La nueva pandemia bancaria. Dossier

20 de marzo de 2023 por Michael Hudson , Michael Roberts


Foto: Licencia Creative Commons



 ¿Riesgo moral o destrucción creativa?

Mientras escribo, los precios de las acciones y los bonos de los bancos regionales de EEUU están cayendo. Y un importante banco suizo internacional, Credit Suisse, está cerca de la quiebra. Parece estar desarrollándose una crisis financiera no vista desde el colapso financiero mundial de 2008 . ¿Cuál será la respuesta de las autoridades monetarias y financieras?

En 1928, el entonces secretario del Tesoro de EEUU y banquero, Andrew Mellon, presionó a favor de unas tasas de interés Interés Cantidad pagada como remuneración de una inversión o percibida por un prestamista. El interés se calcula sobre la base de la cantidad de capital invertido o prestado, de la duración de la operación y del último tipo aplicado en ese momento. más altas para controlar la inflación Inflación Subida acumulativa del conjunto de los precios (por ejemplo, una subida del precio del petróleo, que conlleva luego un reajuste de los salarios al alza, luego la subida de otros precios, etc.). y el crédito alimentó la especulación Especulación Actividad consistente en buscar ganancias bajo la forma de plusvalía apostando por el valor futuro de los bienes y activos financieros o monetarios. La especulación genera un divorcio entre la esfera financiera y la esfera productiva. Los mercados de cambios constituyen el principal lugar de especulación. del mercado de valores. A petición suya, la Junta de la Reserva Federal FED
Reserva Federal
Oficialmente Federal Reserve System, habitualmente abreviada en Federal Reserve o Fed, es el banco central de Estados Unidos. Fue creada el 23 de diciembre de 1913 mediante el Federal Reserve Act, también llamado Owen-Glass Act, tras varias crisis bancarias y el pánico bancario de 1907.
comenzó a aumentar las tasas de interés y en agosto de 1929 la Reserva Federal subió la tasa a un nuevo máximo. Solo dos meses después, en octubre de 1929, laBolsa de Valores de Nueva York sufrió el peor desplome de su historia en lo que se llamó el «Martes Negro». La historia se repite.

En 1929, Mellon no se contuvo. Aconsejó al entonces presidente Hoover que había que «liquidar mano de obra, liquidar acciones, liquidar agricultores, liquidar bienes raíces... purgar la podredumbre del sistema. Los altos costes de vida y la vida por todo lo alto bajarán. La gente trabajará más duro, vivirá una vida más moral. Los valores se ajustarán, y personas emprendedoras sustituirán a personas menos competentes». Además, abogó por la eliminación de los bancos «débiles» como un requisito previo, duro pero necesario, para la recuperación del sistema bancario. Esta «purga» se lograría negándose a prestar dinero en efectivo a los bancos (tomando préstamos y otras inversiones como garantía) y negándose a poner más efectivo en circulación. La Gran Depresión de la década de 1930 siguió a un importante desplome bancario.

En 2008, cuando se desarrolló el colapso financiero mundial, al principio las autoridades apuntaron a algo similar. Permitieron que el banco de inversión Bear Stearns se hundiese. Pero luego vino otro, Lehman Bros. La Reserva Federal se atrincheró y finalmente decidió no salvarlo con un rescate crediticio. Lo que siguió fue una caida impresionante de las acciones y otros activos financieros y una profunda recesión, la Gran Recesión. El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, era supuestamente un erudito de la Gran Depresión de la década de 1930 y, sin embargo, admitió que el banco quebrara. Posteriormente, reconoció que como «prestamista de último recurso, el trabajo de la Reserva Federal era evitar tales colapsos, particularmente para aquellos bancos que son»demasiado grandes para quebrar", porque solo extendería las quiebras por todo el sistema financiero.

Es evidente que ahora los gobiernos y las autoridades monetarias quieren evitar la «liquidación, liquidación» y el desplome de Lehmans, incluso si tal política eliminaría la «madera muerta» y la «podredumbre del sistema» preparando un nuevo día. Políticamente, sería desastroso para los gobiernos que presiden otro colapso bancario; y económicamente, probablemente desencadenaría una nueva y profunda crisis. Por lo tanto, es mejor «imprimir más dinero» para rescatar a los depositantes y tenedores de bonos de los bancos y evitar el contagio financiero, ya que el sistema bancario está muy interconectado.

