Deuda ilegítima
6 de junio de 2014 por Eric Toussaint
Este texto pone en evidencia las similitudes de las políticas impuestas a los pueblos del Norte y del Sur del planeta a partir del gran giro neoliberal de los años 1980. Si bien fue escrito en julio de 2000, ningún retoque es necesario para presentar y analizar el desarrollo de los acontecimientos del período 1980-2000 en materia de austeridad y de endeudamiento. Su contenido tiene la ventaja de mostrar que las políticas aplicadas progresivamente a partir de 2008 en Grecia, en Europa occidental y en los Estados Unidos constituyen la profundización de una ofensiva iniciada tres decenios antes. Los argumentos utilizados por los gobiernos y los organismos internacionales que los aplican no han cambiado verdaderamente, lo mismo que las recetas utilizadas.
A partir de los años 1980, la crisis del endeudamiento público, tanto de los países del Tercer Mundo y del Este como de los países industrializados, ha sido sistemáticamente utilizada para imponer políticas de austeridad en nombre del ajuste [1]. Acusando a sus predecesores de haber vivido “por encima de sus posibilidades” recurriendo demasiado fácilmente al empréstito, la mayor parte de los gobiernos en funciones desde entonces han infligido progresivamente un “ajuste” de los gastos públicos, los sociales en particular, como si se tratara de ajustar un cinturón apretándole uno o dos agujeros.
Por lo que se refiere al Tercer Mundo y el Este, el formidable crecimiento de la deuda
Deuda
Deuda multilateral La que es debida al Banco Mundial, al FMI, a los bancos de desarrollo regionales como el Banco Africano de Desarrollo y a otras organizaciones multilaterales como el Fondo Europeo de Desarrollo.
Deuda privada Préstamos contraídos por prestatarios privados sea cual sea el prestador.
Deuda pública Conjunto de préstamos contraídos por prestatarios públicos. Reescalonamiento. Modificación de los términos de una deuda, por ejemplo modificando los vencimientos o en relación al pago de lo principal y/o de los intereses.
pública comenzó a finales de los años 1960 y desembocó en una crisis de pagos a partir de 1982. Este endeudamiento tiene responsables. Se encuentran esencialmente en los países más industrializados: los bancos privados, el Banco Mundial
Banco mundial
Creado en 1944 en Bretton Woods en el marco del nuevo sistema monetario internacional, el Banco posee un capital aportado por los países miembros (189 miembros el año 2017) a los cuales da préstamos en el mercado internacional de capitales. El Banco financia proyectos sectoriales, públicos o privados, con destino a los países del Tercer Mundo y a los países antes llamados socialistas. Se compone de las siguientes tres filiales.
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y los gobiernos del Norte que prestaron literalmente a espuertas centenares de miles de millones de eurodólares
Eurodólares
El mercado de eurodólares encuentra su origen anecdótico en la preocupación de las autoridades soviéticas, en el contexto de la guerra fría de los años ’50, de hacer fructificar sus reservas en dólares sin tener que colocarlas en el mercado financiero norteamericano. Es, sin embargo, la magnitud de las salidas de capitales norteamericanos lo que constituye la causa estructural del vuelo espectacular de este mercado en la segunda parte de la década de los ’60. El déficit creciente de la balanza de capitales norteamericana durante este período resulta de la conjugación de tres elementos: las inversiones masivas de las firmas norteamericanas en el extranjero, en Europa sobre todo; el techo de las tasas de interés por la reglamentación Q, que alentó los préstamos extranjeros en el mercado norteamericano y desalentó los depósitos en EE.UU.; la financiación de la guerra de Vietnam. Para frenar estas salidas de capitales, las autoridades norteamericanas introdujeron en 1963 una tasa sobre los empréstitos de los no residentes, que tuvo por efecto desplazar la demanda de financiación en dólares del mercado norteamericano hacia los euromercados, donde las filiales de los bancos norteamericanos podían operar con total libertad. La oferta de dólares en estos mercados emana, por una parte, de las instituciones y firmas norteamericanas desmotivadas por el nivel muy bajo de las tasas de interés en EE.UU., y por otra parte, de los bancos centrales del resto del mundo que colocan sus reservas en dólares. Fuera de todo control estatal, no obligados a constituir reservas obligatorias, los eurobancos -dicho de otro modo, los bancos que trabajan en dólares en suelo europeo, y por extensión los xenobancos, bancos que trabajan con todas las monedas fuera de sus territorios de emisión- pueden ofrecer remuneraciones elevadas a sus depositantes y tasas competitivas a sus clientes sin reducir sus márgenes de beneficios (Adda, 1996, t. 1, pp. 94 y siguientes).
y de petrodólares
Petrodólares
Los petrodólares son los dólares salidos del petróleo.
