Argentina

FMI: Cartas y discursos vs movilización popular

7 de diciembre de 2021 por Daniel Campione


En circunstancias sociales agobiantes, avanzan raudas las negociaciones orientadas a hipotecar por al menos una década el futuro de la sociedad argentina. Van a vivirse horas decisivas en las que no cabe la posición de espectadores



Todo indica que se han acelerado los tiempos para llegar a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional FMI
Fondo monetario internacional
El FMI nace, el mismo día que la Banca mundial, con la firma de los acuerdos de Bretton Woods. En su origen el rol del FMI era defender el nuevo sistema de cambios fijos instaurado.

A la finalisación de estos acuerdos (1971), el FMI es mantenido y se transforma paulatinamente en el gendarme y el bombero del capitalismo mundialisado : gendarme cuando impone los programas de ajuste estructural ; bombero cuando interviene financiaramente para sostener los países tocados por una crisis financiera.

Su modo de decisión es el mismo que el del Banco mundial y se basa sobre una repartición del derecho de voto en proporción a los aportes de cotisación de los países miembros. Estatutariamente es necesario el 85% de los votos para modificar la Carta del FMI (los EE.UU. poseen una minoria de bloqueo dado a que posees el 16,75 % de voces). Cinco países dominan : Los EE.UU. (16,75 %), el Japon ( 6,23 %), la Alemania (5,81%), Francia (4,29 %), y Gran Bretaña (4,29%). Los otros 177 Estados miembros estan divididos en grupos dirigidos, cada vez, por un país. El grupo más importante (6,57%) esta dirigido por Belgica. El grupo menos importante (1,55% de voces) precidido por el Gabon (países africanos).

Su capital está compuesto del aporte en divisas fuertes (y en monedas locales) de los países miembros. En función de este aporte, cada miembro se ve favorecido con Derechos Especiales de Giro (DEG) que son de hecho activos monetarios intercambiables libre e inmediatamente contra divisas de un tercer país. El uso de estos DEG corresponde a una política llamada de estabilización a corto plazo de la economía, destinada a reducir el déficit presupuestario de los países y a limitar el crecimiento de la masa monetaria. Esta estabilización constituye frecuentemente la primera fase de intervención del FMI en los países endeudados. Pero el FMI considera que en adelante es tarea suya (tras el primer choque petrolero de 1974-1975) actuar sobre la base productiva de las economías del Tercer Mundo reestructurando sus sectores internos; se trata de una política de ajuste a más largo plazo de la economía. Lo mismo sucede con los países llamados en transición hacia una economía de mercado. (Norel y Saint-Alary, 1992, p. 83).

Sitio web :
(FMI). Las señales en ese sentido datan al menos desde el discurso grabado de Alberto Fernández que se difundió la misma noche de las últimas elecciones. Allí hizo el anuncio público de un “programa plurianual”.

Si bien no lo dijo con claridad salta a la vista que el “programa” tratará de condicionar por varios años la política económica del país a los dictados del organismo internacional. Después vienen declaraciones retóricas sobre que tiene que ser un acuerdo “sustentable”, que no agrave los sufrimientos de nuestro pueblo.

Claro que no se dan precisiones sobre cómo compatibilizar esos recaudos con el sometimiento a las recomendaciones del FMI, siempre traducidas en políticas de ajuste. Y que incluyen un monitoreo de todas las metas económicas. En ese contexto la “sustentabilidad” aparece como un “saludo a la bandera”, una tapadera discursiva para políticas antipopulares.

¿Qué dice Cristina?

El presidente fue respaldado, con ciertas salvedades, por la reciente carta de Cristina Fernández de Kirchner. La vicepresidenta reforzó su método de hacer política “por correspondencia”, al ratificar por medio de una misiva que está a favor del pago de la deuda Deuda Deuda multilateral La que es debida al Banco Mundial, al FMI, a los bancos de desarrollo regionales como el Banco Africano de Desarrollo y a otras organizaciones multilaterales como el Fondo Europeo de Desarrollo.
Deuda privada Préstamos contraídos por prestatarios privados sea cual sea el prestador.
Deuda pública Conjunto de préstamos contraídos por prestatarios públicos. Reescalonamiento. Modificación de los términos de una deuda, por ejemplo modificando los vencimientos o en relación al pago de lo principal y/o de los intereses.
. Sí se ataja al explicitar que las modalidades de ese acuerdo y la “lapicera” para firmarlo están en manos del presidente.

Allí señala las responsabilidades de la oposición de derecha en el desmesurado endeudamiento contraído durante la presidencia de Mauricio Macri. A partir de esa verdad evidente no obtiene el corolario de que esa deuda es fraudulenta e impagable. Al contrario, marca la responsabilidad de los legisladores opositores a la hora de dar su respaldo al futuro acuerdo con el FMI.

Esboza asimismo su rechazo a la perspectiva de que el pacto con el Fondo asuma un sendero de ajuste despiadado. El interrogante es cuáles son los modos de “honrar” la deuda sin producir fuertes restricciones al gasto público. Lo que conlleva dejar a la intemperie prestaciones sociales, jubilaciones, salarios de trabajadores estatales. E inversiones imprescindibles en salud, educación e infraestructura.

