Deuda: cambiar de una buena vez un equipo perdedor

28 de septiembre de 2005 por Eric Toussaint , Damien Millet




Con ocasión de su asamblea anual en Washington, que acaba de finalizar, el Fondo Monetario Internacional FMI
Fondo monetario internacional
El FMI nace, el mismo día que la Banca mundial, con la firma de los acuerdos de Bretton Woods. En su origen el rol del FMI era defender el nuevo sistema de cambios fijos instaurado.

A la finalisación de estos acuerdos (1971), el FMI es mantenido y se transforma paulatinamente en el gendarme y el bombero del capitalismo mundialisado : gendarme cuando impone los programas de ajuste estructural ; bombero cuando interviene financiaramente para sostener los países tocados por una crisis financiera.

Su modo de decisión es el mismo que el del Banco mundial y se basa sobre una repartición del derecho de voto en proporción a los aportes de cotisación de los países miembros. Estatutariamente es necesario el 85% de los votos para modificar la Carta del FMI (los EE.UU. poseen una minoria de bloqueo dado a que posees el 16,75 % de voces). Cinco países dominan : Los EE.UU. (16,75 %), el Japon ( 6,23 %), la Alemania (5,81%), Francia (4,29 %), y Gran Bretaña (4,29%). Los otros 177 Estados miembros estan divididos en grupos dirigidos, cada vez, por un país. El grupo más importante (6,57%) esta dirigido por Belgica. El grupo menos importante (1,55% de voces) precidido por el Gabon (países africanos).

Su capital está compuesto del aporte en divisas fuertes (y en monedas locales) de los países miembros. En función de este aporte, cada miembro se ve favorecido con Derechos Especiales de Giro (DEG) que son de hecho activos monetarios intercambiables libre e inmediatamente contra divisas de un tercer país. El uso de estos DEG corresponde a una política llamada de estabilización a corto plazo de la economía, destinada a reducir el déficit presupuestario de los países y a limitar el crecimiento de la masa monetaria. Esta estabilización constituye frecuentemente la primera fase de intervención del FMI en los países endeudados. Pero el FMI considera que en adelante es tarea suya (tras el primer choque petrolero de 1974-1975) actuar sobre la base productiva de las economías del Tercer Mundo reestructurando sus sectores internos; se trata de una política de ajuste a más largo plazo de la economía. Lo mismo sucede con los países llamados en transición hacia una economía de mercado. (Norel y Saint-Alary, 1992, p. 83).

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(FMI) y el Banco Mundial Banco mundial Creado en 1944 en Bretton Woods en el marco del nuevo sistema monetario internacional, el Banco posee un capital aportado por los países miembros (189 miembros el año 2017) a los cuales da préstamos en el mercado internacional de capitales. El Banco financia proyectos sectoriales, públicos o privados, con destino a los países del Tercer Mundo y a los países antes llamados socialistas. Se compone de las siguientes tres filiales.

Mas...
(BM) ratificaron la propuesta del G8 anunciada con bombo y platillo el 11 de junio. La reticencia de los representantes de Bélgica y los Países Bajos no fue desdeñable, pero al final quedó decidido: 18 países pobres muy endeudados (PPME) se beneficiarán de una reducción de la deuda Deuda Deuda multilateral La que es debida al Banco Mundial, al FMI, a los bancos de desarrollo regionales como el Banco Africano de Desarrollo y a otras organizaciones multilaterales como el Fondo Europeo de Desarrollo.
Deuda privada Préstamos contraídos por prestatarios privados sea cual sea el prestador.
Deuda pública Conjunto de préstamos contraídos por prestatarios públicos. Reescalonamiento. Modificación de los términos de una deuda, por ejemplo modificando los vencimientos o en relación al pago de lo principal y/o de los intereses.
de 40.000 millones de dólares. Así y todo, esto es una enorme decepción para todos los que luchan por romper la espiral infernal de la deuda.

