Segunda parte de la serie: Para lograr la gran bifurcación: Reconocer la deuda ecológica
14 de enero por Eric Toussaint , Maxime Perriot

Foto : Vincent Noirhomme
El sistema capitalista y sus instituciones integraron perfectamente la desregulación climática en sus programas informáticos para proponer falsas soluciones. Estas no cuestionan para nada el conjunto de problemas descrito en la primera parte de esta serie “Para lograr la gran bifurcación: Reconocer la deuda ecológica”.
Hagamos una revisión de algunas de esas falsas soluciones, de las que la COP 28 y la COP 29 se convirtieron en sus escaparates.
Las Obligaciones ASG son un síntoma del capitalismo financiero que piensa que puede resolver los problemas que él mismo crea por medio de más finanzas, más mercado y, por lo tanto, más deudas
Las obligaciones ASG, con criterios ambientales, sociales y de gobernanza, son una de las soluciones promovidas por el Banco Mundial
Banco mundial
Creado en 1944 en Bretton Woods en el marco del nuevo sistema monetario internacional, el Banco posee un capital aportado por los países miembros (189 miembros el año 2017) a los cuales da préstamos en el mercado internacional de capitales. El Banco financia proyectos sectoriales, públicos o privados, con destino a los países del Tercer Mundo y a los países antes llamados socialistas. Se compone de las siguientes tres filiales.
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y, más ampliamente por las instituciones multilaterales internacionales, para luchar contra el cambio climático. La marca ASG incluye diversos tipos de obligaciones: las obligaciones verdes (con criterios ambientales), las obligaciones con criterios sociales, las obligaciones azules (para la protección de los océanos), etc. Sobre el papel, estas obligaciones son emitidas para financiar proyectos que contribuyan a la transición ecológica, a la protección de los océanos, de los bosques y selvas, etc. Estas permiten a la persona o empresa portadora de un proyecto de ese tipo encontrar inversores e inversoras.
¿Cómo funcionan estas obligaciones? Se supone que ofrecen un tipo de interés Interés Cantidad pagada como remuneración de una inversión o percibida por un prestamista. El interés se calcula sobre la base de la cantidad de capital invertido o prestado, de la duración de la operación y del último tipo aplicado en ese momento. más interesante para los prestatarios y prestatarias y «recompensan» los logros en el sector ambiental o social. En el 70% de los casos de emisiones de obligaciones ASG, los indicadores de rendimiento aumentarán o disminuirán el coste del préstamo. [1] Por ejemplo, en 2022 Chile emitió obligaciones SLB (bonos ligados a la sostenibilidad, que son un tipo de obligación ASG). En las cláusulas del contrato se enuncia que Chile debe, desde ese momento hasta 2028, producir la mitad de su electricidad mediante energías renovables. Si no consiguiera este objetivo, Chile pagaría 0,125 puntos de porcentaje de interés suplementario a los 4,63% de interés que tienen las obligaciones emitidas. [2] Si el objetivo se alcanza el tipo de interés disminuye, es el caso en la cláusula de una obligación ASG emitida por Uruguay en 2022.
A pesar de los considerables medios desplegados por el Banco Mundial para promover estas obligaciones ASG, realmente solo representan una gota de agua en el mercado de las obligaciones internacionales. En 2017 las islas Fiyi, con el apoyo financiero del Banco Mundial, fueron el primer país en emitir una obligación verde (un tipo de obligación ASG) por 50 millones de dólares. [3] Aportando su garantía, el Banco Mundial también dio su apoyo a las islas Seychelles en 2018 en la emisión de una obligación azul. Al menos 20 países seguirán con estas emisiones entre 2017 y 2023, por un total de 64.000 millones de dólares. [4] Chile fue el país más activo
Activo
En general, el término “activo” hace referencia a un bien que posee un valor realizable o que puede generar ingresos. Por el contrario, hablamos de “pasivo”, es decir la parte del balance compuesta por los recursos de los que dispone una empresa (capital propio aportado por los socios, provisiones por riesgos y gastos, así como las deudas).