Eso es lo que las autoridades finalmente hicieron en 2008-9 y eso es lo que harán esta vez también. Al principio, los funcionarios no estaban seguros de rescatar el Silicon Valley Bank. Rápidamente cambiaron de opinión tras las primeras señales de nuevas corridas bancarias. Las entrevistas con funcionarios involucrados o cercanos a las discusiones pintan un cuadro de 72 horas frenéticas. Es probable que Credit Suisse también reciba un apoyo financiero similar.

Hoy en día hay partidarios del enfoque de Mellon y todavía tienen un punto de razón. Ken Griffin, fundador del gran fondo de inversión Fondo de inversión Un fondo de inversión reúne el dinero de varios inversores. Los administradores del fondo han de administrar el dinero según un documento en el que se describe cómo será éste colocado. En Estados Unidos les llaman mutual funds y en Gran Bretaña investment funds. Citadel, declaró al Financial Times que el gobierno de EEUU no debería haber intervenido para proteger a todos los depositantes de SVB. Y añadió: «Se supone que los EEUU son una economía capitalista, y eso se está desmoronando ante nuestros ojos... Ha habido una pérdida de disciplina financiera cuando el gobierno rescata a todos los depositantes». Para puntualizar: No podemos tener «riesgo moral (...) Las pérdidas de los depositantes habrían sido irrelevantes, y habría ayudado a recordar que la gestión de riesgos es esencial».

«Riesgo moral» es un término que se usa para describir cuando los bancos y las empresas consideran que siempre pueden obtener dinero o crédito de algún lugar, incluido el gobierno. Así que si hacen especulaciones imprudentes que van mal, no importa. Serán rescatados. Como Mellon diría: es inmoral.

El otro lado del argumento es que los bancos que se meten en problemas no deben perjudicar a quienes depositan su dinero en efectivo en ellos y lo pierdan sin tener la menor culpa. Así que los gobiernos deben intervenir para salvar a los depositantes. Y ellos también tienen razón. Como dijo otro multimillonario de fondos de inversión, Bill Ackman, cuando colapsó SVB, la Corporación Federal de Seguro de Depósitos debe «garantizar explícitamente todos los depósitos» porque sino «nuestra economía no funcionará ni nuestra comunidad ni nuestro sistema bancario regional». Mark Cuban expresó su frustración con el límite de seguro de la FDIC que garantiza hasta 250.000 dólares en una cuenta bancaria que considera «demasiado bajo»; también insistió en que la Reserva Federal debe comprar todos los activos y pasivos de SVB. El representante Eric Swalwell, un demócrata de California, se unió al coro,tuiteando que «Debemos asegurarnos de que se respeten todos los depósitos que excedan el límite de 250 000 dólares de la FDIC».

La ironía es que los que exigen rescates ahora son los mismos capitalistas de riesgo que generalmente defienden firmemente el «libre mercado y ninguna intervención del gobierno». Otro partidario del rescate es un tal Sacks, socio desde hace mucho tiempo del inversor Peter Thiel, que cree fervientemente en los «mercados libres» y en el «capitalismo». Pero fue el Fondo de Fundadores de Thiel el que ayudó a poner en marcha la corrida bancaria que hundió a SVB en primer lugar.

El columnista de FT Martin Wolf explica el dilema. «Los bancos fallan. Cuando lo hacen, aquellos que se ponen a perder gritan pidiendo un rescate estatal». El dilema es que «si la amenaza de los costes es lo suficientemente grandes, tendrán éxito. Así es como, crisis tras crisis, hemos creado un sector bancario que es en teoría privado, pero en la práctica está protegido por el estado. Este último, a su vez, intenta frenar el deseo de los accionistas y de la dirección de aprovecharse de las redes de seguridad que disfrutan. El resultado es un sistema que es esencial para el funcionamiento de la economía de mercado, pero que no funciona de acuerdo con sus reglas». Así que es un riesgo moral porque la alternativa es el Armagedón. Como concluye Wolf: «es un desastre».

