Nuestro futuro es público: Declaración de Santiago por los Servicios Públicos

26 de enero por Colectivo


Del 29 de noviembre al 2 de diciembre, más de mil representantes de más de cien países, de movimientos de base, organizaciones de derechos humanos y de desarrollo, movimientos feministas, sindicatos y otras organizaciones de la sociedad civil, se reunieron en Santiago de Chile, y de forma virtual, para debatir el papel crítico de los servicios públicos para nuestro futuro.



Nos encontramos en una coyuntura crítica. En un momento en que el mundo se enfrenta a una serie de crisis, desde la emergencia medioambiental hasta el hambre y la profundización de las desigualdades, pasando por el aumento de los conflictos armados, las pandemias, el aumento del extremismo y la escalada de la inflación Inflación Subida acumulativa del conjunto de los precios (por ejemplo, una subida del precio del petróleo, que conlleva luego un reajuste de los salarios al alza, luego la subida de otros precios, etc.). , está gestándose una respuesta colectiva. Se está creando un gran movimiento y están surgiendo soluciones concretas para contrarrestar el paradigma dominante de crecimiento, privatización y mercantilización.

Cientos de organizaciones de los sectores de la justicia socioeconómica y los servicios públicos, desde la educación y la salud hasta los cuidados, la energía, la alimentación, la vivienda, el agua, el transporte y la protección social, se están uniendo para hacer frente a los efectos nocivos de la comercialización de los servicios públicos, reclamar el control público democrático de los mismos y volver a imaginar una economía verdaderamente igualitaria y orientada a los derechos humanos que funcione para las personas y el planeta. Exigimos el acceso universal a unos servicios públicos de calidad, equitativos y transformadores de las relaciones desiguales de género como base de una sociedad justa y equitativa.

El marco político común de la colonialidad nos ayuda a reconocer las estructuras y mentalidades que históricamente han construido y siguen impulsando la desigualdad económica, la injusticia y la austeridad, que han dejado a los servicios públicos crónicamente desfinanciados durante décadas. La economía neoliberal, magnificada por el actual modelo de hiperglobalización, se define por perpetuar la extracción, el control, la dependencia, la subyugación, el patriarcado y la actual división global del trabajo, afectando desproporcionadamente al Sur Global.

La comercialización y privatización de los servicios públicos y la mercantilización de todos los aspectos de la vida han impulsado crecientes desigualdades y arraigadas disparidades de poder, dando preeminencia a las ganancias y la corrupción sobre los derechos de las personas y el bienestar ecológico y social. Estos fenómenos afectan negativamente a las y los trabajadores, a las personas usuarias de los servicios y a las comunidades, y los costos y daños recaen de manera desproporcionada en las personas y comunidades que han sido históricamente explotadas.

La devaluación Devaluación Modificación a la baja del tipo de cambio de una moneda frente a otras divisas. del estatus social de las personas que trabajan en los servicios públicos, el empeoramiento de sus condiciones laborales y los ataques contra sus sindicatos son algunos de los retrocesos más preocupantes de nuestro tiempo y una amenaza para nuestros espacios colectivos. Esto está profundamente ligado a la organización patriarcal de la sociedad, en la que las mujeres, como trabajadoras y cuidadoras, están infravaloradas y absorben los choques sociales y económicos. Son las primeras en sufrir los recortes del sector público, pues además de ver su acceso restringido a estos servicios y a oportunidades de trabajo decente, tienen que enfrentar una carga creciente de trabajo de cuidado no remunerado.

Los recortes de austeridad en los presupuestos del sector público y en la masa salarial están impulsados por una mentalidad ideológica arraigada en el Fondo Monetario Internacional FMI
Fondo monetario internacional
El FMI nace, el mismo día que la Banca mundial, con la firma de los acuerdos de Bretton Woods. En su origen el rol del FMI era defender el nuevo sistema de cambios fijos instaurado.

A la finalisación de estos acuerdos (1971), el FMI es mantenido y se transforma paulatinamente en el gendarme y el bombero del capitalismo mundialisado : gendarme cuando impone los programas de ajuste estructural ; bombero cuando interviene financiaramente para sostener los países tocados por una crisis financiera.

Su modo de decisión es el mismo que el del Banco mundial y se basa sobre una repartición del derecho de voto en proporción a los aportes de cotisación de los países miembros. Estatutariamente es necesario el 85% de los votos para modificar la Carta del FMI (los EE.UU. poseen una minoria de bloqueo dado a que posees el 16,75 % de voces). Cinco países dominan : Los EE.UU. (16,75 %), el Japon ( 6,23 %), la Alemania (5,81%), Francia (4,29 %), y Gran Bretaña (4,29%). Los otros 177 Estados miembros estan divididos en grupos dirigidos, cada vez, por un país. El grupo más importante (6,57%) esta dirigido por Belgica. El grupo menos importante (1,55% de voces) precidido por el Gabon (países africanos).