Un menú que se refuerza con la perspectiva devaluatoria. Ya desde el Banco Central Banco central Entidad que, en un Estado, se encarga generalmente de la emisión de billetes de banco y del control del volumen de moneda y crédito. En España es el Banco de España quien asume dicho rol, bajo el control del Banco Central Europeo (BCE, ver más abajo).

El Banco Central de un país gestiona la política monetaria y tiene el monopolio de la emisión de la moneda nacional. Proporciona moneda a los bancos comerciales a un precio determinado por las tasas directoras, que son fijadas por el proprio banco.
se ha anunciado que si disminuye el ritmo de la inflación Inflación Subida acumulativa del conjunto de los precios (por ejemplo, una subida del precio del petróleo, que conlleva luego un reajuste de los salarios al alza, luego la subida de otros precios, etc.). , se acelerarán las devaluaciones que, si bien en cuentagotas, ya se hallan en curso. Otro ataque contra el nivel de vida de las clases populares.

Apunta también la vicepresidenta a las posibilidades de que un acuerdo desemboque en un desastre social, tal vez con el pensamiento puesto en salvar sus eventuales responsabilidades. Bajo la cobertura de que ella cumplió en advertir acerca de las consecuencias de una “mala decisión”.

Cabría la aclaración de cuál sería la “buena decisión”, que no está formulada. Sólo escribió: “Es un momento histórico de extrema gravedad y la definición que se adopte y se apruebe, puede llegar a constituir el más auténtico y verdadero cepo del que se tenga memoria para el desarrollo y el crecimiento CON INCLUSIÓN SOCIAL de nuestro país”

El “arriba” y el “abajo”

La aceleración del acuerdo de la que hablábamos al comienzo, es corroborada, y hasta cierto punto celebrada, por los ámbitos siempre alineados con políticas conservadoras. Se produce un cierto impasse en el vilipendio cotidiano a todas las decisiones gubernamentales.

Un título de La Nación del 2 de diciembre anuncia: “Con matices, el oficialismo ya acepta el acuerdo con el FMI” y en la página siguiente: “El mercado se mostró optimista por el avance de la negociación con el FMI”. Ya es por demás sabido, si “el mercado” festeja una decisión, es porque ésta es destructiva respecto a los intereses populares.

Mientras tanto, funcionarios del área económica se dirigirán a Washington en la búsqueda de producir un avance sustancial en las tratativas.

Al auspicio de estas negociaciones no podía faltar la conducción de la Confederación General del Trabajo, que adelantó su apoyo. Eso sí, acompañado del pedido al ministro de Economía, con quien se reunió al efecto, de que el pacto a alcanzar sea “sin ajuste”.

La aceptación hipócrita de la deuda impagable con el organismo cunde por los sectores más diversos. Las dirigencias convergen en sustentar la subordinación a las indicaciones del Fondo, que por extensión ata a Argentina a los intereses del capital financiero internacional.

¿Cuál será la respuesta desde abajo? En un país con más del 40% de pobreza, elevada inflación, salarios reales en caída, desempleo de dos dígitos y altísimos niveles de empleo precario, la perspectiva de empeoramiento de la situación aparece situada más allá de cualquier umbral de tolerancia.

La tarea de “contención social” que ejercen las organizaciones más conciliadoras y los funcionarios que le responden en el poder ejecutivo, entra en posición de riesgo.

En movilizaciones recientes, agrupaciones cercanas al gobierno enarbolaron banderas y entonaron cánticos contrarios al pago de la deuda. No faltaron las del tipo “Fuera el FMI” o “La única deuda es con el pueblo”. Hasta hubo una concentración, la del 17 de octubre último, que fue convocada con el rechazo de la deuda como consigna básica. Los discursos pronunciados en ese acto, en particular el de Hebe de Bonafini, fueron enfáticos en ese sentido.

Con el avance de la política “acuerdista” esas organizaciones y dirigentes quedan en una contradicción irresoluble no ya con el gobierno de Alberto Fernández sino con Cristina, a la que consideran su líder indiscutible.

Existen entonces altas probabilidades de que a partir del año que viene se produzca un empeoramiento aún mayor de la situación social. Las organizaciones sin ataduras con el oficialismo y que tienen un compromiso real con sus integrantes de base se dirigirán sin dudar a la lucha, hagan lo que hagan las que son más afines al gobierno.

Por lo pronto ya está convocada una amplia movilización para el 11 de diciembre. Será en repudio a la deuda externa odiosa e ilegítima y al rol del Fondo. Es de esperar que la manifestación sea masiva y tenga lugar en todo el país. Un amplio entramado de organizaciones está dispuesto a concurrir.

De ser así, se marcará un hito para el sostenimiento de una batalla que apenas comienza. El ascenso de las luchas es el escenario más probable en el futuro cercano. Y la responsabilidad de fortalecerlo y llevarlo adelante es una tarea para asumir en conjunto.


Fuente: Revista Tramas

Daniel Campione

Politólogo. Historiador. Autor de libros como Para leer a Gramsci o Los años de Menem. Actualmente trabaja en la Biblioteca Nacional de Argentina.

CADTM

COMITE PARA LA ABOLICION DE LA DEUDAS ILEGITIMAS

8 rue Jonfosse
4000 - Liège- Belgique

00324 60 97 96 80
info@cadtm.org

cadtm.org