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Para colocar sus excedentes de capitales y de mercancías, esos diferentes actores del Norte prestaron a tasas de interés Interés Cantidad pagada como remuneración de una inversión o percibida por un prestamista. El interés se calcula sobre la base de la cantidad de capital invertido o prestado, de la duración de la operación y del último tipo aplicado en ese momento. muy bajas. La deuda pública de los países del Tercer Mundo y del Este fue así multiplicada por doce entre 1968 y 1980. En los países más industrializados, el endeudamiento público aumentó igualmente con fuerza durante los años 1970, al intentar responder los gobiernos al final de los “treinta gloriosos” años de posguerra con políticas keynesianas de relanzamiento de la máquina económica.
Un giro histórico se emprendió en 1979, 1980, 1981, con la llegada al poder de Thatcher y de Reagan, que a partir de entonces aplicaron a gran escala las políticas soñadas por los neoliberales.
De entrada, procedieron en particular a una muy fuerte subida de las tasas de interés, que obligó a los poderes públicos endeudados a transferir a las instituciones financieras privadas montantes colosales. A partir de ese momento, a escala planetaria, el reembolso de la deuda pública constituyó un poderoso mecanismo de bombeo de una parte de las riquezas creadas por los trabajadores asalariados y los pequeños productores en beneficio Beneficio Resultado contable positivo neto fruto de la actividad de una sociedad. El beneficio neto es el beneficio después de impuestos. El beneficio a distribuir es la parte de aquél que puede ser repartido entre los accionistas. del capital financiero.
Esas políticas, dictadas por los neoliberales, iniciaban una formidable ofensiva del capital contra el trabajo. Endeudados, los poderes públicos se pusieron a reducir los gastos sociales y de inversión, para “equilibrar” las cuentas; luego, recurrieron a nuevos préstamos, para hacer frente a la subida de las tasas de interés: es el famoso efecto “bola de nieve”, vivido en los cuatro puntos del planeta durante los años 1980. Es decir, un aumento mecánico de la deuda causado por el efecto combinado de las tasas de interés elevadas y de los nuevos préstamos necesarios para el reembolso de los préstamos anteriores.
Para pagar la deuda pública, los gobiernos se sirvieron abundantemente de los impuestos, cuya estructura fue modificada de forma regresiva en el curso de los años 1980-1990: la parte de los ingresos fiscales provenientes de los impuestos sobre las rentas del capital disminuyó, mientras que aumentaba la parte de los ingresos provenientes de los impuestos sobre el trabajo asalariado, de una parte, y sobre el consumo de masas, vía la generalización del IVA y el aumento de los impuestos indirectos, de otra.
En definitiva, el Estado quitó a los trabajadores y a los pobres para dar a los ricos, al capital: exactamente lo contrario de una política redistributiva, que debería ser, sin embargo, la preocupación principal de los poderes públicos…
La crisis de la deuda pública de los años 1980 está íntimamente ligada al proceso de desreglamentación que preside la mundialización neoliberal. En efecto, el aumento colosal del endeudamiento público, a finales de los años 1960 y comienzos de los años 1980 fue pareja con el desarrollo del mercado de los “eurodólares”, es decir una de las primeras etapas de la desreglamentación del sistema monetario internacional y de los mercados de cambios.
Importancia estratégica del ajuste estructural
Ajuste estructural
Política económica impuesta por el FMI como condición para la concesión de nuevos préstamos o para la refinanciación de préstamos anteriores.
en los países de la periferia
Las políticas de ajuste estructural comenzaron a ser aplicadas en los países de la periferia justo después del estallido de la crisis de la deuda en agosto de 1982. Constituyeron la prosecución, bajo una forma nueva, de una ofensiva que había comenzado unos quince años antes.
