Organicemos la lucha contra las deudas ilegítimas, por la emancipación social y el ecosocialismo

Eric Toussaint entrevistado por Igor Burdyga de la revista ucraniana Reporter.

30 de marzo de 2016 por Eric Toussaint , Igor Burdyga


Kiev (CC - Flickr - Marina)

Éric Toussaint fue uno de los fundadores, en 1990, del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM), una organización internacional que, junto a los movimientos sociales, cuestiona el pago de las deudas ilegítimas y las políticas neoliberales dictadas por los acreedores. Eric Toussaint estuvo en Kiev para dar una conferencia sobre la crisis de las políticas neoliberales. Durante esa estadía se realizó esta entrevista en la que relató a Reporter su experiencia de la auditoría de la deuda de Grecia y las perspectivas del ecosocialismo.



Diferentes tipos de deuda Deuda Deuda multilateral La que es debida al Banco Mundial, al FMI, a los bancos de desarrollo regionales como el Banco Africano de Desarrollo y a otras organizaciones multilaterales como el Fondo Europeo de Desarrollo.
Deuda privada Préstamos contraídos por prestatarios privados sea cual sea el prestador.
Deuda pública Conjunto de préstamos contraídos por prestatarios públicos. Reescalonamiento. Modificación de los términos de una deuda, por ejemplo modificando los vencimientos o en relación al pago de lo principal y/o de los intereses.


¿De qué deudas y de qué países se ocupa actualmente el CADTM?

Nuestra red funciona en 30 países de todo el mundo, de Asia, África, América y Europa. Países que no corresponden a la definición tradicional de «Tercer Mundo». Realizamos estudios y avanzamos nuestras propias propuestas sobre las auditorías y la anulación de las deudas en los países que nos requieren, y de hecho, en todos los casos donde existe una «crisis» de la deuda.


Existe una iniciativa con objetivos “similares”, la Iniciativa para países pobres muy endeudados (PPME), que está dirigida a países pobres con deudas elevadas. Esta iniciativa concierne a cerca de 40 países, principalmente de África y de América Latina. Los países europeos no se sienten concernidos ya que no están considerados como países «pobres». ¿Por qué utiliza usted un enfoque diferente?

Desde el comienzo de esa iniciativa, concebida a partir de 1996 por el Banco Mundial Banco mundial Creado en 1944 en Bretton Woods en el marco del nuevo sistema monetario internacional, el Banco posee un capital aportado por los países miembros (189 miembros el año 2017) a los cuales da préstamos en el mercado internacional de capitales. El Banco financia proyectos sectoriales, públicos o privados, con destino a los países del Tercer Mundo y a los países antes llamados socialistas. Se compone de las siguientes tres filiales.

Mas...
y el FMI FMI
Fondo monetario internacional
El FMI nace, el mismo día que la Banca mundial, con la firma de los acuerdos de Bretton Woods. En su origen el rol del FMI era defender el nuevo sistema de cambios fijos instaurado.

A la finalisación de estos acuerdos (1971), el FMI es mantenido y se transforma paulatinamente en el gendarme y el bombero del capitalismo mundialisado : gendarme cuando impone los programas de ajuste estructural ; bombero cuando interviene financiaramente para sostener los países tocados por una crisis financiera.

Su modo de decisión es el mismo que el del Banco mundial y se basa sobre una repartición del derecho de voto en proporción a los aportes de cotisación de los países miembros. Estatutariamente es necesario el 85% de los votos para modificar la Carta del FMI (los EE.UU. poseen una minoria de bloqueo dado a que posees el 16,75 % de voces). Cinco países dominan : Los EE.UU. (16,75 %), el Japon ( 6,23 %), la Alemania (5,81%), Francia (4,29 %), y Gran Bretaña (4,29%). Los otros 177 Estados miembros estan divididos en grupos dirigidos, cada vez, por un país. El grupo más importante (6,57%) esta dirigido por Belgica. El grupo menos importante (1,55% de voces) precidido por el Gabon (países africanos).

