A. Moratoria: Oportunidades perdidas
B. Canjes y reestructuraciones
C. Anulaciones de deudas
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Desde la crisis de la deuda de 1982 se hicieron varios intentos de resolver el problema. En Ecuador, como en otros países, hubo muchas reestructuraciones y canjes de deuda, pero nunca se encontró una solución duradera. Por una razón obvia, ya que el propósito de las renegociaciones nunca fue hallar una solución definitiva para liberar al país del yugo de la deuda. Su objetivo sólo fue reducir temporalmente el servicio de la deuda para hacer posible la continuidad de los reembolsos al máximo nivel. Todos los sucesivos gobernantes que antecedieron a Rafael Correa aceptaron las condiciones de los acreedores y el interés nacional nunca pesó en las negociaciones.
En dos ocasiones, en el período de 1970-2007, Ecuador declaró una moratoria de la deuda externa, particularmente con los bancos. Pero estas suspensiones de pagos fueron consideradas por los acreedores más un efecto lamentable de problemas pasajeros que la consecuencia lógica de un sistema insostenible. Nunca fueron vistas como parte de una confrontación con los acreedores o como medidas de represalia para influir en las negociaciones.
En 1987, Ecuador suspendió sus pagos por primera vez. Esta suspensión de pagos se debía a varios factores: al drástico incremento de las tasas de interés internacionales desde principios de los años ochenta y la restricción del acceso a los mercados de capitales; a la reducción de los ingresos petroleros por la caída del precio del barril; al incremento significativo del servicio de la deuda debido a la «sucretización» (ver capítulo 2) y al recurso al endeudamiento para pagar ese servicio en aumento; a la devaluación del sucre con relación al dólar, que aumentó automáticamente el peso de los pagos en esa moneda. El terremoto de 1987 así como la rotura del oleoducto que impidió la exportación de petróleo fragilizaron aún más el equilibrio de la balanza de pagos. En esta difícil situación, los intereses de la deuda comercial no se pagaron durante casi cinco años. Pero, como mencionamos en el capítulo 4, en 1992 el Estado renunció in extremis a la prescripción de su deuda externa comercial, que tenía derecho a demandar. En efecto, de acuerdo con las leyes de Nueva York y de Londres que regulan estas deudas, cuando una deuda no pagada no ha sido exigida durante cinco años, la obligación de pagarla se extingue. Pero el Estado desistió de este derecho y firmó una convención de garantía de pagos y las deudas se confirmaron por su canje con bonos Brady en 1994.
En 1999 una crisis de gravedad sin precedentes sacudió al país bajo los efectos combinados de varios factores: la crisis Asiática y el incremento de las tasas de interés para los países emergentes; una caída en las exportaciones debido al fenómeno del Niño [1], un ambiente de desconfianza y de retirada de los capitales externos, etc. La moratoria decretada en Agosto de 1999, en plena crisis, tampoco condujo a una renegociación favorable para Ecuador sino a un nuevo canje de deuda —los bonos Global reemplazaron a los bonos Brady y a los Eurobonos— aún más perjudicial para el país, como se verá mas adelante. Esta segunda moratoria se podría haber usado para impulsar una renegociación favorable, ya que la cesación de pagos había hecho bajar la cotización de los bonos Brady a alrededor de un 25 % de su valor nominal. Si el Estado hubiera querido obtener realmente la reducción de la deuda pudo haberla obtenido obviando la prohibición, incluida en el plan Brady, de recomprar bonos.
Como señala Alberto Acosta, [2] esta moratoria no fue de ninguna utilidad para Ecuador, ya que no era parte de una estrategia activa de reducción de la deuda. No llevó a una pugna decisiva entre deudores y acreedores; al contrario, las discusiones entre las dos partes nunca cesaron. El guión de 1994 se repitió: el interés nacional no se tomó en cuenta en el canje de los bonos, la capacidad de pago de Ecuador no se examinó ni tampoco la cuestión de las deudas ilegítimas. Una vez más, las negociaciones tuvieron un alto costo para el Estado, en detrimento del pueblo ecuatoriano.
