Colombia
29 de septiembre por Gustavo Petro

Gustavo Petro. Presidente de Colombia. Imagen bajo Licencia Creative Commons.
Un saludo especial a las y los representantes del movimiento juvenil palestino, distinguidos representantes del grupo de La Haya y demás organismos internacionales presentes hoy; funcionarios del Gobierno de la República de Colombia —espero que este español pueda ser entendido por todos y todas— medios de comunicación nacionales e internacionales y en general a todas y todos los asistentes.
Bien, ya un poco cansado porque los años ya no me dejan mucho. La jornada que hemos tenido en Nueva York larga, ahora partimos para Bogotá.
A veces no sé qué me espera más, ir hasta allá o quedarme aquí, qué es mejor o peor. Por aquí no creo que me quieran mucho los gobernantes, pero ahora que tuve la oportunidad, además de caminar calles, entramos a algunos lugares públicos, restaurantes, etcétera, a comer, me ha emocionado mucho cómo personas ajenas a Colombia.
Los colombianos ni se diga, digamos, en todas partes, pero personas estadounidenses de todos los colores se han parado a saludarme, a darme las gracias, abrazarme, gente que ni me ha conocido nunca, ni yo, pero que se demuestra cómo hay un fervor popular, global, multitudinario, cosmopolita.
En todas partes podría ser lo mismo, alrededor de la solidaridad con Palestina y de la indignación que hay en el alma de tantas personas, de quizás la mayoría de los pueblos, de la mayoría de la gente en la mayoría de los pueblos, que hace que esta lucha que se desarrolla en el mundo tenga una enorme importancia, porque podría determinar el cambio del mundo, si se desencadena.
No es una coyuntura más, como tantas han existido. Las pruebas nucleares de Francia, por ejemplo, cuando vivía en Bélgica, ese era el punto. Otras episódicas, cuando matan a alguna persona afrodescendiente en Estados Unidos, las insurrecciones juveniles, básicamente de árabes, árabes que no son ni de los países árabes, pero tampoco se sienten de París, porque allá tampoco los aceptan, pero nacieron en París y son parisinos.
Sin embargo, su cultura es otra a la tradicional de Francia y empiezan a crujir esas sociedades por momentos estalla, en rebelión, pero ésta creo que tiene una intensidad mayor, significa más cosas y hay que ver de qué manera nos organizamos bien, qué aspectos positivos pueden salir de estos meses de trabajo mancomunado de la humanidad, que es el primer hecho que hay que resaltar.
Yo afirmé en las Naciones Unidas, ahora venía discutiéndolo antes públicamente, que el clamor por una reforma de Naciones Unidas, del que se habla mucho, porque indudablemente ha demostrado su inoperancia, que la ha demostrado en mi opinión porque cifra su sistema de decisiones globales en organismos que no tienen ningún poder vinculante, le llaman los abogados en Colombia, es decir, que se saca la resolución, pero no se cumple y no hay manera de cumplirlo. Está al albur de la voluntad política de cada Estado.
Solo las que giran alrededor fundamentalmente del Consejo de Seguridad tienen capacidad vinculante, si deciden hacer guerra, hay guerra, si deciden dejar de hacer la guerra, dejan de hacer la guerra. Las votaciones de resoluciones en las asambleas de Naciones Unidas quedan en el aire. Otra organización que uno ve vinculante en el orden multilateral, además de las financieras, porque si no pagas te embargan, es la Organización Mundial del Comercio, tiene un estatuto que si se falla hay sanción.
Aquí hemos observado cómo tribunales de justicia, hechos para sentenciar personas, como en el caso de la Corte Penal Internacional, Estados, como en otros casos, han actuado, se podría esperar más, digamos, pero han resuelto temas, orden de captura, por ejemplo, y no se cumple y sale la persona de la orden de captura por los aeropuertos y llega a países europeos, incluso aquí mismo, y no los capturan.
Si nosotros tuviéramos una información de un narcotraficante X, ubicable en Colombia, los Estados Unidos de inmediato nos dirían por qué no lo capturamos, y si no lo capturamos nos dirían cómplices y hasta amenazarían con invadir, ya casi lo hacen. En el Caribe ya misiles, tal cual como ocurre en Gaza, caen sobre población civil, indefensa, en lanchas, se está repitiendo en pequeño obviamente, pero ya van 17 muertos.
Todos son jóvenes, todos no son narcotraficantes, no es cierto, aún si llevaran un cargamento en la lancha. Ellos están allí porque son pobres, no porque son los dueños del cargamento. Si no entregan el cargamento o lo que les entreguen por el cargamento, los mismos narcotraficantes los matan.
Colombia tiene una isla muy hermosa para visitar, los invito, hermosísima, porque es como estar en el Caribe, Caribe sin mayores fantasías, digamos, como es el Caribe, en la isla de San Andrés, muy cerca a Providencia, a Nicaragua.
Es que la Costa Mosquitia de Nicaragua era de Colombia. Nosotros somos un país sui generis, porque lo que nos ha acontecido es que no hemos hecho sino perder territorio y perder territorio.
Desde que se creó el país se disolvió la Gran Colombia, que hoy sería una potencia, yo le llamo a eso el corazón del mundo. Se separó en tres países, Venezuela, Ecuador, Colombia actual. Después nos quitaron Panamá a la fuerza, pero con un presidente que aceptó plata a cambio de indignidad.
Aún los panameños y nosotros nos duele el punto, no hemos podido superar el trauma. Después nos quitaron parte de la Amazonia y últimamente nos quitaron buena parte de nuestro mar alrededor de San Andrés y fue este Gobierno el único que a través de un proceso judicial detuvo la pérdida y ganamos por primera vez y no dejamos perder más mar. Pero eso demuestra que contra nosotros han operado fuerzas vinculantes a nivel global, que nos han llevado a perder la mitad del territorio colombiano.
Los gobernantes han excedido a la fuerza. Aquí ahora se trata de ver cómo ganar un poder vinculante a nivel mundial, que garantice que Palestina sea libre. Discursos hay por montones todos los días, este es uno más.
Estuvimos ahora en la calle de Nueva York, quedé algo constipado porque hacía mucho no hablaba por megáfono, como en los viejos tiempos. Pero indudablemente los discursos no van a bastar. Es necesario hablar, obvio, pero no van a garantizar que se frene el genocidio.