Su capital está compuesto del aporte en divisas fuertes (y en monedas locales) de los países miembros. En función de este aporte, cada miembro se ve favorecido con Derechos Especiales de Giro (DEG) que son de hecho activos monetarios intercambiables libre e inmediatamente contra divisas de un tercer país. El uso de estos DEG corresponde a una política llamada de estabilización a corto plazo de la economía, destinada a reducir el déficit presupuestario de los países y a limitar el crecimiento de la masa monetaria. Esta estabilización constituye frecuentemente la primera fase de intervención del FMI en los países endeudados. Pero el FMI considera que en adelante es tarea suya (tras el primer choque petrolero de 1974-1975) actuar sobre la base productiva de las economías del Tercer Mundo reestructurando sus sectores internos; se trata de una política de ajuste a más largo plazo de la economía. Lo mismo sucede con los países llamados en transición hacia una economía de mercado. (Norel y Saint-Alary, 1992, p. 83).

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y en muchos Ministerios de Finanzas que sirven a los intereses de las empresas por encima de las personas, perpetuando dependencias y deudas insostenibles. Las normas fiscales y tributarias injustas vigentes, a escala nacional e internacional, reproducen las enormes desigualdades en la acumulación y concentración de la renta, la riqueza y el poder entre y al interior de los países. La financiarización de una amplia gama de acciones y decisiones públicas entrega el poder a quienes acumulan la riqueza y socava la democracia.

Este encuentro en Chile se produce tras años de creciente movilización en todo el mundo. Tiene como bases la conferencia internacional de 2019 en Ámsterdam y el libro resultante El futuro es público: Hacia la propiedad democrática de los servicios públicos, así como una serie de eventos pioneros que reunieron a miles de personas en línea, y la adopción en 2021 del Manifiesto Mundial por los Servicios Públicos y del Manifiesto por la Reconstrucción de la Organización Social del Cuidado.

 Nuestro futuro es público

Nos comprometemos a seguir construyendo un movimiento interseccional por un futuro que sea público. Un futuro en el que nuestros derechos estén garantizados, no en función de nuestra capacidad de pago o de si un sistema produce ganancias, sino de si nos permite asegurar la dignidad de todas las personas y convivir en condiciones de paz e igualdad: si permite nuestro buen vivir.

Un futuro público es aquel en el que ni las mujeres, ni los pueblos Indígenas, ni las personas con discapacidad, ni la clase trabajadora, ni los inmigrantes, ni las minorías raciales, étnicas o sexuales soportan una carga injusta y desigual en nuestras sociedades. Es un futuro en el que se rompe con el prolongado legado del colonialismo mediante reparaciones significativas, la cancelación de la deuda Deuda Deuda multilateral La que es debida al Banco Mundial, al FMI, a los bancos de desarrollo regionales como el Banco Africano de Desarrollo y a otras organizaciones multilaterales como el Fondo Europeo de Desarrollo.
Deuda privada Préstamos contraídos por prestatarios privados sea cual sea el prestador.
Deuda pública Conjunto de préstamos contraídos por prestatarios públicos. Reescalonamiento. Modificación de los términos de una deuda, por ejemplo modificando los vencimientos o en relación al pago de lo principal y/o de los intereses.
y una revisión completa de nuestro sistema económico mundial, incluyendo la reducción en el uso de recursos materiales y de energía en los países ricos.

La cuestión de a quién pertenecen nuestros recursos y nuestros servicios es fundamental. Un futuro público significa garantizar que todo lo esencial para una vida digna esté fuera del control privado y bajo formas decoloniales de control colectivo, transparente y democrático. En algunos contextos, esto significa intervenciones locales, regionales y/o nacionales decisivas por parte del Estado. En otros contextos, esto significa fortalecer las organizaciones populares, incluidos los sindicatos, y ampliar los espacios de autogobierno, los bienes comunes Bienes comunes En economía los bienes comunes se caracterizan por un modo de propiedad colectiva, que se diferencia tanto de la propiedad privada como de la pública. En filosofía hacen referencia a aquello que comparten los miembros de una misma comunidad, ciudad o la propia humanidad, desde un punto de vista jurídico, político o moral. y el control colectivo y comunitario de los recursos. Valoramos las asociaciones público-públicas o público-comunitarias o populares, pero nos oponemos a las asociaciones público-privadas que sólo sirven para extraer recursos de lo público para intereses privados.