Primera decepción: Sólo concierne a una pequeña parte de la deuda. La deuda externa pública de todos los países en desarrollo llega a 1,6 billones de dólares, es decir, el acuerdo beneficia a un 2,5 % del total. Más aún, el número de países es reducido, frente a los 165 países en desarrollo contabilizados. ¿Cómo aceptar que unos países tan castigados como Haití o Nepal hayan sido excluidos? Y en cuanto a los países beneficiarios, la reducción no se refiere más que a la deuda contraída con el FMI, el Banco Mundial y el Banco Africano de Desarrollo. El Banco Interamericano de Desarrollo no forma parte del acuerdo, penalizando así a los cuatro países latinoamericanos del grupo de los 18 (por ejemplo, el servicio de la deuda Servicio de la deuda Suma de la amortización más los intereses del capital prestado. de Bolivia no se reduciría más que un 26 %). Por otra parte, de los pocos acreedores privados no se anula nada. Peor aún, el número de procedimientos judiciales iniciados por los fondos buitres para lograr jugosos beneficios de lo que le deben los 18 PPME va netamente en aumento. El peligro de que una parte de los fondos liberados sirvan para pagar a estos especuladores sin escrúpulos es grande.

Segunda decepción: Las cantidades anunciadas no tienen ningún significado real. Los países ricos se han comprometido a pagar en lugar de las PPME, pero la financiación de este compromiso no está aún definido a medio plazo. En efecto, las sumas liberadas serán del orden de mil millones de dólares por año durante varias décadas, pero son muchos los ejemplos de casos en los que los países más ricos no cumplieron lo prometido. Recordemos que en 1970 se comprometieron a una ayuda oficial al desarrollo Ayuda oficial al desarrollo
AOD
Se denomina ayuda pública al desarrollo a las donaciones y préstamos concedidos en condiciones financieras privilegiadas, acordados por organismos públicos de los países industrializados. Es suficiente entonces que un préstamo sea otorgado a una tasa inferior a la del mercado (préstamo concesivo) para que sea considerado una ayuda, aunque luego el país beneficiado devuelva hasta el último céntimo. Los préstamos bilaterales condicionados (que obligan al país beneficiario a comprar productos o servicios al país prestamista) y la mayor parte de las deducciones de la deuda también son parte de la AOD.

Aparte de la ayuda alimentaria, se puede distinguir tres tipos de utilización de los fondos así distribuidos: el desarrollo rural, las infraestructuras y la ayuda fuera de proyecto (financiación de déficit presupuestario o de la balanza de pagos). Es este último destino el que más aumenta. Esta ayuda está «condicionada» a la reducción del déficit público, las privatizaciones, la buena conducta ecológica, la atención a los más pobres, la democratización, etc. Todas estas condiciones son definidas por los principales gobiernos del Norte y la pareja Banco Mundial/FMI. Esta ayuda pasa por tres canales: la ayuda multilateral, la ayuda bilateral y las ONG.
del orden del 0,7 % de su producto nacional bruto Producto nacional bruto
PNB
El PNB expresa la riqueza producida por una nación, en oposición a un territorio dado. Comprende los ingresos de los ciudadanos de esta nación que viven en el extranjero.
, y que 35 años más tarde no llegaron más que al 0,25%... Durante este tiempo, dedicaron cada año 700.000 millones de dólares a gastos militares, o 350.000 millones a subvencionar la exportación de sus productos agrícolas, perjudicando gravemente a los pequeños productores del Tercer Mundo.

Tercera decepción: Con esta decisión, el G8 G8 Corresponde al G7 más la Federación de Rusia (desde 1995). y las instituciones financieras internacionales pretenden que se crea que la deuda es una carga puramente financiera. Pero la deuda es mucho más que esto: es una herramienta de dominación política. Mediante la deuda, el FMI y el Banco Mundial, que defienden los intereses de los dirigentes de los países del Norte y sus sociedades transnacionales, imponen a los países del Sur unas políticas neoliberales. Limitarse a poner en cero algunos contadores de la deuda no modifica el fabuloso instrumento de dominio que ésta representa, y permite una nueva colonización, en la cual las decisiones económicas concernientes a los países del Sur se toman en Washington, en Londres, en París, en Bruselas, con la complicidad de los potentados locales involucrados. Por otra parte, los ministros de Finanzas de los países pobres no se olvidan de dar las gracias a la mano que les da de comer...

