nuestra confusión actual. Es decir, antes de que sea demasiado tarde no sólo para los ciudadanos y gentes de izquierda griegos, sino también para los trabajadores y la Izquierda de Europa entera. Y esto porque Syriza -a menudo idealizada- ha sido hasta ayer la referencia y la esperanza de millones de personas en nuestro viejo continente, y la actual sumisión sin condiciones de su dirección amenaza acarrear consecuencias catastróficas y de larga duración mucho más allá de las fronteras griegas.
En otros términos, ahora es la hora de las grandes decisiones porque urge para cada uno y cada una de nosotras -en Grecia y en Europa- elegir quién nos abandonara y quién nos acompañará el resto del camino. Sí, es seguro que esta elección no es fácil ni insignificante, sobre todo en un momento en el que la Izquierda y los movimientos sociales no están en plena forma. Así pues, se nos impone por los terribles peligros de nuestros tiempos, por las nubes negras de la amenaza neofascista que se ciernen sobre Europa, por la actual arrogancia e insolencia sin límites del capitalismo triunfante que no puede prometer más que sus grandes males a la humanidad.
Hace un siglo, el principio de la necesaria reconstrucción y recomposición tuvo como punto de partida un Zimmerwald. ¿Cuál podría ser el Zimmerwald de nuestros tiempos tan difíciles y peligrosos?
Traducido por Fa Marcar
[1] Zoé Konstantopoulou, presidenta del Parlamento griego, y Panagiotis Lafazanis, líder de la Plataforma de Izquierda son las principales bestias negras de la reacción griega.
[2] La pregunta irónica griega»¿Los burros vuelan?" se refiere habitualmente a aquellos que muestran comportamientos serviles hacia las autoridades.
Periodista, Giorgos Mitralias es uno de los fundadores y animadores del Comité griego contra la deuda, miembro de la red internacional CADTM.
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