En enero de 2020 se publicó el «Pliego de reivindicaciones comunes sobre la deuda y la necesidad de un verdadero control ciudadano sobre las finanzas a nivel europeo», coordinado por el CADTM. Este documento fue escrito de manera colectiva por activistas de quince colectivos y organizaciones de toda Europa. Ha sido firmado, en su totalidad o en parte, por 39 organizaciones de 10 países europeos.
La publicación de este pliego de reivindicaciones comunes se vio eclipsada por la crisis sanitaria del coronavirus. Sin embargo, su contenido es más actual que nunca. En efecto, teniendo en cuenta los niveles de endeudamiento público (que han alcanzado nuevas cotas) y las declaraciones de los gobiernos anunciando nuevos recortes; Teniendo en cuenta la oportunidad que ha aprovechado el mundo de las finanzas para asegurar su rescate por parte de los Estados y transmitirles los miles de millones de euros de deuda fruto de su especulación en los últimos años; Y teniendo en cuenta la creciente magnitud de la actual crisis económica y social, es más urgente que nunca responder al chantaje de la deuda y apoderarse colectivamente de todos los sectores que son para el bien común, así como de sus medios de financiación. Éste es, precisamente, el propósito de las reivindicaciones recogidas en este documento.
Estamos reeditando cada uno de los capítulos de este documento en un orden adaptado a las circunstancias actuales. Este primer capítulo (que es, de hecho, el capítulo 4 del documento) trata de la necesidad urgente de responder a la privatización de los sectores de la salud y de la vivienda y el papel de los fondos buitre en la destrucción de estos sectores en Europa.
La creciente hegemonía de los actores financieros y del capital, debida al proceso de financiarización que analizamos en el capítulo 6.d, otorga a aquéllos un poder de control sobre los individuos, las empresas, las sociedades y los gobiernos. Con ello, los mercados determinan los objetivos que han de perseguirse, mientras en su seno, numerosos actores compiten y colaboran entre sí –empresas, individuos e incluso gobiernos– con el único fin de obtener los mayores beneficios posibles. Una pléyade de bancos, fondos de pensiones, fondos de capital riesgo, compañías de seguros, inversores, etc. intervienen con dinero prestado que a continuación invierten y con ello generan beneficios a expensas de los outsiders, es decir, de los trabajadores, los pensionistas, las personas excluidas del mundo del trabajo, los migrantes, las personas en situación de precariedad, etc.
Los Estados y los hogares sufren las consecuencias de las burbujas financieras
Los actores financieros han tenido un papel de primer orden en la crisis que vivimos en Europa desde hace más de un decenio. Una comparación de la evolución del monto de las deudas privadas y las deudas públicas desde el inicio de la década del 2000 permite desvelar la amplitud de sus actividades. Las deudas de las sociedades financieras no han cesado de aumentar entre 2000 y 2007 [1], del mismo modo que las deudas de los hogares [2] y de las sociedades no financieras [3] en beneficio, principalmente, de los bancos europeos, en unos años en que la tasa de endeudamiento público se reducía durante el mismo periodo [4]. Después de 2007, la tasa de endeudamiento público se ha incrementado, pasando de 66% en el citado año a 82% en 2011 en el conjunto de la zona euro, mientras que las deudas particulares de los hogares y las sociedades no financieras han tenido sólo un pequeño incremento desde 2007 [5].
Las instituciones financieras, en particular los bancos, han engendrado así, en el periodo anterior a 2007, colosales burbujas de crédito que no han asumido, y son los Estados europeos los que han corrido con los gastos, lo que explica el aumento de las deudas públicas desde esa fecha. Podemos afirmar que las deudas particulares creadas totalmente por los organismos financieros se han transformado en parte en deudas públicas mediante diferentes procedimientos, de los que el más conocido es el llamado bail-in, es decir, la recapitalización bancaria a cargo de los Estados, sostenida y fomentada, e incluso impuesta, por las instituciones europeas. Otras formas de recapitalización que no osan decir su nombre han aparecido después (véase el capítulo 2.a).