, con 25 emisiones de obligaciones ASG, representando casi la mitad de emisiones de los países llamados «en desarrollo», en ese período. [5] Un total que crece pero que permanece bajo, en comparación con los 1.340,8 millardos [6] de dólares de obligaciones emitidas por los países del Sur entre 2017 y 2022 (ni siquiera el 5% de las emisiones de obligaciones de esos países en ese período). [7] Debemos precisar que la emisión de obligaciones no es el único medio por el cual esos países se endeudan. También reciben préstamos por parte de otros países o de instituciones multilaterales como el FMI
FMI
Fondo monetario internacional
El FMI nace, el mismo día que la Banca mundial, con la firma de los acuerdos de Bretton Woods. En su origen el rol del FMI era defender el nuevo sistema de cambios fijos instaurado.
A la finalisación de estos acuerdos (1971), el FMI es mantenido y se transforma paulatinamente en el gendarme y el bombero del capitalismo mundialisado : gendarme cuando impone los programas de ajuste estructural ; bombero cuando interviene financiaramente para sostener los países tocados por una crisis financiera.
Su modo de decisión es el mismo que el del Banco mundial y se basa sobre una repartición del derecho de voto en proporción a los aportes de cotisación de los países miembros. Estatutariamente es necesario el 85% de los votos para modificar la Carta del FMI (los EE.UU. poseen una minoria de bloqueo dado a que posees el 16,75 % de voces). Cinco países dominan : Los EE.UU. (16,75 %), el Japon ( 6,23 %), la Alemania (5,81%), Francia (4,29 %), y Gran Bretaña (4,29%). Los otros 177 Estados miembros estan divididos en grupos dirigidos, cada vez, por un país. El grupo más importante (6,57%) esta dirigido por Belgica. El grupo menos importante (1,55% de voces) precidido por el Gabon (países africanos).
Su capital está compuesto del aporte en divisas fuertes (y en monedas locales) de los países miembros. En función de este aporte, cada miembro se ve favorecido con Derechos Especiales de Giro (DEG) que son de hecho activos monetarios intercambiables libre e inmediatamente contra divisas de un tercer país. El uso de estos DEG corresponde a una política llamada de estabilización a corto plazo de la economía, destinada a reducir el déficit presupuestario de los países y a limitar el crecimiento de la masa monetaria. Esta estabilización constituye frecuentemente la primera fase de intervención del FMI en los países endeudados. Pero el FMI considera que en adelante es tarea suya (tras el primer choque petrolero de 1974-1975) actuar sobre la base productiva de las economías del Tercer Mundo reestructurando sus sectores internos; se trata de una política de ajuste a más largo plazo de la economía. Lo mismo sucede con los países llamados en transición hacia una economía de mercado. (Norel y Saint-Alary, 1992, p. 83).
Sitio web :
, los bancos de desarrollo o el Banco Mundial. Las obligaciones ASG no representan, por lo tanto, prácticamente nada en el mar de endeudamiento de los países del Sur.
| Para saber más sobre el pasado y el presente del Banco Mundial con respecto a la crisis ecológica, léase: Éric Toussaint, Climat et crise écologique : Les apprentis sorciers de la Banque mondiale et du FMI, CADTM, 26 de junio de 2024, |
Conforme a su ideología, según la cual la crisis climática, como todas las otras crisis, solo puede resolverse por el sacrosanto mercado, por más finanzas y más integración de los países del Sur en los mercados financieros. Por lo tanto, el Banco Mundial promueve con todas sus fuerzas estas obligaciones con escasas emisiones, que son de todo menos eficaces contra el cambio climático:
En resumen, esas obligaciones ASG promovidas por instituciones como el Banco Mundial y el FMI no sirven como solución para el cambio climático. De hecho, son un síntoma del capitalismo financiero que piensa que puede resolver los problemas que él mismo crea por medio de más finanzas, más mercado y, por lo tanto, más deudas. Los intercambios «deuda/naturaleza» o «debt for nature swaps», que son del tipo de obligación ASG, son otro ejemplo de falsas soluciones presentadas por las instituciones financieras internacionales como las instituciones de Bretton Woods o el Banco Africano de Desarrollo.