Y las marchas, por muy grandes que sean, la de Nueva York no la vi tan grande, debió ser inmensa. Aquí sobre la sociedad norteamericana indudablemente empieza una presión basada en el terror y en la mentira. Son las tácticas de (Joseph) Goebbels, a mí más, Fox, con el perdón de Fox, no me sacarán sus canales, nunca me ha sacado, ahí no aparezco, se parece a los canales, se parece a los canales de Colombia, no salgo sino para cosas malas.
Pero nosotros hemos tenido la opción de construir nuestra propia manera de comunicarnos y son fuertes, les ganamos a los medios tradicionales y esa ha sido una de nuestras garantías de victoria.
En el mundo obviamente también hay una enorme cadena mundial de medios del gran capital que hacen lo mismo, exactamente lo mismo, Fox es una. El modelo de Fox es el que se quiere repetir en Colombia, salir por una televisión fascista y ganar la presidencia con medidas indudablemente populistas.
Los migrantes son la excusa hoy y eso hablé en la Asamblea. O sea, toda la política antimigratoria en Europa y en Estados Unidos tiene como fin no hablar del otro, que se llene el corazón de la gente de xenofobia.
Construir odio es muy fácil, eso se lo aprendieron de Hitler, contra grupos poblacionales que no les han hecho ningún daño, que incluso aportan, porque si Marx tenía razón en su teoría económica no era más que por una frase que repitieron casi todos los fundadores de la economía moderna y es que la riqueza nace del trabajo.
Si la riqueza nace del trabajo en el mundo contemporáneo, pues los migrantes lo que hacen es trabajar, están es aumentando la riqueza del país de acogida y disminuyendo la riqueza de su país de origen, porque se convierten inmediatamente en una fuerza trabajadora, hagan lo que hagan y todo trabajo genera riqueza, los explotan, obviamente los sobreexplotan, los conducen a condiciones muchas veces de esclavitud.
Me encontré ahora que acabé de comer con un colombiano alto, buen mozo, hay colombianos que son buen mozos. No hablo de las mujeres, porque las mujeres, sí, Dios mío, rompen barreras, hay que tener cuidado, pero en el caso, el muchacho me decía, yo soy ingeniero de logística, tengo cuatro idiomas, he estudiado en Colombia, sé, y aquí me toca es servir de mesero, así casi todos, ponen ladrillos o limpian baños.
Se desaprovecha, incluso, su conocimiento, que si se usara sería todavía un multiplicador más de riqueza. Le pregunté si quería quedarse y me dijo, no, no, no, si usted me dice mañana, mañana me voy, ya tenemos ahí la dirección para traerlo, porque yo sí creo que tenemos que llevar los migrantes a Colombia, donde los quieren, donde están sus familias, sus amores, sus recuerdos, sus nostalgias; no sobran, nos hacen falta.
Uno se va de donde no lo quieren, eso me enseñó mi mamá, donde no lo quieren, pues váyase, otra lo querrá, u otro, u otros, o un pueblo, y uno debe ir a donde está el amor, porque si no se vive triste y acongojado, y termina uno metiendo fentanilo o pegándose un tiro.
Aquí toca lo mismo, digamos, la migración es una excusa, una excusa para que las personas, que realmente son muchas, que piensan que existe una raza superior, tengan certeza de un gobierno que va a hacerlos ser una raza superior y echar a las razas inferiores, si no es que encarcelarlas en campos de concentración, si no es que matarlas, y no existen las razas, nada más acientífico, no existe la raza, la raza es una construcción de la humanidad genética sobre los animales, no natural.
Tuvimos una gran lucha por el tema de los toros de lidia, los países latinoamericanos, herederos de España, entonces siempre los defensores de esas corridas decían, es que si desaparece la corrida, esos toros desaparecen. Pongan un solo toro de lidia en medio de 100 vacas y vean lo que pasa, no desaparecen, lo que pasa es que nacen terneros y terneras que no son como el toro de lidia y así se podrían mezclar y aparece la realidad y es que no es una raza, es una especie y por tanto cualquier vaca pintada de cualquier color va a hacer lo que su naturaleza le indica y el toro va a hacer lo mismo y su naturaleza les indica que deben sobrevivir a partir de la reproducción de su especie, que es la reproducción de la vida y eso hacemos los seres humanos también.
Reproducir la vida, no somos heraldos de la muerte, somos guerreros milenarios casi que por un millón de años de la vida y aquí esta prueba, porque lo que empieza a reconocer en cierta cosa el periodo de Gaza y toda esta política antimigratoria es que hay una tensión política enorme en el mundo, hay una crisis.
A mí me invitaron a Davos (Suiza) antes que apareciera (Javier) Milei, ahora invitan a Milei, pero en Davos, en la reunión que estuve allá en el frío de Suiza fue muy clara para mí, porque lo primero que vi fue un empresario muy rico porque ya son los ricos de los ricos levantando una pancarta diciendo cóbreme impuestos, un empresario con conciencia, fortunas que nunca se van a gastar ni ellos ni la quinta generación después de ellos, que puede desaparecer así en un crack financiero porque el capitalismo se basa en papeles y en cualquier momento se desvanece, ya lo hemos visto varias veces con el Covid, con el 2018, está construido sobre papeles, en cualquier momento se acaba el capitalismo, ya no es como pensaba el partido Bolchevique, se autodesvanece, creo, ojalá no sea muy optimista, pero creo que va a pasar.
Y si no hay plata para pagarle a los ejércitos, esos ejércitos poderosos se desvanecen de la noche a la mañana, desapareció el ejército de los Estados Unidos, ¿por qué? porque no hay para pagar los salarios y no hay para pagar los salarios ¿por qué? porque hubo la gran bancarrota mundial total porque todo el dinero se basaba en papeles que tienen una base real que es la producción, pero la producción es lo que está fallando, no me meto más en este tema y vuelvo al de Palestina, a veces derivo, entonces me dicen que estoy loco.
Hoy tenemos dos ejércitos poderosos, uno pequeño en número, el de Israel, bien entrenado, bien equipado y otro grande número, casi compuesto de mercenarios, ejército de los Estados Unidos. Cada vez a diferencia de la segunda guerra mundial, no son los hijos de los trabajadores y los granjeros de Estados Unidos los que llegan a ese ejército, entran voluntariamente los que quieren quedarse y muchos son latinoamericanos, tratando de tener una visa, árabes también y otros, son los únicos que están sosteniendo el genocidio en Gaza.
