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CNUCED : de la esperanza del Nuevo Orden Económico internacional al repliegue en el contexto de la crisis de la deuda y de la ofensiva neoliberal
por Eric Toussaint
25 de septiembre de 2004

La CNUCED (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el comercio y el desarrollo) fue creada en 1964, en el contexto de la escalada de las luchas por la independencia y bajo la presión de los gobiernos del Sur y en favor del emergente Nuevo Orden Económico internacional [1]. La CNUCED constituyó la primera institución especializada de la ONU en la que voluntariamente y en forma crítica fue planteado a nivel mundial el problema del comercio desigual entre las naciones centrado en las relaciones Norte/Sur. En efecto, esta institución onusina se caracterizó por estar constituida por grupos de países contando desde su origen con cuatro: el grupo A (Asia, Africa y Yugoslavia), grupo B (países capitalistas desarrollados), grupo C (América Latina y el Caribe) y el grupo D (bloque soviético europeo). Más tarde, se fusionaron los grupos A y C para constituir el «Grupo de los 77». El grupo B se autodisolvió en 1991 y del grupo D hoy nada queda. Actualmente el Grupo de los 77 cuenta con más de 130 miembros (se reunió en la Habana en abril del 2000), pero perdió gran parte de su fuerza [2].

El primer Director de la CNUCED, el argentino Raul Prebisch, haba acumulado la experiencia suficiente en el seno de la Comisión económica de las Naciones Unidas para América Latina (CEPAL). El mismo contribuyó en la elaboración de una política de desarrollo que desafió abiertamente los intereses de los países capitalistas del Centro, irritándolos profundamente. Señalemos que dicha política no contuvo un programa que pusiera el acento sobre reformas sociales que hubieran favorecido la redistribución de la riqueza en las sociedades periféricas en favor de los capas populares y en detrimento de los capitalistas tanto de la Periferia como del Centro. Aun así, la política recomendada por la CEPAL y por Raul Prebisch chocó con los intereses de los países capitalistas del Centro porque ella favorecía, entre tantos otros, el nacimiento de industrias en la Periferia bajo el control de los respectivos gobiernos. Asimismo, dicha política tenía por objetivo la substitución de las importaciones provenientes de los países más industrializados por producciones industriales locales según el modelo de la Industrialización por Substitución de Importaciones (ISI).

La CNUCED adoptó precisamente esta posición poniendo al servicio de los gobiernos de la Periferia un cuadro institucional unitario, contribuyendo a reforzar la posición de los que exigían un Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI). A este respecto, la CNUCED priorizó nuevas políticas comerciales que permitieran a los países de la Periferia construir su futuro. Un momento de extrema tensión entre los gobiernos del Centro y de la Periferia se produjo en 1974 cuando la Asamblea general de le ONU en sesión extraordinaria sobre el tema del NOEI, adoptó un plan de acción. Con dicho plan, la Asamblea general adoptó también el 14 de diciembre de 1974 la Carta de los derechos y deberes económicos de los Estados que concretizó el NOEI, siendo aprobada por una mayoría aplastante: 120 votos en favor, 6 contra y 10 abstenciones. Todos los votos en contra provinieron de los países capitalistas del Centro, (Estados Unidos, Inglaterra, República Federal de Alemania, Belgica, Luxemburgo y Dinamarca) lo mismo que las 10 abstenciones ( Francia, Japon, Italia, Canadá, Países Bajos, Austria,, Noruega, Irlanda y España) a los que se acopló Israel. El artículo 2 del texto de la Carta confirma el derecho de los Estados de nacionalizar las propiedades y los recursos naturales que se encontraban hasta ese entonces en manos de inversores extranjeros; proponiendo igualmente la creación de carteles de productores de materia prima. Treinta años después se puede apreciar hasta qué punto ese voto en la ONU provocó el resentimiento de los gobiernos de los países industrializados, que no estaban acostumbrados a recibir tal trato. La furia de estos países era todavía más palpable si se tiene en cuenta que un año atras, los países de la OPEP impusieron en una acción común, un fuerte aumento del precio del petróleo. Fue también la época en que los gobiernos de la Periferia procedieron a la nacionalización de empresas petroleras y de otra índole.

La explosión de la crisis de la deuda en 1982 iba a permitir a los gobiernos de los países más industrializados y a las transnacionales cuyos intereses defendían de tomar su revancha.

