La principal decisión asumida en Los Cabos, México por el cónclave de los presidentes del G20
G20
El Grupo de los Veinte (G20) está compuesto por diecinueve países más la Unión Europea, en el que los ministros, gobernadores de bancos centrales y jefes de Estado se reúnen regularmente. Fue creado en 1999, tras la sucesión de crisis financieras de los años noventa. Pretende favorecer la cooperación internacional, integrando el principio de un diálogo ampliado ante el creciente peso económico adquirido por un grupo de países. Sus miembros son: Alemania, Sudáfrica, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Turquía y la Unión Europea (representada por el Presidente del Consejo y el gobernador del Banco Central Europeo).
es la capitalización del FMI
FMI
Fondo monetario internacional
El FMI nace, el mismo día que la Banca mundial, con la firma de los acuerdos de Bretton Woods. En su origen el rol del FMI era defender el nuevo sistema de cambios fijos instaurado.
A la finalisación de estos acuerdos (1971), el FMI es mantenido y se transforma paulatinamente en el gendarme y el bombero del capitalismo mundialisado : gendarme cuando impone los programas de ajuste estructural ; bombero cuando interviene financiaramente para sostener los países tocados por una crisis financiera.
Su modo de decisión es el mismo que el del Banco mundial y se basa sobre una repartición del derecho de voto en proporción a los aportes de cotisación de los países miembros. Estatutariamente es necesario el 85% de los votos para modificar la Carta del FMI (los EE.UU. poseen una minoria de bloqueo dado a que posees el 16,75 % de voces). Cinco países dominan : Los EE.UU. (16,75 %), el Japon ( 6,23 %), la Alemania (5,81%), Francia (4,29 %), y Gran Bretaña (4,29%). Los otros 177 Estados miembros estan divididos en grupos dirigidos, cada vez, por un país. El grupo más importante (6,57%) esta dirigido por Belgica. El grupo menos importante (1,55% de voces) precidido por el Gabon (países africanos).
Su capital está compuesto del aporte en divisas fuertes (y en monedas locales) de los países miembros. En función de este aporte, cada miembro se ve favorecido con Derechos Especiales de Giro (DEG) que son de hecho activos monetarios intercambiables libre e inmediatamente contra divisas de un tercer país. El uso de estos DEG corresponde a una política llamada de estabilización a corto plazo de la economía, destinada a reducir el déficit presupuestario de los países y a limitar el crecimiento de la masa monetaria. Esta estabilización constituye frecuentemente la primera fase de intervención del FMI en los países endeudados. Pero el FMI considera que en adelante es tarea suya (tras el primer choque petrolero de 1974-1975) actuar sobre la base productiva de las economías del Tercer Mundo reestructurando sus sectores internos; se trata de una política de ajuste a más largo plazo de la economía. Lo mismo sucede con los países llamados en transición hacia una economía de mercado. (Norel y Saint-Alary, 1992, p. 83).
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por 456.000 millones de dólares.
Como parte de ese monto, la zona del euro le aportará al organismo 200.000 millones, de los cuales, los españoles se comprometieron con 18.800 millones. Es sabido que Europa y el euro estuvieron en el centro de los debates, por la crisis y el ajuste que ella supone. Así y todo, los gobernantes de la eurozona transferirán nada menos que 200 mil millones de dólares al FMI…, para prestarle a los “países en problemas”. Suena increíble pero es verdad.
La crisis se manifiesta en crecimiento del desempleo, la marginación, el empobrecimiento, y dificultades de la población de menores ingresos; y la solución es acrecentar la capacidad de préstamos del FMI. Si hay un organismo responsable de la crisis en curso es precisamente el FMI.
Sorprende que países como Brasil e India, con inmensos bolsones de pobreza y atraso, cada uno aportará 10.000 millones de la moneda estadounidense al Fondo; igual que Rusia con una cifra similar. China, otro que concentra inmensa población empobrecida contribuirá con 43.000 millones; y Sudáfrica con 2.000 millones. Imaginemos esos fondos aplicados a políticas alternativas en beneficio
Beneficio
Resultado contable positivo neto fruto de la actividad de una sociedad. El beneficio neto es el beneficio después de impuestos. El beneficio a distribuir es la parte de aquél que puede ser repartido entre los accionistas.
de los más necesitados entre los pueblos de esos mismos países.
Todos ellos son los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), los “emergentes” que están de moda; los que se supone disputan la hegemonía mundial desde su lugar ascendente en la economía; que obviamente incluye el financiamiento de la crisis.