En cuanto al actual gobierno, parece que ha adoptado una estrategia diferente. El presidente Correa ha dicho: «Nosotros ciertamente no podemos excluir la idea de una moratoria unilateral, basada en las necesidades del país, y por supuesto en la renegociación de la deuda»
La deuda externa comercial fue reestructurada varias veces desde el comienzo de la crisis de la deuda. Se realizaron tres sesiones de negociaciones con los comités ejecutivos de los bancos acreedores: la primera, de agosto de 1982 a septiembre de 1985, la segunda, de septiembre de 1985 a agosto de 1987 (el plan Baker), y la tercera, a partir 1987. Estas sesiones no resolvieron la crisis y en 1987 Ecuador suspendió los reembolsos de su deuda comercial. Ésta fue canjeada después por los bonos Brady, y más tarde por los bonos Global. El siguiente análisis se centrará en estos dos canjes, los cuales, como el resto de las renegociaciones, han proporcionado una solución para los prestamistas pero no para los países deudores.
1. El plan Brady
El acuerdo para el Plan Brady fue firmado en 1994 y puesto en marcha en 1995. La idea era canjear una deuda antigua, impagable, por una nueva en forma de bonos. En 1992, la deuda pública comercial de Ecuador llegaba a 6.964 millones de dólares, 2.009 millones de los cuales eran intereses de pagos atrasados [3]. El plan preveía cuatro tipos de títulos: bonos de descuento y bonos a la par, para el manejo del capital principal, y bonos PDI e IE, para el manejo de los intereses. Los dos primeros estaban garantizados por los bonos del Tesoro de Estados Unidos a tasa cero, cuya compra fue efectuada gracias a un nuevo préstamo. En su momento, el plan Brady fue presentado como un instrumento para reducir la deuda y su servicio. Por medio de los bonos de descuento se logró una reducción del 45 % sobre el capital de la antigua deuda, pero la tasa de interés era variable y más alta que las tasas de mercado (LIBOR [4]+13/16). Con respeto a los bonos a la par, éstos no redujeron el capital principal y tuvieron tasas de interés con incrementos fijos (empezando con el 3 %, después subía gradualmente al 5 %, a partir del undécimo año). Los otros dos tipos de bonos simplemente capitalizaban los intereses (en 1994, los intereses sobre pagos atrasados representaban el 41 % de la deuda contraída con los bancos internacionales). El efecto del plan fue un alivio temporal para el Estado gracias a la reducción del capital principal y a los períodos de gracia (30 años para los bonos a la par y bonos de descuento, y 10 años para los bonos PDI). Sin embargo, en el largo plazo, el servicio de la deuda se incrementó, sobre todo después de que el Estado tuviera que obtener préstamos adicionales del FMI, del BID y del BM. Como puede verse en la siguiente tabla, el pago del servicio de los bonos Brady se incrementó sustancialmente (del 294 %) entre 1995 y 2008. Pero los bonos Brady fueron rápidamente reemplazados por los bonos Global después de una suspensión de pago de intereses en 1999.