Su capital está compuesto del aporte en divisas fuertes (y en monedas locales) de los países miembros. En función de este aporte, cada miembro se ve favorecido con Derechos Especiales de Giro (DEG) que son de hecho activos monetarios intercambiables libre e inmediatamente contra divisas de un tercer país. El uso de estos DEG corresponde a una política llamada de estabilización a corto plazo de la economía, destinada a reducir el déficit presupuestario de los países y a limitar el crecimiento de la masa monetaria. Esta estabilización constituye frecuentemente la primera fase de intervención del FMI en los países endeudados. Pero el FMI considera que en adelante es tarea suya (tras el primer choque petrolero de 1974-1975) actuar sobre la base productiva de las economías del Tercer Mundo reestructurando sus sectores internos; se trata de una política de ajuste a más largo plazo de la economía. Lo mismo sucede con los países llamados en transición hacia una economía de mercado. (Norel y Saint-Alary, 1992, p. 83).

Sitio web :
, fui muy crítico con ella. Su objetivo es, en efecto, mantener a esos países bajo su dominio proponiéndoles procedimientos de seudo «alivio» de la deuda en contrapartida de reformas económicas neoliberales. Nuestro comité lucha ardorosamente contra esa política (ver http://cadtm.org/Iniciativa-PPAE?lang=es)


¿Qué medidas propone usted para que los numerosos países pobres no vean que sigan aumentando sus ya elevadas deudas?

Esas propuestas del FMI y del Banco Mundial exigen una alternativa. Por nuestra parte, propugnamos, para los países muy endeudados, la intensificación de la producción para el mercado local y al mismo tiempo desarrollar las sinergias con los países de su entorno. Es evidente que para desarrollar la integración Sur-Sur se debe dar primacía a la integración de los pueblos a los cuales deben estar subordinadas sus economías. Por ejemplo, Nigeria, la mayor exportadora africana de petróleo en el mercado mundial, es tributaria de sus principales acreedores, como son Estados Unidos, China y Europa. Nigeria debería desarrollar complementariedades con los países vecinos (Níger, Togo, Benín, Malí, Burkina Faso, que son países esencialmente agrícolas) y salir de su total dependencia de la exportación de petróleo crudo.


¿En sus obras, usted dice que no se deben pagar ciertas deudas?

Sí, ya que distinguimos cuatro tipos de deudas públicas que no deben ser reembolsadas. Las auditorías ciudadanas en curso en varios países [1] han originado debates muy ricos e interesantes que permiten clarificar qué se tiene que considerar para determinar qué deudas públicas no se deberían pagar. Sin pretensión de ser exhaustivo y de tener la última palabra, podemos avanzar las definiciones siguientes:

Hace falta la realización de una auditoría de la deuda pública efectuada por los ciudadanos y ciudadanas o bajo control ciudadano (en el caso en que la auditoría fuera requerida por el poder ejecutivo o legislativo), junto, en algunos casos, a una suspensión unilateral y soberana del reembolso de la deuda pública, que permite llegar a una anulación/repudio de la parte ilegítima, odiosa, insostenible y/o ilegal de dicha deuda, y reducir fuertemente el resto de la misma.

Las deudas públicas acumuladas debido a rescates bancarios como los realizados en estos últimos años son típicamente deudas ilegítimas. Es probable que en algunos países sean también ilegales, o insostenibles, como en el caso de Grecia, Chipre, Irlanda, Ucrania, Portugal…

Las deudas reclamadas por los acreedores a Grecia, Portugal, Irlanda, Ucrania y Chipre, para citar solo a algunos países, son a la vez ilegítimas (van en contra del interés general), odiosas (están ligadas directamente a la imposición por parte del acreedor—la troika Troika Troika : el Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo — de violaciones de relaciones contractuales, de los derechos económicos y sociales), insostenibles (vista la degradación dramática de las condiciones de vida de una parte importante de la población) y en algunos casos ilegales (en el caso de Grecia, en el que la Constitución no fue respetada por la presión de la troika y la sumisión y complicidad del gobierno). En el caso de España, Italia, Eslovenia, y otros países de la UE, hay también evidencias de ilegitimidad e ilegalidad.


El ejemplo de Grecia


En 2015, su comité participó en la auditoría de la deuda externa de Grecia. ¿Cómo fue esa auditoría en la práctica?

