Un pequeño recordatorio de parte de JP Morgan : La importancia de la Volcker Rule

25 mai 2012 par Daniel Munevar




En el periodo inmediatamente posterior al colapso financiero del 2008, de todos los rincones se escucharon voces respecto a la necesidad de regular y controlar al sector financiero. Gracias a los millones de dólares invertidos por entidades financieras en ambos lados del Atlántico en grupos de lobby Lobby
Lobbies
Un lobby est une structure organisée pour représenter et défendre les intérêts d’un groupe donné en exerçant des pressions ou influences sur des personnes ou institutions détentrices de pouvoir. Le lobbying consiste ainsi en des interventions destinées à influencer directement ou indirectement l’élaboration, l’application ou l’interprétation de mesures législatives, normes, règlements et plus généralement, toute intervention ou décision des pouvoirs publics. Ainsi, le rôle d’un lobby est d’infléchir une norme, d’en créer une nouvelle ou de supprimer des dispositions existantes.
para contrarrestar los esfuerzos en materia de regulación, la euforia sobre los controles a tales entidades tuvo un carácter extremadamente breve. Aun así, en esta pequeña ventana abierta en materia de regulación que trajo consigo la crisis, fue aprobada en Estados Unidos el Acta Dodd Frank. La nueva ley fijo la implementación de un nuevo marco de regulación del sector financiero con el objetivo expreso de evitar la repetición de un ¨Momento Lehman¨. Al interior de Dodd Frank, uno de sus elementos más criticados y rechazados por el sector financiero ha sido la llamada Volcker Rule.

La Volcker Rule [1] tiene como propósito eliminar la práctica del propietary trading Activités de marché
Trading
opération d’achat et de vente de produits financiers (actions, futures, produits dérivés, options, warrants, etc.) réalisée dans l’espoir d’en tirer un profit à court terme
por parte de entidades financieras que cuenten con la protección del FDIC [2]y el gobierno Federal de los Estados Unidos. En términos concretos la práctica del propietary trading se refiere al uso de recursos propios del banco para la realización de transacciones en acciones, bonos, monedas y derivados financieros. De acuerdo al Volcker Rule, este tipo de transacciones pueden seguir siendo llevadas a cabo por los bancos, siempre y cuando sean realizadas en el marco del manejo de los portafolios de inversión de clientes. La separación busca que los bancos se concentren en la prestación de servicios a sus clientes, la protección del dinero de estos, y al mismo tiempo limitar de forma significativa los riesgos que pueden tales instituciones puedan tomar. En la medida que las pérdidas derivadas de apuestas especulativas fallidas ponen en riesgo la solvencia de los bancos y por ende la necesidad de rescatar a dichas instituciones con dinero público, es apenas lógico que el esfuerzo regulatorio se dirigiera de manera específica a restringir las actividades que pudieran incrementar de forma exponencial los costos de un rescate financiero.

Debido a que la Volcker Rule limita de forma los riesgos que pueden tomar los bancos, y por ende sus ganancias, estos se han opuesto de forma férrea a su implementación. Por medio de maniobras legislativas han logrado debilitarla con la inclusión de excepciones a la regla, y más importante aún, pospuesto su implementación efectiva hasta el 2014. El argumento por parte de los bancos consiste en señalar en la capacidad de sus modelos de riesgo de manejar adecuadamente un portafolio propio de inversiones. De esta forma, el limitar la capacidad de los bancos de realizar transacciones en acciones, bonos o derivados financieros crea una desventaja competitiva frente a otras instituciones financieras internacionales. En su momento, el CEO de JP Morgan, Jamie Dimon, acuso al Volcker Rule de ser una regulación ¨Anti-Americana¨ por considerar que afectaba el libre desarrollo de la actividad financiera en los Estados Unidos.

Debido al carácter extremadamente corto de la memoria que parece afectar a los mercados financieros, ha sido necesario un pequeño y reciente recordatorio de parte de JP Morgan para resaltar de nuevo la importancia de la Volcker Rule, y la enorme falacia detrás de los argumentos de sus detractores. El pasado 10 de Mayo, en una video conferencia publica, JP Morgan anuncio una perdida por más de 2 mil millones de dólares sufrida en la oficina de inversión de Londres. Dicha oficina ejerce el rol de conducir el propietary trading de JP Morgan y a lo largo de los últimos años logro acumular un portafolio por más de 100 mil millones de dólares en productos financieros estructurados sin ningún tipo de control por parte de la dirección de la entidad. A pesar de los intentos de JP Morgan de oscurecer los orígenes de las perdidas, al parecer estas se han derivado de un esquema compra y venta de CDS CDS
Credit Default Swap
Le CDS est un produit financier dérivé qui n’est soumis à aucun contrôle public. Il a été créé par la banque JPMorgan dans la première moitié des années 1990 en pleine période de déréglementation. Le Credit Default Swap signifie littéralement “permutation de l’impayé”. Normalement, il devrait permettre au détenteur d’une créance de se faire indemniser par le vendeur du CDS au cas où l’émetteur d’une obligation (l’emprunteur) fait défaut, que ce soit un pouvoir public ou une entreprise privée. Le conditionnel est de rigueur pour deux raisons principales. Premièrement, l’acheteur peut utiliser un CDS pour se protéger d’un risque de non remboursement d’une obligation qu’il n’a pas. Cela revient à prendre une assurance contre le risque d’incendie de la maison d’un voisin en espérant que celle-ci parte en flammes afin de pouvoir toucher la prime. Deuxièmement, les vendeurs de CDS n’ont pas réuni préalablement des moyens financiers suffisants pour indemniser les sociétés affectées par le non remboursement de dettes. En cas de faillite en chaîne d’entreprises privées ayant émis des obligations ou du non remboursement de la part d’un Etat débiteur important, il est très probable que les vendeurs de CDS seront dans l’incapacité de procéder aux indemnisations qu’ils ont promises. Le désastre de la compagnie nord-américaine d’assurance AIG en août 2008, la plus grosse société d’assurance internationale (nationalisée par le président George W. Bush afin d’éviter qu’elle ne s’effondre) et la faillite de Lehman Brothers en septembre 2008 sont directement liés au marché des CDS. AIG et Lehman s’étaient fortement développées dans ce secteur.