No es que (Donald) Trump lo apoye, sí, no es que (Benjamín) Netanyahu lo haga, claro, pero si no estuvieran esos dos ejércitos su voz no sería nada, luego y hay que decirlo, se está produciendo un genocidio en Gaza por el ejército de los Estados Unidos y el ejército de Israel, y son jóvenes, son tan jóvenes como los soldados de Colombia, los patrulleros de Colombia mueren, los de Colombia mueren todos los días, no es de mentiras, combaten todos los días, en condiciones que ustedes ni se imaginan, desde el punto de vista del clima, de la geografía, yo lo sé porque yo también estuve combatiendo y sé qué es eso y sé qué pasa con un soldado colombiano, porque llevan generaciones combatiendo en los campos de Colombia, y últimamente ya no es por ideologías, ya no es por lo que nos atraía tanto, cuando yo era joven, el cambio del mundo, la posibilidad de otra sociedad.
Hicimos cosas que hoy me pongo a pensar y digo, pero cómo fue que las hicimos, una vez nos metimos en un túnel y sacamos 5.000 armas del Ejército, casi nos desbaratan después, pero al cabo de esa lucha, que no voy a narrar aquí, por ahí todavía hay libros del M-19, al final dejamos las armas porque se nos dio la gana, nunca nos derrotaron y de ahí surgió un proceso civil de cambio del país, que dejó la nueva Constitución de Colombia, derogamos una de un siglo y ahora el M-19 tiene presidente, como Los Tupamaros, como Los Tupamaros también, que fueron fundadores de nosotros, tuvieron presidente en Uruguay, Pepe Mujica.
Son dos historias paralelas, esa fue mi bandera, azul, blanco y rojo, Movimiento 19 de Abril, no voy a contar la historia aquí, cuando quieran ir al internet y hablan mal de nosotros, pero también bien se cuenta la historia, fue una historia mágica y heroica, pero fue en la paz que hicimos las transformaciones, no en la guerra.
La guerra se dio fue para lanzar las posibilidades de la transformación y las aprovechamos, yo creo que hoy Colombia es diferente. La cuarta parte de homicidios de lo que había en el 93 y hay un pueblo que yo lo siento consciente, con ganas de profundizar aún más los cambios, tenemos una derecha terrible, me acaban de poner una denuncia aquí y yo pensaba, será que puedo salir de Nueva York o me invento mis mañas para poder salir de Nueva York y llegar a Colombia, ya se ha aprendido, pero total hay una experiencia colombiana que en la paz y en la guerra nos muestran de todas maneras que el discurso no basta, el discurso no basta en este momento.
Aquí hemos reunido varios países en el grupo de La Haya, se llama así, fue cogiendo forma ahí en el proceso, juntándonos los que pensábamos igual. En Latinoamérica 20 países están en una, unos más que otros, en una lógica progresista.
El antiprogresismo es una minoría al lado de Estados Unidos, cada vez repiten más lo que dice Trump y yo les digo, pero lo que dice Trump es una brutería, por qué ustedes repiten lo mismo, pero no logran deshacerse por sus intereses económicos de esa tutela.
Pues bien, Trump ha echado un discurso, ha lanzado un discurso en Naciones Unidas que muestra lo que es la realidad. Un señor irracional, un señor que no merece dirigir este país con tanta historia y con tanto acumulado de saberes y de hechos malos y buenos, pero es un país con historia, con sus padres fundadores, son padres fundadores de la idea democrática, con sus contradicciones indudables, como también América Latina, porque Estados Unidos y nosotros tienen libertadores que eran esclavistas al mismo tiempo. Es el mismo conflicto de Francia, donde Francia ha vivido eso, se levanta la bandera de la libertad, la igualdad, la fraternidad y lanza su ejército a matar los negros en Haití, porque dijeron lo mismo.
Entonces, ¿por qué eran negros? No, porque eran sus esclavos y se liberaron a la fuerza y los derrotaron. El ejército más poderoso del mundo fue el de Haití contra el ejército de Napoleón, un país tan pequeño y el resultado fue la derrota del ejército de Napoleón.
Y fíjense en la paradoja de venganza, cobraron, eso pasó también en Colombia, como dijeron los esclavos son propiedad privada, luego si ustedes expropiaron la propiedad privada deben indemnizarnos y obligaron a Haití a pagarles y por eso es Haití pobre hoy, por el pago que le hicieron a los franceses y con parte de ese pago se hizo la Tour Eiffel y ahora Francia y París es visitada por la Tour Eiffel.
¿Cuánta plata han sacado de eso? En turismo, restaurantes, todo eso, durante tanto tiempo y no le han dado un solo franco, bueno, ya no es franco, ahora es euro a Haití y esa torre está hecha con el dinero que Haití les pagó, miren esa injusticia, pero eso se me ha ocurrido, espero que no me cojan preso por aquí, que nosotros no deberíamos llevar la estatua de la libertad.
Yo dije que se pusiera en Cartagena porque Cartagena tuvo un sitio de piratas de españoles, primero fueron los ingreses que nos sitiaron hasta lograron tomar la ciudad, pero tuvieron que irse, después vinieron los españoles, los franceses también, hubo un general de los Estados Unidos en ese momento bajo la colonia inglesa, (Edwar) Vernon.
Vernon entró a Cartagena y tumbó unas cuantas murallas y aquí hay una montaña que se llama la montaña Vernon, Vernon, que es en honor a ese general de los Estados Unidos, marino, y hasta tuvimos la entrada militar de Estados Unidos futura en nuestra ciudad de Cartagena y el pueblo resistió detrás de las murallas.
Morían de hambre, eso era como Leningrado, como cuando se llamaba Leningrado que ahora no, y resistió y la independencia de Colombia comenzó en Cartagena por el pueblo negro que también era descendiente de Haití, de otra manera y allá debería estar la estatua de la libertad, porque allí se luchó por la libertad y lo hicieron los negros y se liberaron a ellos mismos.
El primer territorio libre de América, se lo compiten dos palenques, uno en Santa Marta y otro cerca de Cartagena que dirigió Benkos Biohó, pero aquí viene a hablar de Palestina, cuando yo hablo aquí de Palestina y en Colombia dicen ¿por qué no habla de Colombia?
Cuando hablan de Colombia entonces ya se quedan sordos y ciegos. El discurso de Trump marca, yo creo, que una diferencia, porque fue franco, fue sincero, dijo lo que pensaba y causó estupor, uno podría insultarlo, lo que sea, pero dijo exactamente el sentimiento de mayorías en la población blanca, más de viejos que de jóvenes, porque yo creo que ningún joven cree eso y afirmó que no existe la crisis climática, que eso es un cuento, que eso no es realidad, es decir, dijo que la ciencia es falsa. Cuando se dice eso, que la ciencia de todas maneras no dice verdades certeras, porque su proceso es dialéctico, tesis, antítesis, síntesis y salta y sigue así permanentemente.