¿Qué estaba en juego en esta ofensiva?
Para los estrategas de los gobiernos del Norte y de las instituciones financieras multilaterales a su servicio, comenzando por el Banco Mundial, imperativamente había que responder a un desafío, la pérdida de control sobre una parte creciente de la periferia: entre los años 1940 a los 1960, se fueron sucediendo las independencias asiáticas y africanas, el bloque del Este europeo se había ampliado, las revoluciones china, cubana y argelina habían triunfado, habían aparecido políticas populistas y nacionalistas, puestas en marcha por regímenes capitalistas de la periferia -del peronismo argentino al partido del Congreso indio de Nehru, pasando por el nacionalismo nasseriano-… En definitiva, nuevos movimientos y organizaciones se habían desarrollado un poco en todas partes a escala internacional, constituyendo otros tantos peligros para la dominación de las principales potencias capitalistas.
Los préstamos masivos concedidos, a partir de la segunda mitad de los años 1960, a un número creciente de países de la periferia (comenzando por los aliados estratégicos, el Congo de Mobutu, la Indonesia de Suharto, el Brasil de la dictadura militar, llegando hasta países como Yugoslavia y México) juegan el papel de lubrificante de un poderoso mecanismo de recuperación del control. Esos préstamos concretos tenían por objetivo el abandono por esos países de su política nacionalista y una conexión más fuerte de las economías de la periferia al mercado mundial dominado por el centro. Se trata igualmente de asegurar el aprovisionamiento de las economías del Centro en materias primas y en combustibles. Poniendo los países de la periferia progresivamente en competencia los unos con los otros, incitándoles a “reforzar su modelo exportador”, el objetivo era hacer bajar los precios de los productos que exportaban y, por consiguiente, reducir los costes de producción en el Norte y aumentar en él la tasa de ganancia. Se trataba en fin, en un contexto de ascenso de las luchas de emancipación de los pueblos y de guerra fría con el bloque del Este, de reforzar la zona de influencia de los principales países capitalistas. Ciertamente, no se puede afirmar que hubo por parte de los bancos privados, del Banco Mundial y de los gobiernos del Norte, la puesta en marcha de un complot. Pero no deja de ser cierto que un análisis de las políticas seguidas por el Banco Mundial y por los principales gobiernos de los países industrializados en materia de préstamos a la periferia muestra claramente que esos actores perseguían objetivos estratégicos [2]…
La crisis que estalla en 1982 es el resultado del efecto combinado de la bajada de los precios de los productos exportados por los países de la periferia hacia el mercado mundial y de la explosión de las tasas de interés. De un día para otro, hay que pagar más con ingresos que disminuyen. De ahí, el estrangulamiento. Los países endeudados anuncian que están confrontados a dificultades de pago. Los bancos privados del centro se niegan inmediatamente a conceder nuevos préstamos y exigen que se les paguen los antiguos. El FMI
FMI
Fondo monetario internacional
El FMI nace, el mismo día que la Banca mundial, con la firma de los acuerdos de Bretton Woods. En su origen el rol del FMI era defender el nuevo sistema de cambios fijos instaurado.
A la finalisación de estos acuerdos (1971), el FMI es mantenido y se transforma paulatinamente en el gendarme y el bombero del capitalismo mundialisado : gendarme cuando impone los programas de ajuste estructural ; bombero cuando interviene financiaramente para sostener los países tocados por una crisis financiera.
Su modo de decisión es el mismo que el del Banco mundial y se basa sobre una repartición del derecho de voto en proporción a los aportes de cotisación de los países miembros. Estatutariamente es necesario el 85% de los votos para modificar la Carta del FMI (los EE.UU. poseen una minoria de bloqueo dado a que posees el 16,75 % de voces). Cinco países dominan : Los EE.UU. (16,75 %), el Japon ( 6,23 %), la Alemania (5,81%), Francia (4,29 %), y Gran Bretaña (4,29%). Los otros 177 Estados miembros estan divididos en grupos dirigidos, cada vez, por un país. El grupo más importante (6,57%) esta dirigido por Belgica. El grupo menos importante (1,55% de voces) precidido por el Gabon (países africanos).
