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Sri Lanka: ¡No hay que firmar un Acuerdo con el FMI!
Éric Toussaint entrevistado por Sushovan Dhar
por Eric Toussaint
19 de abril de 2022

Sri Lanka, situada en una isla del Océano Índico, frente al Estado de Tamil Nadu, en el sur de la India, sufre la peor recesión desde su independencia en 1948. Los 22 millones de habitantes de este país del sur de Asia se enfrentan a una grave escasez de alimentos, combustibles y cortes diarios de energía eléctrica y múltiples protestas contra el gobierno. El martes 12 de abril, este último no tuvo más remedio que anunciar la suspensión de pagos de su deuda externa, estimada en 51.000 millones de dólares.

La próxima semana, una delegación de Sri Lanka irá a Washington para tratar de conseguir 4.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros acreedores para ayudar a ese país insular a pagar las importaciones de alimentos y combustibles y limitar los impagos de su deuda. La última vez que el FMI brindó “ayuda” a Sri Lanka, en 2016, el préstamo se limitó a USD 1500 millones y el programa finalizó prematuramente luego de un desembolso de USD 1300 millones. En ese momento, la economía creció alrededor del 5% y el turismo representó un porcentaje equivalente al producto bruto interno.

Por otro lado, los préstamos del FMI y del Banco Mundial siempre han estado acompañados de serias controversias. Los críticos señalan que el Banco Mundial y el FMI siempre han otorgado préstamos para influir en las políticas estatales. El endeudamiento externo fue y sigue siendo utilizado como instrumento de subordinación a los acreedores. Desde su creación, el FMI y el Banco Mundial han violado los pactos internacionales de derechos humanos y no han dudado en apoyar dictaduras.

En una entrevista realizada por Sushovan Dhar, Éric Toussaint habla sobre los riesgos potenciales de un posible nuevo préstamo del FMI.

Sushovan Dhar: Como tú sabes, el gobierno de Sri Lanka anunció una suspensión de pago de su deuda. ¿Qué piensas de ello?

Eric Toussaint: La decisión del gobierno de Sri Lanka de suspender el pago de la deuda externa, a partir del martes 12 de abril de 2022, muestra hasta qué punto está en un impasse. Las clases populares del país salieron a la calle durante más de una semana para protestar contra el aumento de los precios y las medidas antisociales. Los miembros del gobierno dimitieron salvo el Primer ministro y el Presidente, que siguen en su puesto. Hay que tener en cuenta que el Presidente y el Primer ministro son hermanos, que no es un detalle menor, para comprender como funciona el régimen político en Sri Lanka. Es un gobierno ultra neoliberal totalmente favorable a los intereses del gran capital nacional y extranjero. El gobierno llegó a la suspensión de pagos tratando de calmar a la población, además de que ya no había suficiente dinero en las cajas del Estado y en la reserva de divisas.

En realidad, habría sido necesario, al menos desde el comienzo de la pandemia del coronavirus, suspender el pago de la deuda. Eso hubiera permitido reorientar los gastos del Estado para combatir los efectos de la pandemia, proteger a la población del virus e invertir en la economía. Haciendo eso, se podía hacer frente a la crisis económica mundial acelerada por la pandemia. Sin embargo, el gobierno, por el contrario, quiso absolutamente desde el comienzo de la pandemia continuar con el pago de la deuda. Además, la deuda continuó aumentando ya que el gobierno financió con nuevas deudas una serie de medidas que tomó para hacer frente a la crisis. También financió con nuevas deudas el reembolso de antiguas deudas, aunque, hubiera sido necesario, como ya lo he dicho, decretar la suspensión de pagos de la deuda.

