El Fondo Monetario Internacional y Brasil

5 de abril de 2005 por Ricardo Antunes




Brasil cerró su ciclo de acuerdos con el FMI FMI
Fondo monetario internacional
El FMI nace, el mismo día que la Banca mundial, con la firma de los acuerdos de Bretton Woods. En su origen el rol del FMI era defender el nuevo sistema de cambios fijos instaurado.

A la finalisación de estos acuerdos (1971), el FMI es mantenido y se transforma paulatinamente en el gendarme y el bombero del capitalismo mundialisado : gendarme cuando impone los programas de ajuste estructural ; bombero cuando interviene financiaramente para sostener los países tocados por una crisis financiera.

Su modo de decisión es el mismo que el del Banco mundial y se basa sobre una repartición del derecho de voto en proporción a los aportes de cotisación de los países miembros. Estatutariamente es necesario el 85% de los votos para modificar la Carta del FMI (los EE.UU. poseen una minoria de bloqueo dado a que posees el 16,75 % de voces). Cinco países dominan : Los EE.UU. (16,75 %), el Japon ( 6,23 %), la Alemania (5,81%), Francia (4,29 %), y Gran Bretaña (4,29%). Los otros 177 Estados miembros estan divididos en grupos dirigidos, cada vez, por un país. El grupo más importante (6,57%) esta dirigido por Belgica. El grupo menos importante (1,55% de voces) precidido por el Gabon (países africanos).

Su capital está compuesto del aporte en divisas fuertes (y en monedas locales) de los países miembros. En función de este aporte, cada miembro se ve favorecido con Derechos Especiales de Giro (DEG) que son de hecho activos monetarios intercambiables libre e inmediatamente contra divisas de un tercer país. El uso de estos DEG corresponde a una política llamada de estabilización a corto plazo de la economía, destinada a reducir el déficit presupuestario de los países y a limitar el crecimiento de la masa monetaria. Esta estabilización constituye frecuentemente la primera fase de intervención del FMI en los países endeudados. Pero el FMI considera que en adelante es tarea suya (tras el primer choque petrolero de 1974-1975) actuar sobre la base productiva de las economías del Tercer Mundo reestructurando sus sectores internos; se trata de una política de ajuste a más largo plazo de la economía. Lo mismo sucede con los países llamados en transición hacia una economía de mercado. (Norel y Saint-Alary, 1992, p. 83).

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iniciado en el período FHC [el ex-presidente Fernando Henrique Cardoso]. El gobierno del PT aprovecha, así, para buscar una mejor imagen en el momento en que aumentan los índices de reprobación. Sólo puede ser eso lo que justifique el alarde de que Brasil ya “anda con sus propias piernas”, conforme un discurso atribuido a Lula. Piernas que están quebradas, pero eso él no lo puede decir, porque eso sería reconocer el fracaso de su gobierno. Eso sólo valía cuando el tucanato estaba en el poder.

De hecho, no es más necesario el acuerdo con el FMI. Ya hubo una completa y cabal asimilación del espíritu del Fondo en la política económica del trío Lula/Palocci/Meirelles. Mucho más de lo que el FMI esperaba. Tal fue el desempeño brasileño que el locuaz Sr. Rato, director gerente del FMI e ex ministro del ultraderechista gobierno de Aznar, dijo que fueron “impresionantes los éxitos económicos (de Brasil) en los últimos dos años”. (O Estado de São Paulo, 26/marzo/2005, B3). FHC debe haber quedado con envidia. Hizo todo lo que hizo, y el Fondo no se cansa de elogiar al gobierno del PT.

Así, un nuevo acuerdo se ha convertido en algo superfluo e innecesario. La política económica vigente es la interiorización completa y visceral del recetario y de las (des)orientaciones del FMI. Si ellos no imponen tranquilamente su política en Argentina y si el gobierno de Venezuela es otra historia, aquí el Fondo llegó más adentro. Basta recordar que una de las primeras medidas tomadas por el gobierno del PT fue la de aumentar, sin que el FMI lo exigiera, el superávit de nuestras cuentas, para que los recursos y el pago de nuestro endeudamiento estuvieran garantizados.

Pero, a pesar de eso, el FMI alerta: Brasil sigue vulnerable frente a las oscilaciones de la economía global especialmente por causa de nuestra deuda Deuda Deuda multilateral La que es debida al Banco Mundial, al FMI, a los bancos de desarrollo regionales como el Banco Africano de Desarrollo y a otras organizaciones multilaterales como el Fondo Europeo de Desarrollo.
Deuda privada Préstamos contraídos por prestatarios privados sea cual sea el prestador.
Deuda pública Conjunto de préstamos contraídos por prestatarios públicos. Reescalonamiento. Modificación de los términos de una deuda, por ejemplo modificando los vencimientos o en relación al pago de lo principal y/o de los intereses.
pública, considerada alta. (O Estado de São Paulo, 26/marzo/2005, B3). O sea, al contrario de lo que dice el gobierno Lula, la política económica vigente, después de todo el sacrificio hecho, aumentando en dos millones el número de desempleados, entre 2003/2004; ampliando en casi el 60% el contingente de trabajadores en negro; llevando a los cielos las tasas de interés Interés Cantidad pagada como remuneración de una inversión o percibida por un prestamista. El interés se calcula sobre la base de la cantidad de capital invertido o prestado, de la duración de la operación y del último tipo aplicado en ese momento. , que consolidan a este país como el paraíso de los bancos, aún así Brasil sigue vulnerable a los cambios en el escenario internacional. La apariencia es de una recuperación de la autonomía; la esencia es la de un país más servil y dependiente hoy que ayer.