Su capital está compuesto del aporte en divisas fuertes (y en monedas locales) de los países miembros. En función de este aporte, cada miembro se ve favorecido con Derechos Especiales de Giro (DEG) que son de hecho activos monetarios intercambiables libre e inmediatamente contra divisas de un tercer país. El uso de estos DEG corresponde a una política llamada de estabilización a corto plazo de la economía, destinada a reducir el déficit presupuestario de los países y a limitar el crecimiento de la masa monetaria. Esta estabilización constituye frecuentemente la primera fase de intervención del FMI en los países endeudados. Pero el FMI considera que en adelante es tarea suya (tras el primer choque petrolero de 1974-1975) actuar sobre la base productiva de las economías del Tercer Mundo reestructurando sus sectores internos; se trata de una política de ajuste a más largo plazo de la economía. Lo mismo sucede con los países llamados en transición hacia una economía de mercado. (Norel y Saint-Alary, 1992, p. 83).
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y los principales países capitalistas industrializados adelantan nuevos préstamos para permitir a los bancos privados recuperar su apuesta y para impedir una sucesión de quiebras bancarias.
Desde esa época, el FMI, apoyado por el banco Mundial, impone los planes de ajuste estructural. Un país endeudado que se niega al ajuste estructural se ve amenazado con la detención de los préstamos del FMI y de los gobiernos del Norte. Se puede afirmar sin riesgo a equivocarse que quienes, a partir de 1982, proponían a los países de la periferia que dejaran de pagar sus deudas y que constituyeran un frente de los países deudores tenían razón. Si los países del Sur hubieran instaurado ese frente, habrían sido capaces de dictar sus condiciones a acreedores desesperados.
Al optar por la vía del reembolso, bajo las horcas caudinas del FMI, los países endeudados han transferido hacia el capital financiero del Norte el equivalente de varios planes Marshall. Las políticas de ajuste han implicado el abandono progresivo de elementos clave de la soberanía nacional, lo que ha desembocado en un aumento de la dependencia de los países concernidos hacia los países más industrializados y sus multinacionales. Ninguno de los países que haya aplicado el ajuste estructural ha podido sostener de forma duradera una tasa de crecimiento elevada. Las desigualdades sociales han aumentado en todas partes. Ningún país “ajustado” constituye una excepción.
Los nuevos préstamos concedidos por el FMI desde 1982 persiguen tres objetivos: 1) establecer las reformas estructurales impuestas por el ajuste; 2) asegurar el reembolso de la deuda contratada; 3) permitir progresivamente a los países endeudados tener acceso a los préstamos privados vía los mercados financieros.
¿En qué consiste este “ajuste”?
El ajuste estructural comprende dos grandes tipos de medidas. Las primeras son medidas de choque (generalmente la devaluación
Devaluación
Modificación a la baja del tipo de cambio de una moneda frente a otras divisas.
de la moneda y la subida de las tasas de interés en el interior del país concernido). Las segundas son reformas estructurales (privatización, reforma fiscal, etc.). Las devaluaciones impuestas por el FMI han alcanzado regularmente tasas del 40% al 50%. Intentan hacer más competitivas las exportaciones de los países concernidos, de forma que aumenten las entradas de divisas necesarias para el reembolso de la deuda. Otra ventaja, no despreciable desde el punto de vista de los intereses del FMI y de los países más industrializados: provocan una bajada del precio de los productos exportados por los países del Sur.
Para estos últimos tienen efectos más negativos: engendran una explosión del precio de los productos importados en su propio mercado y deprimen por ello la producción interna. Así, no solo sus costes de producción aumentan, tanto en la agricultura como en la industria y el artesanado -esto tanto más en la medida que incorporan ya numerosos recursos importados como consecuencia del abandono de las políticas “autocentradas”-, sino que el poder de compra de la gran masa de sus consumidores se estanca (el FMI prohíbe toda indexación de los salarios). Además, esas devaluaciones provocan un agravamiento de las desigualdades en el reparto de las rentas, pues los capitalistas, que disponían de liquidez, tomaron cuidado de comprar divisas extranjeras antes de su aplicación. Así, en el caso por ejemplo de una devaluación del 50%, el valor de su liquidez se duplicaba.
