3.300 millones de personas pagan más deuda que lo que reciben en salud

La deuda hambrea

31 de marzo por Sergio Ferrari


Puerto del Hambre. Ilustración que muestra a los colonos españoles de Ciudad del Rey Felipe sufriendo por inanición. Imagen de dominio público. Fuente: Wikimedia Commons.

La deuda del Sur Global en permanente incremento, condena a millones de seres humanos a no estudiar, comer poco o nada y carecer de asistencia sanitaria.

En los últimos seis años, casi el 70% de los países que las instituciones internacionales definen como “en desarrollo”, enfrentaron problemas de sostenibilidad para cumplir con sus obligaciones internacionales. Solo en 2023, esas naciones se vieron obligados a destinar una media del 16% de los ingresos por exportaciones para pagar el servicio de la deuda [1]



 Contra el bienestar del Sur Global

Según la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), principal organismo de la ONU en la materia, aunque la deuda Deuda Deuda multilateral La que es debida al Banco Mundial, al FMI, a los bancos de desarrollo regionales como el Banco Africano de Desarrollo y a otras organizaciones multilaterales como el Fondo Europeo de Desarrollo.
Deuda privada Préstamos contraídos por prestatarios privados sea cual sea el prestador.
Deuda pública Conjunto de préstamos contraídos por prestatarios públicos. Reescalonamiento. Modificación de los términos de una deuda, por ejemplo modificando los vencimientos o en relación al pago de lo principal y/o de los intereses.
pública “es una herramienta fundamental para el desarrollo”, el aumento del costo de sus intereses ejerce presión sobre los presupuestos gubernamentales y les deja poco margen para inversiones esenciales. En la actualidad, sostiene la UNCTAD, muchos países del Sur Global “se están hundiendo en una crisis de desarrollo” resultante de la deuda. Ésta alcanzó en 2023 la cifra récord de 11,4 billones de dólares (1 billón = 1.000 millones), monto que representa el 99% de los ingresos obtenidos por sus exportaciones. La tendencia se presenta como imparable: la deuda se quintuplicó en menos de 20 años, pasando de 2,6 billones de dólares en 2004 a 11,4 billones, hace dos años.

Las consecuencias de este flagelo condicionan la cotidianeidad social planetaria. Unos 3.300 millones de personas -sobre una población mundial actual de 8.200 millones- viven en países que gastan más para pagar sus deudas que en salud, educación o en inversiones para enfrentar el calentamiento global y la crisis climática [2].

Esta problemática vuelve a acaparar la atención de los organismos internacionales entre marzo y junio. Del 17 al 19 de marzo se realizó en la sede onusiana de Ginebra, Suiza, la 14ª Conferencia Internacional sobre Gestión de la Deuda. Fue convocada en la perspectiva de constituir una “plataforma para debatir y compartir experiencias” sobre los avances y retos críticos a los que se enfrentan los países en desarrollo para gestionar su deuda pública en el actual contexto económico mundial. Es decir, para “abordar uno de los mayores retos económicos de nuestro tiempo: cómo gestionar la deuda pública sin frenar el desarrollo”. Tras ese evento ginebrino, el Grupo Consultivo del Sistema de Gestión y Análisis de la Deuda (SIGADE) tiene previsto “establecer prioridades estratégicas para la gestión de la deuda en todo el mundo”.

Todo esto, en la perspectiva de la Cuarta Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo (FfD4), que se realizará entre el 30 de junio al 3 de julio próximos en Sevilla, España. Ese evento con el objetivo de “acelerar la implementación de la Agenda 2030 [evaluar el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible a nivel de deuda] y avanzar en la reforma de la arquitectura financiera internacional.

Según voces críticas internacionales, como por ejemplo el Comité para la Abolición de las Deudas Ilegítimas (CADTM), con sede en Bruselas, Bélgica, sigue siendo fundamental conseguir la anulación inmediata e incondicional de la deuda pública del Sur. Por su parte, los principales movimientos sociales a escala mundial, como La Vía Campesina, incluyen también esta reivindicación entre sus principios fundamentales y defienden como esenciales el derecho a la alimentación y a la soberanía alimentaria.