Si el gobierno Lula quisiera realizar un cambio a fondo -aquí sin figurativos- tendría que haber seguido, desde el primer día de su gobierno, otro camino, realizando un cambio completo de ruta. Debería haber estancado el brutal proceso de concentración de capital y financierización de la economía, además de oponerse a la informalidad y a la precarización del trabajo. Hace dos años, con casi 53 millones de votos, eso habría sido posible. Hoy, al contrario, el gobierno se tornó responsable por un pragmatismo contingente, desfigurado y dócil. Y, como si fuera poco, deslumbrado.

Entonces, se puede comprender mejor la erosión de la tasa de aprobación, bien como la pérdida de confianza en el gobierno Lula, en el reciente sondeo CNI/Ibope, que contabiliza cuatro puntos porcentuales menos que en la encuesta anterior. (Jornal do Brasil, 23/03/2005, A2). Parece que se reduce la paciencia popular y que está acabando un período de esperas. Algo similar le ocurrió a FHC; ahora es la vez del lulismo comenzar a menguar.

Más allá del fracaso social completo de su política económica, que en contrapartida deja a los Bancos en estado catártico, es hoy límpidamente visible que la política del gobierno Lula sólo viene recogiendo atropellos, que ayudan a empujar más abajo su popularidad. Inicialmente, en la elección para la presidencia de la Cámara, llevó una paliza del experimentado Severino, que tiene apariencia de simplón y de jocoso, pero que en el fondo está con un ojo en el Planalto.

La reforma ministerial abortada es otra muestra de la erosión del gobierno. Después de dos semanas refritando ministros e inventando otros, el mismo Severino acabó estancando todo el burdo plan que había sido montado por el Planalto, donde hasta el clan de los Sarney sería contemplado en el vale-todo del gobierno. Aparentemente, Lula habría salido victorioso, frenando la reforma ministerial, pero de hecho continúa prisionero del centro y de la derecha, arrastrando por un tiempo más la refritura de ministros, sólo que ahora en baño María. No sabe cómo hacer para reponer una mayoría parlamentaria: sin reforma ministerial no amplía su base y, con ella, se atolla cada vez más en la lógica muy severina del Parlamento.

Como si eso no bastase, aquí va la última: en el mismo sondeo arriba mencionado, el de la CNI/Ibope, Lula encuentra en el PSDB (Alckmin/Serra) una oposición electoral fuerte, que puede aventajarle aliándose a Cesar Maia, del PFL. Sería la vuelta del nefasto esquema que dio sustentación a FHC, dupla que puede dificultar en mucho el sueño de la reelección de Lula. Sólo falta que Severino y su lumpen-parlamentariado lancen su nombre en el tablero de los candidatos, empujando la cosa más a la derecha, para aumentar el desasosiego general.

Tal vez le quepa a la brava senadora Heloísa Helena, que llega al 48% de las intenciones de voto sin nunca haber sido candidata, a acreditarse para mostrar que no murió la alternativa de la izquierda en Brasil. O, mejor aún, que es necesario ayudarla a renacer.

Con ello se daba por muerto al multilateralismo -y la influencia de la ONU- y cobró supremacía el unilateralismo que caracteriza los tiempos que vivimos. ¿El ideólogo de la doctrina Powell?, ya se lo imaginan: Wolfowitz, el más intelectual de los vulcanos. ¿Ha funcionado la doctrina? Los resultados están a la vista.

El ambicioso grupo animó a Washington a adoptar la doctrina Powell a partir del éxito obtenido en Granada y Panamá, que, como sabemos, son dos naciones de escala muy reducida donde se aplicó por primera vez la nueva estrategia arrasadora de Estados Unidos. De entonces a Afganis-tán e Irak no ha habido cambio y en cada acción Acción Título mobiliario emitido por una sociedad de acciones. Este título representa una fracción del capital social. En particular otorga a su titular (el accionista) el derecho a percibir una parte de los beneficios distribuidos (el dividendo) y de participar en las asambleas generales de la empresa. de Powell y los vulcanos estuvo detrás el talento macabro del nuevo presidente del Banco Mundial Banco mundial Creado en 1944 en Bretton Woods en el marco del nuevo sistema monetario internacional, el Banco posee un capital aportado por los países miembros (189 miembros el año 2017) a los cuales da préstamos en el mercado internacional de capitales. El Banco financia proyectos sectoriales, públicos o privados, con destino a los países del Tercer Mundo y a los países antes llamados socialistas. Se compone de las siguientes tres filiales.

Mas...
, Paul Wolfowitz, reconocido por su carácter intolerante e impositivo y porque sabe mucho de guerras y nada de banca y menos de desarrollo. Su carrera también está a la vista.

Así se las gasta George Bush; nosotros aplaudimos y nos dedicamos a lo nuestro, que es lo importante, por supuesto: ¡a la alta, visionaria y profunda, política nacional!


Fuente: Jornal do Brasil. Traducido para Rebelión (www.rebelion.org) por Aldo de Vos.

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