Cuarta decepción: Esto tiene un sabor amargo que ya conocemos. La iniciativa PPME, lanzada en 1996 y reforzada en 1999, debía aportar una solución duradera al problema de la deuda. Se había adelantado una anulación cifrada en 100.000 millones de dólares. En fin de cuentas, los países afectados tuvieron que realizar una auténtica carrera de fondo neoliberal, pero sin embargo las condiciones de vida de su población más pobre se degradaron y la deuda sigue siendo desmesurada. La decisión recientemente tomada no sirve más que para disimular el fiasco de la iniciativa PPME y para impedir toda reflexión sobre el camino a seguir para construir un modelo económico que, al contrario del actual, tenga como objetivo central la satisfacción de las necesidades humanas básicas.

En el plano mediático, la maniobra ha sido eficaz: la ilusión de una anulación generosa se impone sobre el timo que ella representa. Es el triple efecto G8: se anuncia un falso acuerdo “histórico” en junio en Londres, se lo ratifica en julio en Escocia, y se repite el mismo anuncio en septiembre en Washington, haciendo creer que todo va bien en el frente de la deuda. Si, todo va bien, pero para los acreedores. Su dominación permanece intacta, para mayor desgracia de las personas cuyos derechos fundamentales no están garantizados. Y que no lo estarán mientras perdure el mecanismo de la deuda, mientras no se cambie fundamentalmente el equipo formado por el G8, el FMI y el Banco Mundial, que no puede ofrecer ninguna solución a la deuda dado que él es un elemento clave del problema.

Damien Millet es presidente del CADTM Francia (Comité para la anulación de la deuda del Tercer Mundo), y autor de L’Afrique sans dette, CADTM/Dyllepse, 2005. Eric TousSaint es presidente del CADTM Bélgica, y autor de La bolsa Bolsa Lugar de encuentro de la oferta y demanda de valores mobiliarios que ya fueron emitidos en el mercado financiero primario. La bolsa es por tanto el mercado de ocasión de títulos mobiliarios; también llamado mercado secundario. o la vida. Las finanzas contra los pueblos, CLACSO, Buenos Aires, septiembre de 2004.


Eric Toussaint

doctor en Ciencias políticas de la Universidad de Lieja y de la Universidad de París VIII, es el portavoz del CADTM internacional y es miembro del Consejo Científico de ATTAC Francia.
Es autor de diversos libros, entre ellos: Banco Mundial. Una historia crítica, El Viejo Topo, 2022 Capitulación entre adultos. Grecia 2015: Una alternativa era posible, El Viejo Topo, Barcelona, 2020; Sistema Deuda. Historia de las deudas soberanas y su repudio, Icaria Editorial, Barcelona 2018; Bancocracia Icaria Editorial, Barcelona 2015; Una mirada al retrovisor: el neoliberalismo desde sus orígenes hasta la actualidad, Icaria, 2010; La Deuda o la Vida (escrito junto con Damien Millet) Icaria, Barcelona, 2011; La crisis global, El Viejo Topo, Barcelona, 2010; La bolsa o la vida: las finanzas contra los pueblos, Gakoa, 2002. Ha sido miembro de la Comisión de Auditoria Integral del Crédito (CAIC) del Ecuador en 2007-2011.
Coordinó los trabajos de la Comisión de la Verdad Sobre la Deuda, creada por la presidente del Parlamento griego. Esta comisión funcionó, con el auspicio del Parlamento, entre abril y octubre de 2015. El nuevo presidente del Parlamento griego anunció su disolución el 12 de noviembre de 2015.

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Damien Millet

professeur de mathématiques en classes préparatoires scientifiques à Orléans, porte-parole du CADTM France (Comité pour l’Annulation de la Dette du Tiers Monde), auteur de L’Afrique sans dette (CADTM-Syllepse, 2005), co-auteur avec Frédéric Chauvreau des bandes dessinées Dette odieuse (CADTM-Syllepse, 2006) et Le système Dette (CADTM-Syllepse, 2009), co-auteur avec Eric Toussaint du livre Les tsunamis de la dette (CADTM-Syllepse, 2005), co-auteur avec François Mauger de La Jamaïque dans l’étau du FMI (L’esprit frappeur, 2004).

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