(Georg Wilhelm Friedrich) Hegel lo dijo y antes de Hegel Lao Tsé y los pueblos guambianos de Colombia son dialécticos. Debe hacer un escrito de eso, donde está la dialéctica de la filosofía de los pueblos indígenas, que son antes de Lao Tsé y antes de Heráclito y antes de Hegel, nosotros estamos aquí hace 30.000 años. Yo digo nosotros porque yo también, como todos los colombianos, tenemos toda la sangre del mundo en nuestras venas, entre ellas las de nuestros ancestros americanos y nuestros ancestros tienen 30.000 años de estar aquí y los ancestros de Trump tienen 100. Esa es la matemática. 300 siglos en América, 300 siglos. Y este señor tiene uno.
¿Con qué autoridad nos viene decir que nos vayamos de aquí? Nosotros tenemos más derecho legítimo de andar desde Alaska hasta La Patagonia porque todo eso lo andábamos a través de generaciones. Los pueblos indígenas amerindios que llaman ancestros sabían más de matemáticas que los europeos. Sabían encontrar las estrellas más que los europeos.
Teníamos el algodón, tengo lino ahora, pero el algodón que salvó a Europa de la peste. Más que bien éramos civilización y la destruyeron. Algo sobrevive y eso algo sigue resistiendo.
Millones y millones en un genocidio. No hubo un encuentro entre Europa y América, hubo un genocidio. Y lo hicieron los europeos.
Y parece que la historia del genocidio no se aparta de Europa. Se repite, vuelve, por más democracia y revoluciones que se hagan. Pues el señor Trump está otra vez en un genocidio y dice que la ciencia no existe.
Hay un filósofo que leí en mi tiempo. Él fue un revolucionario práctico. Hubo un tiempo en que los revolucionarios eran filósofos y actuaban en las barricadas al mismo tiempo. Peligro de morir. Por eso lo primero que hizo Hitler fue recogerlos a todos y a él lo persiguió. György Bernát vino a parar aquí. Él se llamaba Georg Lukács, húngaro. Y estuvo en la revolución húngara en los años 20. Stalin cometió un error y es que hizo el tratado de Yalta para proteger a Moscú y no para crear la revolución mundial socialista.
Y abandonó las revoluciones que había reales. Italia, Grecia, España, Albania, Yugoslavia que las recogió. En Hungría hubo uno, Georg Lukács, la vivió, estuvo allí hasta el final, tuvo que salir.
Se acabó el imperio astrohúngaro. Y escribió un libro en 54, después de sobrevivir a Hitler que se llama El asalto a la razón. El libro, hay que ver si todavía existe o editan el libro, es un compendio que analiza la transformación de la filosofía alemana. Que Alemania se jactaba de la mejor filosofía del mundo.
No tenía sino a Kant, no tenía sino a Hegel, no tenía sino a Feuerbach, etc. Y la más abstracta, yo diría la más profunda, uno de sus filósofos más dignos hoy es Habermas.
Tiene un coreano que nace en Alemania, él es coreano físico pero alemán, Byung-Chul Han, que es excelente y que dice la esperanza es la que hace nacer las revoluciones en el momento en que uno está entre la vigilia y el sueño. Que es el momento de la ensoñación, en la ensoñación nacen las revoluciones, dice él. Pues bien, esa misma Alemania empezó a derivar en los años 20 a una forma de irracionalismo mental.
No solo de los filósofos se creó la corriente irracionalista sino de la sociedad. No creer en la ciencia, creer que el ser humano no puede conocer, que nos queda imposible conocer, decían los posmodernos porque estamos rodeados de un lenguaje que nos encarcela y vemos ese lenguaje no las cosas reales, tesis así parecidas, nunca podremos conocer la verdad.
Pero la ciencia nos ha demostrado que es la Linterna de Diógenes, que lo único que tiene la humanidad y respecto a todas las teorías religiosas es alumbrar con la Linterna de Diógenes por qué camino tomar en la noche.
Y ese camino es el de la ciencia, la Linterna de Diógenes es la ciencia que va marcando un acercamiento cada vez más a la realidad, a conocer nuestra realidad y el entorno. Y es la ciencia lo que nos ha salvado, ciencia construida colectivamente, no existe una ciencia individual, no existe una ciencia de un solo país, así los franceses crean que la ciencia es solo de ellos.
Lo cierto es que Europa no conocería de matemáticas sin los árabes y los árabes quizás sin los griegos y se podría hacer todo un compendio, ahí en Naciones Unidas hay una imprenta de antes de Gutenberg y la hicieron en Corea, la ciencia nació en todas partes.
Nos jactamos en América Latina de que nuestras construcciones apuntan a las estrellas de manera astronómica bien definidas. El juego que hacían con pelotas los mayas, estando allá en Chichén Itza, si se pone a sonar la pelota entonces los que calificaban el juego iban midiendo el eco y para poder medir los ecos se necesita tener la idea de la velocidad del sonido y ellos lo comprendían bien, matemática pura. Y así la ciencia es de la humanidad y es la Linterna de Diógenes.
Y si la ciencia nos ha dicho hoy que nos acercamos a un colapso climático que puede acabar con todo en su fuerza, la cadena de la vida, porque la cadena de la vida es un tejido muy vulnerable que llega hasta nosotros con nuestro cerebro pensante y cualquier ruptura de la cadena, como en un saco se va todo el saco, se acaba la vida.
Y lo que hace la crisis climática es precisamente romper las cadenas y al romperse es todo lo que se desmorona. Y entonces nos han dicho bien, un colapso climático puede derrumbar la vida.
Y Trump lo que dijo fue que no hay que creer en la ciencia, es decir, repetir el pensamiento filosófico de antes de Hitler. ¿Y eso qué significa? Que hay un Hitler en ascenso, eso es lo que hay. Un Hitler en ascenso.
Y hay un Goebbels. Goebbels ya no es una persona, es una cadena mundial de telecomunicaciones poderosa que habla todos los días de mentira y que nos oculta la realidad permanentemente. En Colombia lo sufro todos los días.
Que hay que romper, porque si las personas no miran hacia arriba, como dice la película, no miran la realidad, no se dan cuenta que sus hijos, todos, pueden perecer antes que ellos, incluso. Que toda la generación que hoy nace va a vivir cosas terribles que nosotros no hemos vivido. Que la idea del progreso occidental, de que la siguiente generación viviría mejor que la nuestra, no existe.