Los intercambios deuda/naturaleza son una nueva herramienta neocolonial acompañada de condicionalidades para los países del Sur
Ampliamente promovidos durante las COP 28 y 29, e incluso desde hace varios meses por las instituciones financieras internacionales y por las Naciones Unidas, los intercambios deuda/naturaleza (o Debt for nature swaps) están de moda. Si bien existen desde 1987 (el primer intercambio tuvo lugar en Bolivia), se han multiplicado desde hace algunos años. Últimamente, Belice, Ecuador, Mozambique, Gabón y también las islas Seychelles procedieron a ese tipo de intercambios.
¿Qué son los intercambios deuda/naturaleza? Con la implicación de los Estados, de grandes ONG internacionales y de los bancos consisten, en el papel, en la conversión de una parte de la deuda de un Estado en inversiones para proteger una parte de los seres vivos, los bosques y selvas y parte de los ecosistemas del país. El supuesto interés proviene de que los reembolsos de un Estado sirven para proteger su territorio antes que para enriquecer a los acreedores. Sin embargo, la realidad es bien diferente.
Estos intercambios deuda/naturaleza se supone que convierten una parte de la deuda de un Estado en inversiones para proteger su territorio. En lugar de reembolsar a un acreedor, el Estado reembolsará a una gran ONG, que alimentará un fondo para proteger el territorio. El CADTM se opone a esta falsa solución a la moda por las siguientes razones:
Los intercambios deuda/naturaleza se muestran claramente como una estafa que desvía la atención de la verdadera solución, que es una suspensión de pagos, una auditoría y una anulación de las deudas ilegítimas. Este sistema forma parte de una de las numerosas falsas soluciones promovidas durante la COP 28 de Dubái.
Sin ninguna sorpresa, la COP 28 celebrada en Dubái en diciembre de 2023 y la COP 29 realizada en Bakú, Azerbaiyán, en 2024 se convirtieron en escaparates de falsas soluciones promovidas por el capitalismo verde.
Mercado de compensaciones de carbon consiste en transformar la naturaleza en una mercancía y principalmente los bosques y selvas de los países del Sur
Una de esas falsas soluciones es la captación del dióxido de carbono (CDR por carbón dioxid removal, en inglés). Este método consiste en compensar algunas emisiones de CO2 por medio de la «preservación» de los bosques y selvas mediante la reforestación, evitando la deforestación o desarrollando técnicas y tecnologías para retirar el CO2 de la atmósfera [23]… Por el momento, la captación del CO2 se lleva a cabo mayoritariamente por reforestación.
En un principio concebida para absorber las emisiones que no podemos evitar, finalmente esa solución se funde de forma perfecta en el sistema, ya que permite a los contaminadores continuar contaminando puesto que pagan para que se capte una parte de sus emisiones. Los CDR permiten a las empresas mejorar su imagen y anunciar unas emisiones débiles, aunque continúan contaminando lo mismo o incluso más, pero pagan para preservar los bosques y selvas. Esta solución es totalmente absurda.