Las burbujas de crédito generadas por la concesión abusiva de préstamos de todo tipo por los bancos privados, en particular a los hogares de los países en mayor grado de dificultad (Grecia, España, Portugal, Irlanda, Chipre), hicieron explosión en un breve plazo. Las consecuencias de este fenómeno han sido y siguen siendo de una extrema gravedad: expulsiones, exclusión, privación de derechos –derecho a la salud, a la educación, a la vivienda, a la seguridad social, etc. Los ingresos de los hogares han disminuido y sus gastos han aumentado, por la necesidad de paliar los recortes presupuestarios de los Estados y la liberalización de la economía en sentido amplio.
Por último, asistimos a una multiplicación de préstamos morosos (préstamos cuyos deudores corren el riesgo de no poder reembolsar) que conduce a una crisis de la deuda privada en beneficio de los fondos buitre, esos fondos especulativos de inversión que tan jugosos beneficios obtienen de las crisis financieras.
El papel de los fondos buitre
Los fondos buitre son fondos especializados en la inversión en deuda con dificultades de cobro. Con ello compran a precios de saldo paquetes de deuda y participaciones, acciones y bonos a bancos, empresas o Estados, para exigir a continuación un reembolso completo del valor del crédito. Los fondos buitre actúan en áreas económicas deprimidas en las que se aprovechan de los bajos precios de los activos.
En el caso de las empresas, estos fondos tratan de acceder a su control operativo y su gestión con el fin de realizar operaciones de reorganización interna de los recursos, generalmente mediante la venta de activos o la reducción de plantilla, buscando con ello una rápida capitalización. Cada vez más, los fondos buitres participan en la gestión de servicios públicos sobre los que se cierne una actuación corporativa más centrada en principios crematísticos que no en la equidad o la eficiencia.
Determinados fondos buitres, por lo general con sede social en paraísos fiscales, se especializan en la recompra a bajo precio de antiguos títulos de deuda, cuando el Estado en cuestión ya ha quebrado o ha llegado al punto del impago de su deuda. Los fondos buitre rechazan participar en operaciones de reestructuración del Estado en dificultades, y multiplican los procedimientos judiciales en diferentes jurisdicciones contra el Estado deudor, con el fin de obtener un reembolso equivalente al importe total del principal, más los intereses devengados y las sanciones por retraso en el pago. Considerando la diferencia de precio entre el descuento inicial de los valores recomprados en el mercado secundario y los importes solicitados y obtenidos de los tribunales, los beneficios de los fondos buitre varían entre 300% y 2000%. Todo ello a expensas de las poblaciones y de sus derechos sociales fundamentales.
La amenaza a la sanidad pública
Ln el sector sanitario se registra una presencia creciente de fondos de inversión. Su estrategia es similar a la de la compra de deuda soberana: compran y “sanean” las empresas que adquieren (disminuyendo salarios y gastos) para posteriormente venderlas al mejor postor.
El interés de los fondos de capital-riesgo no es mejorar la salud de la población, sino conseguir los mayores beneficios para sus accionistas. Un fondo buitre no invierte su dinero si no tiene garantías de que su negocio no estará limitado por la competencia de la Sanidad Pública.
¿Qué efectos tiene esta estrategia?
La Colaboración Público-Privada. Una forma de privatización de los hospitales públicos
En el Estado español, principalmente, en la Comunidad Valenciana y en la Comunidad de Madrid se ha venido desarrollando desde el año 2004 dos modelos de concesión administrativa: el modelo PFI (del inglés Private Finance Initiative) y el modelo PPP (del inglés Public Private Partnership).
El modelo PFI consiste en que empresas privadas, la mayoría empresas constructoras, muchas de ellas hoy en sumarios judiciales, ejecutarían y financiarían la construcción de los hospitales según un contrato de concesión de obra pública, a cambio de recibir un canon anual por el arrendamiento del edificio y, lo que fue novedoso, por la provisión de los servicios no sanitarios durante 30 años.
En el caso de los hospitales modelo PPP la diferencia respecto de los hospitales modelo PFI consiste en que la gestión de los servicios sanitarios y los mal llamados “no sanitarios” son gestionados en su totalidad por una empresa privada (veasé el capítulo 2b sobre los PPP).
El proceso se ha llevado a cabo mediante la concesión por parte de la administración sanitaria de la privatización (total o parcial) de hospitales públicos en favor de empresas españolas. Posteriormente éstas han vendido sus acciones a fondos especuladores.