No hay una flecha lanzada hacia arriba. La flecha tenemos que lanzarla de nuevo. Lo que viene son tiempos peores para nuestros hijos y por eso ya en Colombia los jóvenes no tienen hijos, en una sociedad tan juvenil.
Y creo que en todo el mundo la renuncia a tener hijos no es más sino las primeras campanas que doblan por ti. Como decía (Ernest) Hemingway, las campanas están doblando y es por ti. Están doblando por nosotros.
Quizás somos la última generación que puede vivir consumiendo más que todas las demás generaciones juntas, pero a punto de que nuestros hijos ya no vivan más. La ciencia lo ha dicho, pero sin embargo la mayoría de la población no cree en la ciencia. Porque el remedio que propone la ciencia es vivir de otra manera que como vivimos, producir de otra manera que como producimos, y en todo el mundo dejar de consumir petróleo, carbón y gas, hidrocarburos.
Y el capitalismo está construido sobre el petróleo, el carbón y el gas. Y entonces al capital le suena como, váyanse, porque no pueden seguir. Y la verdad es, el capitalismo está llegando a su final, pero se puede llevar toda la vida humana y natural con él en su precipicio.
Tenemos que separar la humanidad del capital, pero eso es tema de otra conferencia. Lo que dijo Trump, no solo fue el tema de la ciencia, pero creo que hay que recalcarlo una y otra vez, es lo que dijo Goebbels. Trump repite las palabras de Goebbels.
Sus asesores son de Goebbels, quizás más que él, y creen eso. Y yo no sé si la mayoría del pueblo de los Estados Unidos crea eso, yo no me resisto a pensar que sí. Porque yo estuve bajando, caminando las montañas, porque me gusta caminar las montañas.
No he perdido la costumbre, quizás me preparo para otros tiempos. Bajé las montañas de Toscana y por casualidad, dando una vuelta de una trocha por ahí, me encontré un inmenso campo de cruces blancas en fila todas, al principio que era esto, miles y miles. Y había tres capillas que sonaban hermoso, y fui hasta las capillas y leí en medio inglés, porque puedo leer inglés.
Y allí leyendo, pues era un homenaje a los muchachos que murieron ahí en una gran batalla contra alemanes e italianos. Los italianos se rebelaron primero en lo que se llama las Brigadas Garibaldi. Y yo tengo ancestros allá, pero de antes de Italia, romanos.
Y los señores que murieron ahí son los abuelos de las personas de hoy que viven aquí. Y murieron allá ¿por qué? Yo leía los nombres, ya en mis tomas. Había judíos ahí, había negros, muchos indígenas, blancos.
Lo que es Estados Unidos, ¿cómo todos esos muchachos por millones fueron a morir en tierra ajena? ¿A luchar por tierra ajena? ¿Qué los impulsó? La orden de un presidente, quizás, pero yo creo que los impulsó una fuerza más poderosa que la voz de un hombre conduciendo a la guerra, que fue la voz de luchar por la libertad. Los pueblos luchan por la libertad, se hacen matar por la libertad. Colombia se fundó en una lucha por la libertad.
Nos sentimos herederos de la libertad, a veces se nos olvida, pero somos hijos de Bolívar. Y venezolanos, y ecuatorianos, y panameños. Somos hijos de Bolívar.
Esto aquí no está de sobra, me la regalaron hoy, obviamente. Tengo muchas, los niños de Palestina me han regalado muchas. A veces lloro cuando ellos me la regalan.
Pero es que nosotros, los colombianos, tenemos en nuestras tantas sangres de origen, no solo la de los ancestros, la siguiente sangre que fluyó en nuestras venas después del amor fue la sangre árabe, que también se nos olvida esa parte de la historia. Porque del sur de España, recién conquistada por los castellanos, que venían del norte y expulsado el califato de Córdoba, quedó la gente árabe viviendo ahí con sus costumbres. La obligaron a cambiar de nombre y de religión, obligados.
Pero apenas salían las carabelas y los bergantines de Cádiz, del sur de España y de Granada, pues los marineros que metían ahí no eran los castellanos, eran los árabes. El castellano iba de capitán del barco. Y entonces los primeros en pisar tierra en el continente americano fueron árabes.
Y no se conoce esa historia, se conoce la historia del capitán castellano que llegó al genocidio. Pero y los árabes se quedaron ahí, se arrejuntaron, como decimos nosotros, y sus costumbres y su sangre quedó en la sangre de los caribeños de Colombia. Los caribeños de Colombia se diferencian de los demás caribeños, porque tenemos sangre árabe y así son nuestras construcciones, así son nuestras culturas, así bailamos, podemos bailar allá, como aquí, podemos defendernos.
Ay, en nuestra sangre los árabes no saben de eso, lo olvidaron. Pero confluimos, por eso alguna vez en los campos, los campos no, en el desierto del Sahara de Libia, tenía el nombre, Macaba creo que se llama, nunca hemos vuelto, jóvenes, muchachitos todos del M-19, pocos, un grupo se fue a entrenar en la guerra. Nosotros pensábamos que el ejército libio sabía de la guerra, pero nos equivocamos.
Y llegaron del Frente Polisario y de la Organización para la Liberación de Palestina y del Congreso Nacional Africano, y bueno, a eso le llamaban la tricontinental, llegaron griegos, llegaron italianos a entrenarnos para cambiar el mundo. Y no hubo tal cambio, casi todos hicimos fue la paz después, mirando las estrellas se juntaban palestinos con nosotros a hablar en lo que podían. Y descubrimos que el ejército de Libia no iba a servir para una guerra, estaban de descomposición, que no sabían que era eso, y nos tocó a nosotros enseñarles.
No yo, no estuve ahí, pero mis amigos sí, y varios ya murieron. Y esa anécdota tiene que ver con cómo nosotros confluimos en la lucha misma con la Palestina contemporánea, y aplaudimos su proceso de paz y lo acompañamos.
Yasser Arafat supo del M-19 y recogió nuestras banderas, dicen que lo asesinaron, esa misma bandera, hundió en los campos, en el desierto del Sahara, y Muammar al-Gaddafi quería que fuéramos a tomarnos un pueblo en Chad, pero nosotros dijimos que no teníamos ninguna guerra en Chad, que Chad no era nuestro enemigo, sino nuestro enemigo era otro, el Ararat se llama.
Y volvimos a Colombia, y bueno, yo creo que hemos cambiado Colombia, y la estamos cambiando. Pero no se nos olvida que palestinos y colombianos fuimos hermanos, y seguimos siendo hermanos y lo demostramos. Y, por tanto, ante el discurso de Trump y la realidad del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, tenemos que darnos por enterados.
