Cumbre de los Pueblos rumbo a la COP30: Uniendo voces por la justicia climática

5 de mayo por Colectivo , La Via Campesina


La Vía Campesina se suma a la Cumbre de los Pueblos como parte de un proceso creciente de movilización y convergencia política por una transformación sistémica. Juntxs, ya estamos construyendo una transformación arraigada en las luchas de base — un proceso que tomará más fuerza en el 3er Foro Global Nyéléni en Sri Lanka y nutrirá la Cumbre de los Pueblos rumbo a la COP30 en Brasil.



A continuación compartimos el manifiesto de la Cumbre de los Pueblos, una herramienta para seguir avanzando en este camino de lucha colectiva.

 Manifiesto de la Cumbre de los Pueblos [1]

Movimientos sociales y populares, coaliciones, colectivos, redes y organizaciones de la sociedad civil de Brasil han estado, desde agosto de 2023, construyendo un proceso de convergencia entre organizaciones y movimientos de mujeres, sindicales, indígenas, agricultores/as familiares y campesinos, quilombolas, de pueblos y comunidades tradicionales, de pueblos tradicionales de matriz africana, negros y negras, juventudes, interreligiosos, ambientalistas, trabajadores/as, midialivristas, culturales, estudiantes, de favelas y periferias, LGBTQIAPN+, de personas con discapacidad, de derechos humanos, de defensa de la infancia, adolescencia e intergeneracional, de las ciudades, del campo, de los bosques y de las aguas, con el objetivo de realizar la Cúpula de los Pueblos como un espacio autónomo a la COP 30 de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC), en la Amazonía.

Nuestro objetivo es fortalecer la construcción popular y converger las agendas de unidad: socioambiental, antipatriarcal, anticapitalista, anticolonialista, antirracista y de derechos, respetando sus diversidades y especificidades, unidos por un futuro de buen vivir. En el contexto actual, más que nunca, necesitamos avanzar en espacios colectivos que defiendan la democracia y la solidaridad internacional, enfrenten la extrema derecha, el fascismo, los fundamentalismos, las guerras, la financiarización de la naturaleza y la crisis climática.

El clima extremo, las sequías, las inundaciones, los deslizamientos de tierra y las falsas soluciones climáticas sirven como instrumentos para profundizar la desigualdad y las injusticias ambientales y climáticas, principalmente en los territorios, afectando de manera cruel a quienes menos han contribuido a la crisis climática, ecológica y civilizatoria.

La insuficiencia de medidas para contener tales crisis es alarmante. Los países y tomadores de decisiones se han omitido o han presentado soluciones absolutamente ineficaces, poniendo en riesgo la meta de 1,5º del Acuerdo de París. Las inversiones que alimentan el cambio climático han aumentado en los últimos años, y las políticas de protección a los pueblos indígenas y poblaciones tradicionales han sido desmanteladas, y sus liderazgos, amenazados y asesinados.

Las soluciones reales son urgentes y la sociedad civil de todo el mundo debe ser protagonista en todos los espacios de debate de esta agenda. La COP 30 debe representar un punto de inflexión en este escenario y abordar las acciones necesarias para enfrentar la crisis climática.

Es necesario revisar el modelo económico vigente y eliminar la producción y quema de combustibles fósiles, responsables de más de ⅔ de las emisiones que provocan el calentamiento global, así como implementar políticas para la deforestación cero. Urgen acuerdos internacionales por una transición energética justa, empezando por los más ricos, además de responsabilizar a las corporaciones transnacionales del agronegocio, la minería, el sector energético, inmobiliario y de infraestructura, que hoy representan una amenaza para las poblaciones locales.

Es urgente intensificar la lucha contra el crimen organizado, grupos paramilitares y mercaderes de carbono, que se están instalando de manera creciente en diversos territorios. Que se combatan las amenazas y se ofrezca protección y garantía de derechos a los defensores ambientales y de derechos humanos, con atención a la ratificación del Acuerdo de Escazú y otros de suma importancia.