Entonces, ¿cuál es la solución ofrecida para evitar estos líos bancarios continuos? El economista liberal Joseph Stiglitz nos dice que «SVB representa más que la quiebra de un solo banco. Es un símbolo de los profundos fracasos en la dirección de la política regulatoria y monetaria. Al igual que la crisis de 2008, era predecible y fue prevista». Pero después de habernos dicho que la regulación no ha funcionado, Stiglitz argumenta que lo que necesitamos es más regulación y más estricta.«Necesitamos una regulación más estricta para garantizar que todos los bancos estén seguros». Pero, ¿cómo ha funcionado hasta ahora?

Nadie dice nada sobre la propiedad pública de los bancos; nada sobre la posibilidad de hacer de la banca un servicio público y no un vasto sector de especulación imprudente con fines de lucro. SVB se derrumbó porque sus propietarios apostaron por el aumento de los precios de los bonos del gobierno y las bajas tasas de interés para aumentar sus ganancias. Pero les salió el tiro por la culata y ahora otros clientes del banco pagarán por ello con mayores costes y pérdidas para la Reserva Federal, y habrá menos financiación de la inversión productiva porque habrá que pagar otro desastre bancario.

Hace trece años escribí:«La solución para evitar otro colapso financiero no es solo más regulación (incluso si no se diluye como las reglas de Basilea III). Los banqueros encontrarán nuevas formas de perder nuestro dinero jugando con él para obtener ganancias para sus propietarios capitalistas. En la crisis financiera de 2008-9, fue la compra de»hipotecas de alto riesgo«envueltas en extraños paquetes financieros llamados valores respaldados por hipotecas y obligaciones de deuda Deuda Deuda multilateral La que es debida al Banco Mundial, al FMI, a los bancos de desarrollo regionales como el Banco Africano de Desarrollo y a otras organizaciones multilaterales como el Fondo Europeo de Desarrollo.
Deuda privada Préstamos contraídos por prestatarios privados sea cual sea el prestador.
Deuda pública Conjunto de préstamos contraídos por prestatarios públicos. Reescalonamiento. Modificación de los términos de una deuda, por ejemplo modificando los vencimientos o en relación al pago de lo principal y/o de los intereses.
garantizadas, ocultas en los balances de los bancos, que nadie, incluidos los bancos, entendía. La próxima vez será otra cosa. En la búsqueda desesperada de ganancias y codicia, no hay límites prometeicos para los trucos financieros»
.

Volvamos al dilema de elegir entre «riesgo moral» y «liquidación». Como dijo Mellon, al liquidar los fracasos, incluso si significa una crisis, es un proceso necesario para el capitalismo. Es un proceso de «destrucción creativa», como lo describió el economista de la década de 1930 Joseph Schumpeter. La liquidación y la destrucción de los valores de capital (junto con el desempleo masivo) pueden sentar las bases de un capitalismo «más enjuto y en forma», capaz de renovarse para una mayor explotación y acumulación basada en una mayor rentabilidad de aquellos que sobreviven la destrucción.

Pero los tiempos han cambiado. Se ha vuelto cada vez más difícil para los estrategas del capital: las autoridades monetarias y los gobiernos considerar la liquidación. En cambio, el «riesgo moral» es la única opción para evitar una gran crisis y un desastre político para los gobiernos en el poder. Pero los rescates y un nuevo paquete de inyecciones de liquidez no solo revertirían por completo los vanos intentos de las autoridades monetarias de controlar las tasas de inflación aún altas. También significa la continuación de la baja rentabilidad, la baja inversión y del bajo crecimiento de la productividad en economías incapaces de escapar de su estado zombi. Solo una depresión más larga.

https://thenextrecession.wordpress.com/2023/03/15/moral-hazard-or-creati...

Michael Roberts

 ¿Por qué la crisis bancaria no ha terminado?