Año | PAR | Descuento | PDI | IE | TOTAL |
---|---|---|---|---|---|
1995 | 43.0 | 52.6 | 35.8 | 23.3 | 154.7 |
1996 | 61.0 | 93.7 | 74.0 | 21.5 | 250.2 |
1997 | 65.8 | 98.1 | 79.7 | 20.9 | 264.5 |
1998 | 67.0 | 101.8 | 85.9 | 20.2 | 274.9 |
1999 | 74.1 | 101.8 | 95.8 | 29.0 | 300.7 |
2000 | 76.5 | 101.8 | 106.6 | 27.7 | 312.7 |
2001 | 86.7 | 102.1 | 161.5 | 26.4 | 376.8 |
2002 | 86.1 | 101.8 | 214.8 | 37.7 | 440.4 |
2003 | 89.1 | 101.8 | 214.8 | 35.5 | 441.2 |
2004 | 90.9 | 101.8 | 215.4 | 33.4 | 441.5 |
2005 | 64.5 | 102.1 | 358.2 | 0 | 524.8 |
2006 | 95.6 | 101.8 | 347.5 | 0 | 545.0 |
2007 | 95.6 | 101.8 | 336.8 | 0 | 534.2 |
2008 | 95.6 | 101.8 | 412.6 | 0 | 610.0 |
2009 | 95.6 | 102.1 | 394.9 | 0 | 592.6 |
2010 | 95.6 | 101.8 | 377.7 | 0 | 575.2 |
2. Los bonos Global
En el año 2000, poco después de que la economía fuera «dolarizada», se volvió a renegociar la deuda externa comercial que en ese entonces se elevaba a 6.945,9 millones de dólares, casi toda en bonos Brady y Eurobonos. La idea era canjear estos bonos por los bonos Global A y B (ver capítulo 2) como respuesta a las nuevas exigencias originadas por la dolarización de la economía. Oficialmente, los objetivos de los bonos Global eran: aliviar la presión sobre la liquidez del Estado, establecer un servicio de la deuda en armonía con la capacidad financiera, reducir presiones en el presupuesto y liberar recursos para asignarlos a programas prioritarios, y reducir de una manera significativa el monto nominal de la deuda; pero también el canje de deuda tenia como objetivos garantizar al máximo los reembolsos, asegurar el regreso de Ecuador a los mercados financieros y finalmente obtener una prima de riesgo-país [5] reducida. De acuerdo con Alberto Acosta, la estrategia de los gobiernos debe ser vista en el marco de los programas de ajuste estructural, sólo que disfrazada por una delgada capa de preocupaciones sociales.
Según el gobierno, el canje de bonos Brady por bonos Global constituía una reducción de la deuda del 43 %. Pero lo que las cifras señalan es lo siguiente: los bonos Global A fueron emitidos por un valor de 1.250 millones de dólares y los bonos globales B por un valor de 2.700 millones de dólares, es decir, 3.950 millones de dólares para un monto inicial de 6.945,9 millones de dólares. Sin embargo, a los 3 950 millones de dólares de bonos Global se debe sumar los 722 millones de dólares pagados a los tenedores de los bonos Brady en forma de bonos del Tesoro de Estados Unidos (ver abajo), y la reducción resultó entonces menor del 30 %. Además, estas cifras deben ser vistas con precaución. En realidad, Alberto Acosta [6] menciona el decreto presidencial número 168 por el cual el Estado se comprometió a emitir bonos Global por un valor de 5.750 millones de dólares, destinados exclusivamente al canje de los bonos Brady. Así, las declaraciones del gobierno, que presentó la operación como una excepcional disminución de la deuda, eran completamente engañosas, sobre todo si consideramos que en la fecha del canje los bonos ecuatorianos habían caído al 25 % de su valor nominal. Fue así como una deuda inicial de 6.298 millones de dólares (de hecho, el valor de los bonos canjeados), que por entonces no valía más que 1.575 millones, fue canjeada por no menos de 3.950 millones de dólares. Las condiciones de este canje fueron tan ventajosas para los acreedores y por tanto tan perjudiciales para Ecuador, que Alberto Acosta habla de «un maravilloso atraco». [7]
Presentamos a continuación algunas de las ventajas excepcionales concedidas a los acreedores:
Las ventajas concedidas son tales que uno podría preguntarse si ambas partes estuvieron presentes durante las negociaciones. Lo que parece que en realidad sucedió es que el Estado ecuatoriano, siguiendo los intereses de las elites económicas y políticas locales, aceptó las condiciones de los acreedores sin pestañear. Como señala Wilma Salgado, [9] el sector financiero local está unido con los acreedores externos por medio de la posesión de una gran cantidad de títulos de la deuda externa. Lo anterior explicaría por qué nadie defendió los intereses del Estado deudor, o sea, los intereses del pueblo ecuatoriano. El pueblo es siempre quien sufre las consecuencias y a pesar de toda la propaganda mediática, no ha habido ninguna negociación milagrosa, excepto para los acreedores. Lo mismo se puede constatar en las negociaciones con el Club de París, como veremos a continuación.
