Desde algunos sectores progresistas [1] se afirma que hoy la deuda
Deuda
Deuda multilateral La que es debida al Banco Mundial, al FMI, a los bancos de desarrollo regionales como el Banco Africano de Desarrollo y a otras organizaciones multilaterales como el Fondo Europeo de Desarrollo.
Deuda privada Préstamos contraídos por prestatarios privados sea cual sea el prestador.
Deuda pública Conjunto de préstamos contraídos por prestatarios públicos. Reescalonamiento. Modificación de los términos de una deuda, por ejemplo modificando los vencimientos o en relación al pago de lo principal y/o de los intereses.
no es un condicionante central para nuestra economía. Pero los números no mienten. La deuda externa sigue siendo la gran traba al desarrollo nacional. Una lectura del Presupuesto Nacional del año 2010 demuestra el peso que sigue teniendo.
Concretamente, el Presupuesto 2010 prevé pagar $ 26.676 millones en concepto de deuda (9,76% del gasto total), lo cual prácticamente iguala el gasto anual en salud y educación.
La situación se agrava aún más si tenemos en cuenta que en el Presupuesto no se encuentran previstos los pagos que el Gobierno Nacional tiene planeados efectuar al Club de París (u$s 6.706 millones) y el canje a los bonistas que no entraron en el Canje de 2005 (unos u$s 30.000 millones).
Por otra parte, según datos del Ministerio de Economía, a diciembre de 2009 la deuda ascendía u$s 147.119 millones, es decir, unos U$S 20.000 millones más que después del canje de 2005. A dicha suma se le deben adicionar los casi u$s 30 mil millones que se deben a los bonistas no presentados al canje. En tanto el Presupuesto 2010 calcula un PBI de $1.250.000 millones (312.000 millones de dólares), esto significa que la deuda externa equivale a casi un 60% del Producto Bruto.
También podemos sopesar la deuda tomando en cuenta que en 2010 la Argentina afrontará vencimientos de deuda por u$s 13.000 millones (sin contar el inminente pago al Club de París y la reapertura del Canje), cifra que contrasta notablemente con lo destinado por el Gobierno al Plan de Asignación por Hijos, quizás el plan social más ambicioso creado desde 2003 a la fecha por el gobierno de los Kirchner, el cual tiene un costo anual de apenas 2,6 mil millones de dólares.
Estos sectores que ahora nos dicen que el tema de la deuda no es central, son los mismos que alegan que pagar la deuda con reservas del Banco Central
Banco central
Entidad que, en un Estado, se encarga generalmente de la emisión de billetes de banco y del control del volumen de moneda y crédito. En España es el Banco de España quien asume dicho rol, bajo el control del Banco Central Europeo (BCE, ver más abajo).
El Banco Central de un país gestiona la política monetaria y tiene el monopolio de la emisión de la moneda nacional. Proporciona moneda a los bancos comerciales a un precio determinado por las tasas directoras, que son fijadas por el proprio banco.
es una medida progresista, pues ello permitirá evitar un ajuste en el gasto social.
Dicha afirmación, además de negar que el ajuste del gasto social ya existe, demuestra que el pago de la deuda es prioridad absoluta del Gobierno (y para la oposición por derecha), incluso por sobre la salud, la educación y cualquier otro gasto social y, que como tal condiciona cualquier tipo de medida redistributiva. En sus propios argumentos se encuentra implícito el reconocimiento de la fuerte condicionalidad que implica la deuda externa.
La política de pago llevada a cabo por el Gobierno Nacional apunta a la normalización de las relaciones con el FMI
FMI
Fondo monetario internacional
El FMI nace, el mismo día que la Banca mundial, con la firma de los acuerdos de Bretton Woods. En su origen el rol del FMI era defender el nuevo sistema de cambios fijos instaurado.
A la finalisación de estos acuerdos (1971), el FMI es mantenido y se transforma paulatinamente en el gendarme y el bombero del capitalismo mundialisado : gendarme cuando impone los programas de ajuste estructural ; bombero cuando interviene financiaramente para sostener los países tocados por una crisis financiera.
Su modo de decisión es el mismo que el del Banco mundial y se basa sobre una repartición del derecho de voto en proporción a los aportes de cotisación de los países miembros. Estatutariamente es necesario el 85% de los votos para modificar la Carta del FMI (los EE.UU. poseen una minoria de bloqueo dado a que posees el 16,75 % de voces). Cinco países dominan : Los EE.UU. (16,75 %), el Japon ( 6,23 %), la Alemania (5,81%), Francia (4,29 %), y Gran Bretaña (4,29%). Los otros 177 Estados miembros estan divididos en grupos dirigidos, cada vez, por un país. El grupo más importante (6,57%) esta dirigido por Belgica. El grupo menos importante (1,55% de voces) precidido por el Gabon (países africanos).
Su capital está compuesto del aporte en divisas fuertes (y en monedas locales) de los países miembros. En función de este aporte, cada miembro se ve favorecido con Derechos Especiales de Giro (DEG) que son de hecho activos monetarios intercambiables libre e inmediatamente contra divisas de un tercer país. El uso de estos DEG corresponde a una política llamada de estabilización a corto plazo de la economía, destinada a reducir el déficit presupuestario de los países y a limitar el crecimiento de la masa monetaria. Esta estabilización constituye frecuentemente la primera fase de intervención del FMI en los países endeudados. Pero el FMI considera que en adelante es tarea suya (tras el primer choque petrolero de 1974-1975) actuar sobre la base productiva de las economías del Tercer Mundo reestructurando sus sectores internos; se trata de una política de ajuste a más largo plazo de la economía. Lo mismo sucede con los países llamados en transición hacia una economía de mercado. (Norel y Saint-Alary, 1992, p. 83).