Y es así porque consiste en transformar la naturaleza en una mercancía y principalmente los bosques y selvas de los países del Sur. Durante la COP 28 la sociedad BlueCarbon LLC, creada especialmente para la ocasión por un miembro de la familia real de los Emiratos Árabes Unidos, concertó numerosos contratos con dirigentes del Sur para acaparar durante treinta años una superficie alucinante de sus tierras. Esas tierras permitirán a la BlueCarbon LLC vender créditos de carbono a las empresas contaminantes beneficiándose de un 70% de los ingresos. [24] 25 millones de hectáreas de bosques de Liberia, Angola, Kenia, Tanzania, Uganda, Zambia y Zimbabue han sido comprados por esa sociedad y, por lo tanto, por los Emiratos Árabes Unidos. 25 millones de hectáreas es el equivalente a la superficie del Reino Unido. El 20% de la superficie de Zimbabue, el 10% de la superficie de Liberia y Zambia y el 8% de la superficie de Tanzania, han sido acaparados por la BlueCarbon LLC. [25] De la misma manera, la empresa suiza South Pole se hizo con una parte de los bosques de Zimbabue. [26]
Como lo muestra muy bien el universitario Adam Hanieh, [27] los países del Golfo intentan colocar las pseudotecnologías de captación de carbono y el mercado de compensaciones de carbono en el centro de las discusiones, especialmente durante las COP, para que no se hable del fin de las energías fósiles. Su estrategia es la siguiente: marear la perdiz y estar a la cabeza de las falsas soluciones que pasan por las finanzas y el mercado para poder gestionar cada vez más dinero a costa de la transición ecológica, y continuar extrayendo y exportando tranquilamente los hidrocarburos. En resumen, trabajar para que nada cambie.
Tomemos un ejemplo: una sociedad que contamina enormemente llama a la BlueCarbon LLC para compensar su huella de carbono. Entonces, esa sociedad le paga a la BlueCarbon LLC para que conserve tierras situadas en el Sur del planeta de las que tomó el control por treinta años. Resultado:
Ninguna disminución de contaminantes. Las grandes empresas contaminantes pueden continuar tranquilamente con sus actividades al pagar, simplemente, un poco más para «compensar» sus emisiones. Pero las emisiones no disminuyen y tardan cientos de años en ser absorbidas.
Neocolonialismo por medio del acaparamiento de tierras en el Sur para compensar las actividades llevadas a cabo en el Norte. Es un neocolonialismo verde que afecta a los Estados del Sur ya ahogados por la deuda y saqueados por el sistema extractivista exportador impuesto desde hace décadas con la complicidad de los gobiernos locales. Esas tierras controladas por empresas del Norte no sirven ni a las poblaciones, ni a las comunidades locales, ni al desarrollo de una agricultura para la alimentación y diversificada para el país.
Expulsiones de las comunidades autóctonas. [28] En Kenia, en noviembre de 2023, el pueblo autóctono Ogiek fue expulsado de sus tierras en el momento en que el presidente de Kenia, William Ruto, negociaba con la sociedad BlueCarbon LLC.
Mercantilización de los bosques y selvas y capitalismo verde. Sus emisiones se supone que son compensadas ya que esas empresas pagan para preservar o agrandar los bosques y selvas con los que se comercia. Se continúa en la lógica de crecimiento ya que los CDR permiten gestionar cada vez más dinero sin bajar la producción. Estos permiten a una empresa como BlueCarbon LLC o una ONG como WWF hacer fortuna con las tierras del Sur utilizando el cambio climático y a los gobiernos de los Estados del Sur en su afán por recuperar dinero con sus tierras, permitiendo que las empresas continúen contaminando, pero con la apariencia de una conciencia limpia: es el ecoblanqueamiento. Pasa lo mismo con los «aspiradores gigantes» de CO2. Las soluciones tecnológicas que van siempre hacia un mayor crecimiento y una mayor producción —o sea, directas al fracaso— son las que se promueven durante las COP.
El efecto de compensación está sobrevalorado. Una encuesta de The Guardian, Die Zeit y de la ONG SourceMaterial demostró que solamente el 10% de los proyectos de captación de dióxido de carbono tienen un efecto real sobre la desaceleración del cambio climático. El 90% siguen siendo simples permisos para contaminar, [29] Los precios se fijan basándose en cifras totalmente hipotéticas. ¿Cómo evaluar la cantidad de carbono evitado? ¿Cuál sería la cantidad de carbono absorbido sin la «conservación» de los bosques y selvas para su compensación? ¿El bosque habría sido deforestado? ¿En qué proporción? Todo eso es perfectamente imprevisible y no mensurable.