3. La reestructuración de la deuda bilateral con el Club de París
Ecuador ha firmado 8 acuerdos con el Club de París desde 1983. Éstos de ninguna manera redujeron el monto de la deuda bilateral, que ha pasado de 73,3 millones de dólares en 1983 a 1.338 millones de dólares en 2003, como se indica en la siguiente tabla:
Acuerdos | Fecha del PV | Capital | Interés | Total | Saldo al final del año del PV |
---|---|---|---|---|---|
Acuerdo I | 28/07/83 | 87.5 | 26.6 | 114.1 | 73.3 |
Acuerdo II | 24/04/85 | 319.9 | ---- | 319.9 | 345.5 |
Acuerdo III | 20/01/88 | 307.0 | 146.0 | 453.0 | 835.1 |
Acuerdo IV | 24/10/89 | 246.2 | 132.3 | 378.5 | 953.4 |
Acuerdo V | 20/01/92 | 205.1 | 135.5 | 340.6 | 1179.4 |
Acuerdo VI | 27/06/94 | 232.3 | 120.4 | 352.7 | 1302.9 |
Acuerdo VII | 15/08/00 | 521.6 | 349.3 | 861.9 | 1318.7 |
Acuerdo VIII | 13/06/03 | 79.1 | ---- | 79.1 | 1338.5 |
Los cuatro primeros acuerdos con el Club de París siguieron lo que es llamado el procedimiento clásico, que quiere decir que las deudas comerciales y concesionales (con tipos de interés más bajos y relacionadas con la Ayuda Oficial al Desarrollo o AOD) fueron reestructuradas a tipos conformes a los tipos de mercado. Desde 1992 se aplican los términos de Houston, previstos para países de ingreso bajo. De acuerdo con este plan, la deuda comercial es reestructurada por un período de 15 años (con un máximo de 8 años de gracia) y la deuda concesional por un período de 20 años (con un máximo de 10 años de gracia). Es importante recordar que las negociaciones de Ecuador con el Club de París nunca dieron lugar a una anulación, aunque fuese parcial, de la deuda. Los dos últimos acuerdos preveían la posibilidad de que una parte de la deuda se convirtiera, sobre una base voluntaria y bilateral, en inversiones productivas, de carácter social, y ambientales. Se trata de «swaps», o canjes de deuda, que es otro mecanismo usado para la reestructuración de deudas ya sea bilaterales o comerciales. Ecuador utilizó este mecanismo por primera vez en 1987. Desde esa fecha hasta 1998, Ecuador canjeó 0.4 % de su deuda total a un coste medio del 66 %, mientras que el precio de mercado era del 30 %, mostrando otra vez que los acreedores son los únicos beneficiarios de este tipo de canje.
En julio de 2006, la deuda de Ecuador con el Club de París llegó a ser de 980 millones de dólares, de los cuales 139 millones de dólares eran préstamos concesionales (11 %) y 84 millones de dólares eran préstamos comerciales.
