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Encuentros de primavera del Banco Mundial y el FMI
Una vez más, los ricos no se ponen de acuerdo sobre la cancelación de la deuda multilateral
por Iolanda Fresnillo
26 de abril de 2005

Desde mediados del año pasado las reuniones del G7, del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional tienen en la agenda de discusión el tema de la posible cancelación de la Deuda Multilateral de los países más empobrecidos. Sobre la mesa hay principalmente dos propuestas, la británica y la estadounidense.

La británica, a la que han dado apoyo gobiernos como el de Canadá o Holanda, aboga por una cancelación de la deuda de los países más empobrecidos y altamente endeudados (se habla de una lista inicial de una veintena de países, principalmente africanos) con el Banco Mundial, en Banco Africano de Desarrollo y el FMI. Esta cancelación se financiaría con aportaciones adicionales de los países ricos a un fondo que sufragara durante 10 años el servicio de la deuda de los países escogidos (aunque no se tocaría el stock de su deuda). A esas aportaciones se añadirían fondos de una posible venta de parte de las reservas de oro del Fondo Monetario Internacional. Hay que señalar que esta posibilidad, intensamente defendida por algunas ONGs en los últimos meses (como las redes Eurodad, Afrodad, Jubilee USA y CIDSE), recibió recientemente un espaldarazo al hacerse público un informe del propio FMI en el que se contemplaba la venta de un pequeño porcentaje de las reservas de oro del Fondo como una posible vía para financiar la cancelación de la deuda de algunos países con la propia institución.

Por otro lado, desde Estados Unidos se plantea que esta cancelación de deuda multilateral se realice con fondos de las propias Instituciones Financieras Internacionales. Esta opción ha sido duramente criticada por algunas ONGs, ya que significaría una reducción de los recursos disponibles para ayuda al desarrollo que estas instituciones ofrecen a los países más empobrecidos.

En este punto del debate, sobre de dónde tendrían que salir los recursos para esa posible cancelación de deuda multilateral, tuvo lugar el 16 y 17 de abril la reunión de primavera del Banco Mundial y el FMI. En el marco de la reunión de ministros de finanzas del G7, que tiene lugar siempre un día antes de las reuniones del BM y el FMI, el secretario del Tesoro de EEUU, John Snow, declaró que «no estamos convencidos de los argumentos a favor del alivio de deuda del FMI, y no creemos que la venta de oro, dentro o fuera del mercado, sea necesaria». De esta forma ponía en duda la necesidad de cancelar la deuda con el FMI, y limitaba aún más la propuesta a la cancelación de deuda del Banco Mundial y el Banco Africano de Desarrollo, cerrando además la puerta a una posible venta del oro para sufragar esa cancelación. La decisión, nuevamente, queda aplazada hasta una nueva ocasión, pero parece que se impone la propuesta estadounidense. La próxima cita, la cumbre del G8 en Gleneagles, Escocia, del 6 al 8 de julio.

Además del tema de la deuda, la reunión tuvo espacio también para discutir de nuevo, y por tercer año consecutivo, sobre el déficit democrático en la distribución de cuotas entre los países miembros. Para Ariel Buria, secretario del G24 (grupo de países en desarrollo), «el actual sistema de governanza esta completamente desligado a la realidad económica». Tampoco este tema presentó avance alguno, y nuevamente se deja para una próxima reunión. Dicen que en la próxima reunión anual (septiembre-octubre) podría tener lugar una revisión de cuotas y participación, aunque, como afirma Bretton Woods Project, esta canción ya la hemos oído antes.

También estuvo la reunión caracterizada por las declaraciones cruzadas entre el FMI y los representantes de Argentina, en lo que algunos han comparado con una partida de mus. Ante la demanda del FMI de que Argentina encuentre una solución a los acreedores de bonos que no se han acogido a la reestructuración de la deuda privada, Roberto Lavagna, ministro de economía argentino, declaró que el canje de deuda no sería reabierto, desoyendo así la petición del Fondo. A lo que el presidente de Argentina, Néstor Kirchner, añadió que «hay vida después del Fondo Monetario Internacional y es una buena vida». Habrá que ver si las declaraciones iban dirigidas al Fondo o a sus electores.


Fuente: Observatorio de la Deuda en la Globalización, 20 de abril de 2005.

Iolanda Fresnillo

Plataforma Auditoria Ciudadana de la Deuda (PACD) @ifresnillo @AuditCiudadana @AuditoriaBCN

Iolanda Fresnillo es activista, miembra de la Plataforma Auditoria Ciutadana del Deute y de Eurodad, e impulsora de la cooperativa Ekona.