El crecimiento exponencial de los fondos buitre que han invertido en el sector de la salud debería suscitar nuestra alarma. He aquí un cuadro que recoge una lista no exhaustiva de las inversiones efectuadas estos últimos años en el Estado Español:
Hospitales pertenecientes al sistema sanitario público | |||
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Año de la inversión | Hospital / Región | Modelo de concesión | Fondos buitre implicados |
2013 | Hospital del Henares (Coslada) / Madrid |
Modelo PFI (Private Finance Initiative) |
Sacyr vendió el 49% de su participación al fondo LBEIP BV (Lloyd’s Bank European Infrastructure Partners LP es el único accionista) |
2014 | Hospital Infanta Cristina (Parla) / Madrid |
Modelo PFI (Private Finance Initiative) |
Sacyr vendió también el 49% de su participación en la sociedad responsable de la gestión no sanitaria al fondo LBEIP. |
2014 | Hospital Puerta de Hierro (Majadahonda) / Madrid |
Modelo PFI (Private Finance Initiative) |
Iridium (filial de ACS) vendió sus acciones al fondo de inversión holandés DIF |
2016 | Hospital Puerta de Hierro (Majadahonda) / Madrid |
Modelo PFI (Private Finance Initiative) |
Sacyr vendió a este mismo fondo su participación en dicho hospital. |
2016 | Hospital del Sureste (Arganda) / Madrid |
Modelo PFI (Private Finance Initiative) |
Las constructoras FCC y OHL vendieron su participación al fondo de inversión británico Aberdeen Infrastructure (LBEIP) |
2017 | Hospital del Sureste (Arganda) / Madrid |
Modelo PFI (Private Finance Initiative) |
Globalvia (integrada por Bankia y FCC), ha vendido sus acciones también a Aberdeen, que controla así el 100% de las acciones del hospital. |
2019 | Hospital Álvaro Cunqueiro (Vigo) / Galicia |
Modelo PFI (Private Finance Initiative) |
Concessia, dedicada a la "inversión en infraestructuras y concesiones públicas", que a su vez está controlada mayoritariamente por seis bancos: Bankia, BBVA, Sabadell, CaixaBank, KutxaBank e Ibercaja Banco, ha vendido el 16,67% de sus acciones al fondo RiverRock, con sede en Luxemburgo. |
En el Estado español, como consecuencia de los intentos de privatización del sistema sanitario público y, en concreto, de los hospitales modelo PFI, desde el año 2012, se ha producido una ola de protestas que se iniciaron en la Comunidad de Madrid y se ha extendido a la mayor parte del Estado [6]. Ha recibido el nombre de "Marea Blanca" y ha sido liderada por los profesionales de la salud, la ciudadanía y los usuarios de la Sanidad Pública.
La sanidad privada
Pero la actuación de los fondos especulativos no ha sido exclusivamente en el ámbito de la Sanidad Pública. También se ha dado en la sanidad privada. La siguiente tabla muestra alguno de los casos que se han producido en el sector:
Hospitales privados | ||
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Año de la inversión | Hospital / Región | Fondos buitre implicados |
Hospital de La Ribera (Alcira) / Valencia | Los accionistas principales son Centene Corporation (50%) y Banco de Sabadell (50%, gestionado por el fondo de inversión Bansabadell Inversió Desonvolupament SA). Del Consejo de Administración de Ribera Salud forma parte también el fondo de capital riesgo Aurica XXI SA. Desde el 1 de abril de 2018, el nuevo gobierno de la Generalitat revertió este hospital ha pasado al sistema sanitario público (es gestionado por la Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública). | |
2016 | Hospital Domínguez de Pontevedra / Galicia | Vendido al fondo de capital-riesgo CVC Capital Partners. |
2017 | Quirónsalud | Con fecha 1 de enero de 2017, la empresa Fresenius adquirió Quirónsalud, cuyo principal accionista era el fondo de capital riesgo CVC Capital Partners. |
El caso Quirónsalud
Gigante de la sanidad privada en España es también líder en la gestión de hospitales de titularidad pública en régimen de concesión. Con una cuota de mercado del 14%, es el cuarto operador europeo y líder en España.