Como usted sabe, la crisis de la deuda en Grecia estalló en 2010. Ya en 2011, fue lanzada una gran iniciativa de auditoría ciudadana. Una iniciativa que tuvo mucha resonancia en Grecia. En 2012, la coalición de la izquierda radical Syriza retomó la reivindicación de la instauración de una comisión internacional de auditoría de la deuda con la suspensión de su pago durante los trabajos de la misma. Syriza la puso en su programa electoral y multiplicó casi por siete la cantidad de votos obtenidos, al pasar del 4 % al 27 % de votos en las elecciones de junio de 2012.

Después del establecimiento del gobierno de Tsipras el 27 de enero de 2015, la presidente del parlamento griego, Zoe Konstantopoulou, decidió en febrero de 2015 crear una comisión de auditoría y me invitó a ser su coordinador científico. Esa comisión fue constituida de forma que integrara especialistas de los diferentes ámbitos (finanzas internacionales, finanzas públicas, auditoría de cuentas públicas, derecho internacional, derecho constitucional…): se invitó a 15 expertos extranjeros provenientes de 10 países, al los que se sumaron 15 especialitas griegos cuyos perfiles fueran útiles para el trabajo a cumplir. Una mayoría de los miembros de la comisión provenían de los movimientos sociales. La mayor parte de nuestro trabajo fue difundido en directo por la cadena de televisión del parlamento griego, siendo muy seguida en todo el país. La audiencia fue incrementándose, los griegos veían cada vez más los programas de la cadena parlamentaria, sobre todo para asistir a la retransmisión en directo de los trabajos de nuestra comisión. Algunas cadenas privadas, que al principio no trataban la auditoría de la deuda, terminaron ejerciendo presión para poder difundir nuestras reuniones.


¿Y cómo han ustedes explicado la desviación indicada en los criterios de la investigación?

La mayoría de los préstamos en 2010 sirvieron para los intereses de cuatro bancos privados griegos y una docena de bancos europeos. Por otro lado, en Ucrania se encuentran algunos de estos bancos: Piraeus Bank griego, BNP Paribas francés y Commerzbank alemán. Los objetivos de estas instituciones financieras no responden a las necesidades públicas, simplemente se aprovecharon de la crisis. Y esto concuerda con nuestro criterio de ilegitimidad. En cuanto a la ilegalidad, todavía es más sencillo: en 2010, la Constitución griega fue burlada, en particular su artículo que prevé que los acuerdos internacionales como los memorandos no pueden concluirse antes de la deliberación del parlamento. El primer protocolo de acuerdo con el FMI fue decidido unilateralmente por el gobierno de Giorgos Papandreu, sin tener en cuenta al parlamento.

El caso de la deuda odiosa Deuda odiosa Según la doctrina jurídica de la deuda odiosa, teorizada por Alexander Sack en 1927, una deuda es «odiosa» cuando reúne dos condiciones esenciales:

1.- La ausencia de beneficio para la población: la deuda no fue contraída a favor del interés del pueblo y del Estado, sino en contra de esos intereses, y/o a favor del interés personal de los dirigentes y de las personas próximas al poder.

2.- La complicidad de los prestamistas: Los acreedores sabían (o tenían la capacidad de saber) que los fondos prestados no beneficiarían a la población.

Para Sack, la naturaleza despótica o democrática de un régimen no debía tenerse en cuenta. Una deuda contraída por un régimen autoritario debe, según Sack, ser reembolsada si ésta sirve a los intereses de la población. Un cambio de régimen no autoriza el cuestionamiento de la obligación que tiene el nuevo régimen de pagar las deudas del gobierno precedente, salvo si éstas fueran odiosas.

[Extractos] del Tratado jurídico y financiero por Alexander Nahum Sack, ex profesor agregado a la Facultad de Derecho de la Universidad de Petrogrado.

A partir de esta definición «conservadora» de deuda odiosa, otros juristas y movimientos sociales, como el CADTM, ampliaron esta definición teniendo en cuenta, especialmente, la naturaleza del régimen que contrae la deuda y la consulta que se hace, o no se hace, a los parlamentos nacionales para la aprobación o la concesión del préstamo.

