30 de octubre de 2023 por Pierre Galand
Photo : Thérèse Di Campo
Un atentado insoportable a los derechos humanos. ¿Tolerado por la ciudadanía europea?
Tengo vergüenza y me rebelo ante la hipocresía occidental que intenta, nuevamente, imponer, al resto del mundo, una interpretación falseada de la realidad de una guerra en Oriente Próximo.
Dicho esto, reivindico el derecho —que algunos quieren restringir— de alzar la voz a favor de un pueblo palestino mártir; para condenar al gobierno, al ejército, a los colonos, a los extremistas religiosos, a quienes, despreciando el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación para existir, ignorando el derecho humanitario, intentan reducir al silencio cualquier resistencia contra el invasor.
Se cometieron crímenes de guerra por las dos partes, pero tratemos de decir toda la verdad como lo hace la OCHA (United Nations Office for the Coordination of Humanitarian Affairs): el 95 % de los muertos y heridos son palestinos. ¿En qué la vida de un israelí sería superior a la de un palestino?
Los occidentales, que rechazan obligar a Israel a un alto el fuego inmediato y a la apertura de corredores humanitarios, se vuelven cómplices de los crímenes de guerra y del programa genocida del gobierno israelí, que califica a sus víctimas de «animales humanos, para tratarlos como tales». Esto fue dicho por el ministro de defensa israelí Yoav Gallant.
Occidente no puede ignorar el mapa presentado por el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, en septiembre pasado, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas y en el cual los territorios palestinos habían sido borrados. De esa manera, la continuación de la Nakba (la catástrofe para el pueblo palestino) fue anunciada al mundo entero.
Admiro a mis amigos israelíes y judíos que denuncian esta situación.
En Alemania, ahora, ser escritora palestina como Adania Shibli es verse privada del premio que quería concederle la Feria del Libro de Francfort. Además, en Alemania, están prohibidas las manifestaciones de apoyo al pueblo palestino. En Francia, en Lille, un sindicalista de la CGT fue detenido en su casa por haber reivindicado su solidaridad con el pueblo de Gaza, y fue necesario un recurso ante la justicia para poder salir a la calle por Palestina debido a la prohibición de dichas manifestaciones propalestinas. El canciller Olaf Scholz, el presidente Macron, así como la presidenta de la Comisión Europea Úrsula von der Layen, se reunieron con Netanyahu para asegurarle su apoyo y alentarlo en su voluntad de erradicar a Hamás, calificado únicamente por estadounidenses y europeos como organización «terrorista».
Poco les importa si, tanto en Estados Unidos como en Europa, en el mundo y en la ONU, la guerra contra el pueblo palestino es duramente condenada. ¿Se dan cuenta que están aislados, que son cómplices de crímenes contra la humanidad cometidos ante nuestros ojos por los israelíes? ¿Se dan cuenta de que sus aliados, Netanyahu y su gobierno, son protofascistas, criminales de guerra a los ojos del mundo y antes su propio pueblo? ¿Cómo pueden permanecer sordos a los llamamientos del Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres?
Occidente, del cual hago parte, afirma la creencia en su superioridad, sus buenos derechos, su desconfianza visceral sobre el resto del mundo: hasta hace poco eran los colonizados, los «subdesarrollados»; actualmente, son los migrantes. ¿Occidente, refugiado tras su muro y armado hasta los dientes, se da cuenta de la lamentable imagen que da de nosotros? ¡Se acabaron sus discursos por una cooperación pacífica internacional! Occidente prepara su arsenal de leyes y de armas contra todos aquellos que llama «terroristas» o enemigos de nuestras libertades. Los derechos humanos esperarán de nuevo. La salvaguarda del planeta también tendrá que esperar.
Y, por lo tanto, si para Biden, Macron y consortes hay que socorrer otra vez Netanyahu, nosotros seamos claros: ¡No en nuestro nombre!
Pierre Galand
Presidente de la Asociación belgo-palestina
26 de octubre de 2023.
Se définit comme humaniste, tiers-mondiste, pacifiste, altermondialiste, militant des droits de l’Homme et du droit des peuples à disposer d’eux-mêmes.
Membre de nombreuses associations.
Ancien sénateur (Belgique)
De 1967 à 1996 : secrétaire général d’OXFAM Belgique
Depuis 1986 : président de l’Association belgo-palestinienne
De 1994 à 2002 : président du Centre national de coopération au développement (CNCD)
Depuis 1998 : président de l’Organisation mondiale contre la Torture - Europe
Depuis 1999 : président de l’association belge des Amis du Monde diplomatique
Depuis 2007 : président du Centre d’Action Laïque