Las quiebras de Silvergate, Silicon Valley Bank, Signature Bank y las insolvencias bancarias relacionadas son mucho más graves que la de 2008-2009. El problema entonces eran los bancos deshonestos que concedían malos préstamos hipotecarios. Los deudores no podían pagar y estaban en mora, y resultó que los bienes inmuebles que habían pignorado como garantía estaban fraudulentamente sobrevalorados, hipotecas basura «mark-to-fantasy» realizadas mediante valoraciones falsas del precio real de mercado de la propiedad y de los ingresos del prestatario. Los bancos vendieron estos préstamos a compradores institucionales como fondos de pensiones, cajas de ahorros alemanas y otros compradores crédulos que habían bebido el Kool Aid neoliberal de Alan Greenspan, creyendo que los bancos no les engañarían.

Las inversiones del Silicon Valley Bank (SVB) no tenían ese riesgo de impago. El Tesoro siempre puede pagar, simplemente imprimiendo dinero, y las hipotecas prime a largo plazo cuyos paquetes compró SVP también eran solventes. El problema es el propio sistema financiero, o más bien, el rincón en el que la Fed post-Obama ha situado al sistema bancario. No puede salir de sus 13 años de Quantitative Easing sin revertir la inflación del precio de los activos y hacer que los bonos, las acciones y los bienes inmuebles bajen su valor de mercado.

En pocas palabras, resolver la crisis de iliquidez de 2009 que salvó a los bancos de perder dinero (a costa de cargar a la economía con enormes deudas), allanó el camino para la crisis de iliquidez profundamente sistémica que apenas ahora se está haciendo evidente.

Ficciones contables frente a la realidad del mercado

No existían riesgos de impago de préstamos para las inversiones en valores del Estado o hipotecas empaquetadas a largo plazo que SVB y otros bancos han comprado. El problema es que la valoración de mercado de estas hipotecas ha caído como consecuencia de la subida de los tipos de interés. El rendimiento de los intereses de los bonos e hipotecas comprados hace unos años es muy inferior al de las nuevas hipotecas y los nuevos bonos y obligaciones del Tesoro. Cuando los tipos de interés suben, estos «viejos valores» bajan de precio para que su rendimiento para los nuevos compradores esté en consonancia con la subida de los tipos de interés de la Reserva Federal.
Esta vez, un problema de valoración del mercado no es un problema de fraude.

El público acaba de descubrir que la imagen estadística que los bancos comunican sobre sus activos y pasivos no refleja la realidad del mercado. A los contables de los bancos se les permite tasar sus activos a «valor contable» basándose en el precio que se pagó para adquirirlos, sin tener en cuenta lo que valen hoy esas inversiones. Durante los 14 años de auge de los precios de los bonos, las acciones y los bienes inmuebles, esto infravaloró la ganancia real que los bancos habían obtenido a medida que la Reserva Federal bajaba los tipos de interés para inflar los precios de los activos. Pero este Quantitative Easing (QE) terminó en 2022 cuando la Fed empezó a endurecer los tipos de interés para frenar las ganancias salariales.

Cuando los tipos de interés suben y los precios de los bonos caen, las cotizaciones bursátiles tienden a seguirles. Pero los bancos no tienen que rebajar el precio de mercado de sus activos para reflejar este descenso si simplemente conservan sus bonos o hipotecas empaquetadas.

Sólo tienen que revelar la pérdida de valor de mercado si los depositantes retiran su dinero y el banco tiene que vender esos activos para reunir el efectivo necesario para pagar a sus depositantes.

Eso es lo que ocurrió con el Silicon Valley Bank. De hecho, ha sido un problema para todo el sistema bancario estadounidense. El siguiente gráfico procede de Naked Capitalism, que ha seguido diariamente la crisis bancaria:

Cómo el cortoplacismo de SVP no supo ver hacia dónde se dirige el sector financiero

Durante los años de bajos tipos de interés, el sistema bancario estadounidense descubrió que su poder monopolístico era demasiado fuerte. Sólo tenía que pagar a los depositantes el 0,1% o el 0,2% de los depósitos. Eso era todo lo que el Tesoro pagaba por las letras del Tesoro sin riesgo a corto plazo. Así que los depositantes tenían pocas alternativas, pero los bancos cobraban tipos mucho más altos por sus préstamos, hipotecas y tarjetas de crédito. Y cuando estalló la crisis de Covid en 2020, las empresas frenaron sus nuevas inversiones e inundaron los bancos con dinero que no estaban gastando.