De manera especial, citemos la definición de deuda odiosa utilizada por la Comisión para la verdad sobre la deuda griega, que se apoya, a la vez, en la doctrina de Sack, y también en los Tratados internacionales y los principios generales del derecho internacional.

Así que una deuda odiosa responde a:

1.- Una deuda contraída en violación a los principios democráticos, que comprende el asentimiento, la participación, la transparencia y la responsabilidad, y ha sido empleada contra los más altos intereses de la población del Estado deudor, mientras el acreedor sabía, o tenía capacidad de saber, lo precedente.

O a lo siguiente:

2.- Una deuda que tiene por consecuencia negar los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de la población, mientras el acreedor sabía, o tenía capacidad para saber, lo precedente.
griega es interesante. El resultado de los memorandos: una violación grave de los derechos humanos. Y los culpables de esa violación son el FMI, la Comisión Europea, el Banco Central Banco central Entidad que, en un Estado, se encarga generalmente de la emisión de billetes de banco y del control del volumen de moneda y crédito. En España es el Banco de España quien asume dicho rol, bajo el control del Banco Central Europeo (BCE, ver más abajo).

El Banco Central de un país gestiona la política monetaria y tiene el monopolio de la emisión de la moneda nacional. Proporciona moneda a los bancos comerciales a un precio determinado por las tasas directoras, que son fijadas por el proprio banco.
Europeo… En 2010, exigieron una reducción del 40 % de los salarios, de las pensiones, se cerraron numerosas escuelas y hospitales, lo que debe ser interpretado como una violación de los derechos humanos. Diría, para que comprenda mejor ese plan criminal, que en el curso de la auditoría encontramos documentos secretos en los que, en marzo de 2010, dos meses antes de la firma del acuerdo, el FMI reconocía que el préstamo provocaría un serio declive de la economía y del nivel de vida de la ciudadanía griega. Ese documento nos aportó credibilidad y reconocimiento para nuestros trabajos.

Además, disponemos de un protocolo interno del FMI que prueba que los miembros del Consejo de administración del Fondo habían manipulado a todo el mundo durante la discusión del acuerdo, quizás para hacer modificaciones manuales sin la aprobación total.


¿De qué modo esos documentos llegaron a sus manos y si existe tal práctica en el FMI?

Creo que, incluso para ellos, fue un gran escándalo. Esos documentos formaban parte de un procedimiento penal abierto en el parlamento griego en 2012/2013. La presidente del parlamento griego Zoe Konstantopoulou decidió su publicación en marzo de 2015. Después de tener los documentos, me encontré con el ex representante de Grecia en el FMI, Panayotis Roumeliotis, y lo convencí de que participara en las audiencias de la comisión de auditoría. Duró siete horas su presentación ante la comisión (ver en francés: http://cadtm.org/Audition-de-Panagiotis-Roumeliotis).

Pienso que algún día ustedes publicarán unos documentos semejantes concernientes a Ucrania y al FMI, cuando uno de sus negociadores con el FMI se pase al campo contrario y que la denuncia le favorezca. Y eso puede ser una razón suplementaria y una ocasión para iniciar una auditoría pública.


La cuestión de la deuda externa no puede ser considerada como solamente jurídica o económica, la política internacional tiene también un papel importante.

Sí, desgraciadamente Grecia cayó en esa trampa. Los acreedores comenzaron a presionar al primer ministro Alexis Tsipras, tanto más que Tsipras no utilizó los resultados de nuestro trabajo. Finalmente, Tsipras aceptó sus condiciones, lo que fue un error, una capitulación, incluso una traición al programa de Syriza.

Estoy convencido de que el gobierno de Tsipras tendría que haber suspendido el pago de la deuda desde fines de febrero de 2015, y, al mismo tiempo, establecer la comisión para la auditoría de la deuda. No lo hizo y eso fue grave. A fines de junio de 2015 y comienzos de julio, todavía su gobierno tenía tiempo para suspender el pago de la deuda, ya que tenía el respaldo de los resultados de la comisión, que se hicieron públicos el 17 y 18 de junio de 2015 (ver http://cadtm.org/Informe-preliminar-del-Comite-de). Si se hubiera atrevido a hacerlo, habría obligado a los acreedores a negociar. En lugar de eso, Tsipras pagó a los acreedores 7.000 millones de euros, aunque le negasen nuevos préstamos.