Con el tiempo, esa falsa solución es una amenaza para la soberanía alimentaria mundial. Efectivamente, las proyecciones actuales de atenuación de las emisiones de gases de efecto invernadero por los Estados tienen en cuenta la utilización de técnicas de captación del carbono. Para alcanzar esos insuficientes objetivos se necesitarían de 1.000 a 3.000 millones de hectáreas de tierras utilizables para captar el carbono, o sea, más que la superficie de la India, Sudáfrica, Europa y Turquía juntas. [30] Es enorme, más cuando se sabe que toda la superficie utilizada por la agricultura en el mundo es de 1.500 millones de hectáreas. La aplicación de esos modelos quiere decir que un territorio gigantesco sería utilizado, principalmente en el Sur, para compensar las emisiones que benefician mayoritariamente a las grandes empresas privadas y a los ricos.
Las técnicas de captación de dióxido de carbono son, por lo tanto, un ejemplo perfecto de invenciones del sistema capitalista para dar la impresión de que se cambia todo y se tienen en cuenta los problemas, sin cambiar en realidad nada. Los CDR permiten enriquecer siempre a más actores por la simple «protección» de bosque y selvas o por la reforestación; permiten multiplicar las transacciones y continuar alimentando un mayor crecimiento, mientras que la urgencia del cambio climático exige, perentoriamente, una fuerte desaceleración. Además, todas las soluciones que suponen un acaparamiento de tierras en el Sur para alimentar al Norte, sin consultar a las poblaciones locales, son una nueva forma de colonialismo que roba los recursos y los territorios de las poblaciones locales bajo el pretexto de preservación del medio ambiente. Pasa lo mismo con las energías renovables, cuando Marruecos fuerza la instalación de aerogeneradores en el Sahara occidental para vender la energía producida al Norte. También se puede hablar del proyecto Xlinks en Marruecos que tiene por fin enlazar dicho país con el Reino Unido mediante cables submarinos para llevarle la electricidad (producida en Marruecos). [31] En la República Democrática del Congo la extracción minera —especialmente de cobalto— necesaria para la fabricación de automóviles eléctricos es realizada por menores sobreexplotados. Y eso es lo que está en juego en la guerra que devasta la región de Kivu. [32]
Desarrollar energías renovables para el Norte con la sangre de los congoleños y congoleñas o saqueando las comunidades del Sur, es inaceptable. Desarrollar energías renovables mientras que las poblaciones locales no tienen acceso a la energía y cuando Europa lleva a cabo una política migratoria inhumana, es también inaceptable.
Respondiendo a una demanda de las naciones insulares, particularmente expuestas a las consecuencias del cambio climático desde hace más de treinta años, el fondo de respuesta ante pérdidas y daños fue creado por la COP 27 en 2022. El principio de ese fondo es el siguiente: es un fondo alimentado por los países del Norte para los países afectados por catástrofes climáticas. Ese mismo fondo tuvo grandes titulares al comienzo de la COP 28 ya que varios países, entre ellos Alemania, la Unión Europea e incluso los Emiratos Árabes Unidos prometieron entre todos 420 millones de dólares para el fondo. [33]
Pero las donaciones son voluntarias y fueron desembolsadas a comienzos de la COP 28, ya que esos países sabían que serían mediatizados. Los países del Norte no tienen ninguna obligación de aportar al fondo, por lo tanto, nada puede asegurar que esas sumas sean acordadas en forma de donaciones. Además, la suma es ridícula con relación a las necesidades reales de la adaptación al cambio climático, que se elevan a aproximadamente 2.000 millardos de dólares por año. [34] Por otra parte, el fondo está depositado en el Banco Mundial durante, al menos, cuatro años. El Banco Mundial descuenta comisiones sobre los fondos en depósito. Para el Fondo de respuesta ante pérdidas y daños, esas comisiones podrían representar un 24%. Eso significa que, si el fondo tuviera 100.000 millones de dólares, 24.000 millones irían a la caja del Banco Mundial. [35]
Se ve claramente que las soluciones promovidas por el FMI, el Banco Mundial, o durante las COP, son falsas respuestas que se emparejan perfectamente con la continuación del crecimiento y con el alza cada vez más rápida del enriquecimiento de los capitalistas. Son soluciones en las que el capitalismo tiene el poder de hacer creer que se tiene en cuenta el cambio climático mientras que, en realidad, nada cambia, o de manera extremadamente lenta, con relación a la gravedad de la catástrofe climática. Frente a esas ilusiones, es urgente luchar por alternativas radicales que pasan por un sistema de reparación y de imposición a los más ricos que garantice una bifurcación ecológica justa.