Un gobierno popular habría suspendido el pago de la deuda bajo la explicación de que esa decisión era necesaria por las circunstancias externas que obligaban al país a proteger a su población. Haciendo eso, el gobierno hubiera podido utilizar los argumentos del derecho internacional que permiten no pagar los intereses de retraso. Un gobierno popular podría haber combinado esa medida de suspensión de pagos de la deuda con la realización de una auditoría de las deudas reclamadas a Sri Lanka y a las políticas llevadas a cabo por las clases políticas dirigentes del país. Una auditoría, con participación ciudadana, con el objetivo de identificar las deudas ilegítimas y las responsabilidades de los altos funcionarios y de los dirigentes políticos en la acumulación de una deuda, que era a la vez ilegítima e insostenible.

Sobre la base de la auditoría de la deuda, ligada a una suspensión de pagos, se tendría que haber llegado a una política de repudio de la deuda. Eso se debía hacer, y lo repito, en el marco de un cambio de gobierno ya que el actual, inmerso en la lógica neoliberal, es responsable de la prosecución de la acumulación de deudas ilegítimas.

Sushovan Dhar: En las circunstancias actuales, en las que la reserva de divisas es extremadamente escasa, el gobierno afirma que no tiene otra elección que pedir un préstamo al FMI. ¿Qué se puede pensar de esa decisión?

Eric Toussaint: Volvamos a la decisión tomada el martes 12 de abril a la que tenemos que analizar de una manera muy crítica. ¿Por qué? Porque, en primer lugar, esa decisión fue concertada con el FMI y con los grandes acreedores como BlackRock. O sea, que es el propio interés de los acreedores lo que ha llevado al gobierno a llevar adelante la suspensión de pagos. En segundo lugar, el gobierno anunció que estaría de acuerdo en pagar íntegramente los intereses de retraso y que su deseo es retomar lo más pronto posible el pago de la deuda.

En tercer lugar, el gobierno, en la negociación con los acreedores, especialmente con el FMI, buscará obtener un crédito de urgencia para poder asegurar la continuación del reembolso de la deuda con respecto al FMI, a acreedores privados y a otros acreedores. Por lo tanto, Sri Lanka contraerá nuevas deudas para pagar las anteriores de las que una buena parte es ilegítima.

El cuarto punto de mis críticas corresponde que, a partir del momento en el que el gobierno llegue a un acuerdo con el FMI, este exigirá la aplicación de medidas de austeridad presupuestaria e, inevitablemente, el esfuerzo del ajuste y el esfuerzo de la austeridad presupuestaria lo pagarán las clases populares.

Asimismo, el gobierno, con el sostén del FMI, tratará de obtener una reducción del stock de la deuda a los acreedores privados. Eso es lo que generalmente pasa en ese tipo de circunstancias, y es lo que, exactamente, acaba de pasar en Argentina en estos últimos tres años. Con la «ayuda» del FMI, el gobierno argentino renegoció la deuda con los acreedores privados y obtuvo una pequeña reducción de los pagos a efectuar. Al hacer eso, intentó relegitimar la deuda que era ilegítima y que no debería haberse pagado. Y eso es lo que se apresta a hacer el actual gobierno de Sri Lanka y, por lo tanto, solo podemos estar en total desacuerdo con esa estrategia.

Sushovan Dhar: Si Sri Lanka suspende el pago de la deuda, ¿esa acción no será ilegal con respecto al derecho internacional?

Eric Toussaint: Ya expliqué lo que hubiera sido necesario hacer al comienzo de la pandemia del coronavirus. Ahora, querría abordar lo que sería necesario hacer hoy, en lugar de lo que hace el gobierno. Sí, es necesario suspender el pago de la deuda. Es necesario utilizar los argumentos del derecho internacional, pero en esa argumentación no hay que limitarse, en absoluto, a decir que no se tiene suficiente dinero para pagar la deuda. Un gobierno que realmente quisiera actuar a favor del interés de su población debería decir que suspende el pago de la deuda porque hay circunstancias extremas exteriores que no dependen de Sri Lanka, que producen una reducción de los ingresos en las cajas del Estado. Unas circunstancias que obligan al país a suspender el pago de la deuda, y que son tales que esa suspensión de pagos no puede conllevar una acumulación de intereses de retraso, contrariamente a lo que dice el gobierno. Un país como Sri Lanka tiene el derecho de suspender el pago de la deuda si hay buenas razones para ello. Especialmente, si hubo un cambio fundamental de circunstancias. El derecho internacional permite a un país declararse en suspensión de pagos sin que sus acreedores puedan exigir el pago de intereses de retraso.

