En 2017, Yanis Varoufakis publicó “Comportarse como adultos. Mi batalla contra el establishment europeo”, un grueso volumen que tuvo un gran éxito mundial e incluso fue llevado al cine por Costas Gavras, dos años después. El autor fue uno de los protagonistas de los acontecimientos griegos de la década que culminó en los primeros siete meses del gobierno SYRIZA-ANEL de 2015. Varoufakis, se convirtió en una celebridad, un verdadero fenómeno de nuestra época, y continúa estando políticamente activo en el ámbito internacional. .
A pesar del enorme éxito, su libro no muestra un análisis histórico ni equilibrado ni profundo de los eventos de SYRIZA. Aquellos que estuvieron personalmente involucrados en la debacle, se dieron cuenta inmediatamente de que Varoufakis recopiló cuidadosamente una serie de anécdotas con un propósito claro: justificar sus propias acciones y motivos post festum. Retorció la verdad histórica y tergiversó los acontecimientos para presentarse de la mejor manera posible. A este respecto, ha tenido mucho éxito, lo que la ha dado la oportunidad de continuar su carrera. En cambio, como participante en el episodio de SYRIZA fue un fracaso sin reservas.
Eric Toussaint acaba de escribir un libro que examina la trayectoria de Varoufakis con paciencia y habilidad. En el mismo, Toussaint analiza el contexto político más amplio de Grecia y Europa en la década de 2010 y, presenta una crítica aguda de la imposibilidad política de la estrategia de Varoufakis en 2015. La debacle de SYRIZA tiene sus raíces en esa imposibilidad política, que en última instancia se debió a Alexis Tsipras, el líder de SYRIZA.
Una rendición vergonzosa
Varoufakis se presenta en su libro como un feroz contrincante de la perversa élite europea, que lamentablemente no tuvo éxito porque la pusilánime SYRIZA, y especialmente su líder Alexis Tsipras, no estuvieron a la altura. Es una historia apasionante, contada con fragmentos grabados en secreto de las interminables reuniones diplomáticas y administrativas a las que asistió como Ministro de Finanzas. Desafortunadamente, también es completamente engañoso, como muestra Toussaint de forma metódica. Lejos de ser un oponente comprometido del statu quo europeo, Varoufakis se vendió.
Una simple evidencia es suficiente para probar esta afirmación, y Toussaint la discute con detenimiento. El notorio acuerdo del 20 de febrero de 2015 fue una rendición de SYRIZA en todos los puntos importantes en litigio con los prestamistas europeos, incluida la deuda pública, la acción soberana unilateral del gobierno griego, la anulación de la austeridad, etc. Esta rendición marcó el camino hacia la derrota final, y quebró las esperanzas de las fuerzas sociales que habían depositado su confianza en SYRIZA.
Ese acuerdo se selló menos de un mes después de la triunfante victoria electoral de SYRIZA, el 25 de enero, en un momento en que el gobierno contaba con el apoyo de más del 60% de la población. Fue firmado, por supuesto, por Varoufakis, quien abrió el camino a una serie de posteriores derrotas, hasta la rendición final en agosto de 2015. Dos años más tarde, su libro dio una imagen completamente diferente de sí mismo, como un luchador indomable, decepcionado por otros.
Lo cierto es que Varoufakis estaba extraordinariamente confundido acerca de la UE, ya que, mientras declaraba su intención de permanecer en la unión monetaria, insinuaba que Grecia podría abandonarla si los prestamistas no hacían concesiones a SYRIZA. Esta era una posición negociadora completamente insostenible para un país débil, con un gobierno inexperto liderado por un partido que, sistemáticamente, evitaba crear un movimiento popular genuino, para asegurar el apoyo popular contra los prestamistas y su propia élite gobernante. No es de extrañar que los acreedores apreciaran de inmediato la incoherencia de esta estrategia y, mediante un brutal chantaje en el que se utilizó la restricción de la liquidez proporcionada por el BCE, pudieran demolerla en la primera confrontación. Para añadir humillación a la derrota, hicieron que Varoufakis fuera el firmante del documento de rendición de febrero de 2015.