Es en este contexto que hay que ubicar la curva descendiente de la CNUCED a partir de 1983. Su dirección fue alineada bajo la presión de los gobiernos del Centro que desde años atras actuaron en esta dirección. La OCDE, con sede en París, lugar de reagrupamiento de los países industrializados del Centro, era una de las instituciones donde fue expresada la oposición radical al NOEI. Los encuentros informales entre los Jefes de Estado y de Gobierno (que comenzó en 1975 con los Estados Unidos, Japón, Inglaterra, Alemania y Francia), luego extendidos a Canadá y a Italia (G7), fueron también uno de los puntales desde donde se preparó de nuevo la toma de control de la situación internacional, haciendo igualmente que la ONU y de la CNUCED vuelvan a la razón. El Banco Mundial, bajo el control de los Estados Unidos, jugó también un rol esencial en este proceso de inversión de la situación. De la misma manera, las negociaciones comerciales se llevaron a cabo en el seno del GATT, cuadro más informal y más antiguo, desplazando a la CNUCED que hubiera podido jugar un rol preponderante en el campo del comercio mundial. Y precisamente, fue en el cuadro del GATT que prosiguieron las negociaciones y discusiones fundamentales sobre el comercio mundial que desembocaron, en plena era neoliberal, en la creación en 1994 de la OMC (Organización Mundial del Comercio).

Se puede decir por un lado, que el abandono de una política de desarrollo relativamente autónoma por parte de los países del Tercer Mundo y por los del ex bloque soviético, bajo el doble impacto de la crisis de la deuda externa y la de su modelo de desarrollo y por otro, el afianzamiento del poder de las transnacionales y la política impuesta por el FMI y el BM, los condujeron a competir entre sí con el fin de atraer, cada uno por su lado, las inversiones de aquéllas. Estos mismos países se dieron batalla para reorientar su producción hacia el «todo a la exportación», bajo la égida de las dos instituciones citadas arriba, a las que se unió posteriormente la OMC.

Si comparamos los informes de la CNUCED a comienzos de los 90 a los documentos que produjo entre 1964 y comienzos de los años 80 se puede apreciar la amplitud del viraje que se produjo en su interior: es como si la CNUCED se pusiera al servicio de las transnacionales por medio de la redacción de informes que explicaban a los gobiernos del Sur cuál era la mejor forma de atraer las inversiones y como competir entre sí. Se puede sintetizar el mensaje del informe de la CNUCED de 1993 con la siguiente frase: «fuera de las transnacionales no hay salvación» [3].

El viraje se fue profundizando a comienzos de los 90, notándose luego, a medida que las crisis se repetían, una política zigzagueante: ciertos informes de la CNUCED se unen abiertamente con el credo liberal con ciertos bemoles, otros muestran una inclinación por una vuelta a las raíces.

Es así que en su informe de 1995 sobre el Comercio y Desarrollo, la CNUCED propone un impuesto excepcional sobre la fortuna y la tasación de las transferencias financieras internacionales en el espíritu de las propuestas de James Tobin. Pero en otro informe publicado en 1997 la misma institución adopta una tonalidad neoliberal. Rubens Ricupero, Secretario general hacía la siguiente declaración : « los gobiernos tienen que incentivar las politicas liberales en materia de inversiones y de comercio lo mismo que la cultura de la concurrencia con el fin de maximizar el potencial de sus economías » (CNUCED, comunicado del 21 de septiembre de 1997).

Cuando se da la crisis del Sudeste asiático en 1997, la CNUCED adopta un tono crítico cada vez más firme con respecto de las políticas dictadas por el G7, el BM y el FMI. En el Panorama general del Informe 2001sobre Comercio y Desarrollo, firmado por Rubens Ricupero, se puede leer cuanto sigue : « Después de un cierto tiempo el secretariado de la CNUCED alertó contra los excesos de la liberalización financiera que crean un mundo en el que la inestabilidad se vuelve sistemática y las crisis repetitivas...Los mercados pueden equivocarse, y de hecho se equivocan, tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados ». Más adelante, el Secretario general defiende una visión que lo aproxima de la acción original de la institución: « las propuestas relativas a nuevas instituciones internacionales concebidas explícitamente para regular y estabilizar el flujo de capitales internacionales fueron inmediatamente y en forma sumaria rechazadas a través de críticas que no vieron otra cosa que la obra de excéntricos, carentes de sentido político y de las competencias técnicas requeridas». La crítica a la intervención del FMI y del BM en las crisis se hace explícita: « Estos planes... transfieren la carga de la crisis sobre las espaldas de los contribuyentes de los países deudores ». Ricupero propone que en caso de crisis los países endeudados recurran provisoriamente al no pago: « Desde hace ya un cierto tiempo el Secretariado de la CNUCED pregona un congelamiento temporal de los reembolsos de la deuda en las situaciones de crisis para impedir que los acreedores acaparen los activos » [4].

