Ahora sí vendrá lo peor de la embestida neoliberal del macrismo en esta Argentina que se ha convertido en el cementerio de los globos pinchados de Cambiemos. El presidente Macri anunció con rostro de piedra que ya se puso de acuerdo con la señora Lagarde para que el FMI
FMI
Fondo monetario internacional
El FMI nace, el mismo día que la Banca mundial, con la firma de los acuerdos de Bretton Woods. En su origen el rol del FMI era defender el nuevo sistema de cambios fijos instaurado.
A la finalisación de estos acuerdos (1971), el FMI es mantenido y se transforma paulatinamente en el gendarme y el bombero del capitalismo mundialisado : gendarme cuando impone los programas de ajuste estructural ; bombero cuando interviene financiaramente para sostener los países tocados por una crisis financiera.
Su modo de decisión es el mismo que el del Banco mundial y se basa sobre una repartición del derecho de voto en proporción a los aportes de cotisación de los países miembros. Estatutariamente es necesario el 85% de los votos para modificar la Carta del FMI (los EE.UU. poseen una minoria de bloqueo dado a que posees el 16,75 % de voces). Cinco países dominan : Los EE.UU. (16,75 %), el Japon ( 6,23 %), la Alemania (5,81%), Francia (4,29 %), y Gran Bretaña (4,29%). Los otros 177 Estados miembros estan divididos en grupos dirigidos, cada vez, por un país. El grupo más importante (6,57%) esta dirigido por Belgica. El grupo menos importante (1,55% de voces) precidido por el Gabon (países africanos).
Su capital está compuesto del aporte en divisas fuertes (y en monedas locales) de los países miembros. En función de este aporte, cada miembro se ve favorecido con Derechos Especiales de Giro (DEG) que son de hecho activos monetarios intercambiables libre e inmediatamente contra divisas de un tercer país. El uso de estos DEG corresponde a una política llamada de estabilización a corto plazo de la economía, destinada a reducir el déficit presupuestario de los países y a limitar el crecimiento de la masa monetaria. Esta estabilización constituye frecuentemente la primera fase de intervención del FMI en los países endeudados. Pero el FMI considera que en adelante es tarea suya (tras el primer choque petrolero de 1974-1975) actuar sobre la base productiva de las economías del Tercer Mundo reestructurando sus sectores internos; se trata de una política de ajuste a más largo plazo de la economía. Lo mismo sucede con los países llamados en transición hacia una economía de mercado. (Norel y Saint-Alary, 1992, p. 83).
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, con la generosidad que lo caracteriza, le preste al país alrededor de 30 mil millones de dólares. O más aún.
Se trata de la estocada final para que el país regrese, sin la necesidad de una máquina del tiempo, al tan temido 2001, donde no por casualidad imperaba en la economía uno de los últimos asesores del actual gobierno, Domingo Cavallo, quien puso al país en un corralito de despojo y saqueo.
En solo dos años, el hombre que había prometido en su campaña electoral mentirosa, que bajaría la inflación
Inflación
Subida acumulativa del conjunto de los precios (por ejemplo, una subida del precio del petróleo, que conlleva luego un reajuste de los salarios al alza, luego la subida de otros precios, etc.).
y que se respetarían las cifras de ocupación, ha logrado que la deuda
Deuda
Deuda multilateral La que es debida al Banco Mundial, al FMI, a los bancos de desarrollo regionales como el Banco Africano de Desarrollo y a otras organizaciones multilaterales como el Fondo Europeo de Desarrollo.
Deuda privada Préstamos contraídos por prestatarios privados sea cual sea el prestador.
Deuda pública Conjunto de préstamos contraídos por prestatarios públicos. Reescalonamiento. Modificación de los términos de una deuda, por ejemplo modificando los vencimientos o en relación al pago de lo principal y/o de los intereses.
externa crezca en un 35% y que, sin contar con el actual préstamo, más otros encubiertos de los últimos cuatro meses, había llegado a principio de año a los 307.295 millones de dólares, que representa el 56% del Producto Bruto Interno. No solo eso, el Riesgo País subía en las últimas horas hasta los 485 puntos básicos y superaba marcas máximas anteriores.
Ya había antecedentes de esto en la “Revolución de la alegría” macrista, cuando un año atrás, en otra de las típicas jugadas del endeudamiento compulsivo, el gobierno había anunciado la emisión de un bono por 2.750 millones de dólares a 100 años. Ese despropósito fue defendido con el sarcasmo habitual por el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, que en esa ocasión manifestó: “El mundo confía en nosotros”.