Lo que no hay que hacer
Varoufakis no era miembro de la izquierda de SYRIZA, de hecho, él mismo ha expresado sus dudas acerca de su pertenencia real a la izquierda. Como Toussaint nos recuerda, Varoufakis siempre fue un «electrón libre», que hizo un trato con la pequeña banda de oportunistas, alrededor de Tsipras, que dirigían el partido y el gobierno. Toussaint se esmera analizando el propósito de ese acuerdo. En mi opinión, es bastante sencillo. Varoufakis imaginó que estaba obteniendo vía libre para poner en práctica sus casquivanos esquemas, mientras que Tsipras lo usó como cobertura radical durante el crucial período inicial de SYRIZA en el poder. Tsipras es un operador político de un orden completamente diferente, un hombre centrado en el poder a toda costa y listo para hacer cualquier concesión para lograrlo.
Después de la rendición del 20 de febrero, Varoufakis se convirtió cada vez más en un objeto de burla de los ministros europeos de Finanzas, y Tsipras lo apartó de manera efectiva. Euclides Tsakalotos fue el verdadero Ministro de Finanzas de Grecia mucho antes de que asumiera formalmente ese cargo, para aplicar las medidas de austeridad del tercer rescate de SYRIZA. Una de las partes más engañosas del libro de Varoufakis es el célebre referéndum de julio de 2015, cuando el No del pueblo griego se convirtió en el Sí de Tsipras. En realidad, Varoufakis no desempeñó un papel particularmente importante en esos eventos, y ciertamente no fue un luchador intransigente, como le gusta retratarse a sí mismo. Aquellos que estén interesados en los detalles históricos pueden hacer una revisión rápida de su historial de votación en el Parlamento sobre el tercer rescate. Descubrirán un uso altamente táctico de su voto, con el objetivo de mantener canales abiertos con el gobierno de Tsipras.
La izquierda de SYRIZA, durante esos meses cruciales, estaba formada por muchas corrientes diferentes, entre las que la Plataforma de Izquierda era preeminente. La Plataforma de Izquierda dejó claro que no se podía perder el tiempo con el análisis político pueril de Varoufakis, señalando que conduciría al fracaso. Su propia tragedia fue que no abogó decididamente por un programa alternativo, incluida la salida de la unión monetaria, a pesar de que dicho programa estaba disponible, como confirma Toussaint. La debilidad de su liderazgo, ampliamente demostrada por la posterior desaparición del nuevo partido Unidad Popular, debe asumir parte de la culpa del eventual fracaso de SYRIZA, aunque la mayor parte corresponde, sin duda, a Tsipras y Varoufakis.
Eric Toussaint tuvo una presencia importante durante ese periodo, y fue muy activo en el «Comité para la Verdad sobre la Deuda Griega», una iniciativa dirigida por Zoe Konstantopoulou, la entonces Presidenta del Parlamento helénico. El objetivo del Comité era llevar a cabo una auditoría pública de la deuda pública griega, una propuesta que originalmente había hecho pública en 2010, y que se convirtió en una verdadera campaña popular en 2011-2012. Tsipras le dio su beneplácito tácito a Konstantopoulou para reavivar la campaña después de la victoria electoral de SYRIZA, pero nunca tomó en serio la auditoría y solo la usó para obtener nuevos apoyos de la izquierda al permitir que continuara. Konstantopoulou intentó usar la campaña para sus propios fines políticos, pero tuvo un éxito limitado. Sin embargo, habla a su favor que, a pesar de lo que uno pensara de sus puntos de vista políticos, nunca cedió ante los acreedores. En cambio, actuó como un azote de Tsipras, Varoufakis y el resto de los desvergonzados oportunistas que causaron la derrota.
Yanis Varoufakis ha desempeñado un papel desastroso en la política griega y europea durante la última década. Sorprendentemente, ha logrado liberarse de la culpa y ha forjado una nueva carrera como luchador global contra el capitalismo por medio de DiEM25. Es igualmente sorprendente que su principal mensaje político para Europa, en la medida en que pueda determinarse a partir de las opiniones contradictorias que expone regularmente, es el mismo fárrago oportunista de 2015. Eric Toussaint ha aprovechado sus experiencias durante esos acontecimientos griegos para darnos un análisis político serio sobre Varoufakis y sus acciones. No hay ninguna duda de que éste constituye una enseñanza objetiva sobre lo que no debe hacer la izquierda.
Traducción: Sergi Cutillas
is a member of Popular Unity, Professor of Economics at SOAS and former member of the Greek Parliament.