Los bancos pudieron obtener un beneficio Beneficio Resultado contable positivo neto fruto de la actividad de una sociedad. El beneficio neto es el beneficio después de impuestos. El beneficio a distribuir es la parte de aquél que puede ser repartido entre los accionistas. de arbitraje -obteniendo tipos más altos de las inversiones que los que pagaban por los depósitos- comprando valores a más largo plazo. SVB compró bonos del Tesoro Bonos del tesoro Títulos de empréstito emitidos por el Tesoro público para financiarse. Su duración puede ir de unos meses a treinta años. a largo plazo. El margen no era grande: menos de dos puntos porcentuales. Pero era el único «dinero gratis» seguro que había.

El año pasado, el presidente de la Reserva Federal, Powell, anunció que el banco central Banco central Entidad que, en un Estado, se encarga generalmente de la emisión de billetes de banco y del control del volumen de moneda y crédito. En España es el Banco de España quien asume dicho rol, bajo el control del Banco Central Europeo (BCE, ver más abajo).

El Banco Central de un país gestiona la política monetaria y tiene el monopolio de la emisión de la moneda nacional. Proporciona moneda a los bancos comerciales a un precio determinado por las tasas directoras, que son fijadas por el proprio banco.
iba a subir los tipos de interés para frenar el crecimiento salarial que se desarrolló cuando la economía empezó a recuperarse. Eso llevó a la mayoría de los inversores a darse cuenta de que unos tipos de interés más altos harían bajar el precio de los bonos, de forma más pronunciada en el caso de los bonos a más largo plazo. La mayoría de los gestores de fondos evitaron esa caída de precios trasladando su dinero a letras del Tesoro a corto plazo o a fondos del mercado monetario, mientras caían los precios de los bienes inmuebles, los bonos y las acciones.

Por alguna razón, SVB no hizo este movimiento obvio. Mantuvieron sus activos concentrados en bonos del Tesoro a largo plazo y valores similares. Mientras el banco no tuviera retiradas netas de depósitos, no tenía que informar de este descenso en el valor de mercado de sus activos.

Sin embargo, se quedó con el agua al cuello cuando el Sr. Powell anunció que no había suficientes trabajadores estadounidenses desempleados para mantener sus ganancias salariales, por lo que planeaba subir los tipos de interés aún más de lo previsto. Dijo que era necesaria una recesión grave para mantener los salarios lo suficientemente bajos como para mantener altos los beneficios de las empresas estadounidenses y, por tanto, el precio de sus acciones.

Esto revirtió la flexibilización cuantitativa del rescate de Obama, que infló constantemente los precios de los activos inmobiliarios, las acciones y los bonos. Pero la Fed se ha metido en un callejón sin salida: Si restablece la era de los tipos de interés «normales», invertirá la racha de 15 años de ganancias en el precio de los activos de los sectores financiero e immobiliario.

Este cambio repentino del 11 al 12 de marzo dejó al SVB «sentado sobre una pérdida no realizada de cerca de 163.000 millones de dólares, más que su base de capital». Las salidas de depósitos empezaron entonces a cristalizar esto en una pérdida realizada". SVB no era el único. Bancos de todo el país estaban perdiendo depósitos.

No se trataba de un «corralito bancario» por temor a la insolvencia. Se debía a que los bancos eran monopolios lo suficientemente fuertes como para evitar compartir sus crecientes ganancias con sus depositantes. Sus beneficios se disparaban gracias a los tipos de interés que cobraban a los prestatarios y a los rendimientos de sus inversiones. Pero seguían pagando a los depositantes sólo alrededor del 0,2%.