Grecia se tendría que haber inspirado en la suspensión de pagos de la deuda ilegítima decretada por Ecuador en 2008, o, una más cercana, la suspensión de pagos de Islandia (ver http://cadtm.org/En-Islandia-los-responsables-del). El Reino Unido se puso tan furioso con Islandia que la colocó en la lista de organizaciones terroristas. Sin embargo, el país se mantuvo en su decisión, y pidió un dictamen al Tribunal de arbitraje Internacional, que le dio la razón.


Los viejos nuevos préstamos


Los países del Este, en particular Ucrania, tienen problemas de deuda. En un futuro, ¿se interesará por ellos el CADTM?

Con respecto a Ucrania, asistimos efectivamente a una gran crisis provocada por el pago de la deuda. Ucrania se encuentra dentro de un círculo vicioso —para embolsar sus viejos préstamos debe continuar endeudándose—. Las instituciones financieras occidentales les imponen reformas neoliberales: privatizaciones masivas, reducción de servicios públicos, incluso pensiones, salarios, empleos sociales. Lo venimos observando desde hace 30 años. Por eso hablamos de la necesidad de auditar la deuda externa, y llamamos a actuar de forma conjunta a los gobiernos, a las asociaciones ciudadanas y a los movimientos sociales.


El FMI y el Banco Mundial consideran que el problema principal es el equilibrio presupuestario. La eliminación del déficit, según ellos, permitirá evitar una deriva hacia la deuda. ¿Cuál es su análisis respecto a esas medidas?

Creo que están equivocados. Y no es solamente mi opinión, ya que se trata de un viejo debate que se llevó a cabo en 1930 entre John Maynard Keynes y sus adversarios conservadores (von Hayek, von Mises…) En un periodo de crisis, de recesión, para Keynes era necesario, si se quería hacer revivir la economía, al menos durante los primeros años, contar con un déficit presupuestario, intensificar el papel del Estado, estimular la demanda interior, aumentar el poder adquisitivo de la ciudadanía. Es decir, hacer todo lo contrario de lo que preconiza el FMI.


Pero en la época de Keynes la crisis era muy diferente: era una crisis de superproducción. ¿Hasta qué punto las medidas serían ahora eficaces, frente a una crisis de liquidez en los años 2008-2010 o a las crisis actuales de deuda?

Por supuesto, existen diferencias en esas crisis pero también tienen rasgos comunes. La crisis de los años 1930 surgió después de décadas de liberalismo económico, de capitalismo descontrolado. Ahora, estamos viviendo una situación similar. Después de la crisis de 1930, numerosos gobiernos, especialmente el de Estados Unidos y el del Reino Unido, introdujeron estrictas medidas de reglamentación para el capitalismo, el sistema financiero, mientras que al mismo tiempo se aumentaban los salarios, se incrementaba el papel de los sindicatos, se introducían mejoras sociales. Desde los años 1970, ese sistema comenzó a descomponerse, y hemos vivido 35 años de economía neoliberal.

No obstante, reconocemos que la crisis actual tiene otras características. Por eso es que necesitamos cambios estructurales más radicales, y por eso digo que necesitamos superar al capitalismo. Otras alternativas a las propuestas keynesianas de esa época fueron los regímenes totalitarios de Stalin y Hitler, a los que nadie quiere de nuevo, ¿no es cierto? Por lo tanto, cuando hablo de alternativas democráticas son alternativas al sistema capitalista y al «socialismo» autoritario.


Entonces, ¿usted no se limita únicamente a aumentar los gastos y pedidos del Estado?