País | Contractos originales | Club de Paris | Total | Porcentaje |
---|---|---|---|---|
Corea | 8.4 | 0.0 | 8.2 | 0.4 |
Colombia | 5.6 | 0.0 | 5.6 | 0.3 |
China | 8.4 | 0.0 | 8.4 | 0.4 |
Dinamarca | 16.0 | 0.0 | 16.0 | 0.7 |
Bélgica | 16.4 | 0.0 | 16.4 | 0.7 |
Argentina | 20.9 | 0.0 | 20.9 | 0.9 |
Canadá | 1.0 | 25.1 | 26.1 | 1.2 |
Noruega | 0.0 | 35.3 | 35.3 | 1.6 |
Alemania | 16.8 | 40.8 | 57.6 | 2.6 |
Reino Unido | 0.0 | 102.7 | 102.7 | 4.7 |
Estados Unidos | 57.0 | 61.8 | 118.8 | 5.4 |
Francia | 85.9 | 99.8 | 185.7 | 8.4 |
Israel | 0.0 | 183.6 | 183.6 | 8.3 |
Brasil | 316.8 | 0.0 | 316.8 | 14.4 |
Italia | 66.5 | 292.9 | 359.4 | 16.3 |
Japón | 220.3 | 118.1 | 338.4 | 15.4 |
España | 381.9 | 20.1 | 402.0 | 18.3 |
Total deuda bilateral | 1221.7 | 980.2 | 2201.9 | |
Total Deuda externa pública | 10 371.2 | |||
% Deuda bilateral /deuda total | 21.2% |
1. La iniciativa PPME y Ecuador
La iniciativa de los países pobres muy endeudados (PPME) nació en 1996, y después fue revisada en 1999 (PPME II) debido a que muy pocos países cumplían con los criterios de la iniciativa inicial. La PPME II permite la reducción de la deuda (enfatizando en hacerla sólo «sostenible») de países muy pobres y altamente endeudados, que satisfagan las condiciones impuestas por el FMI y el BM: las sempiternas reformas de ajuste estructural que continúan en la lógica promovida desde hace más de 20 años. El procedimiento de aceptación es muy largo y las condiciones son muchas y muy rigurosas. Esto ha llevado a que la iniciativa haya tenido un retraso considerable en su ejecución. A pesar de que debería haber terminado en el año 2000 para los cerca de 40 países involucrados, la fecha final ha sido pospuesta varias veces. Al día de hoy, sólo 31 países han alcanzado el final de la primera fase, que no tendría que haber durado más de tres años, y 22 países han culminado la iniciativa, que no debía superar los 6 años. Para colmo, varios países que aplicaron al pie de la letra las recomendaciones del FMI y del BM, continúan soportando la carga de una deuda insostenible, ya que las previsiones del FMI para los años futuros fueron incorrectas. Las múltiples insuficiencias de la iniciativa PPME han llevado a que todo este desastroso proyecto haya tenido que revisarse. Éste fue, supuestamente, el objetivo de las decisiones tomadas en 2005 en la cumbre del G8, en Gleneagles, que una vez más defienden los intereses de los acreedores...
Para tener derecho a ser beneficiario de la iniciativa PPME, un país debe cumplir varias condiciones. En primer lugar, tiene que cumplir los requisitos para ser admitido en el programa de Reducción de la Pobreza y Facilidad en el Crecimiento (RPFC). Este programa da la posibilidad a los países con un Producto Nacional Bruto per capita de menos de 895 dólares, es decir los más pobres del planeta, a obtener préstamos a bajo costo. En segundo lugar, los países deben estar afrontando una carga de deuda insoportable, fuera del alcance de los mecanismos tradicionalmente disponibles de reducción de deuda. Para que una deuda pueda ser considerada insoportable debe ser por lo menos equivalente a una vez y media el ingreso anual por exportaciones. En tercer lugar, los países deben demostrar que han emprendido reformas y están ejecutando políticas económicas conformes a los ajustes estructurales del FMI y el BM. En cuarto lugar, el país debe haber elaborado un Documento de Estrategia para la Reducción de la Pobreza (DERP), donde se enumere las medidas de austeridad, las privatizaciones y otras medidas de desregulación que se compromete a llevar a cabo.
Ecuador no satisfacía las condiciones para la iniciativa PPME por dos razones: su PNB por habitante es bastante alto (2.628 dólares) y la ratio entre su deuda pública y sus exportaciones no está lo suficientemente desequilibrada (alrededor de 120 %).
Los coeficientes de la deuda con respeto al PIB, a los ingresos por exportaciones y a los gastos públicos muestran con toda claridad que la deuda ecuatoriana desangra intensamente el presupuesto nacional, y es insostenible según los criterios de las instituciones de Bretton Woods. En efecto, para evaluar los PPME, el FMI y el BM han establecido ciertos criterios mínimos de sostenibilidad de la deuda. Esto depende de la capacidad de pago del servicio de la deuda, que está relacionada con los ingresos fiscales y por exportaciones. Se considera que un país pobre con un coeficiente de servicio de la deuda/exportaciones superior al 15 % es merecedor de una reducción de una parte de su deuda. Aun cuando los coeficientes de la de deuda ecuatoriana exceden en mucho los valores establecidos por el FMI y el BM, Ecuador fue excluido de la iniciativa PPME. Sin embargo, estos coeficientes muestran una situación mucha más degradada para Ecuador que la de Alemania en la década de los cincuenta, que le permitió obtener la renegociación de su deuda el 27 de febrero de 1953. Los prestamistas de entonces aceptaron la propuesta alemana de fijar su capacidad de pago a un monto equivalente al 3,9 % de sus ingresos por exportaciones. [12] En el caso de Ecuador este coeficiente está por encima del 30 %.