El Tesoro estadounidense pagaba mucho más, y el jueves 11 de marzo, el bono del Tesoro a 2 años rendía casi el 5%. La creciente diferencia entre lo que los inversores pueden ganar comprando títulos del Tesoro sin riesgo y la miseria que los bancos pagaban a sus depositantes llevó a los depositantes más acomodados a retirar su dinero para obtener un rendimiento de mercado más justo en otro lugar.

Sería erróneo pensar que se trataba de un «corralito bancario», y mucho menos de un pánico. Los depositantes no fueron irracionales ni cayeron en «la locura de las multitudes» al retirar su dinero. Simplemente, los bancos eran demasiado egoístas. Y a medida que los clientes retiraban sus depósitos, los bancos tuvieron que vender su cartera de valores, incluidos los valores a largo plazo en poder del SVB.

Todo esto forma parte del desmantelamiento de los rescates bancarios de Obama y de la flexibilización cuantitativa. El resultado de intentar volver a niveles históricos de tipos de interés más normales es que el 14 de marzo, la agencia de calificación Moody’s recortó la perspectiva del sistema bancario estadounidense de estable a negativa, citando el «entorno operativo rápidamente cambiante.» A lo que se refieren es a la caída en picado de la capacidad de las reservas bancarias para cubrir lo que debían a sus depositantes, que estaban retirando su dinero y obligando a los bancos a vender valores con pérdidas.

El engañoso encubrimiento del presidente Biden

El presidente Biden intenta confundir a los votantes asegurándoles que el «rescate» de los ricos depositantes del SVB no asegurados no es un rescate. Pero por supuesto que es un rescate. Lo que quiso decir es que los accionistas del banco no fueron rescatados. Pero sus grandes depositantes no asegurados que se salvaron de perder un solo centavo, a pesar del hecho de que no calificaban para la seguridad, y de hecho habían hablado conjuntamente entre sí y decidieron abandonar el barco y causar el colapso del banco.

Lo que Biden quería decir en realidad es que no se trata de un rescate de los contribuyentes. No implica la creación de dinero o un déficit presupuestario, al igual que los 9 billones de dólares de la Fed en Quantitative Easing para los bancos desde 2008 no han sido creación de dinero o han aumentado el déficit presupuestario. Se trata de un ejercicio de balance Balance “Fotografía” a final de año de los activos (lo que la empresa posee) y pasivos (lo que la empresa debe) de una sociedad. Dicho de otra forma, los activos el balance aportan información acerca de la utilización de los fondos recabados por la sociedad. Los pasivos del balance informan sobre el origen de los fondos captados. - técnicamente una especie de «swap» con compensaciones de buen crédito de la Reserva Federal por «malos» valores bancarios pignorados como garantía - muy por encima de los precios de mercado actuales, para estar seguros. Eso es precisamente lo que «rescató» a los bancos después de 2009. El crédito federal se creó sin impuestos.

La visión de túnel inherente al sistema bancario

Uno puede hacerse eco de la reina Isabel II y preguntar: «¿Nadie vio venir esto?». ¿Dónde estaba el Federal Home Loan Bank que se suponía debía regular al SVB? ¿Dónde estaban los examinadores de la Reserva Federal?

Para responder a esta pregunta, hay que ver quiénes son los reguladores y examinadores bancarios. Son examinados por los propios bancos, elegidos por su negación de que exista algún problema estructural inherente en nuestro sistema financiero. Son «verdaderos creyentes» de que los mercados financieros se autocorrigen mediante «estabilizadores automáticos» y «sentido común».

La corrupción desreguladora desempeñó un papel en la cuidadosa selección de esos reguladores y examinadores con visión de túnel. El SVB estaba supervisado por el Federal Home Loan Bank (FHLB). El FHLB es famoso por la captura reguladora de los bancos que deciden operar bajo su supervisión. Sin embargo, el negocio de SVB no son los préstamos hipotecarios. Se trata de préstamos a entidades de capital riesgo de alta tecnología que se preparan para su salida a bolsa Bolsa Lugar de encuentro de la oferta y demanda de valores mobiliarios que ya fueron emitidos en el mercado financiero primario. La bolsa es por tanto el mercado de ocasión de títulos mobiliarios; también llamado mercado secundario. , que se emiten a precios elevados, se promocionan y, a menudo, se dejan caer en un juego de «pump and dump». Los funcionarios o examinadores bancarios que reconocen este problema son descalificados por estar «sobrecualificados».