Un caso paradigmático es el proceso de compra de la empresa Quirónsalud por parte de Fresenius Helios. La siguiente tabla muestra los diferentes actores financieros que participaron en la compra:
Capio [7], titular de hospitales y clínicas privadas | Se hizo tristemente famoso gracias a las luchas de la citada “marea blanca” |
CVC Capital Partners – fondo de capital riesgo | En 2005, vendió la empresa Ibérica de Diagnóstico y Cirugía (IDC) a Capio, multinacional sueca. |
IDC Salud | En 2010, CVC volvió a entrar en el accionariado y la empresa pasó a llamarse IDC Salud. |
Doughty Hanson – fondo de capital riesgo | En 2012, promovió la fusión del grupo USP Hospitales con el Grupo Hospitalario Quirón. |
Quirónsalud | En 2014, IDC Salud y el Grupo Hospitalario Quirón se fusionaron en Quirónsalud, con CVC Capital Partners como principal accionista. |
Fresenius Helios [8] – grupo sanitario alemán de inversión. | Compró Quirónsalud en 2017. |
Este cuadro nos muestra con claridad los mecanismos de la financiarización: Capio compra IDC a CVC Capital Partners; CVC reintegra a IDC, que se convierte en IDC Salud, quien se fusiona con el grupo hospitalario Quirón (que a su vez es la creación de una fusión promovida por el fondo Doughty Hanson) y a continuación es adquirido por Fresenius Helios. Todo ello en el espacio de unos años. Con estas operaciones, el fondo CVC Capital Partners obtuvo unas ganancias de 2.600 millones de euros.
¿De dónde salen esos enormes beneficios? La respuesta es sencilla –y triste-: de las ganancias que obtienen, o esperan obtener, gracias a los recursos que les llegan de las arcas públicas, que les derivan pacientes y dinero. En definitiva, es la ciudadanía la que paga con sus impuestos la “fiesta” de estos especuladores que, además, contribuyen a deteriorar la sanidad pública.
Residencias para personas mayores
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la necesidad de la existencia, para la población mayor de 65 años, de un parque de plazas en centros especializados equivalente al 5% del total de personas de esa franja de edad. En el Estado Español la media (4,11%), está por debajo de esa tasa de cobertura recomendada. En el conjunto del Estado hay casi un 73% de plazas residenciales de carácter privado frente a un 27% de carácter público.
Las posibilidades de negocio con las Residencias de Mayores están atrayendo en los últimos 3-4 años, a grandes grupos de inversión y de capital riesgo. DomusVi, Amavir, Sanitas Mayores, Orpea, Ballesol o Vitalia Home son los nombres que dominan la industria geriátrica y de la atención a la dependencia en España, un sector en expansión en los últimos años, que atrae a grupos de inversión extranjeros.
La vivienda, objetivo de los fondos buitre
A pesar de eso, la UE decide apoyar a los diferentes actores financieros (bancos, fondos de inversión, fondos de pensiones, fondos buitres) que aprovechan el marco favorable que se les ofrece y eligen la vivienda europea como objetivo principal de sus inversiones. Como resultado, ha incrementado considerablemente la cantidad de grandes compañías que por sí solas poseen un número asombroso de viviendas. Por citar sólo algunos ejemplos, Cerberus, un fondo buitre de Nueva York ha comprado 65.000 unidades de vivienda a GWS (empresa berlinesa de vivienda que fue vendida en 2005). En España, las inversiones del fondo buitre Blackstone, que presume de ser el mayor fondo inmobiliario del mundo, se estiman en varios cientos de miles de millones de euros en menos de cuatro años, entre 2013 y 2017. Estos fondos se comportan como agentes puramente especulativos por cuanto no aportan ningún valor añadido en sus operaciones inmobiliarias y ni siquiera pagan impuestos en los países en que actúan. Forman parte de una red de empresas especulativas .
Todo esto no sería posible sin el consentimiento de la UE. Recientemente hemos asistido a una verdadera determinación por parte de las instituciones europeas para promover la financiarización de la vivienda. En febrero 2019, el Eurogrupo amenazó a Grecia con no devolver los intereses de su deuda en posesión del BCE (véase el capítulo 2.a.) a falta de una severa reforma de la llamada Ley Katseli, que protege a las personas vulnerables en situación de sobreendeudamiento (debido a los efectos de la austeridad impuesta por los acreedores del Estado griego) ante la posibilidad de perder su residencia principal. Fue después de la adopción de una reforma de esta ley, y de una nueva regresión del derecho a la vivienda de la población griega, que la UE puso fin a su chantaje.