La política de tipos de interés elevados, por su parte, no hace sino aumentar la recesión interna: el campesino o el artesano, que debe pedir prestado para comprar los recursos necesarios para su producción, duda en hacerlo o reduce su producción por falta de medios.
Por el contrario, el capital rentista prospera. El FMI justifica estos tipos elevados afirmando que atraerán a los capitales extranjeros de los que tiene necesidad el país. En la práctica, los capitales que son atraídos por tales tipos son volátiles y toman rumbo a otros cielos al menor problema o cuando aparece una mejor perspectiva de ganancia.
Otras medidas de ajuste específicas de los países de la periferia: la supresión de los subsidios a ciertos bienes y servicios básicos y la contrarreforma agraria. En la mayor parte de los países del Tercer Mundo, la alimentación básica (pan, tortilla, arroz…) está subvencionada para impedir fuertes subidas de precios. A menudo este es también el caso en lo que se refiere al transporte colectivo, la electricidad y el agua. El FMI y el Banco Mundial exigen sistemáticamente la supresión de tales subsidios, lo que provoca un empobrecimiento de los más pobres y algunas veces revueltas por hambre.
En materia de propiedad de la tierra, el FMI y el Banco Mundial han lanzado una ofensiva a largo plazo que intenta hacer desaparecer toda forma de propiedad comunitaria. Es así como han obtenido la modificación del artículo de la Constitución mexicana que protegía los bienes comunales (ejidos). Y uno de los grandes temas sobre los que trabajan hoy estas dos instituciones es la privatización de las tierras comunitarias o estatales en el África subsahariana…
Medidas de ajuste comunes al Norte y al Sur
La reducción del papel del sector público en la economía, la disminución de los gastos sociales, las privatizaciones, la reforma fiscal favorable al capital, la desreglamentación del mercado de trabajo, el abandono de aspectos esenciales de la soberanía de los Estados, la supresión de los controles de cambio, el estímulo del ahorro-pensión por capitalización, la desreglamentación de los intercambios comerciales, el impulso de las operaciones bursátiles... Todas esas medidas son aplicadas en el mundo entero a dosis que varían según las correlaciones de fuerzas sociales. Lo que llama la atención es que desde Malí a Inglaterra, de Canadá a Brasil, de Francia a Tailandia, de Estados Unidos a Rusia se constata una profunda similitud y una complementariedad entre las políticas llamadas de «ajuste estructural», en la periferia, y las bautizadas en el centro como de «saneamiento», «austeridad» o «convergencia».
En todas partes, la crisis de la deuda pública ha servido de pretexto para el lanzamiento de tales políticas. En todas partes el pago de la deuda pública representa un engranaje infernal de transferencia de las riquezas en beneficio de los detentadores de capital.
François Chesnais resume la situación en unas frases: «Los mercados de títulos de deuda pública (los mercados obligaciones públicas), puestos en pie por los principales países beneficiarios de la mundialización financiera y luego impuestos a los demás países (sin demasiadas dificultades muy frecuentemente) son, según dice incluso el propio Fondo Monetario Internacional, la piedra»angular«de la mundialización financiera. Traducido a un lenguaje claro, es exactamente el mecanismo más sólido, puesto en pie por la liberalización financiera de transferencia de riquezas de ciertas clases y capas sociales y de ciertos países hacia otros. Atacar a los fundamentos del poder de las finanzas supone el desmantelamiento de esos mecanismos y, por tanto, la anulación de la deuda pública, no solo la de los países más pobres, sino también la de todos los países cuyas fuerzas sociales vivas se niegan a que el gobierno continúe imponiendo la austeridad presupuestaria a los ciudadanos para pagar los intereses de la deuda pública» [3].