 Mecanismo de dominación

En un reciente análisis publicado por el CADTM, el especialista Maxime Perriot sostiene que “tras la descolonización, la deuda ha mantenido el yugo colonial de las potencias imperialistas en el Sur Global”. En su afinado texto compara la anterior crisis de la deuda con la actual y afirma que “cuando se produjo la crisis de la deuda de la década de 1980, los Estados sobreendeudados recurrieron al Fondo Monetario Internacional FMI
Fondo monetario internacional
El FMI nace, el mismo día que la Banca mundial, con la firma de los acuerdos de Bretton Woods. En su origen el rol del FMI era defender el nuevo sistema de cambios fijos instaurado.

A la finalisación de estos acuerdos (1971), el FMI es mantenido y se transforma paulatinamente en el gendarme y el bombero del capitalismo mundialisado : gendarme cuando impone los programas de ajuste estructural ; bombero cuando interviene financiaramente para sostener los países tocados por una crisis financiera.

Su modo de decisión es el mismo que el del Banco mundial y se basa sobre una repartición del derecho de voto en proporción a los aportes de cotisación de los países miembros. Estatutariamente es necesario el 85% de los votos para modificar la Carta del FMI (los EE.UU. poseen una minoria de bloqueo dado a que posees el 16,75 % de voces). Cinco países dominan : Los EE.UU. (16,75 %), el Japon ( 6,23 %), la Alemania (5,81%), Francia (4,29 %), y Gran Bretaña (4,29%). Los otros 177 Estados miembros estan divididos en grupos dirigidos, cada vez, por un país. El grupo más importante (6,57%) esta dirigido por Belgica. El grupo menos importante (1,55% de voces) precidido por el Gabon (países africanos).

Su capital está compuesto del aporte en divisas fuertes (y en monedas locales) de los países miembros. En función de este aporte, cada miembro se ve favorecido con Derechos Especiales de Giro (DEG) que son de hecho activos monetarios intercambiables libre e inmediatamente contra divisas de un tercer país. El uso de estos DEG corresponde a una política llamada de estabilización a corto plazo de la economía, destinada a reducir el déficit presupuestario de los países y a limitar el crecimiento de la masa monetaria. Esta estabilización constituye frecuentemente la primera fase de intervención del FMI en los países endeudados. Pero el FMI considera que en adelante es tarea suya (tras el primer choque petrolero de 1974-1975) actuar sobre la base productiva de las economías del Tercer Mundo reestructurando sus sectores internos; se trata de una política de ajuste a más largo plazo de la economía. Lo mismo sucede con los países llamados en transición hacia una economía de mercado. (Norel y Saint-Alary, 1992, p. 83).

Sitio web :
y al Banco Mundial Banco mundial Creado en 1944 en Bretton Woods en el marco del nuevo sistema monetario internacional, el Banco posee un capital aportado por los países miembros (189 miembros el año 2017) a los cuales da préstamos en el mercado internacional de capitales. El Banco financia proyectos sectoriales, públicos o privados, con destino a los países del Tercer Mundo y a los países antes llamados socialistas. Se compone de las siguientes tres filiales.

Mas...
quienes, a cambio de sus préstamos, impusieron políticas de apertura de las economías, privatizaciones, reducción del gasto social”. Oficialmente, esas instituciones les pidieron que redujeran sus gastos para desendeudarse. Sin embargo, extraoficialmente, según Perriot, “el objetivo era político: reembolsar a los acreedores privados e integrar el mayor número posible de países en la globalización Globalización (ver también Mundialización)

Origen y sentido de este término anglosajón: en inglés, la palabra «global» se refiere tanto a fenómenos que interesan a la (o las) sociedad(es) humana(s) a nivel del globo como tal (es el caso de la expresión «global warming» que designa el efecto invernadero), como a procesos que poseen la característica de ser «globales» únicamente en la perspectiva estratégica de un «agente económico» o de un «actor social» preciso. En lo que estamos viendo, el término «globalización» nació en las bussiness schools norteamericanas y reviste el segundo sentido. Se refiere a los parámetros pertinentes de la acción estratégica del gran grupo industrial. Lo mismo sucede en la esfera financiera. A la capacidad estratégica del gran grupo de adoptar una aproximación y una conducta «globales». En un debate público, el patrón de uno de los mayores grupos europeos explicó, en sustancia, que la «globalización» representa «la libertad para su grupo de implantarse donde quiera, cuando quiera, para producir lo que quiera, aprovisionándose y vendiendo donde quiera, y en donde tenga que soportar las menores obligaciones posibles en materia de derechos laborales y convenciones sociales» (extraido de Chesnais, 1997[a]).
capitalista, en beneficio Beneficio Resultado contable positivo neto fruto de la actividad de una sociedad. El beneficio neto es el beneficio después de impuestos. El beneficio a distribuir es la parte de aquél que puede ser repartido entre los accionistas. de las clases dominantes del Norte”. Y constata que “cuarenta años después, vivimos una situación similar”.