También, habría que hacer, ineludiblemente, una auditoría de las deudas. Es necesario auditar las deudas emitidas en los mercados internacionales. Hay que forzar, por decisión soberana de Sri Lanka, que los tenedores de títulos se den a conocer. Por consiguiente, no hay que aceptar el mantenimiento del secreto de la identidad de los poseedores de títulos. La auditoría debe tener en cuenta también las deudas reclamadas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Es absolutamente claro que son las políticas recomendadas por estas dos instituciones las responsables de la acumulación de deudas ilegítimas y de la aplicación de un modelo económico que condujo al país y a su pueblo a la catástrofe. Es evidente que el FMI y otras instancias internacionales sostienen las autoridades corruptas y autoritarias del país, y que se mantienen porque favorecen los intereses del gran capital nacional y extranjero. China, India y Estados Unidos, hasta este momento, quieren que ese régimen se mantenga ya que sirve a los intereses de capitales foráneos y de las grandes potencias extranjeras. La clase dominante local, que tiene un comportamiento ampliamente parasitario, quiere también que continúe el régimen. Pero ese régimen no respeta las reglas democráticas, aplica políticas antisociales y hace frente a un descontento popular bien evidente.

La auditoría de la deuda debe realizarse con la participación de los movimientos sociales. Se debe llegar a determinar qué parte de la deuda es ilegítima y, por lo tanto, no debe pagarse. Generalmente, los comentaristas de lo que pasa en Sri Lanka, de la prensa dominante, dicen que la situación es, especialmente, dramática porque el valor de los títulos de Sri Lanka baja fuertemente en el mercado secundario de deudas. Ese mercado es donde los tenedores de títulos soberanos de Sri Lanka, pudiendo ser BlackRock y otros fondos de inversiones, así como bancos, los revenden o los recompran. Esos títulos, si estoy bien informado, se están vendiendo con un descuento del orden del 60%. Contrariamente a la idea que tratan de difundir los medios de comunicación dominantes, el hecho de que haya una reducción importante sobre los títulos de Sri Lanka no es para nada una mala noticia para el pueblo esrilanqués y para las clases populares. Esa maniobra demuestra que los tenedores de los títulos están inquietos. No están seguros de que el gobierno podrá continuar pagando la deuda y es, por lo tanto, un buen momento para provocar una caída aún más importante del valor de los títulos, lo que permitiría al un nuevo gobierno recomprarlos en el mercado secundario a un precio muy bajo durante la suspensión de pagos. Es precisamente eso lo que hizo el gobierno de Ecuador en 2008-2009, y fue benéfico para el país y su pueblo.

Sushovan Dhar: ¿Cómo puede salir Sri Lanka, o cualquier otro país, de la trampa de la deuda?

Eric Toussaint: Lo que acabo de decir se opone a la estrategia seguida por el gobierno. Este quiere, en realidad, obtener un crédito del FMI para retomar el pago de la deuda con respecto a los tenedores de títulos y poder sentarse en una mesa de negociación con esos acreedores para pedirles una rebaja en el valor de los títulos del 10 al 20 %, cuando podría ser del 80 %, lo que sería mucho mejor para el país. Si Sri Lanka retoma los pagos gracias al dinero que le prestaría el FMI, los tenedores de títulos estarían en una posición de fuerza. En cambio, si Sri Lanka no acepta el dinero del FMI y permanece soberano, si rechaza las políticas de austeridad que el FMI le exigirá, si mantiene la suspensión de pagos de la deuda, estará en una posición de fuerza para exigir a los tenedores de títulos que los revendan al Estado con una reducción del 80 %. Ese tipo de política fue la que siguió Ecuador en 2008 y que llevó al país a la victoria en 2009. Ecuador había recomprado una parte de los títulos con una reducción del 70 %, pero otra parte fue recomprada en el mercado secundario con una reducción del 80 %, por lo tanto, en total, fue una reducción importante. Vista la gravedad de la situación en la que se encuentra Sri Lanka, con esa suspensión de pagos, podría obtener una reducción muy fuerte de sus títulos. Sin embargo, no creo que eso sea posible con el Presidente y el Primer Ministro actuales: no están en absoluto preparados para tomar ese tipo de medidas, puesto que la cuestión no es, simplemente, qué medidas tomar sino quién pude tomar esas medidas. Porque es una cuestión de movilizaciones populares. Sería necesario que las clases populares se dotaran de un nuevo gobierno legítimo y que este aplicara una política totalmente acorde a los intereses de la mayoría social.