Traducido por Griselda Piñero
Los autores agradecen a Pablo Laixhay, Jawad Moustakbal y Christine Pagnoulle su revisión
[1] Andre Standing, “Sovereign ESG bonds in the global south: 10 questions for those concerned about debt and climate justice”, Eurodad, 2023, p.19, https://assets.nationbuilder.com/eurodad/pages/3227/attachments/original/1701795920/ESG_Brief_V3.pdf?1701795920 , consultado el 9 de enero de 2025.
Ver también Acción Ecológica, Andre Standing, “Fondos millonarios para la biodiversidad: Una propuesta peligrosa”, Boletín WRM 273, 15 diciembre 2024
https://www.wrm.org.uy/es/articulos-del-boletin/fondos-millonarios-para-la-biodiversidad-una-propuesta-peligrosa, consultado el 9 de enero de 2025.
[2] Ibid, p. 15.
[3] Ibid, p. 11.
[4] Ibid, p. 6.
[5] Ibid, p. 12.
[6] 1 millardo = mil millones.
[7] Cálculo de los autores a partir de la base de datos del Banco Mundial, International debt statistics.
[8] Andre Standing, op. cit., p. 10. Sustainalytics Amsterdam, pertenece ahora en un 60% a un fondo de inversión (Morningstar).
[9] Ibid, p. 20.
[10] Ibid, p.19.
[11] Ibid.
[12] Anne Theisen, « Quelles alternatives face aux fausses solutions promues par la Banque africaine de développement ? », CADTM, 19 de febrero de 2024, https://www.cadtm.org/Quelles-alternatives-face-aux-fausses-solutions-promues-par-la-Banque-africaine , consultado el 9 de enero de 2025 (solo en francés). Ver también : « El Banco Africano de Desarrollo y la industria de las plantaciones de árboles»
Boletín WRM 252, 17 noviembre 2020
https://www.wrm.org.uy/es/articulos-del-boletin/el-banco-africano-de-desarrollo-y-la-industria-de-las-plantaciones-de-arboles consultado el 9 de enero de 2025.
[13] Andre Standing, op. cit. p. 19.
[14] Anne Theisen, art. cit.
[15] Andre Standing, op. cit. p. 16.
[16] Ibid, p. 16.
[17] Ibid, p. 25.
[18] Ibid, p. 20.
[19] Anne Theisen, art. cit.
[20] Ibid, p. 19.
[21] Ibid, p. 24.
[22] Iolanda Fresnillo, « Milagro o espejismo: ¿son los canjes de deuda realmente una solución milagrosa? »
Eurodad, 4 de diciembre de 2023, https://www.eurodad.org/miracle_or_mirage , consultado el 9 de enero de 2025.
[23] Vincent Lucchese, « Éliminer le carbone de l’atmosphère, solution ou impasse », Reporterre, 6 de diciembre de 2023, https://reporterre.net/Eliminer-le-carbone-de-l-atmosphere-solution-ou-impasse, consultado el 9 de enero de 2025.
[24] Vincent Lucchese, « Capter le CO2, un cadeau empoisonné pour les pays du Sud», Reporterre, 11 de diciembre de 2023, https://reporterre.net/Capter-le-CO2-un-cadeau-empoisonne-pour-les-pays-du-Sud, consultado el 9 de enero de 2025. (solo en francés)
[25] Ibid.
