Comité para la abolición de las deudas ilegítimas

Inicialmente prevista para el pasado mes de mayo, la conferencia se pospuso después de que el Estado de Rio Grande do Sul, del que Porto Alegre es la capital, experimentara una de las peores inundaciones de su historia. En aquel momento, el número de participantes ascendía a 31 representantes de países de los seis continentes.

Casi dos años después, las organizaciones iniciadoras, entre ellas el Partido Socialismo y Libertad (PSOL), el Partido de los Trabajadores (PT) y el Partido Comunista Brasileño (PCdoB) del Río Grande del Sur, consideran que Porto Alegre está de nuevo lista para acoger el evento.

El historiador belga Éric Toussaint, figura de proa del movimiento altermundista y participante en la Conferencia, ofreció el tono Internacional de la iniciativa. En su discurso, el Sr. Toussaint repasó la historia del Foro Social Mundial, celebrado por primera vez en Porto Alegre en 2001, lanzando una advertencia acerca de la grave situación actual.

“El gran capital ha optado más o menos por la extrema derecha para derrotar a la clase trabajadora, que ya no representa la misma amenaza que en la década de 1930, pero aún conserva algunos de los avances sociales conseguidos. El capital quiere destruir definitivamente estos logros e imponer un aumento brusco en su tasa de beneficio Beneficio Resultado contable positivo neto fruto de la actividad de una sociedad. El beneficio neto es el beneficio después de impuestos. El beneficio a distribuir es la parte de aquél que puede ser repartido entre los accionistas. ”.

Para Toussaint, la unidad entre la izquierda y el campo progresista es la única forma de resistir al neofascismo. El historiador citó victorias recientes, como las elecciones presidenciales de Luiz Inácio “Lula” da Silva en Brasil en 2022 y la victoria del Nuevo Frente Popular en las elecciones legislativas francesas del año pasado, ejemplos de cómo la movilización colectiva es capaz de frenar a la extrema derecha. “Cuando las fuerzas de izquierda se unen, es posible contrarrestar la ofensiva de la extrema derecha”, subrayó.

Toussaint ha planteado que la Conferencia de Porto Alegre ha de ser un espacio pluralista, que reúna a todos, desde sindicatos y partidos de izquierda hasta movimientos feministas, antirracistas, ambientales, indígenas y LGBTIQ. El antifascismo debe unir todas estas luchas, dijo.

“La lucha antifascista abarca muchos temas: rechazar el genocidio en Gaza, denunciar la negación del cambio climático, resistir los ataques contra los derechos de las mujeres y la comunidad LGBTQI+ y luchar contra el racismo, la homofobia y el aumento de los gastos militares”, dijo.

 Unidad y resistencia

Luciana Genro, Diputada del PSOL en el Estado de Rio Grande do Sul, destacó la importancia de Porto Alegre como símbolo de esta coordinación internacional:

“Por primera vez en nuestra historia, Brasil ha logrado llevar ante la justicia y condenar a un expresidente por su participación en un intento de Golpe de Estado. Se trata de una importante victoria democrática. Pero al mismo tiempo, estamos sufriendo ataques imperialistas, especialmente, por parte de personalidades como [el Presidente estadounidense Donald] Trump, que incluso ha tratado de interferir en nuestra soberanía jurídica. Por eso debemos renovar las fuerzas de la izquierda y dar respuestas masivas, a través de la movilización y la lucha ”, dijo.

Fabiano, representante de Sindijus, un Sindicato que agrupa a las y los trabajadores del sector judicial del Estado, manifestó que la situación internacional destaca por su gravedad:

“Trump ha emitido una declaración calificando de terrorista a cualquier movimiento antifa [antifascista]. La gravedad de lo que estamos viviendo es enorme; requiere unidad y superación de las diferencias, porque el futuro de la humanidad está en juego”.

Paula, miembro de la Columna Roja Antifascista, destacó que la lucha antifascista debe estar vinculada a la lucha de las comunidades locales y a la solidaridad internacionalista:

“Aquí, en Porto Alegre, comunidades como Quilombo do Areal son atacadas directamente por grandes empresas como Zaffari. Al igual que en Gaza o Venezuela, el capital destruye vidas y comunidades. El antifascismo debe estar en el primer plano de estas luchas y de la solidaridad internacional entre las clases”, dijo.

Graziela Machado Palma, vicepresidenta de Sindisaúde-RS, que representa a las y los trabajadores de la Salud Pública del Estado, destacó que la resistencia también se ejerce en el lugar de trabajo:

“Estamos pasando por un momento muy difícil en el Grupo Hospitalario Conceição. El Consejo de Administración ataca sistemáticamente a las y los trabajadores... Es esencial que discutamos cuestiones macroeconómicas, pero también que examinemos lo que sucede en nuestras filas, porque es ahí donde sentimos los efectos directos del neoliberalismo y el fascismo ”, señaló.

 Porto Alegre, una referencia internacional

La reunión preparatoria dejó claro que la Conferencia será un espacio pluralista e inclusivo, abierto a partidos políticos, sindicatos, movimientos juveniles, feministas, antirracistas, ambientales, LGBTIQ e indígenas.

Toussaint subrayó que “la juventud deben ser la protagonista” de la Conferencia y que ésta debe combinar amplias sesiones plenarias con talleres autoorganizados, al tiempo que facilita la participación en línea para involucrar a organizaciones de otros continentes.

Porto Alegre, que una vez acogió el nacimiento del Foro Social Mundial, se prepara para volver al centro de las luchas progresistas mundiales. El llamamiento es claro: construir una contraofensiva capaz de detener el avance del fascismo y abrir el camino hacia un futuro basado en la solidaridad, la democracia y la justicia social.

[Autora: Tatiana Py Dutra es periodista de Revista Movimento, donde se publicó por primera vez una versión de este artículo en portugués. El artículo fue traducido al inglés por Federico Fuentes del sitio web australiano de Green Left, con información adicional sobre la conferencia añadida para el contexto. ]