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Túnez: No basta con echar a la dictadura
por Fathi Chamkhi , Robin Delobel
12 de noviembre de 2020

Entrevista a Fathi Chamki (RAID ATTAC CADTM Túnez) por Robin Delobel.

Túnez ya vivía una crisis económica desde meses (incluso años) antes del estallido de la crisis sanitaria y las medidas de confinamiento. ¿Puedes explicarnos cuáles son las causas y cómo se ha amplificado esta crisis desde marzo?

En efecto, la economía tunecina ha ido de mal en peor durante varios años. El inicio de la crisis actual se remonta a 2008, luego se agravó tras la revolución de 2011. Incluso podemos decir que hunde sus raíces en los comienzos de los años ochenta. Se trata, por tanto, de una grave crisis económica cuyas repercusiones afectan a todos los ámbitos de la sociedad tunecina.

Los numerosos planes y reformas estructurales neoliberales que se realizaron a lo largo de este período han tenido el efecto obvio de prolongar la vida del sistema económico existente, en beneficio de una pequeña minoría local y de los intereses capitalistas mundiales, especialmente los europeos.

La revolución cambió la situación política; al permitir la emancipación de las fuerzas sociales, ha dificultado la prosecución, e incluso la profundización, de las reformas capitalistas neoliberales exigidas por las instituciones financieras internacionales y la Unión Europea.

Al mismo tiempo, la ausencia de fuerzas políticas portadoras de un proyecto de cambio económico y social, que goza de un amplio apoyo popular, no permite a Túnez avanzar en la dirección deseada por la revolución. Túnez, por lo tanto, ha estado parada durante los últimos diez años. Esta situación no beneficia a nadie, especialmente a la juventud, las clases trabajadoras y las masas desfavorecidas y marginadas.

Muy recientemente, las consecuencias económicas y financieras externas de la pandemia mundial del covid-19, el cierre de todas las fronteras de Túnez, el cierre repentino de gran parte de la economía local y el confinamiento sanitario de la población para enfrentarse a esta pandemia, plantean nuevas amenazas para Túnez, cuyo alcance y gravedad no se conocen bien en la actualidad.

Por último, para hacer frente a esta situación, el gobierno no ha dudado en recurrir a la deuda, en particular al endeudamiento externo, sumiendo a Túnez aún más en la vorágine de la deuda. La tasa del endeudamiento estatal, que fue del 40% del PIB en 2010, se acerca actualmente al 90%.

Se estaba llevando a cabo un proyecto de auditoría de la deuda y parecía estar en camino de someterse a votación, ¿qué pasó?

En junio de 2016, como diputado en la Asamblea de Representantes del Pueblo (ARP) y miembro del grupo parlamentario del Frente Popular (FP), presenté a la ARP un proyecto de ley sobre la creación de una comisión de auditoría de la deuda pública de Túnez. Este proyecto de ley fue la culminación de una larga lucha, liderada por la asociación Raid-CADTM Túnez desde mucho antes de la revolución contra el odioso endeudamiento del régimen tunecino

La idea de una comisión de auditoría de la deuda pública había sido muy bien recibida por todas y todos los diputados, con la notable excepción de los del partido islamista Ennahda, a quien se había presentado el proyecto, a través del presidente de su grupo.

El proyecto de ley de auditoría de la deuda pública no tuvo ninguna dificultad para recoger un número de firmas muy superior al mínimo previsto por la normativa interna de la ARP. En una sola mañana, nada menos que setenta y tres diputados, es decir, un tercio de las y los parlamentarios, dieron sus firmas a este proyecto. Por lo tanto, había muchas esperanzas de ver finalmente la creación de una comisión de auditoría independiente que examinara la deuda del Estado tunecino, que ha crecido en los últimos treinta años, especialmente bajo la dictadura.

Sin embargo, este proyecto de ley se quedó en letra muerta en los cajones del presidente de la Comisión de Finanzas hasta el final de la legislatura en noviembre de 2019. Un proyecto con el mismo objeto, presentado en la Asamblea Constituyente en 2013, había conocido el mismo destino.

Sin embargo, la asociación Raid-CADTM Túnez no escatimó esfuerzos, tanto antes como después de la presentación de este proyecto de ley, para completar la auditoría con el fin de conocer la deudverdad sobre la naturaleza de la deuda del Estado tunecino. Raid-CADTM Túnez organizó una campaña a gran escala, con el objetivo de movilizar el máximo apoyo político para el tema de la auditoría de la deuda pública, pero también para la suspensión de su reembolso y la anulación de su parte odiosa. Esta campaña continuó durante todo el año anterior a la presentación del proyecto de ley. Se hizo en particular mediante conferencias y debates en todo el país, una campaña de carteles publicitarios en las grandes ciudades, la organización de manifestaciones callejeras, la producción de herramientas pedagógicas, etc.