[26] Paul Martial, « COP 28 : le capitalisme vert contre l’Afrique », L’Anticapitaliste, 14 de diciembre de 2023, https://lanticapitaliste.org/actualite/ecologie/cop28-le-capitalisme-vert-contre-lafrique, consultado el 9 de enero de 2025 (solo en francés)
[27] Adam Hanieh, «Blanqueo de carbono: la “nueva lucha por África” del Golfo, CADTM, 20 de agosto de 2024, https://www.cadtm.org/Blanqueo-de-Carbono-la-nueva-lucha-del-Golfo-por-Africa, consultado el 9 de enero de 2025.
[28] Adam Hanieh, art. cit.
[29] Fadhel Kaboub en Katherine Hearst, “Kenya concedes ‘millions of hectares’ to UAE firm in latest carbon offset deal,” Middle East Eye, 5 de noviembre de 2023.}] sin impactos y sin ninguna disminución de las emisiones de carbono. La mayor parte del tiempo, la venta de créditos de carbono es una mera especulación. [[Adam Hanieh, art. cit.
[30] Vincent Lucchese, 6 de diciembre de 2023, art. cit.
[31] Hamza Hamouchene, « En Tunisie, Algérie et Maroc, transition énergétique rime avec néocolonialisme », Reporterre, 11 de diciembre de 2023, https://reporterre.net/En-Tunisie-Algerie-et-Maroc-transition-energetique-rime-avec-neocolonialisme?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=nl_quotidienne, consultado 9 de enero de 2025.
[32] Sobre este tema se puede leer el estudio de Lora Verheecke «Décarboner = recoloniser?», para Entraide & Fraternité. https://entraide.be/wp-content/uploads/sites/4/2024/02/Etude2024_DecarbonerRecoloniser.pdf, consultado el 9 de enero de 2025. (solo en francés). Ver también: José Naranjo, «Los ‘minerales de sangre’ africanos empañan la imagen de Apple y alimentan la tensión entre el Congo y Ruanda», El País, 3 de mayo de 2024
https://elpais.com/planeta-futuro/2024-05-03/los-minerales-de-sangre-africanos-empanan-la-imagen-de-apple-y-alimentan-la-tension-entre-el-congo-y-ruanda.html consultado el 9 de enero de 2025.
[33] Ibid.
[34] Fiona Harvey, “Developing countrier will need $2tn a year in climate funding by 2030”, The Guardian, 8 de noviembre de 2022, https://www.theguardian.com/environment/2022/nov/08/developing-countries-climate-crisis-funding-2030-report-nicholas-stern, consultado el 9 de enero de 2025.
[35] Dorothy Guerrero, “The World Bank should not host the Loss and Damage Fund”, Global Justice Now, 3 de noviembre de 2023, https://www.globaljustice.org.uk/blog/2023/11/the-world-bank-should-not-host-the-loss-and-damage-fund/, consultado el 9 de enero de 2025.
doctor en Ciencias políticas de la Universidad de Lieja y de la Universidad de París VIII, es el portavoz del CADTM internacional y es miembro del Consejo Científico de ATTAC Francia.
Es autor de diversos libros, entre ellos: Banco Mundial. Una historia crítica, El Viejo Topo, 2022 Capitulación entre adultos. Grecia 2015: Una alternativa era posible, El Viejo Topo, Barcelona, 2020; Sistema Deuda. Historia de las deudas soberanas y su repudio, Icaria Editorial, Barcelona 2018; Bancocracia Icaria Editorial, Barcelona 2015; Una mirada al retrovisor: el neoliberalismo desde sus orígenes hasta la actualidad, Icaria, 2010; La Deuda o la Vida (escrito junto con Damien Millet) Icaria, Barcelona, 2011; La crisis global, El Viejo Topo, Barcelona, 2010; La bolsa o la vida: las finanzas contra los pueblos, Gakoa, 2002. Ha sido miembro de la Comisión de Auditoria Integral del Crédito (CAIC) del Ecuador en 2007-2011.
Coordinó los trabajos de la Comisión de la Verdad Sobre la Deuda, creada por la presidente del Parlamento griego. Esta comisión funcionó, con el auspicio del Parlamento, entre abril y octubre de 2015. El nuevo presidente del Parlamento griego anunció su disolución el 12 de noviembre de 2015.
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