Unión Europea

Perdidos por ocho y perdidos por ochenta

12 de diciembre de 2022 por Francisco Louça


El espectro de la inflación salarial ha sido agitado hasta la saciedad por los gobernadores de los bancos centrales. Poco les importa que los salarios y las pensiones sean ajustados a menos de la mitad de la inflación.



El Banco Central Banco central Entidad que, en un Estado, se encarga generalmente de la emisión de billetes de banco y del control del volumen de moneda y crédito. En España es el Banco de España quien asume dicho rol, bajo el control del Banco Central Europeo (BCE, ver más abajo).

El Banco Central de un país gestiona la política monetaria y tiene el monopolio de la emisión de la moneda nacional. Proporciona moneda a los bancos comerciales a un precio determinado por las tasas directoras, que son fijadas por el proprio banco.
Europeo es, más que la Comisión, el gobierno de la zona europea (y no sólo del euro). Su poder tiene tres pilares: lo que está en los tratados, lo que no está en los tratados y lo que se dirá después. Lo que está en los tratados es su vinculación a una política de ajuste antiinflacionaria, que se aplicó con raras excepciones incluso cuando no había inflación Inflación Subida acumulativa del conjunto de los precios (por ejemplo, una subida del precio del petróleo, que conlleva luego un reajuste de los salarios al alza, luego la subida de otros precios, etc.). , apoyando a las autoridades de Bruselas en la vigilancia y sanción de los infractores (excepto cuando eran Alemania y Francia los que superaban los límites; quizás todavía haya quien recuerde que Portugal no fue el primer y único país en ser sancionado por una desviación del 0,3% en el déficit por solo un voto de diferencia en la Comisión). Pensar que una gran zona económica puede (o debe) vivir bajo la restricción de una inflación siempre por debajo del 2% es una aberración que no tiene sustento histórico ni lógica teórica, mucho menos práctica, y cuya única justificación sustancial es favorecer al sector financiero, que es hegemónico desde hace algunas décadas en el pensamiento y la acción de las instituciones y los gobiernos.

Lo que no está en los tratados, el segundo pilar del poder del BCE BCE
Banco central europeo
El Banco Central Europeo es una institución radicada en Fráncfort, creada en 1998. Los países de la zona euro* le transfirieron sus competencias en materia monetaria y su funcióin oficial es el de asegurar la estabilidad de precios (luchar contra la inflación) en dicha zona. Sus tres órganos de decisión (El Consejo de Gobierno, el Comité Ejecutivo y el Consejo General) están compuestos por los gobernadores de los bancos centrales* de los países miembros y/o de “reconocidos” especialistas. Sus estatutos le hacen “independiente” políticamente pero está directamente influenciado por el mundo financiero.
, es todo lo demás, un poder discrecional que no está ligado a resultados económicos ni, mucho menos, sociales. Nada que sea una excepción en la Unión, donde operan organismos sin mandato ni ley, de hecho hermanados con el BCE, como el Eurogrupo. El poder siempre es más fuerte cuando no hay reglas, como es bien sabido. Debido a esta arquitectura institucional, la inconsistencia se considera una virtud y el mando realmente se luce, especialmente cuando se enorgullece de causar la devastación económica.

 Lagarde, Centeno y los salarios

Para esta señora, el Banco no necesita coherencia. De hecho, requiere todo lo contrario: en lugar de lo que alguna vez se llamó «banca aburrida» en los Estados Unidos, que debería ser predecible y confiable, el BCE necesita sorpresas, entendiendo que así es como se manejan las expectativas, siempre que no afectan a la certeza única de la presión sobre los ingresos laborales. En esto, el Banco no falla.