Coeficiente año 2005 | PPME umbral II | Deuda Pública Total de Ecuador | Deuda externa | Alemania 1953 |
---|---|---|---|---|
Servicio de la deuda /exportaciones | 15 % | 42% | 96% | 3.9% |
Deuda/exportaciones | 150% | 144% | 171% | |
Deuda/PIB | 50% | 40% | 48% | 21.21% |
Deuda/ ingresos fiscales | 280% | 255% | 303% | |
Servicio de la deuda / gasto fiscal | 22% | 37% | 24% | 4.49% |
En una economía dolarizada como la de Ecuador, el servicio de la deuda interna y externa depende directamente de las exportaciones de bienes y servicios y de los ingresos fiscales. Por consiguiente, se debe tomar en consideración el monto total de la deuda soberana, o sea, la deuda interna y externa.
2. La decisión del gobierno de Noruega en octubre del 2006: un reconocimiento sin precedentes por parte de un Estado acreedor de su responsabilidad en la concesión de préstamos nocivos
Al final de la década de los setenta, la industria de construcción naval de Noruega pasaba por un mal momento. Los astilleros no podían conseguir suficientes clientes y un gran número de empleos estaban amenazados. Como solución, el gobierno decidió emprender una «Campaña de Exportaciones Navieras». La idea era proporcionar préstamos atractivos para llevar a cabo proyectos de desarrollo a los países que quisieran comprar barcos noruegos. El proyecto de la Campaña para las Exportaciones Navieras fue votado por el Parlamento el 19 de noviembre de 1976.
Entre 1976 y 1980 fueron otorgados numerosos préstamos, sin ningún cuidado, sin considerar la factibilidad de los proyectos previstos ni la capacidad de los prestatarios para reembolsar el préstamo. De los 36 proyectos concedidos a 21 países, sólo tres habían conseguido culminar el proceso en 1987 y sólo dos lograron pagar sus deudas. [13]
Ecuador fue uno de los países que no pudo pagar su deuda. La empresa estatal Flota Bananera Ecuatoriana (FBE) compró cuatro barcos a Noruega entre 1978 y 1981 por la cantidad de 56,9 millones de dólares. En 1985, la FBE entró en liquidación y otra empresa del Estado, Transnave, recuperó los barcos. Finalmente, la deuda fue dividida en dos, 17,5 millones de dólares continuaban siendo responsabilidad de Transnave y del Estado ecuatoriano y 13,6 millones de dólares fueron renegociados en el Club de París. La primera parte fue totalmente pagada pero la segunda se incrementó en gran medida en los años siguientes. En marzo de 2001, la deuda con el Club de París llegó a ser de 49,6 millones de dólares mientras que la cantidad total pagada por FBE, Transnave y el gobierno ecuatoriano ya había alcanzado los 51.9 millones de dólares.
Bajo la presión de los activistas de Noruega y Ecuador que apoyan la anulación de la deuda, el parlamento y el gobierno noruego admitieron que tales deudas eran inadmisibles. El 2 de octubre de 2006, Eric Solheim, ministro de Desarrollo Internacional, reconoció finalmente la parte de responsabilidad de su país en el fracaso de los proyectos de ayuda al desarrollo emprendidos durante la campaña de exportaciones navieras. En consecuencia, anunció la anulación de las deudas originadas por la compra de barcos a los países que todavía eran deudores, como Ecuador, que aún debía 36 millones de dólares.