Al promover la recompra de hipotecas improductivas por parte de los fondos de cobertura y la desregulación de los mercados de alquiler y de la vivienda adquisitiva, la UE está aumentando en lugar de disminuir el número de viviendas precarias. Precisamente lo contrario de lo que debería suceder.
Aumento de la precariedad de la vivienda en Europa
Las observaciones generales sobre la situación de la vivienda en Europa pueden resumirse en tres puntos: la tendencia a la privatización de la vivienda pública, la adquisición de gran parte del parque de viviendas por unos pocos agentes financieros transnacionales y la creciente desregulación del mercado de alquiler y adquisición. Las consecuencias a nivel europeo son extremadamente graves: los esfuerzos de los hogares por pagar su vivienda se han vuelto excesivos (+40% de sus ingresos), decenas de millones de personas viven en viviendas sobreocupadas, millones de personas se ven privadas de vivienda, más de siete millones de hogares están en mora en el pago de sus alquileres o hipotecas, y entre 17 y 31 millones de personas viven en condiciones insalubres (las principales causa son la incapacidad de calentar a su residencia, la humedad y la contaminación).
El reverso de la medalla es el gran volumen de ganancias que acumulan los capitales financieros. La primacía de las leyes que promueven la «libre competencia» en el sector de la vivienda tiene como resultado la reducción de la vivienda pública a un nivel «inofensivo» para la expansión del capital financiero. El aumento de las burbujas inmobiliarias en cada vez más ciudades europeas es una consecuencia directa de un mercado de vivienda liberalizado. Los bancos, por su parte, se están beneficiando de la proliferación de préstamos hipotecarios, una consecuencia importante de esta situación.
En efecto, la retirada de los Estados y el impulso de las instituciones europeas obligan a los hogares a endeudarse para tener acceso a una vivienda digna. Los bancos entran en el juego de la financiarización a través de los préstamos hipotecarios y su titularización. Han estado en buena compañía con los fondos buitre desde el comienzo de la crisis y las instituciones europeas no han fallado a la hora de garantizar que su colaboración sea lo más rentable posible. Una gran parte de los préstamos improductivos (préstamos concedidos a deudores que no pueden reembolsar) en poder de los bancos, se venden a los fondos buitre a precios irrisorios.
El BCE fomenta activamente estas ventas y es garante de un sistema capitalista financiero que ignora los derechos humanos, privilegiando la acumulación de beneficios de las clases dominantes (véase de nuevo el capítulo 2.a.). Por otra parte, el espacio de los actores que no participan en la carrera por el beneficio en el ámbito de la vivienda se ve amenazado constantemente por las autoridades públicas y la UE.
Deudas privadas ilegítimas
Los hogares griegos, españoles, chipriotas, irlandeses y portugueses principalmente sufrieron una dramática crisis de vivienda. Casi un millón de hogares han sido desalojados de sus hogares (más de 800.000 sólo en España desde 2008) o amenazados de desalojo a raíz de las dificultades para pagar los préstamos que los bancos les habían concedido de forma odiosa. De forma odiosa, porque los términos de estos préstamos eran a menudo abusivos, como lo demuestran las numerosas demandas que han hecho justicia a los hogares sobre endeudados. Odiosa porque los bancos han hecho la vista gorda ante la elegibilidad de los hogares para obtener préstamos sin tener en cuenta su capacidad real de pago. Por último, odiosa porque, como empresas privadas, han tratado de sacar el máximo provecho de sus beneficios sin asumir nunca ninguna responsabilidad por sus actividades abusivas, haciendo que los Estados paguen un alto precio mediante procedimientos de recapitalización ilegítimos.
Millones de hogares se han visto sobre endeudados y en incapacidad de pagar sus deudas privadas o incluso de satisfacer sus necesidades más básicas. Los derechos fundamentales a la salud, la educación y la alimentación son violados constantemente por los recortes presupuestarios a través de las medidas de austeridad. Los hogares se ven obligados a aumentar sus propios gastos para compensar esta deficiencia de gobierno y ya no tienen la capacidad financiera para pagar sus propias deudas. Sin embargo, siguen pagando al Estado y, por lo tanto, en parte, rescatando las arcas del fallido sistema bancario.
