16 de enero de 2018 por Susana Albarrán , Patricia Reguero
Más de 500 mujeres acudieron al encuentro Zaragoza para preparar la huelga feminista del 8 de Marzo de 2018.
Más de 400 mujeres de colectivos feministas de todo el Estado confluyen en Zaragoza para preparar la huelga feminista del 8 de Marzo, un trabajo que continuará a partir de ahora en los diferentes territorios.
Con el objetivo de “pararlo todo” el 8 de Marzo para demostrar a la sociedad que las mujeres son imprescindibles, activistas de todo el Estado pensaron en el CSC Luis Buñuel de Zaragoza desde las 10:30h de este sábado 13 de enero cómo convocar una huelga feminista. El llamamiento recoge el grito a la huelga global de trabajos productivos y reproductivos de las feministas argentinas del año pasado —“Ni una menos, vivas nos queremos”— y pretende dar un paso más en 2018.
Mucho debate y algunos consensos entre aulas frías y té caliente fue la tónica del II Encuentro Estatal que reunió en Zaragoza a más de 400 mujeres de medio centenar de colectivos que trabajaron en torno a los cuatro ejes: cuidados, laboral, estudiantil y consumo. “No es una huelga al uso”, repetían algunas activistas, asintiendo otras muchas o alzando las manos a manera de aplauso mudo. Y no, no lo es. Por eso, uno de los debates abiertos es cómo valorar la convocatoria de huelga del próximo 8 de Marzo con instrumentos ajenos a los que sirven para una convocatoria de huelga laboral clásica.
Porque, como comentaban muchas mujeres, una huelga feminista tiene que trascender y desbordar una huelga tradicional. Minutos antes de la rueda de prensa del domingo, el movimiento feminista hacía explícito su apoyo a Juana Rivas, después de que la Fiscalía haya pedido cinco años de prisión para la mujer de Maracena.
En rueda de prensa tras el encuentro, la organización ha aclarado que esta convocatoria “responde a un proceso de movilización que miles de mujeres llevamos años protagonizando”. Porque, como aseguró Justa Montero, de la Asamblea Feminista de Madrid, “esto no es una cosa de un día sino es una acción de resistencia y una propuesta de cambio real”.
Elisabeth Cordero puso la voz a las mujeres migrantes para anunciar que “las migrantes y todas aquellas que somos consideradas de segunda categoría, nos sumamos a nuestras hermanas” en esta convocatoria de huelga. Entre las demandas concretas, la ratificación del convenio 189 de la OIT, que supondría que las trabajadoras domésticas fuesen incluidas en el régimen general de la Seguridad Social, y el cierre de los CIE, “esas cárceles racistas donde han muerto hermanas como Samba Martine”.
Julia Cámara, activista del movimiento feminista de Zaragoza y una de las responsables de comunicación de la Huelga Feminista, explicó que, aunque existe una coordinación estatal, corresponde a asambleas, colectivos y mujeres la articulación territorial, estructura que con la que se empezó a trabajar desde el primer encuentro hacia la huelga en Elche, en septiembre pasado.
Sobre el papel de los sindicatos, la organización ha aclarado en rueda de prensa que “con algunos está muy avanzado el diálogo”, si bien esperan que todos “estén a la altura y muestren su apoyo en el ámbito laboral”. “Si no apoyan tu huelga, desafíliate”, se escuchó entre las asistentes consigna en la rueda de prensa.
Pero si en algo hay un consenso claro es en que la huelga feminista debe ser liderada por el movimiento feminista, sin plegarse a sugerencias o condiciones de los sindicatos.
Trabajo desde la diversidad
El encuentro ha servido para poner en contacto a mujeres de muchos territorios y evidenciar la diversidad del movimiento. Con la premisa de que “diversas somos más fuertes” —palabras de Elisabeth Cordero en la rueda de prensa—, tras los grupos de trabajo por ejes de la mañana del sábado, el reto de la tarde era confluir en un manifiesto conjunto.
Juana Rivas y #justiciapatriarcal, #metoo y violencias machistas, techo de cristal vs. suelo pegajoso, derechos de las personas migrantes, no a los CIE, Pacto de Estado, brecha salarial o medios de comunicación fueron algunos de los asuntos sobre los que se pronunciaron las participantes en el plenario, en un verdadero esfuerzo de construcción colectiva, un esfuerzo que ahora recoge la comisión encargada de dar forma definitiva al manifiesto.
Ahondar en la definición de unas estructuras que permitan descentralizar al tiempo que coordinar la convocatoria de huelga estatal era el objetivo del debate de una tarde que se convirtió en noche mientras continuaban los grupos de trabajo.
El encuentro continuó el domingo con una mesa redonda en la que compartieron experiencias el Movimiento Non una di meno (Italia), la Organización del paro internacional de mujeres del año 2000, empleadas de hogar (ambos de Zaragoza), junto a trabajadoras en lucha de residencias de mayores de Bizkaia.
Tras el encuentro de Zaragoza, el último estatal antes de la huelga, toca continuar el trabajo por ejes y por territorios con la idea (también de consenso) de que el 8 de Marzo no es en sí mismo el fin, sino parte de un proceso que va para largo, porque va lejos.
17 de enero de 2018, por Patricia Reguero , Diego Sanz Paratcha