El informe 2002 sobre Comercio y Desarrollo pone el acento sobre las limitaciones del aparente éxito de los nuevos países industrializados indicando que la mayoría de ellos no alcanza realmente a aumentar su parte en la producción que requiere una alta calificación [5].

Desde la introducción misma, se tiene la impresión que la CNUCED vuelve a sus fuentes : «En la alocución pronunciada en marzo de 1964 en la primera sesión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el comercio y el desarrollo, su primer Secretario general, Raul Prebisch, invitó a los países industrializados a no subestimar el problema fundamental al cual se enfrentabla los países en desarrollo en el sistema existente... Raul Prebisch entendió que el hecho de recomendar «el libre juego de la fuerza del mercado» entre socios desiguales castigaba a los exportadores pobres de productos de base mientras que el núcleo de países industrializados se llevaba todas las ventajas » [6].

Las posiciones contradictorias de la CNUCED remite al repliegue practicado por los gobiernos de los países de la Periferia a partir de fines de los 70 y a la complicidad de la mayoría de ellos con los que conducen la ofensiva neoliberal.

Para comprender mejor el súbito despertar crítico que la CNUCED manifiesta algunas veces después de la crisis asiática, es necesario entender el impasse en el que se encuentran los gobiernos de la Periferia que aceptan sistemáticamente las reglas de juego fijadas por el G7, el trío FMI/BM/OMC y las transnacionales. Frente a tal impasse, la política nacionalista de un gobierno como el de Malasia constituye una suerte de alternativa (por cierto limitada). Su gobierno demostró en 1998 que era posible de salir de la crisis en mejores condiciones que los otros países por medio del control de cambio y del movimiento de capitales. El futuro de la CNUCED va depender principalmente de las estrategias que adoptaran los gobiernos de la Periferia, bajo presión de las movilizaciones populares en cada país.


Notas :

[1Un análisis de la perspectiva de la evolución de la CNUCED se encuentra en THERIEN J. Philippe.1990. Une voix du Sud : le discours de la CNUCED, L’Harmattan, Paris, 1990. Ver también Bello, «UNCTAD: Time to lead, Time to Chalenge the WTO, UNCTAD, IMF and the World Bank» in BELLO, Walden. 2000a. Why Reform of the WTO is the wrong Agenda. Four essays on four Institutions: WTO, UNCTAD, IMF and the World Bank, Focus on the Global South, Bangkok, 61 p.

[2Ver el sitio www.g77.org .

[3Ver, DECORNOY, J., 1993. “ Hors des multinationales: point de salut! », Le Monde Diplomatique, septiembre 1993.

[4CNUCED, Rapport sur le Commerce et le Développement 2001, Aperçu général.

[5Idem, p. 7 y 8.

[6Ibid., p. 1 y 2.

Eric Toussaint

doctor en Ciencias políticas de la Universidad de Lieja y de la Universidad de París VIII, es el portavoz del CADTM internacional y es miembro del Consejo Científico de ATTAC Francia.
Es autor de diversos libros, entre ellos: Banco Mundial. Una historia crítica, El Viejo Topo, 2022 Capitulación entre adultos. Grecia 2015: Una alternativa era posible, El Viejo Topo, Barcelona, 2020; Sistema Deuda. Historia de las deudas soberanas y su repudio, Icaria Editorial, Barcelona 2018; Bancocracia Icaria Editorial, Barcelona 2015; Una mirada al retrovisor: el neoliberalismo desde sus orígenes hasta la actualidad, Icaria, 2010; La Deuda o la Vida (escrito junto con Damien Millet) Icaria, Barcelona, 2011; La crisis global, El Viejo Topo, Barcelona, 2010; La bolsa o la vida: las finanzas contra los pueblos, Gakoa, 2002. Ha sido miembro de la Comisión de Auditoria Integral del Crédito (CAIC) del Ecuador en 2007-2011.
Coordinó los trabajos de la Comisión de la Verdad Sobre la Deuda, creada por la presidente del Parlamento griego. Esta comisión funcionó, con el auspicio del Parlamento, entre abril y octubre de 2015. El nuevo presidente del Parlamento griego anunció su disolución el 12 de noviembre de 2015.