Aparentemente 110 millardos de Euros no son suficientes para tranquilizar a los mercados financieros. Las esperanzas de la UE de proteger a los miembros mas débiles de la zona Euro de los ataques especuladores financieros con el anuncio de un paquete de rescate financiero para Grecia colapso en cuestión de días. Preocupaciones asociadas con la insuficiencia del programa para hacer frente al contagio de la crisis griega provocaron una fuerte caída del valor del Euro y cerca de 3.7 billones de dólares de perdidas en las cotizaciones de las bolsas de valores globales.
Ante esta situación representantes de los países de la UE se reunieron el fin de semana para acordar un mecanismo de emergencia para hacer frente a la crisis. El resultado de estas reuniones es un programa económico diseñado para crear una red de seguridad alrededor de los países en problemas y defender la moneda común. El paquete anunciado esta compuesto por 3 elementos: un fondo de estabilización de 60 millardos de Euros controlado por la Comisión Europea; 440 millardos de euros en garantías de crédito por parte de los países de la UE; una línea de crédito de 250 millardos de Euros del FMI. El valor total de la red de seguridad, por un valor total de 750 millardos de Euros, no tiene precedentes en el continente y fue especialmente diseñada para impresionar a los mercados financieros. En referencia a la escala sin precedentes del paquete, un analista de Unicredit Group sentencio: “Esto es Shock and Awe, Parte II y en 3-D”.
Es posible prever que el Shock and Awe tendrá éxito en el corto plazo en restablecer la confianza en los mercados al crear la percepción que la UE esta dispuesta a defender la zona Euro a toda costa. En este sentido, los recursos del programa son suficientes para satisfacer las necesidades de conjuntas de financiamiento de Italia, España, Portugal e Irlanda durante los dos próximos años. La garantía en cuestión ayudara a la estabilización de los mercados y en la medida en que retorne la calma, reducirá los costos de financiamiento de la deuda de los países de la periferia europea.
Detrás de esta ilusión de estabilización se esconde el hecho que el paquete financiero no resuelve ninguno de los problemas estructurales que aquejan a la moneda común. La nueva línea de crédito no representa una salida para los elevados niveles de deuda publica y falta de competitividad de las economías mediterránea. De hecho, las medidas de austeridad asociadas con las garantías suministradas por el programa probablemente aceleren la espiral deflacionaria y depresiva en la cual se encuentra sumida la periferia europea. En un contexto de este tipo el intento de reducir el déficit fiscal y estabilizar la deuda publica se convierte en una tarea de Sísifo, en la medida en que la recesión afecta negativamente los ingresos fiscales.
Desde el punto de vista político y social la falta de mecanismos en el programa anunciado para restablecer el crecimiento en el corto plazo puede ser un problema terminal para la zona Euro. De la misma forma que los costos en términos de desempleo y tensión social de mantener el patrón oro forzaron gradualmente a los países europeos a abandonarlo en medio de la Gran Depresión, la crisis actual puede forzar a los países de la periferia europea a abandonar el Euro. Sin una combinación de reestructuración de la deuda publica y un sistema fiscal europeo para la transferencia de recursos hacia las zonas en problemas, los costos de permanecer en la zona Euro para los países de la periferia tarde o temprano se harán insostenibles. Si bien en la mayoría de estos países la sola idea de abandonar la moneda común es inadmisible, la experiencia histórica muestra que una sociedad no esta dispuesta a aceptar altos niveles de desempleo y deflación por mucho tiempo sin cambios radicales al status quo.
El tiempo se esta agotando para que la UE tome las medidas requeridas para proteger el Euro. La red de seguridad creada por el nuevo programa de rescate financiero no debería ser utilizado en función de complacer a los mercados financieros a costa del bienestar de los pueblo. El pretender continuar engrosando las ganancias de bancos y Hedge Funds a través del pago de la deuda publica mientras se implementan fuertes medidas de ajuste que afectan negativamente los ingresos de los trabajadores puede convertirse en un cóctel social explosivo. La situación actual requiere implementar una moratoria sobre el pago de la deuda publica y proceder a la organización de auditorias con miras a reestructurar dicha deuda. Sin embargo, el no pago de la deuda no es suficiente. La creación de un sistema fiscal europeo que permita la transferencia de recursos hacia las economías en recesión debe ser un elemento central de un eventual plan de estabilización de la zona Euro.
es un economista post-keynesiano de Bogotá, Colombia. De marzo a julio de 2015, trabajó como asistente del ex ministro de finanzas griego Yanis Varoufakis, asesorándolo en materia de política fiscal y sostenibilidad de la deuda.
Anteriormente, fue asesor del Ministerio de Hacienda de Colombia. También ha trabajado en la UNCTAD.
Es una de los principales autores en el estudio de la deuda pública a nivel internacional. Es investigador en Eurodad.