El análisis sostiene que, en el año 2023, los Estados y los actores privados del Sur global (excluyendo China) pagaron más de 971 mil millones de dólares a acreedores extranjeros. Y coincide con las instituciones onusianas en que el servicio de la deuda Servicio de la deuda Suma de la amortización más los intereses del capital prestado. pública supera a menudo el importe de los presupuestos de educación o salud. Por ejemplo, ese año, el servicio de la deuda pública de Kenia fue 5 veces más alto que el presupuesto de salud en tanto que el de Túnez fue 4 veces mayor.

Perriot introduce diversos elementos analíticos de importancia. El peso de la deuda pública del Sur Global es enorme y conlleva consecuencias desastrosas de reembolso y de condicionalidades que imponen los organismos financieros internacionales. Si se excluye China, ese tipo de deuda supera los 3.800 billones de dólares. Sin embargo, aclara, la deuda pública externa total de 130 países del Sur global equivale solo al 10% de la deuda pública de los Estados Unidos. Lo que contrarresta y desarma una argumentación absolutamente falsa desplegada sistemáticamente desde el Norte que afirma que la cancelación de la deuda de los países del Sur llevaría a la quiebra de la economía mundial.

Por otra parte, el sector privado de los países del Sur, y en particular las empresas, también se endeudan considerablemente con acreedores externos. Dicho sector representa una parte muy importante de la deuda externa global de los denominados países en desarrollo. Perriot concluye que, desde los años 80 se ha ido dando un aumento rápido y constante de la deuda privada y pública del Sur global. Dicho incremento hace que estos países y sus empresas sean vulnerables a los movimientos de capitales siempre muy volátiles y a las condicionalidades exigidas por los prestamistas públicos en tiempos de crisis, especialmente definidas por el Fondo Monetario Internacional [3].

 Deuda = hambre

Ante la crisis mundial de la deuda, la elevada inflación Inflación Subida acumulativa del conjunto de los precios (por ejemplo, una subida del precio del petróleo, que conlleva luego un reajuste de los salarios al alza, luego la subida de otros precios, etc.). y el aumento constante de los precios de los alimentos, muchos países se enfrentan a la “imposible disyuntiva” de pagar la deuda o asegurar una correcta nutrición de su población. A la base de tal afirmación se encuentra Michael Fakhri, Relator especial de las Naciones Unidas para el Derechos a la Alimentación, en un diálogo interactivo en el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra del pasado 11 de marzo. Fakhri explicó que el uso de fondos públicos para garantizar que la población tenga acceso a una alimentación adecuada puede hacer que un gobierno se atrase en el pago de su deuda y se agraven con ello los choques financieros. En cambio, si opta por pagar la deuda, se genera más hambre y malnutrición.

“Esto quiere decir que el actual sistema internacional de financiamiento obstaculiza de manera inequívoca la capacidad de los gobiernos para cumplir sus obligaciones con respecto al derecho a la alimentación”, argumentaba Fakhri en su último informe dirigido al 58 periodo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos [4].

El informe del experto de las Naciones Unidas dedica todo un apartado a esta problemática. Afirma que “la deuda limita la capacidad de los Gobiernos para hacer efectivo el derecho a la alimentación” y recuerda que, para hacer frente a la crisis financiera de 2008, casi todos los países pidieron préstamos a instituciones financieras internacionales e inversores privados a fin de apoyar a las empresas afectadas. La hipótesis era que los ingresos tributarios generados por la recuperación y la expansión económicas permitirían reembolsar esos préstamos. A partir de 2020, la pandemia de Covid-19 y sus devastadoras consecuencias económicas, unidas a la elevada demanda de gasto público, empujaron una vez más a gobiernos de todo el mundo a pedir prestado con tipos de interés Interés Cantidad pagada como remuneración de una inversión o percibida por un prestamista. El interés se calcula sobre la base de la cantidad de capital invertido o prestado, de la duración de la operación y del último tipo aplicado en ese momento. sin precedentes, con lo que la deuda soberana Deuda soberana Deuda de un Estado o garantizada por un Estado. alcanzó niveles inéditos.