Si escuchamos a Mário Centeno, actual gobernador del Banco de Portugal, la conversación es la misma. Llevaba meses proponiendo que los salarios se mantuvieran en el 2%, ya que ese era el elevado objetivo del BCE para la inflación. Luego subrayó la misma advertencia, el problema son los salarios, curiosa constatación de un economista que, señalando una inflación del 10%, denuncia el riesgo de los salarios que, en el mismo año, subieron un 0,9% en la Función Pública y en la sector privado alrededor de un 4%, lo que prueba la evidencia de que no existe un nexo causal entre salarios e inflación. Así, con la virtud de la franqueza, explicó que quienes trabajan deben seguir perdiendo ingresos, pues ese sería el instrumento de ajuste de los precios, mediante la degradación de las condiciones de consumo y de vida de la mayoría de la población. Este fantasma de la inflación salarial ha sido agitado hasta la saciedad por los gobernadores de los bancos centrales, a los que poco importa el hecho de que los salarios y las pensiones se han ajustado a menos de la mitad de la inflación, porque quieren hacer de esa perdida la batuta para aplanar los precios.

Para demostrar esta apuesta por generar una recesión, Isabel Schnabel, del BCE, decía hace unos días que “tenemos que subir los tipos hasta territorio restrictivo”, provocando una “recesión blanda”. El lenguaje de los banqueros centrales es siempre melifluo y, en esto, Schnabel no hace más que repetir a Lagarde: una “reducción de la demanda”, como ella propone, es la forma amable de decir recesión, la llamada “recesión blanda”. ¿Es entonces esta la receta “blanda” que promueve el BCE y que ningún Gobierno cuestiona, como si el destino celestial fuera responder a la dificultad creando más sufrimiento social?

 Draghi y Lagarde

Sin embargo, la paradoja evidente es que el BCE no sólo tiene poder sino que utiliza su nuevo prestigio, ya sea porque se le ve como el Olimpo de las decisiones irrefutables y, de paso, incluso incontestables, o porque tuvo la capacidad, durante un tiempo, de no cumplir sus propias normas. Fue el “momento Hamilton” de Draghi, cuando forzó el inicio de programas de monetización de deuda Deuda Deuda multilateral La que es debida al Banco Mundial, al FMI, a los bancos de desarrollo regionales como el Banco Africano de Desarrollo y a otras organizaciones multilaterales como el Fondo Europeo de Desarrollo.
Deuda privada Préstamos contraídos por prestatarios privados sea cual sea el prestador.
Deuda pública Conjunto de préstamos contraídos por prestatarios públicos. Reescalonamiento. Modificación de los términos de una deuda, por ejemplo modificando los vencimientos o en relación al pago de lo principal y/o de los intereses.
pública y privada mediante la compra de valores financieros de los Estados miembros y sus empresas. De esta manera, logró evitar la crisis del euro y estabilizar la deuda pública de los países más vulnerables. Obligada a reducir estos programas, Lagarde exige ahora un mecanismo de intervención que otorgue a su administración poder de decisión sobre la gestión de la deuda de cada Estado, en base a este precedente. Sin embargo, mientras Draghi quería evitar una depresión, Lagarde quiere empeorar la recesión. La doctrina ha vuelto a su redil. Hay un peligro en todo esto y el desliz de las criptomonedas es una advertencia: el aumento de las tasas de interés Interés Cantidad pagada como remuneración de una inversión o percibida por un prestamista. El interés se calcula sobre la base de la cantidad de capital invertido o prestado, de la duración de la operación y del último tipo aplicado en ese momento. creará aún más riesgos financieros. Los banqueros centrales juegan a la ruleta rusa.

 Independientes y políticos

Finalmente, el tercer pilar del poder del BCE es tomar decisiones políticas incontrolables para la vida democrática. No está por encima de los gobiernos, está por encima de la democracia, y la reciente hagiografía de Carlos Costa venía a reivindicar ese estatus. Por cierto, uno de los inventores de este mecanismo, tan eficaz para proteger los intereses financieros por encima de todo, tuvo la honestidad de advertir del peligro: “Un banco central independiente, casi inevitablemente, pondrá un énfasis indebido al punto de vista de los banqueros”, escribió Milton Friedman en 1962, en un capítulo de un libro sobre una “Constitución Monetaria”. En el pasado, el poder absoluto sin control democrático se llamaba dictadura.


Fuente: Sin Permiso

Francisco Louça

economista, es miembro de la dirección y ex portavoz del Bloque de Izquierda, que cuenta con 19 diputados en el Parlamento portugués desde las elecciones de octubre de 2015. Francisco Louçã es militante de la Cuarta Internacional.

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