El último veto, hace poco, de Estados Unidos, único país en vetar, el que hubiera dado un cese al fuego, fue lo que se dijo ahí, en Gaza. No dicen genocidio, pero aún sin decir genocidio, sino que simplemente cesara la barbarie, Estados Unidos se opuso. El único país de 14 del Consejo de Seguridad, nosotros vamos a ser miembros de eso.
Un veto y ya, no sirve para nada. La diplomacia hoy, por ahora, no sirve para nada. Todos los discursos que hemos hecho, o sea, lo que yo mismo hice ahí, frente a la Asamblea, y otros muchos, el reconocimiento de Palestina, que nosotros hicimos en otro gobierno pasado, y América Latina la mayoría, ya no sirven.
De nada sirve reconocer un Estado si van a caer las bombas encima. Es pura forma, un tanto para contentarse con la juventud de su propio país, que ya no los aguanta, que quieren salir, que quieren cada vez más una revolución. Y eso vemos en Europa, y yo creo que aquí en Estados Unidos, a la sociedad de los Estados Unidos la están amedrantando, como hicieron en Alemania.
Poco falta para que caigan los jóvenes de la Rosa Blanca, que fueron los alemanes que se opusieron a Hitler siendo jovencitos universitarios, y los mataron a todos. La Rosa Blanca, de ahí viene el nombre, se llamaba su coalición clandestina contra Hitler, cuando todo comenzaba apenas, pero ya se sabía dónde iba a terminar. Aquí ya se sabe dónde va a terminar.
Y le corresponde al pueblo de los Estados Unidos dar el primer paso, porque tiene que aislar a su propio gobierno y desobedecerlo. Cuando les ordenen, les ordenen ir a Palestina. No pueden apuntar sus armas al mismo pueblo de los Estados Unidos.
Bolívar dijo una frase, por aquí un monumento a Bolívar. Siempre se visita Bolívar, está casi en todos los países. Bolívar, el guerrero libertario. Bolívar usó una bandera que yo uso de vez en cuando, y allá me critican, porque no se conoce, la borraron, la censuraron, que se conoce como la bandera de la guerra a muerte. Y su bandera era básicamente roja y negra, y tenía un marco blanco. Y yo creo que significaba lo mismo que hoy, rojo y negro, libertad o muerte.
Y esa fue la consigna de Bolívar, y estamos hablando de 1819, etc. 15, 14, en esa época. Antes del anarquismo, que usa esa bandera. No sé cuál fue el origen de esos colores, pero eso venía de antes en la historia, y Bolívar los recogió como nuestra bandera. Era la bandera del ejército libertador, pero usaba el blanco porque le daba oportunidad a la paz. Era también una alternativa.
Libertad o muerte. O por la muerte, o por el blanco de la paz. Lo demostró en las conversaciones con Murillo.
Bueno, Bolívar está aquí. Y Bolívar dijo, maldito el soldado que levante su arma contra su propio pueblo. Esa fue su frase. Se la repartimos al ejército de Colombia para que recuerde que es un ejército bolivariano y no levante sus armas contra su propio pueblo, que lo ha hecho antes.
Y ese es el mensaje que yo les doy. La consigna de la Fuerza Aérea Colombiana, que ahora se llama Fuerza Aeroespacial, porque esperamos cumplir la palabra, es Ad-astra.
Ad-astra es At-Asperus, Ad-astra es latín. Nosotros también venimos del latín y de los viejos romanos. Y somos la herencia más grande del Imperio Romano que queda en el mundo contemporáneo.
América Latina. Y no nos tape pena tampoco, porque ellos supieron hacer ejércitos. Supieron construir una república, supieron armar leyes, supieron que era importante el conocimiento, nunca lo negaron.
Supieron lo que hoy Trump niega. Y Ad-astra significa At-Asperus, Ad-astra significa a pesar de las asperezas, hasta las estrellas. Luego, en la mente romana, estaba la idea de llegar a las estrellas. Y yo creo que así es hoy. Y esa es nuestra consigna en la Fuerza Aeroespacial Colombiana. Pero no llegaremos hasta las estrellas cuando no tengamos una humanidad libre. Toda y libre significa toda persona en el planeta debe ser libre. No puede haber esclavitud y una humanidad unida. Unida y libre.
Unida en la diversidad inmensa que somos, que es nuestra riqueza como humanidad, y libre. Seres hombres y mujeres libres. Hoy estamos lejos de eso.
Y una de las peores cadenas a esa libertad aparece aquí, junto a la estatua de la libertad, cuando el discurso de Trump anuncia esas esclavitudes. Esclavitud a la ignorancia. Y esclavitud de los pueblos, los migrantes.
Yo detuve los aviones que mandó Trump, llenos de colombianos, con cadenas y esposas, en el aire. Y ordené que no entraran a Colombia. Y se devolvieron. Y tuvieron que recibirlos aquí. Y les dije, claro que como colombianos tienen derecho a llegar a su patria. Y quiero que regresen a su patria. Y además les pido que regresen, pero no encadenados, porque eso no es para el ser humano libre. Y el migrante no es un criminal. Un migrante no es un criminal, es un ser humano y se le respeta en su dignidad.
Y América Latina tiene que hacer valer la dignidad de los pueblos latinoamericanos. Si no, mejor quitemos todas las estatuas de Bolívar y olvidémonos de él, porque lo que nos enseñó fue dignidad. No puede haber un latinoamericano cipayo, servil.
Tiene que mirar de tú a tú a cualquier ser humano del mundo, porque no tiene nada que ocultar y sí mucho que contar. Es mucha la belleza que hay en Colombia como para sentirnos avergonzados. Y eso lo queremos aportar ahora en la respuesta a Trump, porque si vetaron, acabaron la diplomacia.
Las palabras hoy sobran, aunque hay que pronunciarlas. Las manifestaciones empiezan a tener ineficacia, aunque hay que continuarlas y agrandarlas. Hoy falta eficacia a detener a Netanyahu.
No es posible que haya una orden de un órgano de justicia legítimo y mundial y se pasee por las naciones de Europa y por los Estados Unidos y otras partes como si nada. Miren a ver si un capo del narcotráfico colombiano con orden de captura podría hacer lo mismo. Lo capturan en el primer aeropuerto, porque ellos sí son capturados.