Alguna vez mencionamos que la categoría “emergente” supone una calificación funcional a las necesidades de inversión del capital global. Se es emergente ante la vista del inversor que busca niveles adecuados de rentabilidad. En la crisis “emergen” ciertos países, donde conviene invertir.
Son emergentes para los inversores. No es una calificación que destaca virtudes sobre las condiciones de vida de la población, sino que apuntan a virtudes requeridas por los capitales en búsqueda de ganancias, precisamente en momentos de crisis, donde el eje es la dificultad para valorizar a los capitales.
Otros emergentes también aportan, tal el caso de Corea del Sur, que aportará 15.000 millones de dólares; México lo hará con 10.000 millones; Turquía con 5.000 millones; y Colombia con 1.500 millones.
Por su parte, Japón se anotó con 60.000 millones, y EEUU se abstuvo de aportar en la ocasión, en un claro acto de transferencia de los costos de la crisis mundial al resto del mundo.
El G20 recapitaliza al FMI, tal como ya hizo en ocasiones anteriores, ahora con 456.000 millones de dólares. ¿Para qué? Para prestarle a los países endeudados (“países con problemas”), para que puedan cancelar sus deudas con los bancos y aportar al salvataje del sistema bancario en crisis.
La voz de los “20”, más allá de altisonantes declaraciones a favor del “crecimiento y del empleo”, volvieron a salvar a los bancos en problemas, y lo hicieron con recursos públicos.
El Estado salió nuevamente a resolver los problemas del capitalismo en crisis. ¿No era que había que evitar la participación del Estado en la Economía? ¿Dónde quedó el credo liberal, o neoliberal? ¿Son todos keynesianos? Keynes era un neoclásico, que pensó en la renovación del pensamiento hegemónico ante la crisis para salvar al capitalismo en la década del 30 del Siglo XX; que ahora se manifiesta como un modo de pensar “pragmático” en la coyuntura de la recidiva crisis del capitalismo.
Todas las fichas al crecimiento
Lo que hay que salvar es el funcionamiento del capitalismo, y por eso las llamadas a la salida de la recesión o desaceleración económica. El G20 se pronuncia por aplicar “políticas de crecimiento”, como si cualquier crecimiento fuera bueno en sí mismo.
Es algo a interrogar a los ambientalistas reunidos en Río de Janeiro a propósito de la contaminación de la “cidade maravilhosa”, con la Bahía de Guanabara “poluída” (altamente contaminada), situación similar a lo que ocurre en las grandes ciudades de nuestramérica (de la crónica de María Elena Saludas, participante de la cumbre popular en Río+20).
Vale la crónica ya que una de las propuestas del G20 se concentra en la inversión para infraestructura, que suena muy bien a los oídos “keynesianos, desarrollistas, o neo desarrollistas”, que asocian “inversión” con “crecimiento” y “bienestar”.
Así se justifica la inversión en infraestructura para saquear las riquezas naturales de nuestramérica, para lo que vale recordar la vieja “conquista”, y por qué no, la nueva aventura por la mega minería a cielo abierto, o la sojización de los países del Mercosur Mercosur El Mercosur es una zona regional de cooperación económica del Cono Sur (mercado del Cono Sur) que reúne a Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, más dos países asociados, Chile y Bolivia , proceso que entre otras cuestiones, desestabiliza al presidente paraguayo, tal como denuncia Idilio Méndez en su artículo: “Monsanto golpea en Paraguay: Los muertos de Curuguaty y el juicio político a Lugo”.
Es Monsanto la misma empresa que enorgulleció a la presidente de la Argentina en la reciente reunión en Nueva York con los empresarios estadounidenses, donde se conocieron las inversiones de la transnacional por 150 millones de dólares en las provincias de Córdoba y Tucumán.
¿Estamos contra el crecimiento y las inversiones? No. El problema es que no se trata de cualquier crecimiento, ni de cualquier inversión. Si la inversión capitalista se define por la obtención de ganancia del inversor, resulta conveniente discutir bajo qué circunstancias se define la inversión capitalista, especialmente cuando se alude al capital global.
El G20 apunta a la búsqueda de nuevas fuentes de rentabilidad del capital, y no necesariamente a satisfacer necesidades de la población.
En los medios de comunicación y en la sociedad se instaló un debate donde los “buenos” son los que recomiendan políticas de crecimiento, entre los que estaría EEUU (Obama necesita un repunte económico para ganar un segundo periodo en las próximas elecciones de renovación presidencial en noviembre) y los países emergentes
Países emergentes
Los países emergentes designan la veintena de paísesen desarrollo teniendo acceso a los mercados financieros
(recordar el significado de emergente); y los “malos” los que sostienen políticas de austeridad y ajuste, especialmente Europa, y más precisamente Alemania.