Hay que recordar ahora más que nunca que Argentina viene de una cesación de pagos unilateral en 2001 y que con esta nueva renuncia a la soberanía, gestada de rodillas con el FMI, abre las puertas a una situación que a corto plazo amenaza con hacer insostenible su propia gobernabilidad. De hecho, en estos días varias agencias de calificación financiera, como es el caso de Moody’s han advertido grandes nubarrones en el futuro económico argentino y apuntan como responsable mayor de esta situación a las políticas encaradas por el presidente Macri. Igual parecer manifestó la prensa especializada como los diarios The Sunday Times, Financial Times, la calificadora Fitch y la revista Forbes. Son los mismos que durante 2017 aplaudían las “hazañas” entreguistas del mandatario.
Más allá de las voces que llegan desde el exterior anunciando más malos momentos, es desolador lo que ocurre puertas adentro por este paso dado de cara a restaurar las relaciones carnales con el FMI. Con un trabajador o una trabajadora despedida o suspendida cada 6 minutos, en solo dos años la cifra ronda las 300 mil personas que se han quedado sin su puesto de trabajo, mientras que otros 150 mil pueden llegar a correr igual suerte de aquí a fin de año.
En el escenario de la pequeña y mediana empresa, la política económica actual ha obligado a cerrar sus puertas a unos diez mil establecimientos. Como en 2001, hoy cualquier persona que circule por las calles de la Capital podrá observar numerosos carteles de “se vende” o “se alquila”. Se trata de comercios que hasta el 2015 no nadaban en prosperidad pero sí podían sostener el puesto de trabajo para su personal. Si se tiene en cuenta que ese mercado laboral abarca cerca del 75% del trabajo registrado, no sorprende que hoy miles de esos empleados y empleadas hayan quedado en la calle. Entre las razones de la caída en picada de las PYMES están los aumentos que van del 500 al 1000 % de las tarifas de luz, gas y agua, pero también influye la apertura indiscriminada de importaciones, que ha dejado a muchos empresarios imposibilitados de competir. Además, decenas de clubes de barrio están casi obligados a cerrar ya que no pueden hacer frente a las desorbitadas tarifas de consumo eléctrico.
Ni que hablar de los más humildes o de los pensionistas que con salarios o jubilaciones mínimas hacen verdaderas proezas para subsistir, y no siempre lo logran.
Si a todo esto se le suma que en los últimos doce meses la tasa interanual de inflación real supera el 30% (el gobierno al que ni sus propios votantes creen, fija esta cifra en un 25%) y que desde mediados de 2017 la remarcación de precios no ha parado, no son pocos los que ante el nuevo anuncio hipotecador macrista señalan que la estampida a nivel precios será superlativa en los próximos meses.
Frente a este turbulento escenario lo que le queda a las grandes franjas de la población afectadas por políticas del capitalismo salvaje, es abandonar la resignación y el miedo, ya que la esperanza -de los que aún la tenían- fue sepultada en diciembre pasado cuando con prepotencia y represión brutal se impuso la ley jubilatoria, Las últimas medidas económicas parecen haber logrado desentumecer a una parte importante de la dirigencia sindical que se mantuvo autista o que directamente asumió posiciones cómplices desde diciembre de 2016. De hecho, más allá de la combatividad demostrada en la calle por los trabajadores de la economía popular, el único camino que les queda a las distintas centrales obreras es sumarse a dar respuestas contundentes para no solo “pararle la mano” a Macri sino acorralarlo y empujarlo. En otras palabras, hacerle imposible su gobernabilidad.
No se trata de una ofensiva electoralista lo que se impone en este momento (sin desdeñar tampoco ese camino) ya que de cara a la reciente alianza con el fondomonetarismo, el 2019 queda muy lejos. Es más lógico, pensar en términos de unidad de los afectados por la crisis, pensar en organizarse para responder en las calles a estas políticas y desembocar no solo en una huelga general inminente -como muchos y muchas piden a gritos- sino en un plan de lucha de largo alcance. Si este gobierno continúa, el futuro de las nuevas generaciones estará embargado por décadas, y en eso cada ciudadano o ciudadana tendrá su parte de responsabilidad.
A 60 años de la Revolución Cubana bien vale aprender de su ejemplo y contagiarse de su espíritu de lucha para alcanzar una plena autodeterminación y dejar de ser colonia de Estados Unidos o de Europa.
Periodista argentino en medios de prensa escrita y digital, radio y TV. Escritor de varios libros de temas de política internacional. Director del periódico Resumen Latinoamericano. Coordinador de Cátedras Bolivarianas, ámbito de reflexión y debate sobre América Latina y el Tercer Mundo.
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