Los planes de ajuste estructural y demás planes de austeridad constituyen una máquina de guerra que intenta destruir todos los mecanismos de solidaridad colectiva (desde los bienes comunes Bienes comunes En economía los bienes comunes se caracterizan por un modo de propiedad colectiva, que se diferencia tanto de la propiedad privada como de la pública. En filosofía hacen referencia a aquello que comparten los miembros de una misma comunidad, ciudad o la propia humanidad, desde un punto de vista jurídico, político o moral. al sistema de pensión por reparto) y someter todas las esferas de la vida humana a la lógica mercantil. El sentido profundo de las políticas de ajuste estructural es la supresión sistemática de todas las trabas históricas y sociales al libre despliegue del capital para permitirle proseguir su lógica de beneficio inmediato, cualquiera que sea su coste humano o medioambiental.
Hay que romper con esta lógica, abandonar las políticas de ajuste estructural, en cualquier lugar que se apliquen, y reconstruir un conjunto de mecanismos de control del capital de forma que se dé prioridad a la Humanidad. De ahí la importancia de crear colectivamente, gracias a solidaridades Norte/Sur, Este/Oeste, nuevas redes de lucha ciudadana. Las múltiples resistencias de las que este libro se hace eco pueden desembocar en un nuevo proyecto emancipador.
Bruselas, julio de 2000.
Traducido por Alberto Nadal
[1] Fuente: este texto constituye la Introducción de Éric Toussaint al libro colectivo FMI: Les peuples entrent en Résistance, Edición del Cetim, Ginebra, 2000. El libro fue realizado en colaboración con ATTAC y la Asociación Internacional de Técnicos, Expertos e Investigadores (AITEC). Libro completo: http://cadtm.org/Du-Sud-au-Nord-crise-de-la-dette en la parte abajo o http://www.cetim.ch/fr/documents/PAS-texte.pdf
[2] Para un análisis más en profundidad, leer: Éric Toussaint, La bolsa o la vida, Editorial Clacso, Buenos Aires, 2006, http://cadtm.org/La-bolsa-o-la-vida Textos completos (en el sitio web de Clacso): http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/touss/touss.html
Éric Toussaint, Banco Mundial : El golpe de estado permanente, Editorial El Viejo Topo, Barcelona, 2007
Ver tambien Éric Toussaint y Damien Millet, 60 preguntas 60 respuestas sobre la deuda, el FMI y el Banco mundial, Editorial Gobierno Bolivariano de Venezuela/Centro Internacional Miranda, Caracas, 2011, http://cadtm.org/60-preguntas-60-respuestas-sobre,6891
[3] François Chesnais, Tobin or not Tobin, L’Esprit frappeur, París, 1998.
doctor en Ciencias políticas de la Universidad de Lieja y de la Universidad de París VIII, es el portavoz del CADTM internacional y es miembro del Consejo Científico de ATTAC Francia.
Es autor de diversos libros, entre ellos: Banco Mundial. Una historia crítica, El Viejo Topo, 2022 Capitulación entre adultos. Grecia 2015: Una alternativa era posible, El Viejo Topo, Barcelona, 2020; Sistema Deuda. Historia de las deudas soberanas y su repudio, Icaria Editorial, Barcelona 2018; Bancocracia Icaria Editorial, Barcelona 2015; Una mirada al retrovisor: el neoliberalismo desde sus orígenes hasta la actualidad, Icaria, 2010; La Deuda o la Vida (escrito junto con Damien Millet) Icaria, Barcelona, 2011; La crisis global, El Viejo Topo, Barcelona, 2010; La bolsa o la vida: las finanzas contra los pueblos, Gakoa, 2002. Ha sido miembro de la Comisión de Auditoria Integral del Crédito (CAIC) del Ecuador en 2007-2011.
Coordinó los trabajos de la Comisión de la Verdad Sobre la Deuda, creada por la presidente del Parlamento griego. Esta comisión funcionó, con el auspicio del Parlamento, entre abril y octubre de 2015. El nuevo presidente del Parlamento griego anunció su disolución el 12 de noviembre de 2015.
Cuando el presidente Joe Biden afirma que EEUU nunca ha denunciado ninguna deuda, es una mentira para convencer a la gente de que no hay alternativa a un mal acuerdo bipartidista
Techo de deuda de EEUU: El repudio de deudas por el presidente Franklin Roosevelt, algo que ni se menciona28 de mayo, por Eric Toussaint
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