Argumento frecuentemente utilizado por los adversarios de la anulación de la deuda
Deuda
Deuda multilateral La que es debida al Banco Mundial, al FMI, a los bancos de desarrollo regionales como el Banco Africano de Desarrollo y a otras organizaciones multilaterales como el Fondo Europeo de Desarrollo.
Deuda privada Préstamos contraídos por prestatarios privados sea cual sea el prestador.
Deuda pública Conjunto de préstamos contraídos por prestatarios públicos. Reescalonamiento. Modificación de los términos de una deuda, por ejemplo modificando los vencimientos o en relación al pago de lo principal y/o de los intereses.
. Se basa en la teoría liberal, que presenta la situación de un prestatario frente a un prestamista como un caso de asimetría de información. En este caso, sólo el prestatario sabe si realmente tiene la intención de saldar su deuda. Anular la deuda hoy haría correr el riesgo de que se extienda en el futuro esta facilidad concedida a los deudores y, en consecuencia, acrecentar la reticencia de los prestamistas a comprometer su capital. Éstos no tendrían más solución que exigir el pago de una tasa de interés aumentada por una prima de riesgo
Prima de riesgo
Cuando se concede un préstamo, el prestamista tiene en cuenta la situación económica del prestatario para fijar la tasa de interés. Un riesgo eventual de que el deudor no pueda satisfacer el reembolso provoca un aumento del tipo de interés que se le aplica. De este modo, el prestamista percibe un interés más alto, que se considera que le compensa el riesgo asumido al acordar el préstamo. Así mismo, el costo es mayor para el deudor, lo que acentúa la presión financiera que soporta. Por ejemplo, en el 2002, Argentina tuvo que hacer frente a unas primas de riesgo superiores a 4.000 puntos de base, lo que significa que si el tipo de interés del mercado es del 5 %, a este país se le prestaba a una tasa del 45 %. Esto le significó de facto no tener acceso al crédito, hundiéndose aún más en la crisis. Para Brasil, en agosto del 2.002, la prima de riesgo era de alrededor de 2.500 puntos.
creciente. Como se ve, la «moralidad» se encuentra exclusivamente del lado del prestamista y la «amoralidad» de lado de los prestatarios, sospechosos a priori de tener malas intenciones. Pues bien, es fácil demostrar que este riesgo es un producto directo de la libertad total de circular dada a los capitales: es proporcional a la apertura de los mercados financieros porque ésta multiplica la potencialidad de los contratos mercantiles que se supone que aportan el bienestar a la humanidad, pero que más bien arrastran su carga de contratos de riesgo. Así, los financieros querrían ver cómo se multiplican hasta el infinito sus posibilidades de ganar dinero, sin riesgos, en una sociedad que, nos han dicho, es y debe ser una sociedad de riesgo... Buena contradicción