Noruega es un país que se pone como ejemplo al resto de la comunidad internacional en materia de asistencia al desarrollo y deuda. En el pasado, ya había puesto en marcha algunas iniciativas enfocadas a reducir la carga de la deuda de los países pobres [14]. Con la declaración del 2 de octubre del 2006, no sólo hace justicia a los países perjudicados, sino que, lo que es aún más importante, ha abierto un debate internacional sobre la responsabilidad de los acreedores con los prestatarios. Porque esta anulación fue totalmente unilateral y no el resultado de unas negociaciones con otros acreedores dentro del Club de París, y por lo tanto demuestra que es posible que un país acreedor, si tiene la voluntad, pueda romper el espíritu corporativo de sus colegas. Por otro lado, Noruega se comprometió a no contabilizar esta anulación como parte de su Ayuda Oficial al Desarrollo, a diferencia de lo que hacen otros países. Además, se muestra favorable a una visión bilateral de la ayuda al desarrollo, en la que ambos países, tanto el que proporciona la ayuda como el que la recibe, tienen derechos y obligaciones. Por último, Noruega ha expresado su deseo de que se cree una institución internacional que examine las deudas consideradas ilegítimas según el criterio de la responsabilidad de los prestamistas.
No obstante, la presión ejercida sobre Noruega era enorme. Fue cuidadosa al anunciar que su decisión de ninguna manera comprometía al Club de París y que no volvería a tomar iniciativas unilaterales similares en el futuro. Lo cual demuestra que sólo un fuerte movimiento popular permitirá continuar en esta vía. Es necesario mencionar que esta decisión inédita del gobierno de Noruega es el resultado de una gran campaña de varios años por parte de SLUG, la campaña noruega por la anulación de la deuda, y el Centro para los Derechos Económicos y Sociales (CDES) de Ecuador.
Este trabajo colectivo ha sido realizado por el CADTM en Julio de 2007, a pedido de AFRODAD (www.afrodad.org).
Comité de lectura: Myriam Bourgy, Damien Millet y Renaud Vivien.
Traducción al español a cargo de Claudio Guthmann, Víctor Isidro, Juan Antonio Julián, Griselda Piñero, Raúl Quiroz y Lucie Viteri.
Traducción al inglés a cargo de Elizabeth Anne, Vicki Briault, Judith Harris y Christine Pagnoulle.
[1] El Niño es un fenómeno de perturbación climático que se repite periódicamente, caracterizado por un anormal incremento de la temperatura del agua del océano Pacífico. En 1997-1998 el Niño, de una amplitud sin precedentes, provocó fuertes lluvias en Ecuador, que produjeron grandes daños materiales, que afectaron gravemente y por largo tiempo la capacidad productiva del país.
[2] Alberto Acosta, «Al servicio de la deuda, en contra del país», 11/02/2005,
[3] Hugo Arias Palacios, «Impacto económico, social y ambiental de la deuda soberana del Ecuador y estrategias de desendeudamiento», p. 23. CEIDEX, Tercer volumen.
[4] LIBOR (London Interbank Offered Rate) es una tasa de referencia del mercado financiero de préstamos interbancarios. Es la tasa a la cual los mayores bancos de Londres prestan a otros bancos.
[5] Alberto Acosta, op. Cit.
[6] Alberto Acosta, «El canje de los bonos Brady por bonos Globales en Ecuador: detalles de un atraco maravilloso»,
[7] Ibid.
[8] Alberto Acosta, «Al servicio de la deuda, en contra del país», 11/02/2005.
[9] Wilma Salgado, «Acerca de la crisis financiera en el Ecuador», p. 6, CEIDEX, Quinto volumen
[10] Tabla sacada del artículo de Hugo Arias Palacios «Impacto económico social y ambiental de la deuda de Ecuador y estrategias de desendeudamiento», p. 45, CEIDEX, Tercer volumen,.
[11] Idem, p. 42.
[12] Ver Eric Toussaint, Banco Mundial. El golpe de Estado permanente, El Viejo Topo, Mataró (Barcelona), capítulo 4
[13] Cifras señaladas por Kjetil G. Abildsnes in «Why Norway took Creditor Responsibility —the case of the Ship Export campaign».
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