Entre los primeros están los críticos de las políticas neoliberales, aunque no tengan reparos a la hora de otorgarle 456.000 millones de dólares al FMI para facilitar créditos
Créditos
Suma de dinero que una persona (el acreedor) tiene el derecho de exigir de otra persona (el deudor).
Créditos privados
Préstamos concedidos por los bancos comerciales, sea cual sea el prestatario.
Créditos públicos
Préstamos concedidos por acreedores públicos, sea cual sea el prestatario.
condicionados a los países en problemas. Son condicionamientos que incluyen la campaña electoral, como en Grecia, donde el FMI chantajeó para que la Izquierda Radical no triunfara en las elecciones recientes, claro que fue una gestión en la que estuvo acompañado por el Banco Central
Banco central
Entidad que, en un Estado, se encarga generalmente de la emisión de billetes de banco y del control del volumen de moneda y crédito. En España es el Banco de España quien asume dicho rol, bajo el control del Banco Central Europeo (BCE, ver más abajo).
El Banco Central de un país gestiona la política monetaria y tiene el monopolio de la emisión de la moneda nacional. Proporciona moneda a los bancos comerciales a un precio determinado por las tasas directoras, que son fijadas por el proprio banco.
Europeo y las autoridades de la Eurozona.
No hay buenos y malos en la consideración de la crisis; solo matices sobre como “resolver la crisis capitalista”, y por eso el “crecimiento”, para restablecer el consumo, sí, pero especialmente la valorización, esencia del desarrollo de la sociedad capitalista. Es necesario que aparezca una voz diferenciada, con críticas al capitalismo en crisis, y que proponga superar, no solo la crisis, sino el capitalismo.
Restaurar la confianza
Junto al crecimiento buscado, se puede leer en las Declaraciones finales del G20 que superar la recesión y desaceleración, restablecerá la “confianza”.
Es bueno interrogarse ¿confianza en que qué, para qué, en quiénes?
Entre las medidas sustentadas en la Declaración del G20 se puede leer el estímulo a la búsqueda de acuerdos para una unión bancaria en Europa, para “examinar medidas concretas en vista a una arquitectura financiera más integrada, que incluya la supervisión, la reestructuración y la recapitalización bancarias, así como el aseguramiento de los depósitos”, todo a junto a promover “empleo de calidad”. Confianza en el sistema bancario.
El discurso de la regulación bancaria y la arquitectura financiera está dicho luego del salvataje de la banca española por 100.000 millones de euros; de la estafa de banqueros y ejecutivos de cuantiosos ingresos pese a la crisis, al desempleo y a la miseria. Claro, todo para salvaguardar el sistema, los depósitos y los “empleos de calidad”.
Resulta poco creíble pensar en las resoluciones del G20 como “medidas necesarias para reforzar el crecimiento mundial y restaurar la confianza”, como si en ello fuera el buen vivir de la población vulnerable. ¿Cuántos recursos públicos han sido ya canalizados al salvataje de bancos y empresas quebradas?
Parte de la búsqueda de la confianza se concentra en el llamado a una “tregua” en las acciones proteccionistas sobre el comercio mundial, por lo menos hasta el 2014. Es el eufemismo para instalar el discurso hegemónico del capital transnacional por la liberalización de la economía mundial.
Es el programa de la OMC
Organización Mundial del Comercio
OMC
Firmado el acuerdo el 15 de abril de 1994 y en vigencia desde el 1º de enero de 1.995, la OMC sustituye al GATT (Acuerdo general sobre aranceles y comercio). La mayor innovación introducida es que la OMC posee el estatuto de organización internacional. Su función es asegurar que ninguno de sus miembros se entregue a cualquier tipo de proteccionismo, a fin de acelerar la liberalización mundial de los intercambios comerciales, de favorecer las estrategias de las multinacionales. Está dotada de un tribunal internacional (órgano de resolución de conflictos) que juzga las eventuales violaciones de su texto fundador de Marraquech.
, de los Organismos financieros internacionales, y el legado principal de lo que se llamó el Consenso de Washington: la promoción del libre comercio, del libre cambio, de la apertura de los mercados para la penetración de los capitales más concentrados.
