Estimados compañeros y estimadas compañeras:
Consternado registro los hechos de violencia que se viven en la
selvas del norte del Perú, con un saldo de decenas de muertos,
de heridos y de desaparecidos. Es injustificable la represión
desatada por el gobierno peruano en contra de sus compatriotas,
por el sólo hecho de reclamar la derogación de decretos-ley
derivados de la suscripción del Tratado de Libre Comercio, que
no les fueron consultados a las comunidades indígenas, como lo
exige la OIT y la misma Constitución peruana, y que -según las
organizaciones indígenas- vulneran sus territorios y el medio
ambiente. Este tipo de sucesos son verdaderas agresiones a la
condición humana.
Estos hechos reprochables me motivan a enviar esta nota de
solidaridad con los pueblos afectados y a expresar mi rechazo
frontal a la represión desatada, así como a la falta de seriedad de
las autoridades peruanas que mantuvieron engañadas a las
comunidades indígenas por más de 50 días con la convocatoria a
una serie de mesas de diálogo que no se llevaron a cabo.
Es indispensable entender que una sociedad democrática sólo se
construye democráticamente, que el crecimiento económico no
es sinónimo de desarrollo y que si no respetamos la naturaleza
no podemos garantizar los derechos humanos. Por lo tanto me
sumo al pedido del cese a la violencia y, simultáneamente, invito
a reflexionar sobre los alcances de las actividades extractivistas a
gran escala, como son la minera, la petrolera y la forestal.
La experiencia nos enseña, hasta la saciedad, que los países que
han apostado prioritariamente por la extracción de recursos
naturales para financiar sus economías, no son los que se han
desarrollado. Por el contrario, son países con economías
plagadas de prácticas rentistas, con sociedades caracterizadas
por relaciones clientelares y con gobiernos que recurren con
frecuencia al autoritarismo. El desarrollo no se hace priorizando
la extracción de los recursos naturales. Es preciso generar
riqueza, no podemos vivir de la renta de los recursos naturales
sino del esfuerzo de los seres humanos, cuyo respeto debe estar
garantizado en todo momento. Esa es la gran tarea.
Con un saludo solidario,
Alberto Acosta
Ex-presidente de la Asamblea Constituyente
Quito, a 9 de junio del 2009
COORDINACIÓN ANDINA DE ORGANIZACIONES INDÍGENAS (CAOI)
prensa.caoi chez gmail.com
Con copia a la Embajada de la República del Perú en Ecuador
Economista ecuatoriano. Investigador de la FLACSO. Ex-ministro de Energía y Minas; Ex-presidente de la Asamblea Constituyente y asambleísta constituyente.