Si eso no pasa a corto o mediano plazo, Sri Lanka se verá confrontado a una carga de la deuda que aumentará debido a un nuevo préstamo contraído con el FMI y otros créditos que este país contraería con India, con China o con otros acreedores. Por consiguiente, si Sri Lanka, sigue la política del Primer Ministro y del Presidente de la República, se hundirá en un ciclo permanente y vicioso de endeudamiento. Los efectos nefastos de la política neoliberal profundizarán, aún más, la fragilidad de su economía y degradarán las condiciones de vida de la mayoría del pueblo.

Sushovan Dhar: ¿Qué piensas de la toma de posiciones de una veintena de economistas de Sri Lanka que se dicen independientes?

Eric Toussaint: Ese grupo de una veintena de economistas que se dicen independientes publicó una columna en la prensa esrilanquesa explicando su visión de lo que se tendría que hacer y, todos los puntos que proponen corresponden exactamente al tipo de política exigida por el FMI y el Banco Mundial. Se pueden tomar, punto por punto, sus propuestas, analizar los acuerdos firmados por el FMI con los diferentes países, especialmente con Sri Lanka, y constatar que las medidas propuestas por esos economistas, que se dicen independientes, corresponden, exactamente, a las nefastas políticas que desea el FMI.

Lo que esos economistas proponen están, también, en consonancia con los intereses de los grandes acreedores privados, y, por otro lado, estos economistas también sugieren llamar a los bufetes privados especializados en reestructuraciones de deudas. Dichos bufetes trabajan por cuenta de los grandes acreedores privados y de ninguna manera por el interés de los pueblos que viven en países a los cuales se les reclaman deudas ilegítimas. Por lo tanto, esos bufetes no ofrecen ninguna garantía en materia de defensa de los intereses de las clases populares de Sri Lanka.


Traducción: Griselda Piñero


Eric Toussaint

doctor en Ciencias políticas de la Universidad de Lieja y de la Universidad de París VIII, es el portavoz del CADTM internacional y es miembro del Consejo Científico de ATTAC Francia.
Es autor de diversos libros, entre ellos: Banco Mundial. Una historia crítica, El Viejo Topo, 2022 Capitulación entre adultos. Grecia 2015: Una alternativa era posible, El Viejo Topo, Barcelona, 2020; Sistema Deuda. Historia de las deudas soberanas y su repudio, Icaria Editorial, Barcelona 2018; Bancocracia Icaria Editorial, Barcelona 2015; Una mirada al retrovisor: el neoliberalismo desde sus orígenes hasta la actualidad, Icaria, 2010; La Deuda o la Vida (escrito junto con Damien Millet) Icaria, Barcelona, 2011; La crisis global, El Viejo Topo, Barcelona, 2010; La bolsa o la vida: las finanzas contra los pueblos, Gakoa, 2002. Ha sido miembro de la Comisión de Auditoria Integral del Crédito (CAIC) del Ecuador en 2007-2011.
Coordinó los trabajos de la Comisión de la Verdad Sobre la Deuda, creada por la presidente del Parlamento griego. Esta comisión funcionó, con el auspicio del Parlamento, entre abril y octubre de 2015. El nuevo presidente del Parlamento griego anunció su disolución el 12 de noviembre de 2015.