Es fundamental que se realice una transición justa, popular e inclusiva; el derecho a la tierra y territorio mediante la reforma urbana, agraria y fundiaria; la demarcación, titulación y regularización de los territorios indígenas, quilombolas, pesqueros y tradicionales; el establecimiento de sistemas alimentarios donde la soberanía alimentaria sea el foco, con fomento a la agroecología, a la valorización de la producción familiar, campesina y de la pesca artesanal, de la economía indígena, solidaria y feminista; el reconocimiento de la naturaleza como sujeto de derechos; la protección de las áreas oceánicas, de tierras raras y marinas; la protección de la biodiversidad; la generación de trabajo decente, empleo y renta y de políticas de cuidado; la consolidación del derecho a la ciudad con políticas urbanas como políticas ambientales; la implementación de políticas específicas para afectados climáticos; de acceso a agua potable y saneamiento básico; de prevención y adaptación climática, en especial en las periferias urbanas y en los territorios indígenas y tradicionales; la erradicación del racismo ambiental y estructural, y de la violencia contra mujeres y niñas, diferentes culturas y visiones del mundo; promoción de la comunicación libre y de la diversidad cultural; políticas para la juventud negra viva; y medidas de reparación y democratización del financiamiento climático justo, fuera del mercado de carbono y de endeudamiento, con estructuración de fondos y gobernanza por parte de las comunidades.

Sin embargo, nada de esto ocurrirá sin una amplia presión y participación efectiva de la sociedad civil. Llamamos a las organizaciones, redes, colectivos y movimientos sociales de los más diversos segmentos a construir la Cumbre de los Pueblos rumbo a la COP 30, que sea capaz de movilizar la opinión pública, fortalecer la democracia participativa y popular, denunciar y frenar retrocesos, así como presionar a los tomadores de decisiones en Brasil y en el mundo.

 Nuestro planeta clama por un cambio profundo y urgente

La Cumbre de los Pueblos, uniendo diversas voces y perspectivas, presenta un conjunto de ejes y causas que buscan transformar la realidad y construir un futuro centrado en el pueblo.

Hemos organizado nuestras causas en cuatro pilares principales, abordando los desafíos que enfrentamos y las soluciones que podemos construir colectivamente, valorando la diversidad de nuestros pueblos y la urgencia de actuar ahora.

Eje 1:

Agua, tierra, territorios, territorialidades y soberanía de los pueblos
Hacer frente a los grandes proyectos
Agroecología, soberanía y seguridad alimentaria y nutricional ante la crisis climática
Ciudades, adaptación climática y derecho a la vida

Eje 2:

Justicia climática, lucha contra las desigualdades y racismo medioambiental
Defensa de la democracia, la seguridad y el derecho a la vida
Gobernanza global y participación popular efectiva
Inclusión y accesibilidad

Eje 3:

Transición justa, popular e inclusiva
Financiación climática justa
Lucha contra las falsas soluciones
Educación ambiental

Eje 4:

Jóvenes y niños: intergeneracionalidad, diversidad y pluralidad en la toma de decisiones.
Las mujeres en el centro de la toma de decisiones, guiándonos por el paradigma de la economía feminista.
Diversidad y población LGTBQIAPN+
Nada de esto sucederá sin presión ni participaciónÚnete a la cumbre de los pueblos y se parte de la resistencia frente a la crisis climática !

Para firmar este manifiesto, es aquí.


Fuente : Via Campesina

Notas

[1Desde 1992, con el Foro Global, la Cumbre de los Pueblos se ha alzado como un poderoso grito de resistencia, haciendo eco de las voces silenciadas por la desigualdad. En este espacio de lucha y esperanza, los pueblos indígenas, tradicionales y marginados —quienes menos han contribuido a la crisis climática pero son quienes más sufren sus impactos— encuentran por fin la oportunidad de ser escuchados.
Mientras las COP oficiales siguen centradas en cifras y metas, la Cumbre habla de vidas, derechos y territorios. Aquí, estamos construyendo un futuro basado en la justicia social y ambiental, demostrando que nuestra lucha es tan urgente como necesaria.
¡En la Cumbre de 2024 nos unimos como una verdadera fuerza de diversidad! Movimientos de mujeres, pueblos indígenas, quilombolas, juventudes y comunidades de todos los orígenes se encontrarán para construir una agenda que reconozca la profunda conexión entre la justicia climática y los derechos territoriales.

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