Manifiesto - CADTM - 8 marzo «Por un impago feminista de la deuda»

7 de marzo de 2022 por CADTM International


Somos activistas feministas, internacionalistas y anticapitalistas del CADTM, que venimos de diferentes partes del mundo. Con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de lucha por los Derechos de las Mujeres, queremos hacer hincapié en las reivindicaciones y luchas feministas contra la(s) deuda(s), herramienta de dominación y COLONIZACIÓN FINANCIERA de nuestros hogares, nuestros cuerpos y nuestros territorios. Por ello, hacemos público este Manifiesto para quien lo quiera apoyar y/o difundir.



La deuda Deuda Deuda multilateral La que es debida al Banco Mundial, al FMI, a los bancos de desarrollo regionales como el Banco Africano de Desarrollo y a otras organizaciones multilaterales como el Fondo Europeo de Desarrollo.
Deuda privada Préstamos contraídos por prestatarios privados sea cual sea el prestador.
Deuda pública Conjunto de préstamos contraídos por prestatarios públicos. Reescalonamiento. Modificación de los términos de una deuda, por ejemplo modificando los vencimientos o en relación al pago de lo principal y/o de los intereses.
oprime a los pueblos tanto en el Sur Global como en el Norte (ya sea a través de los planes de ajuste estructural Ajuste estructural Política económica impuesta por el FMI como condición para la concesión de nuevos préstamos o para la refinanciación de préstamos anteriores. o de la austeridad impuesta por las Instituciones Financieras Inter-nacionales) y tiene consecuencias, especialmente, devastadoras para las mujeres* (así como para los grupos más vulnerables de la población) como trabajadoras, pequeñas productoras y campesinas, usuarias de servicios específicos y personas «asignadas» para el cuidado, etc.
La crisis sanitaria y económica que atravesamos en la actualidad no ha hecho más que empeo-rar las condiciones de vida en todo el mundo, profundizando no sólo la situación de precarie-dad, desigualdad, pobreza y el nivel de endeudamiento de las clases populares, sino también las posibilidades de imaginar nuevos horizontes. Bajo el pretexto de hacer frente a la crisis sanitaria de manera urgente, el contexto mundial se caracteriza por unos niveles de endeuda-miento público sin precedentes, que serán utilizados como herramienta de chantaje en los pró-ximos años para imponer más austeridad y más privatizaciones que afectarán directamente a la población, con consecuencias especialmente graves para las mujeres [1].

Y, en este contexto, ¿quién asume los «costes» de la reproducción social y el tra-bajo de cuidados? Esos «costes» recaerán especialmente sobre las mujeres*.

Para priorizar el pago de las DEUDAS ILEGÍTIMAS, habrá aún más recortes en los gastos sociales:

  • Que nos privan de nuestro derecho a la salud, la educación, la vivienda, a la tierra, etc.
  • Que obliga indirectamente a las mujeres a recurrir al endeudamiento privado, como los microcréditos, a tasas abusivas para satisfacer las necesidades básicas de nuestras familias (alimentos, medicinas, alquiler, etc.);
  • Que nos encadena a los hogares violentos y ataca directamente nuestra emancipa-ción;
  • Que perpetúa la invisibilidad y la desvalorización del trabajo de cuidados y de repro-ducción social (del que son “responsables” fundamentalmente las mujeres);
  • Que nos condena a aceptar trabajos cada vez más precarios y mal pagados;
  • Que profundiza el actual modelo productivo y de desarrollo. Basado en la reprimariza-ción de la economía, para la obtención de divisas, lo que lleva a pérdida de territorios, a mayor desigualdad y marginación. Y a la mayor presencia de Empresas Transnacio-nales (ETN) protegidas por una red de Tratados de Libre Comercio. Somos las muje-res principalmente las que estamos en las luchas contra estas empresas, en defensa de nuestros territorios, culturas, modos de vida.
  • etc.

Así funciona el «sistema deuda», así se impone la colonización financiera en nuestros hogares, nuestros territorios y nuestros cuerpos. Así es como la deuda pública y la deuda privada están imbricadas y sirven para perpetuar el sistema capitalista y patriarcal.
PERO, sin este trabajo gratuito o mal pagado realizado por las mujeres*, ¡el sistema se de-rrumba! De hecho, el sistema capitalista y patriarcal tiene una antigua deuda social con las mujeres. ¿Quién depende de quién? El sistema necesita que sigamos trabajando. Si las muje-res se detienen, el mundo se detiene... Invirtiendo estas lógicas, nos planteamos la siguiente pregunta: ¿QUIÉN DEBE A QUIÉN?

>>> Por eso exigimos:

  • La CANCELACIÓN DE LA DEUDA PÚBLICA de los países del Sur con todos los acreedores: bilaterales, multilaterales y privados y ANULACIÓN DE LAS DEUDAS ILEGÍTIMAS, una condición necesaria, aunque no suficiente, para garantizar el respeto de los Derechos Humanos.
  • LUCHAR CONTRA LA DEUDA PRIVADA y proponer ALTERNATIVAS AL MICROCRÉDITO como las economías solidarias que ya se están experimentando en algunas re-giones del mundo y que pueden alimentar nuestras reflexiones; que mientras exista el microcrédito, exigimos un tipo de interés a 0%, una mejora de las condiciones impues-tas por las IFI, limitados por la adopción de leyes nacionales.
  • Establecer una AUDITORÍA FEMINISTA DE LA DEUDA (que debería incluir la dimen-sión feminista, es decir, tener en cuenta la contribución no reconocida de las mujeres a la economía y proponer soluciones como la socialización de los cuidados con la impli-cación de todos los actores sociales y económicos en estas actividades de las que de-penden todas las personas), incluyendo en esta dimensión la auditoría e investigación de las diversas formas de abuso cometidas por las organizaciones de microfinanzas, donde las mujeres representan más del 80% de las prestatarias.
  • Apostar por una EDUCACIÓN NO MACHISTA7SEXISTA y sensibilizar sobre la discriminación y la violencia contra las mujeres*, así como sobre los derechos sexuales y reproductivos (como el derecho al aborto) y los derechos de las mujeres en general en todas las esferas de la vida; Asegurar en la práctica el FIN DE LAS DESIGUALDADES DE GÉNERO en todas las esferas de la vida, mediante la discriminación positiva y la educación popular.
  • ACABAR CON LA DISTRIBUCIÓN DEL TRABAJO DE LA REPRODUCCIÓN SOCIAL EN FUNCIÓN DEL GÉNERO.

Nuestro actual desafío es radicalizar los procesos de lucha que ya estamos construyendo des-de una perspectiva de pluralidad de sujetos y de resistencia al actual modelo. Es preciso avan-zar para desmantelar este modo de vida basado en la injusticia y la explotación y transitar ha-cia nuevas formas de vincularnos donde la sostenibilidad de la vida sea el centro.


Notas

[1Cuando nos referimos a las mujeres, nos referimos a cualquiera que se identifique y/o se identifique como mujer.

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