Le CDS donne l’illusion à la banque qui en achète qu’elle est protégée contre des risques ce qui l’encourage à réaliser des actions de plus en plus aventureuses. De plus, le CDS est un outil de spéculation. Par exemple en 2010-2011, des banques et d’autres sociétés financières ont acheté des CDS pour se protéger du risque d’une suspension de paiement de la dette qui aurait pu être décrétée par la Grèce. Elles souhaitaient que la Grèce fasse effectivement défaut afin d’être indemnisées. Qu’elles soient ou non en possession de titres grecs, les banques et les sociétés financières détentrices de CDS sur la dette grecque avaient intérêt à ce que la crise s’aggrave. Des banques allemandes et françaises (les banques de ces pays étaient les principales détentrices de titres grecs en 2010-2011) revendaient des titres grecs (ce qui alimentait un climat de méfiance à l’égard de la Grèce) tout en achetant des CDS en espérant pouvoir être indemnisées au cas de défaut grec.1

Le 1er novembre 2012, les autorités de l’Union européenne ont fini par interdire la vente ou l’achat de CDS concernant des dettes des États de l’UE qui ne sont pas en possession du candidat acheteur du CDS.2 Mais cette interdiction ne concerne qu’une fraction minime du marché des CDS (le segment des CDS sur les dettes souveraines*) : environ 5 à 7 %. Il faut également noter que cette mesure limitée mais importante (c’est d’ailleurs à peu près la seule mesure sérieuse qui soit entrée en vigueur depuis l’éclatement de la crise) a entraîné une réduction très importante du volume des ventes des CDS concernés, preuve que ce marché est tout à fait spéculatif.

Enfin, rappelons que le marché des CDS est dominé par une quinzaine de grandes banques internationales. Les hedge funds et les autres acteurs des marchés financiers n’y jouent qu’un rôle marginal. D’ailleurs la Commission européenne a menacé en juillet 2013 de poursuivre 13 grandes banques internationales pour collusion afin de maintenir leur domination sur le marché de gré à gré* (OTC) des CDS.3
sobre indices corporativos europeos. Debido a que tales posiciones no pueden ser canceladas rápidamente, es posible que las pérdidas se incrementen y superen los 7 mil millones de dólares antes del final del año.

No deja de ser irónico entonces que la magnitud de las pérdidas de JP Morgan muestre que el volumen de transacciones derivado del estatus de Too Big To Fail deje en claro que las instituciones incluidas dentro de dicha categoría son incapaces de monitorear de forma eficiente los riesgos que asumen. Mas importante aun, perdidas de esta magnitud en una entidad que opera con la protección explícita del gobierno son sencillamente inaceptables, toda vez que incitan a la toma de mayores riesgos. Ello bajo el entendimiento que cualquier ganancia derivada de tales apuestas recae en la entidad y sus ejecutivos, pero un escenario de desastre y pérdidas masivas recae sobre el Estado y los dineros públicos.

De tal forma el incidente reciente de JP Morgan muestra que no solo la Volcker Rule es necesaria para impedir el continuo abuso por parte de instituciones financieras de la protección pública que gozan, sino que de hecho no es suficiente. El principio para la regulación financiera debe ser simple y claro : mientras que una entidad financiera requiere de protección pública, esta debe ser tratada como una entidad pública con propósito social, similar al de servicios públicos como el agua o la energía. Mientras las finanzas no sean reguladas bajo esta óptica, incidentes como este se repetirán de forma regular en un contexto en el cual la capacidad de los Estados y la disposición de los ciudadanos de continuar rescatando a entidades financieras dedicadas a especular a con dineros públicos es cada vez menor. La reflexión tal vez más importante de esta historia, es que muy seguramente estas nuevas revelaciones tampoco serán suficientes para detener los abusos. Será necesaria entonces una nueva crisis, esta vez originada en Europa, para implementar la regulación que realmente se requiere ?


Daniel Munevar, economista, es miembro del CADTM Colombia y de la coordinación del CADTM Abya-Yala Nuestra America

Notes

[1Bautizada de tal forma por su inicial proponente y principal defensor el antiguo presidente de la FED, Paul Volcker. Volcker es tristemente conocido en America Latina por causar el inicio de la crisis de la deuda de los años 80, al elevar de forma súbita las tasas de interés de la FED en más de 20% en 1979-1981.

[2La Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC) fue una entidad creada en el marco del New Deal con el objetivo de ofrecer protección a los ahorros de personas en caso de una bancarrota del banco donde estos se encuentren depositados.

Daniel Munevar

est un économiste post-keynésien originaire de Bogotá, en Colombie. De mars à juillet 2015, il a travaillé comme assistant de l’ancien ministre des finances grec, Yanis Varoufakis ; il le conseillait en matière de politique budgétaire et de soutenabilité de la dette.
Auparavant, il était conseiller au Ministère des Finances de Colombie. Il a également travaillé à la CNUCED.
C’est une des figures marquantes dans l’étude de la dette publique au niveau international. Il est chercheur à Eurodad.

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