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«El Club de Paris no demostró ninguna generosidad»
por Vincent Slits
17 de enero de 2005

Por Eric Toussaint, el moratorio está lejos de ser suficiente y tendrá repercusiones negativas.

Eric Toussaint, presidente del Comite por la anulación de la deuda del
Tercer mundo, juzga insuficiente el gesto de los países acreedores del
Club de Paris en relación con las economías afectadas por el tsunami. « El drama provocado por el tsunami produjo una enorme corriente de
simpatía y de generosidad en las opiniones públicas de los países
acreedores. Frente a esta reacción, el Club de Paris (que agrupa 19 de
los países más ricos del mundo) no podía quedar inactivo. Pese a ello
,
nos explica Toussaint, el Club de Paris no ha sido capaz de demostrar una verdadera
generosidad que hubiera consistido en la anulación total de la deuda
». Y añade : « El Club de Paris tiene miedo a que los países endeudados se declaren ellos mismos en cesación de pago y que
decreten unilateralmente una moratoria. Sucedió recientemente, en
Argentina al final del año 2001, cuando este país por iniciativa propia
decretó un moratoria dela deuda pública de 100 mil millones de
dolares concerniendo los acreedores privados. La repetición de tales
moratorias perjudicaría al Club de Paris que arriesgaría de perder el
control de la situación y una parte de su credibilidad. Esto
explica que los países acreedores tomaran la iniciativa, proponiendo
ellos mismos una moratoria pero definiendo previamente sus condiciones
».

No se aprotó ninguna solución estructural

Para Eric Toussaint, la moratoria de la deuda, o sea una suspensión
temporal de su reembolso no consituye ninguna solución estructural para las
economías afectadas, o sea Indonesia, Sri Lanka y Seychelles. « A largo
plazo, estos países tendrán que reembolsar integralmente sus deudas : no
podrán pues liberar margenes de maniobra para ayudar a la población. Y
durante la suspensión, los intereses van a seguir acumulándose. Por
otra parte, los países acreedores otorgan tal moratoria solamente bajo la
condición de que se emprenden ciertas medidas económicas y sociales en
el marco del consenso de Washington, del cual el FMI y el Banco mundial
son los guardianes. Ello da como resultado una politica de inspiración
neo-liberal que se basa en la apertura de las economías a las
exportaciones y a las inversiones de los países acreedores, apertura que
va acompañada de programas de austeridad del gasto público y
social
» continua diciendo nuestro interlocutor que menciona el caso de
Indonesia : « Las recetas del FMI tuvieron resultados muy negativos: la decisión
de aumentar las tasas de interes a más del 20% provocó la quiebra
de 18 grandes bancos indonesianos y la desaparición de miles de
empresas. Para este país que había puesto fín a los acuerdos con el FMI,
el aceptar este moratorio dice mucho de la gravedad de lo que acaba de
sufrir.
»

Eric Toussaint aboga en favor de la anulación de la deuda de estos
países. « Por tres razones. Primero : los países deudores deben disponer de sus
ingresos fiscales para satisfacer sus propias necesidades en vez de
consagrarlos al reembolso de la deuda. Segundo,
hemos calculado que los países afectados por el tsunami han rembolsado
desde 1982, año del desencadenamiento de la crísis de la deuda de los
países del tercer mundo, once veces el monto adeudado en aquel entonces, o
sea un total de 880 billones de dolares. En efecto, estos países entraron en un ciclo de endeudamiento permanente. Tercero : en varios de
los países afectados, como es el caso en la Indonesia de Suharto desde 1965 hasta 1998, gran parte de la deuda cooresponde a lo que se denomina
«deuda odiosa», o sea una deuda contraida por un gobierno despótico que se
endeudó sin preoccuparse de la población. Es en nombre de esta doctrina
de la deuda odiosa que Washington obtuvo de sus socios del Club de Paris
la anulación del 80% de la deuda iraquí contraida durante el régimen de
Saddam Hussein. Tal medida podría aplicarse por las mismas razones a los países
asiáticos
» .

Por Vincent Slits, La Libre Belgique (http://www.lalibre.be).


Traducción: Virginie de Romanet (CADTM Bélgica).

Vincent Slits