Nuestra asociación organizó una campaña de información y sensibilización, rica en actividades y herramientas educativas, durante el año anterior a la presentación del proyecto de ley, con el objetivo de movilizar el máximo apoyo político a la demanda de auditoría de deuda pública. Una parte importante de este trabajo se llevó a cabo bajo la bandera del Frente Popular (FP) con el que estaba asociado Raid-CADTM Túnez. A pesar de esto, muchos líderes y estructuras del FP hicieron todo lo posible para evitar la auditoría de la deuda.

En primer lugar, el boicot por parte de la mayoría de la cúpula del Frente a casi todas las actividades organizadas antes de la presentación del proyecto de ley de auditoría en la ARP.

Luego, el embargo impuesto al proyecto de auditoría dentro del grupo parlamentario durante seis meses, tras el veto de algunos miembros de este grupo que persistieron en impedir que el proyecto fuera presentado a la oficina de la ARP. Este embargo solo se rompió finalmente tras la decisión de anular la luz verde del grupo parlamentario FP, al recolectar el número mínimo de firmas requerido por el reglamento interno de la ARP.

Finalmente, tras su recepción por parte de la comisión de finanzas en junio de 2016, el proyecto de auditoría quedó definitivamente enterrado. Sin embargo, esta comisión estaba presidida por un diputado del FP.

A pesar de este evidente fracaso, está claro que Raid-CADTM Túnez ha contribuido en gran medida a sacar el tema de la deuda del círculo restringido de algunos importantes funcionarios del Estado tunecino. Hoy podemos decir que esta cuestión es conocida por todas y todos en Túnez. Se destaca en todos los debates. Se alzan muchas voces para que se encuentre una solución justa y equitativa a esta gran carga que lastra las finanzas públicas e hipoteca el futuro del país.

En agosto de 2019, la Instancia de la Verdad y la Dignidad publicó un Memorando a la atención del Banco Mundial y el FMI. La Instancia de la Verdad y la Dignidad (IVD) ha establecido la responsabilidad del Banco Mundial y el FMI por las violaciones de los derechos humanos fundamentales y pide a estas dos instituciones que tomen las medidas adecuadas para reparar el daño sufrido. ¿Puede decirnos cuáles fueron las reacciones a esta iniciativa? ¿La han hecho suya los movimientos sociales de otros países?

No cabe duda de que los memorandos a los que te refieres son de gran importancia política. La IVD que produjo estos memorandos, en particular el dirigido al Estado francés, es una institución del Estado tunecino. En este sentido, estos documentos, más allá del escepticismo de sus múltiples detractores, son de especial importancia. Sin duda, constituyen un paso más en el largo y difícil proceso de transformación democrática de Túnez. Estos documentos oficiales han contribuido sin duda a agitar la situación.

Estos memorandos a los que haces referencia tampoco han escapado a los golpes bajos y las maniobras politiqueras y al fuego amigo con el objetivo de sofocar el contenido para que no se agiten las aguas. El IVD ha sido, en el mejor de los casos, aceptado a medias por la mayoría de los actores políticos. Las preguntas que planteó son muy inquietantes para quienes ostentan el poder económico y político de ayer y de hoy en Túnez.

Casi diez años después del inicio de la revolución tunecina, ¿qué observaciones extraes de los acontecimientos? A menudo se cita a Túnez como el único país que ha realizado con éxito su transición… Sin embargo, nos has explicado muchas veces el papel dañino de las IFI (Instituciones Financieras Internacionales) el día después de la partida de Ben Ali y su camarilla…

¡Esta es una pregunta difícil!

Si me contento con formular mi respuesta basándome en el sentimiento general en el país, diría que todo está mal. Las y los tunecinos tienen razón al expresar su descontento e insatisfacción por el rápido deterioro de sus condiciones de existencia.

Señalar con el dedo a las Instituciones Financieras Internacionales no es suficiente hoy. Gran parte de la responsabilidad de la persistencia de la crisis, y todos sus efectos, recae sobre la clase política tunecina y el conjunto de la gente que se dedica a los negocios así como sobre traficantes de todo tipo y el alto funcionariado del Estado que se esconden detrás.

Ahora bien, si me coloco más allá del opresivo corto plazo, diría que el pueblo tunecino ha logrado lo imposible expulsando a la dictadura. Pero eso no es suficiente, ni mucho menos, porque ahora se trata de construir algo nuevo. Ya se han sentado las bases de esta transformación histórica de la sociedad tunecina. El futuro me parece bastante prometedor.


Traducción: Faustino Eguberri para viento sur

Artículo extraído de la AVP n° 78 "Deuda, coronavirus y alternativas", revista semestral del CADTM disponible gratuitamente en formato pdf, en venta única (5 euros) y como suscripción anual.

Fathi Chamkhi

CADTM Tunisie

Robin Delobel