Un futuro que sea público también significa crear las condiciones para permitir sistemas de producción alternativos, incluida la priorización de la agroecología como componente esencial de la soberanía alimentaria. Para ello necesitamos recuperar el control de los procesos de toma de decisiones y de las instituciones frente a las actuales formas de captura corporativa de forma que podamos decidir para qué, para quién y cómo proporcionamos, gestionamos y poseemos colectivamente los recursos y los servicios públicos.

Un futuro público no será posible sin emprender una audaz acción nacional colectiva a favor de reformas fiscales y económicas progresistas y ambiciosas, transformadoras de las relaciones desiguales de género, que amplíen masivamente la financiación de los servicios públicos universales. Estas reformas deben complementarse con cambios de fondo en la arquitectura de las finanzas públicas internacionales, así como en la gobernanza fiscal, comercial y de la deuda. Debemos aprovechar el impulso generado por los recientes éxitos de los países africanos y de otros países del Sur Global hacia la creación de un marco intergubernamental de la ONU sobre fiscalidad y la IV Conferencia sobre Financiación para el Desarrollo.

Democratizar la gobernanza económica hacia procesos verdaderamente multilaterales es fundamental para acabar con el poder de las organizaciones neoliberales dominantes y reorientar las instituciones financieras nacionales e internacionales, por fuera de los patrones raciales, patriarcales y coloniales del capitalismo, hacia la justicia socioeconómica, la sostenibilidad ecológica, los derechos humanos y los servicios públicos. Es igualmente esencial exigir el pago de la deuda climática y ecológica del Norte Global; llevar a cabo una reducción acelerada del uso excesivo de energía y recursos materiales por parte de las economías ricas; responsabilizar a los grandes contaminadores por el legado histórico de sus infracciones; acelerar la eliminación progresiva de los combustibles fósiles; y priorizar cambios profundos del sistema financiero internacional.

Un Futuro que sea Público reconoce la urgente necesidad de la solidaridad internacional y de soluciones sistémicas globales pero diferenciadas contextualmente. Es un elemento esencial de una transición justa, feminista y decolonial, que sitúa a las personas usuarias y trabajadoras de los servicios públicos en el centro, y nos permita reconstruir un pacto social sostenible para el siglo XXI.

 Pasaremos a la acción

Uniremos fuerzas entre sectores, regiones y movimientos para formular y llevar a cabo estrategias comunes y nuevas alianzas hacia propuestas conjuntas para una transición justa, feminista y decolonial frente a la crisis climática y medioambiental. Trabajaremos para transformar nuestros sistemas, valorando los derechos humanos y la sostenibilidad ecológica por encima del crecimiento del PIB Producto interno bruto
PIB
El PIB es un índice de la riqueza total producida en un territorio dado, estimada sobre la base de la suma de los valores añadidos.
y una definición estrecha de los beneficios económicos.

Nos comprometemos a trabajar en solidaridad con los grupos de base de todo el mundo, incluidos los pueblos Indígenas, las personas jóvenes, las personas mayores y las personas con discapacidad en torno a las siguientes acciones:

  • Trabajaremos de forma transversal y solidaria entre sectores y movimientos, construyendo nuestros análisis de forma colectiva y apoyando el trabajo y las reivindicaciones de otros sectores, aunando fuerzas en torno a luchas colectivas emblemáticas.
  • Convocaremos reuniones entre nuestros sectores, compartiremos buenas prácticas y desarrollaremos programas y reivindicaciones colectivas.
  • Informaremos dentro de nuestras organizaciones, redes y sectores sobre estas discusiones, y seguiremos reforzando y ampliando el compromiso de nuestros respectivos sectores como pilares del movimiento más amplio.
  • Trabajaremos juntos y juntas para reforzar los marcos institucionales y jurídicos de derechos humanos para la protección de los servicios públicos.Nos comprometemos a mantener un proceso de autorreflexión, transformación y acción organizativa e interseccional.
  • Trabajaremos para establecer un espacio colectivo virtual en el sitio web de Nuestro Futuro es Público para compartir experiencias y tácticas políticas.
  • Continuaremos articulando demandas frente a los responsables de las políticas y las inversiones en materia de servicios públicos, las cuales podrían adoptar la forma de pactos por los servicios públicos por parte de municipios, regiones y gobiernos nacionales.
  • Colaboraremos con las autoridades locales, nacionales e internacionales para apoyar modelos de gobernanza alternativos y más justos.
  • Consultaremos sobre la forma, el alcance y el enfoque que podría adoptar una Comisión Independiente de Servicios Públicos y trabajaremos juntos para construirla.
  • Organizaremos periódicamente espacios de encuentro para fortalecer a los grupos y movimientos que trabajan por nuestro futuro público y estudiaremos la posibilidad de celebrar otra conferencia mundial en los próximos tres años.

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