Sitio web :
, tal como acordó la Argentina con las potencias capitalistas en el marco del G-20 y, obtener de los mercados financieros internacionales nuevos préstamos a tasas más bajas que las que actualmente paga. O sea, más deuda y más ajustes para pagarla y, el FMI, nuevamente, sobre nosotros con sus auditorias y sus exigencias de mayor liberalización de nuestra economía.
Estos intentos de relativizar el peso de la deuda apuntan a legitimar un nuevo pago de la misma, esta vez con reservas internacionales, pasando por alto que la deuda ya ha sido varias veces pagada y, que además, gran parte de la misma ha sido considerada fraudulenta por la Justicia argentina (causa «Olmos»).
Debemos tener siempre presente que la deuda fue contraída fraudulentamente para satisfacer las pretensiones del capital transnacional allá por los años ´70, cuando el exceso de liquidez que amenazaba la estabilidad del sistema financiero tornó imperioso, para la gran banca, la ubicación rentable de esos excedentes en el Tercer Mundo. En nuestro país, este endeudamiento deliberado contó con la complicidad de la Dictadura y de los grupos económicos locales que se beneficiaron con la estatización de sus deudas, entre otras medidas.
Estamos, entonces, frente a lo que la doctrina internacional denomina una “Deuda Odiosa
Deuda odiosa
Según la doctrina jurídica de la deuda odiosa, teorizada por Alexander Sack en 1927, una deuda es «odiosa» cuando reúne dos condiciones esenciales:
1.- La ausencia de beneficio para la población: la deuda no fue contraída a favor del interés del pueblo y del Estado, sino en contra de esos intereses, y/o a favor del interés personal de los dirigentes y de las personas próximas al poder.
2.- La complicidad de los prestamistas: Los acreedores sabían (o tenían la capacidad de saber) que los fondos prestados no beneficiarían a la población.
Para Sack, la naturaleza despótica o democrática de un régimen no debía tenerse en cuenta. Una deuda contraída por un régimen autoritario debe, según Sack, ser reembolsada si ésta sirve a los intereses de la población. Un cambio de régimen no autoriza el cuestionamiento de la obligación que tiene el nuevo régimen de pagar las deudas del gobierno precedente, salvo si éstas fueran odiosas.
[Extractos] del Tratado jurídico y financiero por Alexander Nahum Sack, ex profesor agregado a la Facultad de Derecho de la Universidad de Petrogrado.
A partir de esta definición «conservadora» de deuda odiosa, otros juristas y movimientos sociales, como el CADTM, ampliaron esta definición teniendo en cuenta, especialmente, la naturaleza del régimen que contrae la deuda y la consulta que se hace, o no se hace, a los parlamentos nacionales para la aprobación o la concesión del préstamo.
De manera especial, citemos la definición de deuda odiosa utilizada por la Comisión para la verdad sobre la deuda griega, que se apoya, a la vez, en la doctrina de Sack, y también en los Tratados internacionales y los principios generales del derecho internacional.
Así que una deuda odiosa responde a:
1.- Una deuda contraída en violación a los principios democráticos, que comprende el asentimiento, la participación, la transparencia y la responsabilidad, y ha sido empleada contra los más altos intereses de la población del Estado deudor, mientras el acreedor sabía, o tenía capacidad de saber, lo precedente.
O a lo siguiente:
2.- Una deuda que tiene por consecuencia negar los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de la población, mientras el acreedor sabía, o tenía capacidad para saber, lo precedente.
”: se trata de una deuda contraída inicialmente por un régimen dictatorial, impuesta a la Nación, y que no fue utilizada en beneficio
Beneficio
Resultado contable positivo neto fruto de la actividad de una sociedad. El beneficio neto es el beneficio después de impuestos. El beneficio a distribuir es la parte de aquél que puede ser repartido entre los accionistas.
del pueblo sino del los propios acreedores externos, los grupos económicos locales y el propio régimen de facto. Sin embargo, mediante el mantenimiento de un sistema impositivo altamente regresivo y el ajuste permanente del gasto social, son los sectores populares quienes sostienen el pago de la misma.
En consecuencia, tratándose de un tema central, de cuya resolución depende la viabilidad de cualquier proyecto popular de desarrollo, nos preguntamos: ¿no debería ser la población la que decida respecto del pago o no pago de la deuda externa?
En 2003 se convocó a una consulta popular sobre tres cuestiones, el ALCA, la militarización y la deuda externa. Los resultados fueron elocuentes para 2.100.000 personas participes de la encuesta. El resultado que ahora nos interesa es el vinculado al tema de la deuda: el 88% (casi 2 millones de personas) manifestaron su adhesión al No Pago de la Deuda. Es tiempo de volver a consultar al Pueblo, el único legitimado para resolver esta cuestión.
Como en Mayo de 1810, el Pueblo debe volver a ser el verdadero protagonista y artífice de su propio destino. No hay argumento válido que se pueda oponer a ello.
[1] Ver Alfredo Zaiat, La Deuda - http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-142760-2010-03-27.html y «DEUDA PÚBLICA Y CONFLICTO POLÍTICO; HACIA UNA REFINANCIACIÓN EFICAZ, EN EL MARCO DE UN PROYECTO DE DESARROLLO INCLUSIVO», elaborado por el Proyecto Estratégico Plan Fénix.
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