Para hacer frente al pago de los préstamos, muchos Gobiernos han tenido que recortar drásticamente el gasto público, incluso en servicios sociales críticos que son vitales para garantizar el acceso a una alimentación adecuada a los segmentos más pobres de la sociedad. Al mismo tiempo, la inflación ha aumentado significativamente el costo de los alimentos, haciéndolos menos asequibles para los hogares con bajos ingresos y empujó a más personas a caer en situación de hambre. Para importar la misma cantidad de alimentos los países están gastando mucho más, lo que afecta sobre todo a los de ingreso bajo.

Fakhri concluye que los sistemas alimentarios contemporáneos (es decir el actual modelo dominante de producción y distribución) contribuyen al incremento de la deuda. Señala cuatro factores que caracterizan a la interacción de los sistemas alimentarios con las finanzas públicas.

En primer lugar, la creciente dependencia de los bancos y los operadores con respecto al dólar. Por tal motivo, las naciones dependientes del comercio son vulnerables ante la economía política de los Estados Unidos. Impulsa a que muchos países en desarrollo diseñen sistemas alimentarios especializados en cultivos comerciales con fines de exportación para obtener divisas, por lo general en detrimento de los cultivos alimentarios diversificados que consumían tradicionalmente las poblaciones locales.

En segundo lugar, el impacto de los flujos financieros extractivos. Durante decenios, los Gobiernos han desinvertido en agricultura y gasto social, permitiendo que los sistemas de producción de alimentos queden en manos de grandes empresas y de instituciones financieras. Como resultado se da la limitación de la capacidad de los Estados y la transferencia de riqueza y recursos de las comunidades rurales a los sectores empresarial y financiero, así como de los países de ingreso bajo hacia naciones de ingreso alto. Estos flujos están impulsados por modelos insostenibles de financiación del desarrollo, como son los programas de ajuste estructural Ajuste estructural Política económica impuesta por el FMI como condición para la concesión de nuevos préstamos o para la refinanciación de préstamos anteriores. , las alianzas público-privadas y la inversión extranjera. Modelos que priorizan el crecimiento promovido por las exportaciones y los intereses corporativos, que se imponen por encima de las necesidades locales. Adicionalmente, la evasión fiscal, la fuga de capitales y el servicio de la deuda agravan las tensiones fiscales, especialmente en los países de ingreso bajo, dejándolos sin capacidad para invertir en servicios sociales esenciales y en medidas para hacer frente a la malnutrición y el hambre.

Un tercer elemento de la relación entre los sistemas alimentarios mundiales que afectan a la deuda soberana está relacionado a los llamados ciclos de auge y caída. Cuando suben los precios de los alimentos, las multinacionales utilizan su poder adquisitivo y su dominio de las cadenas de suministro para captar todas las ganancias, dejando muy poco margen a las pequeñas y medianas empresas o a los agricultores. Por ejemplo, entre 2020 y 2022, las grandes corporaciones de fertilizantes y cereales obtuvieron enormes beneficios a expensas de los agricultores y los gobiernos del Sur Global.

Por último, el impacto del cambio climático que incrementa los costos por préstamos para los países de ingreso bajo. Resultado directo de que las instituciones financieras y los prestamistas privados penalizan a las naciones vulnerables al clima con tipos de interés más altos, lo que conduce a un mayor endeudamiento y a una menor capacidad de inversión para el sector social y para combatir el hambre y la pobreza.

Deuda externa y padecimientos sociales, un binomio de consecuencias dramáticas. Crisis de la deuda y hambre multiplicado, consecuencias directas de ese binomio que se expresa en rostros humanos con cicatrices inhumanas.


Sergio Ferrari

es periodista argentino radicado en Suiza. Acreditado ante el Gobiero suizo. Colaborador regular de diversos medios suizos, europeos y latinoamericanos.

Otros artículos en español de Sergio Ferrari (184)

Traduccion(es)

CADTM

COMITE PARA LA ABOLICION DE LA DEUDAS ILEGITIMAS

8 rue Jonfosse
4000 - Liège- Belgique

+324 56 62 56 35
info@cadtm.org

cadtm.org