Otra consideración política es que Silicon Valley es un bastión del Partido Demócrata y una rica fuente de financiación de campañas. La Administración Biden no iba a matar a la gallina de los huevos de oro de las contribuciones a las campañas. Por supuesto que iba a rescatar al banco y a sus clientes de capital privado. El sector financiero es el núcleo de apoyo del Partido Demócrata, y la dirección del partido es leal a sus partidarios. Como dijo el presidente Obama a los banqueros que temían que cumpliera sus promesas electorales de reducir las deudas hipotecarias a valores de mercado realistas para permitir que los clientes explotados de las hipotecas basura siguieran en sus casas, «soy el único entre vosotros [los banqueros que visitaron la Casa Blanca] y la turba con las horcas», es decir, su caracterización de los votantes que creyeron su palabrería de «esperanza y cambio».

La Reserva Federal se asusta y reduce los tipos de interés

El 14 de marzo, los precios de las acciones y los bonos se dispararon. Los compradores de márgenes hicieron su agosto al ver que el plan de la Administración es el de siempre: dar largas al problema de los bancos, inundar la economía con rescates (para los banqueros, no para los deudores estudiantiles) hasta el día de las elecciones en noviembre de 2024.

La gran pregunta es, por tanto, si los tipos de interés podrán volver alguna vez a una «normalidad» histórica sin convertir todo el sistema bancario en algo parecido al SVB. Si la Reserva Federal (FED) realmente vuelve a subir los tipos de interés a niveles normales para frenar el crecimiento de los salarios, tendrá que producirse un crack financiero. Para evitarlo, la FED debe crear un flujo exponencialmente creciente de flexibilización cuantitativa.

El problema subyacente es que la deuda con intereses crece exponencialmente, pero la economía sigue una curva en S y luego gira a la baja. Y cuando la economía gira a la baja -o se ralentiza deliberadamente cuando las tasas salariales de la mano de obra tienden a ponerse al día con la inflación de precios causada por los precios de los monopolios y las sanciones anti-rusas de EE.UU. que elevan los precios de la energía y los alimentos, la magnitud de las demandas financieras sobre la economía supera la capacidad de pago.

Esa es la verdadera crisis financiera a la que se enfrenta la economía. Va más allá de la banca. Toda la economía sufre una deflación de la deuda, incluso frente a la inflación de los precios de los activos respaldada por la Reserva Federal. Así que la gran pregunta - literalmente el «fondo de la cuestión» - es cómo puede la FED maniobrar para salir del rincón de la flexibilización cuantitativa de bajo interés en el que ha metido a la economía estadounidense. Cuanto más tiempo la Reserva Federal y el partido que esté en el poder sigan salvando a los inversores de los sectores financiero e immobiliario de sufrir pérdidas, más violenta deberá ser la resolución final.

La severidad ha sido una elección política para seguir «pateando la lata por el camino», rescatando un aprieto financiero tras otro al menos hasta el próximo año electoral.

Publicado originalmente en Counterpunch y en The Unz Review con el título: «Why the Bank Crisis is not Over». Traducción Antoni Soy Casals

Michael Hudson


Fuente: Sin Permiso

Michael Hudson

Michael Hudson, ancien économiste de Wall Street, est professeur à l’Université de Missouri, Kansas City (UMKC). Il a écrit de nombreux livres dont Super Imperialism : The Economic Strategy of American Empire (new ed., Pluto Press, 2002) et Trade, Development and Foreign Debt : A History of Theories of Polarization v. Convergence in the World Economy. Conseiller des gouvernements islandais, letton et chinois en matière de législation financière et fiscale, il fait partie du groupe d’experts économiques et financiers du mouvement Occupy.

-https://sinpermiso.info/textos/la-nueva-pandemia-bancaria-dossier

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Michael Roberts

es un reconocido economista marxista británico, que ha trabajado 30 años en la City londinense como analista económico y publica el blog The Next Recession.

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