Cada G20 termina siempre con evocación al programa de máxima: la liberalización de la economía mundial, base de sustentación del programa de salida de la crisis de los 70´, y que en la región americana se manifestara a través del ALCA, y luego en los tratados regionales o bilaterales por el libre comercio. No en vano una de las noticias que presentó Obama a los anfitriones, fue la invitación a México para ser parte del Acuerdo de Asociación Transpacífica, una negociación comercial plurilateral que involucra además del país azteca, a Nueva Zelanda, Australia, Brunei, Malasia, Singapur, Viet Nam, Chile, Perú y EEUU.
Este es un proyecto que involucra a 500 millones de habitantes; un 26% del PBI mundial; un 15% de las exportaciones mundiales y un 18% de las importaciones globales. Es un acuerdo que EEUU utiliza para su proyección sobre el Pacífico en competencia con China.
La confianza buscada es para relanzar el proyecto capitalista y superar la crisis. En el próximo tramo brasileño de los debates, “Río+20”, se incorporarán los mensajes de un “capitalismo verde”, con “empleos verdes”. Es un mensaje que busca consenso social ante la conciencia ecologista vigente. Pero ese proyecto verde, de ensoñación de los ideólogos del capitalismo contemporáneo, se asocia a la explotación depredadora de los recursos naturales.
¡Ojo con la confianza a restaurar! La confianza puede hacernos cambiar nuestras riquezas naturales por espejitos de color, verde, por supuesto.
La propuesta es por otro modelo productivo y de desarrollo
En variados debates me señalan mi pesimismo en las “soluciones” que se ensayan, incluso en “gobiernos progresistas” (que no dejan de ser capitalistas).
Son los mismos que me endilgan mi optimismo por la creciente “indignación” de un movimiento social que no tiene claridad sobre el rumbo a seguir, y solo se afirma en el NO a la realidad que les toca vivir, la del ajuste y la austeridad (Grecia, Italia, Europa en general, ahora, y de Nuestramérica en las últimas dos décadas del Siglo XX).
No es menor afirmarse en el NO. A veces es un grito de dignidad, aunque no se conozcan los SI, y que sin embargo se abren paso entre nuevos desafíos que instala el constitucionalismo renovado en Bolivia, Ecuador, o Venezuela; la propia renovación socialista en Cuba, e incluso las búsquedas de expresiones organizadas del movimiento popular por un movimiento de constituyentes sociales, que emergen en Argentina, Chile, Colombia, entre otras experiencias de organización popular en la construcción de un proyecto emancipador. En ese camino se inscribe la lucha por la soberanía alimentaria, energética, financiera, ambiental.
Los NO son el modelo productivo y de desarrollo capitalista contemporáneo, sustentado a la superexplotación de la fuerza de trabajo y la depredación de los recursos naturales. Los SI apuntan a nuevas formas de relación económica, social, política y cultural para reproducir la vida cotidiana en armonía con el conjunto social y los bienes comunes Bienes comunes En economía los bienes comunes se caracterizan por un modo de propiedad colectiva, que se diferencia tanto de la propiedad privada como de la pública. En filosofía hacen referencia a aquello que comparten los miembros de una misma comunidad, ciudad o la propia humanidad, desde un punto de vista jurídico, político o moral. .
En definitiva, ni pesimismo, ni optimismo, sino reivindicación del NO y emergencia y difusión de nuevos SI. ¿Resulta simple? Claro que no. Es parte de la búsqueda por una nueva sociedad. El fantasma de los indignados recorre el planeta, y no se trata de “jóvenes interconectados” mediante nuevas tecnologías de comunicación y redes sociales, sino de trabajadores sin empleo, flexibilizados, precarizados, súper explotados, mayoritariamente jóvenes que rechazan el presente sin futuro y reescriben su propia historia emancipadora, liberadora.
Si el ciclo inaugurado por el Manifiesto hizo evidente el surgimiento de la práctica y teoría revolucionaria que inspiró históricas luchas de clases entre 1848 y la ruptura de la bipolaridad; el presente es un momento de imaginación creativa en la emergencia de renovadas perspectivas para la teoría y práctica de la revolución.
Buenos Aires, 20 de junio de 2012
Julio C. Gambina es Doctor en Ciencias Sociales de la UBA. Profesor de Economía Política en la U.N. de Rosario. Profesor de posgrado en Universidades de Nuestramérica. Presidente de la FISYP. Integrante del Comité Directivo de CLACSO.
economista y profesor universitario argentino, especializado en economía política, economía mundial, integración, deuda externa y otros asuntos sociales y políticos.
Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, FISYP, Ciudad de Buenos Aires. www.juliogambina.blogspot.com
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