Y Netanyahu no, que tiene una orden de captura. Es el mismo mariner del ejército de Estados Unidos el que debería capturarlo apenas llega. Y si Trump no lo entrega, pues entréguenlo a nosotros. Nosotros lo recibimos. Recuerden a sus abuelos, que yo mencionaba acá, que están allá. Yo me arrodillé.
Yo no soy muy religioso, que digamos, pero respeto el heroísmo humano, la historia humana. Y sé que de la historia humana es parte Estados Unidos. No quemo banderas de Estados Unidos, porque sé que hay un pueblo que ha peleado.
Aquí estuvo Sacco y Vanzetti y la canción es hermosa. Y la historia de Sacco y Vanzetti hay que repetirla una y otra vez. La canción la hizo Ennio Morricone.
La cantaba, no recuerdo si Joan Báez o ya olvidé, pero siempre la pongo por ahí. Y Sacco y Vanzetti es de una lucha fenomenal en las calles de Nueva York que fue mundial. Anarquistas ellos, dirigentes de obreros, los condenaron a muerte y los mataron por ser rebeldes, por ser obreros, por agenciar la lucha obrera mundial en tiempos en que eso era posible.
O no, Edwin, que es obrero de Ecopetrol, pero yo le digo que hay que acabar ya de Ecopetrol para que haya energías limpias y se ponen un poco tristes. Pues bien, a esos nietos de esos abuelos yo quiero convocarlos. Desobediencia civil, así hicieron cuando tenían que ir a Vietnam a una guerra injusta.
La juventud norteamericana sabe cuándo una guerra es justa y cuándo es injusta. Y cuando es justa da su vida, con heroísmo, igual que el pueblo soviético en aquel entonces. Y cuando es injusta se revela. Y yo tengo que decir que no solo es injusta la guerra en Palestina, porque aquí ni siquiera hay guerra, hay genocidio.
Y los hijos e hijas de los fundadores de la República de los Estados Unidos no pueden estar al servicio de un genocidio, porque sus fundadores los fusilarían en el acto por herir la propia marca con la que nació Estados Unidos misma, casi al mismo tiempo que la República de Colombia. Y colaboramos unos con otros.
Entonces, hoy es un tiempo de rebeldía. Hoy es un tiempo de revoluciones. No hay partidos para dirigirlas.
Hay gente, hay deseo, hay voluntad. Es de otra manera, yo sé, no se repite la historia, pero llegó la hora de las revoluciones. Y una de las cosas que propuse para darle eficacia a la lucha es que se detenga el genocidio en Gaza, porque si cae Gaza, cae la humanidad.
Porque están haciéndose un experimento cuyo mensaje es hacia nosotros, que ya tenemos 17 muertos jóvenes en el Caribe. Es a cada pueblo del tercer mundo, del sur, o como se quiera, o rebelde.
Hasta los Estados Unidos que han mandado el ejército contra las ciudadanías de los estados, a amedrentarlos con el ejército que consideran que es de ellos, pues ese es el miedo. Nos quieren aterrizar en el mundo para que vayamos como un rebaño al matadero sin protestar. El matadero se llama el colapso climático.
Mientras ellos acumulan sus fortunas que no le van a servir para nada, porque es como los ensayos de Elon Musk, tratando de escaparse de la tierra. Y cada vez que intenta con sus cohetes se le destruyen, vuelan en mil pedazos, no sabe cómo irse de la tierra. Aquí se va a quedar y si aquí vamos a morir del colapso, le tocará a él también, a sus hijos si es que los tiene.
Y por tanto lo mejor es impedir el colapso. Y para ello lo que propuse es configurar un ejército de salvación del mundo. La idea parece loca. ¿Cómo se va a hacer un ejército en tan poco tiempo?
Nosotros lo hicimos en muy poco tiempo y sacamos al ejército más poderoso del mundo de nuestras tierras. El ejército del rey de España. ¿Se puede? Porque hay un mecanismo que se usó ya, creo que en el caso yugoslavo, no recuerdo bien. United for Peace, Unidos por la Paz. United for Peace. Es un mecanismo difícil, lo sé.
Me dicen que son tres cuartas partes de la votación. Yo pensé que eran dos terceras, que es más fácil. De la votación de todos los estados de Naciones Unidas. Una inmensa mayoría de la humanidad. Se presenta una resolución si tenemos el convencimiento de que los votos van a superar tres cuartas partes. La resolución ordena a las Naciones Unidas organizar el ejército. No seremos nosotros, serán las Naciones Unidas. Orden de la humanidad a Naciones Unidas. No hay veto, porque es la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Obviamente, hay un trabajo diplomático, hay que conseguir tres cuartas partes de los votos. ¿Han votado? Sí. Pero ahora es más difícil porque no es un pronunciamiento.
Si se vota a favor de configurar un ejército, todos los países que votamos tenemos que ayudar. Nosotros ya tenemos un batallón en el Sinaí, está cerca, y ya sabe qué es el desierto. Pero puede aumentar.
Incluso he propuesto, como sucedió cuando nos quitaron a Panamá, que se abra un listado de voluntarios de colombianas que quieran ir a luchar, a arriesgar la vida. Y que eso lo hagamos en todas las naciones del mundo. Indonesia ayer dijo que ponía 20.000 hombres y mujeres, supongo.
Y vamos a hablar con Malasia y Pakistán. Y hoy le dije de frente al delegado chino, si ustedes arrancan, lo tenemos ya. Ya está listo. Nosotros decimos allá en Colombia, así cuando queremos enamorar a una mujer, mucho tilín, tilín y nada de paletas. Y después nos arrepentimos de haberlo dicho, porque somos víctimas del invento. Pero mucho tilín, tilín y nada de paletas, porque mucho discurso, discurso.
¿Y qué? Y hoy está feliz, riéndose. No, es con esto. Yo sé que una mujer puede decirme ahora, Petro estás invitando a una guerra mundial.
Y nosotros y nosotras, las que fuimos del M-19, siempre supimos que íbamos por el filo de una navaja. Que le apostábamos al pueblo y a la historia, y que teníamos esa frase, que la cadena de los afectos y los amores nos protegía. Algunos no los protegió, a mí me protegió.
Y estoy aquí vivo. Sí, es un filo de la navaja. Es que solo si Estados Unidos e Israel entienden que hay un ejército más poderoso que los puede enfrentar allá en Palestina, se sentarán a negociar.
Es lo que creo. Palabra y acción, decíamos, siguiendo al filósofo alemán que dijo, ya llegó el momento en que no solamente debemos interpretar el mundo, sino cambiarlo. Para cambiarlo hay que interpretarlo, pero si lo interpretamos y no lo cambiamos, no hacemos nada.