Propongo a cada uno de nosotros cambiar el concepto de salida de la crisis: no se puede seguir rescatando a los bancos privados de los oligarcas. Ante todo es necesario rescatar a toda la sociedad, a la gente. Y si hacemos un cambio general de modelo, vemos que el gasto público es necesario en los ámbitos de la ecología, la protección del medio ambiente, el desarrollo de transportes públicos como alternativa al desarrollo de la infraestructura privada, las energías renovables, la eficacia energética. Todo esto que proponemos se inserta en un proyecto de economía orientada hacia la ecología y la justicia social. Por lo tanto, comprende también la cuestión de los gastos sociales: salud, educación, protección social de las personas grandes. Todo eso debe hacerse en colaboración con el Estado mediante iniciativas públicas, aplicando el principio de transparencia y de responsabilidad. La gente tiene necesidad de comprender cómo el Estado gasta el dinero con el fin de poder ejercer su poder democrático.


En ese marco, ¿es usted favorable a una fiscalidad fuertemente progresiva? El hecho es que, aquí, se habla cada vez más de la instauración de un impuesto único sobre todas las personas (por ejemplo en algunos países del Este miembros de la UE se aplica un impuesto «plano» del 15 %). Según los partidarios de ese impuesto único sobre los ingresos, éste permitiría hacer surgir la economía sumergida.

Evidentemente, estoy totalmente en contra de un impuesto único sobre los ingresos, dada la profunda estratificación social entre los pueblos del mundo. El presidente estadounidense Roosevelt, que por cierto no era de izquierda, estableció una fiscalidad extremadamente progresiva en 1938, con un impuesto que llegaba al 90 % para los más ricos. Para mí, no es ni siquiera una cuestión de controversia, es una cuestión de supervivencia de la humanidad.


Según su opinión ¿hay un cambio político hacia la izquierda —o sea, que llegan al poder políticos social-demócratas o incluso más radicales— en todos los países que se vieron confrontados con una crisis de deuda?

Creo que lo que es esencial no es ni tan solo el problema de la deuda. Actualmente, asistimos a una grave crisis del sistema capitalista, una especie de crisis de civilización. Por eso insisto sobre ese nuevo concepto de la sociedad ecosocialista. Usted puede opinar que eso es un cambio hacia la izquierda, o un cambio democrático, de todas maneras es inevitable. Estoy seguro de que el desarrollo que la humanidad necesita no es un crecimiento de los indicadores económicos sino del desarrollo humano fundamental. La economía debe garantizar los derechos humanos fundamentales.
Hablamos de la dignidad humana, de la libertad y de la igualdad. Por supuesto, eso está en contradicción con la política actual que concentra la riqueza en las manos del 1 % de la población mundial. Naturalmente, eso exige un enfoque totalmente diferente de la redistribución de las riquezas en nuestro mundo.


Traducido del ruso por Andriy Riepa (Kiev). El texto fue ampliamente revisado por Claude Quémar y Éric Toussaint


Traducción del francés al castellano: Griselda Pinero


Fuente: Reporter

Notas

[1España, Portugal, Grecia, Francia, Bélgica, Brasil… Véase la web del ICAN: http://cadtm.org/ICAN,748

Eric Toussaint

doctor en Ciencias políticas de la Universidad de Lieja y de la Universidad de París VIII, es el portavoz del CADTM internacional y es miembro del Consejo Científico de ATTAC Francia.
Es autor de diversos libros, entre ellos: Banco Mundial. Una historia crítica, El Viejo Topo, 2022 Capitulación entre adultos. Grecia 2015: Una alternativa era posible, El Viejo Topo, Barcelona, 2020; Sistema Deuda. Historia de las deudas soberanas y su repudio, Icaria Editorial, Barcelona 2018; Bancocracia Icaria Editorial, Barcelona 2015; Una mirada al retrovisor: el neoliberalismo desde sus orígenes hasta la actualidad, Icaria, 2010; La Deuda o la Vida (escrito junto con Damien Millet) Icaria, Barcelona, 2011; La crisis global, El Viejo Topo, Barcelona, 2010; La bolsa o la vida: las finanzas contra los pueblos, Gakoa, 2002. Ha sido miembro de la Comisión de Auditoria Integral del Crédito (CAIC) del Ecuador en 2007-2011.
Coordinó los trabajos de la Comisión de la Verdad Sobre la Deuda, creada por la presidente del Parlamento griego. Esta comisión funcionó, con el auspicio del Parlamento, entre abril y octubre de 2015. El nuevo presidente del Parlamento griego anunció su disolución el 12 de noviembre de 2015.

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