Sin embargo, debemos recordar que la legislación que impone el rigor en materia de endeudamiento público tiene también un papel en la crisis de la vivienda. En efecto, la retirada impuesta al sector público del sector inmobiliario está vinculada a su incapacidad de invertir más en la construcción de alojamientos sociales.
La actividad de los fondos de capital riesgo no se concreta en actuar sobre los derechos básicos de la población sino que también influye en la mayor parte de los sectores de la actividad económica. Las redes de metro de Sevilla, Granada y Málaga por citar sólo un ejemplo han sufrido también las inversiones de Globalvia que ostentan OPTrust (Canadá), PGGM (Holanda) y USS (Reino Unido).
Grandes superficies (Carrefour, Alcampo o El Corte Inglés) han puesto a la venta sus préstamos morosos a fondos buitre. Entre los buitres que compran estos créditos al consumo morosos figuran nombres ya conocidos en otros sectores como el ladrillo, tales como Lindorff, Axactor, Cabot, Link Financial o Cerberus, entre otros.
El sector de la telefonía se ha visto también afectado.
Para conocer más sobre este tema Fondos buitre - Publicaciones
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[1] Deuda de las sociedades financieras entre 2000 y 2007: aumento de 232% a 309% del PIB en el conjunto de la zona euro. Fuente: Eric Toussaint, Bancocratie, 2014, éditions Aden
[2] Deuda de los hogares entre 2000 y 2007: aumento de 49% a 54% del PIB en el conjunto de la zona euro. Ibidem.
[3] Deuda de las sociedades no financieras entre 2000 y 2007: aumento de 76% a 87% del PIB en el conjunto de la zona euro. Ibidem.
[4] Deuda bruta del Estado (en promedio) entre 2000 y 2007: reducción de 68% a 66% del PIB en el conjunto de la zona euro. Ibidem.
[5] Entre 2007 y 2011 las deudas de los hogares han aumentado de 54% a 61% y las de las sociedades no financieras de 87% a 96% del PIB, lo que representa un pequeño aumento respecto a las deudas públicas. Ibidem.
[6] En junio de 2016, se constituyó la Coordinadora Estatal de Mareas Blancas cuyo objetivo es diseñar una estrategia común a nivel estatal de acciones, lucha y resistencia con el objetivo de defender la sanidad pública universal y de calidad que pagamos todas y todos.
Está constituida por Mareas Blancas de Andalucía, Aragón, Illes Balears, Castilla-León (Segovia), Castilla-León (León,), Cataluña, Comunidad Valenciana, Euskadi, Galicia, Madrid, Murcia y La Rioja.
[7] Hasta 2006, Capio era una de las mayores empresas privadas de asistencia sanitaria en Suecia, y una de las mayores de Europa.
En 2006, Capio fue adquirida por Opica, propiedad conjunta de Apax Partners Worldwide LLP, Nordic Capital Fund VI y fondos asesorados o administrados por Apax Partners SA.
Apax Partners SA es una empresa de capital de riesgo con sede en el Reino Unido fundada en 1972, que opera en Hong Kong, China, India, Estados Unidos, Europa (incluido el Reino Unido) e Israel.
Desde noviembre de 2018, Ramsay General Health (Ramsay GdS) es propietaria de Capio, y el nuevo grupo combinado es uno de los principales proveedores de servicios de salud en Europa.
[8] Empresa alemana con sede en Bad Homburg dedicada a la asistencia sanitaria, una de las mayores en este sector. En septiembre de 2016 adquirieron el grupo hospitalario español Quirón Salud por un monto de 5.760 millones de euros, pasando a ser Fresenius Helios el mayor grupo europeo de salud privada con más de 150 centros hospitalarios.
[9] Véase el capítulo 5.
est membre du CADTM Belgique
Es jurista en derecho internacional, miembro del Comité para la abolición de las deudas ilegítimas (CADTM) y de la Comisión de la Verdad Sobre la Deuda pública de Grecia, creada por la presidenta del Parlamento griego el 4 de abril de 2015.
Plataforma de Afectados por la Hipoteca
, chargé de recherche au CNCD-11.11.11
Plateforme d’audit citoyen de la dette en Belgique
CADTM Belgique.
CADTM Belgique et membre d’ACiDe