Decía Hegel, alemán también, si las ideas no son acompañadas de los cañones, las ideas se las comen los ratones en las bibliotecas y desaparecen. La historia ha sido así. Primero la idea, después los cañones, dijo Hegel.
Y es así. Entonces, claro que podemos hacer un ejército más poderoso. Claro que sé de los peligros de mi propuesta, empezando por mí mismo. Sé que hay países que tenemos con qué. Muchos. Y sé que habrá un voluntariado, como hubo en la Guerra Civil Española y ahora en Kobane, norte de Siria.
Gente de todas partes dispuesta a ir. Que pueden ser millones, ojalá. Que si nos decidimos y convocamos, tenemos una alianza humana. La humanidad con armas. El primer ejército de la humanidad y no de una nación. Ejército que no es para matar, que no se hace para aumentar la lista de tantos muertos que ya tenemos, sino para disuadir.
En primer lugar, disuadir el genocidio y frenarlo. Porque si lo logramos, la segunda tarea es salvar pueblos de la crisis climática. Y se necesita ejércitos, porque muchas naciones no van a tener ya la capacidad del desastre.
El ejército de la salvación del mundo es un ejército para afrontar el tránsito de la crisis al colapso climático y la barbarie que se va a desatar. Dice una universidad, no recuerdo cuál, prestigiosa, haciendo los modelos esos que tiene, dice, dice, se llaman los modelos de computador, sobre crisis climática, con la que el panel de expertos hace su análisis y entonces hacen un trabajo sobre migración para el año 2070. Para el año 2070 yo no estaré, pero los hijos de ustedes sí.
Y estipulan que 3.000 millones de personas del trópico se irán al norte a buscar agua, como siempre ha hecho la humanidad. ¿Qué pasa en estos países si venimos 3.000 millones de personas? Muros, campos de concentración y ametralladoras. ¿Qué pasa si la gente de Bangladés por decenas de millones quiere ir a la India a buscar el agua? Que son los primeros que se van a hundir, porque son una depresión junto al mar.
Los matan, les dan la bienvenida, los tiempos van a ser peores, los conflictos peores, si no detenemos la crisis climática. Una barbarie, América Central y nuestro país tan lleno de agua, tendrían que emigrar a los Estados Unidos. ¿Nos van a recibir? Hoy vemos cómo nos tratan.
Luego, ¿qué estamos pensando? Hay que detener la crisis climática y eso se hace deteniendo el carbón, el petróleo y el gas, que no son los culpables, sino el gran capital que los utiliza para la codicia, para ganar más y más, vendiendo más y más, produciendo más y más, entonces necesita más y más energía fósil y nos envenena a todos, incluidos ellos mismos.
Bueno, pues ahí se necesita el ejército, no solo la fuerza. Ante los colapsos la población puede desorganizarse, entrar en pánico.
La barbarie será el signo y la muerte de la democracia el otro signo, si no somos capaces de frenar eso en los próximos 10 años. Gaza es pequeño comparado con lo que viene, crisis, colapso climático en todas partes. Por tanto, si ganamos en Gaza, podemos ganar también frente al colapso y detenerlo antes que acabe con la humanidad.
Es el tiempo. No veo a Gaza como, lo veo como una oportunidad. Desataron esa barbarie sobre Gaza, pero pueden habernos abierto la puerta del cambio del mundo.
Gaza no puede perecer como Stalingrado, como Leningrado, como tantos pueblos que resistieron y no dejaron pasar a los nazis. Y a partir de ahí vino la derrota nazi, como en China cuando sacaron a los japoneses a la fuerza, como en Yugoslavia que no necesitó ejércitos soviéticos ni norteamericanos y solitos sacaron el ejército nazi de sus tierras y lo mismo pasó en Albania.
Y los italianos lo hicieron también, sino que la triste historia de Italia es que llegaron los gringos ayudados por la mafia siciliana, entraron por el sur y les exigieron devolver las armas y los italianos 200.000 hombres y mujeres armados devolvieron las armas y no hicieron la revolución que querían.
Pero es la historia. Ahora, intentémoslo, el asalto al cielo. La hora de las revoluciones ha llegado y Gaza es la oportunidad porque está la gente dispuesta a salir a las calles como ya hemos visto y yo sí creo que si le damos eficacia a las multitudes el tiempo cambia, los tiranos se van, la democracia prevalece y sobre todo la expansión de la libertad al espíritu humano.
De Gaza puede salir, como dijeran antes, la chispa que prende la pradera. Estoy absolutamente seguro que en las condiciones de extinción a la que nos han llevado, la humanidad responderá como respondió ante Hitler, con mucho heroísmo, con mucha gente que murió, abuelos, pero ganaron y por eso estamos aquí hablando aún, si no no estaríamos, quién sabe en qué estaríamos, en un gran campo de concentración esperando la hora de la Cámara de Gaza porque nuestra piel nos hubiera condenado.
Así que no vamos a hacer eso, lo que vamos es a ganar, y ganar significa que Gaza viva, árabe, multirreligiosa, plural, centro de lenguas, centro de investigación, pero digna. Gaza va a perdurar, los palestinos resolverán sus problemas políticos, como los israelíes tienen que resolver sus problemas políticos. Nadie de nosotros puede meterse en eso, es de ellos la decisión, cómo rehacer a Palestina, cómo rehacer a Israel, cómo rehacer una convivencia en paz, donde sean hermanos, porque antes lo fueron, porque Jesús no era Jesús palestino y judío, era palestino de religión judía, hijo de Zem, según la Biblia, hijo y descendiente de Zem, como los árabes, y sus religiones no son muy diferentes, hay cosas diferentes.
Decimos que se nos golpeen la otra mejilla y nos han burlado por ello, y otros dicen que hay que ir hasta la casa del infiel si ha ofendido en su casa, pero al final somos iguales, creemos que hay una energía universal y que la humanidad ha sobrevivido en este planeta por ayudarse, por amarse, y por tanto levantar una política del amor no es poesía ni romanticismo, la humanidad sigue en el planeta tierra si se ayuda con los corazones juntos y con los cerebros juntos y con los músculos juntos.
El cerebro nos llevará hasta las estrellas si juntamos los cerebros, pero los músculos y el corazón tienen que lograr la humanidad libre que necesitamos y unida, y esa humanidad libre y unida empieza a construirse en Gaza.
Así que gracias por haberme escuchado, muy amables, retorno a mi país.
Nueva York, 26 de septiembre de 2025